¿Quién
ganó en BRASIL?
Autor: EMIR SADER
En Sao Paulo
Un análisis global y cualitativo
del resultado de las elecciones municipales en Brasil no deja
duda en cuanto a su conclusión: ganó la derecha
y perdió la Izquierda.
Una sucesión de circunstancias favoreció directamente
a la oposición, debilitando al gobierno, hasta desembocar
en un resultado electoral sorpresivo hasta para la propia
oposición. La derecha conquistó prefecturas
importantes -como Sao Paulo, Porto Alegre, Belem- derrotando
al PT y proyectando sus cuadros con la perspectiva de resultados
todavía más favorables en las elecciones estatales
y en la elección nacional de 2006.
La conquista de la prefectura de Sao Paulo permite al PSDB
gobernar el estado y la ciudad más importante del país:
su capital económica. Se consolidan así, en
el centro neurálgico del país, los vínculos
orgánicos entre el gran empresariado -industrial y
financiero- con el bloque de partidos de derecha, no solamente
como punto de apoyo para las candidaturas opositoras de 2006
contra Lula sino, principalmente, como el núcleo hegemónico-ideológico
del país, sumando partidos, grupos empresariales y
mediáticos, y contando también con los ministerios
económicos del gobierno.
En segundo lugar, ganó el monopolio privado de los
medios. Poco ha cambiado desde el paso de la dictadura a la
democracia en los planos económico y social, manteniéndose,
e incluso fortaleciéndose, el monopolio sobre factores
esenciales de poder en el país: la tierra, el dinero
y la información.
PODER DE LOS MEDIOS
En estas elecciones ese monopolio privado
demostró todo su poder, especialmente cuando actuó
en forma unificada. El caso de Sao Paulo es ejemplar. Los
dos mayores diarios usaron sus páginas para promover
la candidatura de la derecha a la prefectura de la ciudad.
La cobertura de la campaña, conforme a los datos del
Observatorio de Medios, revela que hubo cinco veces más
material contra la candidata del PT que contra los candidatos
apoyados por esos diarios. La parcialidad y adhesión
de prácticamente todos los columnistas de los diarios
a la candidatura de derecha, fortalecida por el mecanismo
de las encuestas que condicionan fuertemente a la opinión
pública, produjeron un cuadro similar al que existe
en Venezuela.
El monopolio privado de los medios, sumado al financiamiento
millonario de las campañas, constituye un obstáculo
casi insuperable: no existirá democracia política
mientras ese monopolio no sea quebrado y no se instalen mecanismos
mínimamente democráticos en los medios.
En tercer lugar, triunfó el equipo económico
del gobierno. (…)
(Lea este artículo completo en la edición impresa
de “Punto Final” Nº 580, 12 de noviembre,
2004)
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