Alcalde
DE NUEVO TIPO
Autor: HUGO CRISTIAN FERNANDEZ G.
En Bogotá
LUCHO Garzón, alcalde de Bogotá.
Fue comunista y presidente de la CUT.
Sesenta mil personas se agolpaban en el parque Simón
Bolívar de Bogotá. Acudían al festival
organizado por la Alcaldía Mayor para conmemorar la
fundación de la capital colombiana. Como no es raro
en estos eventos, la hora de inicio se retrasó. Entonces,
el animador pidió calma. Al observar lo infructuoso
de su llamado, acudió a su último recurso: “Amigos,
aquí está el alcalde -dijo señalando
a un hombre en mangas de camisa que acomodaba pesados amplificadores
en el escenario- y a él no lo vamos a defraudar, ¿cierto?”
El ambiente comenzó a calmarse, un rumor empezó
a circular pidiendo paciencia y… el orden volvió.
El incidente demuestra el carisma del nuevo alcalde de Bogotá.
Le dicen Lucho. Luis Eduardo Garzón es, simplemente,
Lucho.
IZQUIERDA
EN EL PODER
Por primera vez, en Colombia un líder de Izquierda
ocupa un alto cargo por elección popular. También
es primera vez que esa Izquierda logra unificarse en torno
a una figura.
Luis Eduardo Garzón es un sindicalista del petróleo,
ex presidente de la Central Unitaria de Trabajadores, ex comunista
que no reniega de su pasado. Su candidatura aglutinó
a todos los sectores: maoístas, comunistas, ecologistas,
trotskistas, indígenas, socialistas, cristianos, ex
guerrilleros, en un movimiento que se denominó Polo
Democrático Independiente.
Durante nueve meses la Izquierda ha gobernado Bogotá.
Con críticas y aciertos, ha tomado el reto de dirigir
una complicada ciudad, que registra altos índices de
desempleo, pobreza, migración, cinturones de miseria
y, sin duda, hambre.
BOGOTA SIN HAMBRE
Un reportaje desgarrador difundieron los noticieros colombianos:
una mujer alimentaba a tres pequeños hijos con papel.
Un drama que ejemplificó lo que experimentan miles
de personas en Bogotá: hambre agobiador.
La principal bandera electoral de Lucho Garzón fue
combatir el hambre: “Lo que necesitamos es un día
sin hambre. Los alcaldes anteriores se han dedicado a cambiarle
la cara a la ciudad en cuanto a infraestructura. Un moderno
sistema de transporte denominado Transmilenio (que hoy desean
aplicar en Santiago bajo el nombre de Transantiago), paseos
peatonales, un sistema de ciclovías para bicicletas,
restricciones a los locales nocturnos… Pero quienes
siempre quedan en deuda son aquellos que viven en el sur de
la ciudad o en las laderas de los cerros. O los que llegan
a Bogotá huyendo de la guerra civil. Vamos a dejar
de hacer grandes edificios y vamos destinar recursos para
brindar salud, educación, vivienda y, sobre todo, alimentación
para aquellos sectores deprimidos de la población”.
Aunque son pocos aún los meses de su gestión,
Lucho ha implementado una amplia red de comedores populares.
El financiamiento proviene de la reasignación presupuestaria,
además de una campaña de recolección
del sencillo que reciben de vuelto los clientes en los supermercados.
Garzón está consciente que es una medida asistencialista.
Por lo mismo, impulsa, a través de juntas administradoras
locales, la organización poblacional para administrar
y definir los recursos destinados a paliar la pobreza.
SALUD A SU HOGAR
(...)
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de “Punto Final”)
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