Edición 574 - Desde el 20 de agosto al 2 de Septiembre de 2004
Inicio |   Favoritos | Recomendar Página | Cartas al Director |
Buscar
Buscar con Google

Libro de Visitas
Firma el libro de visitas Firmar el Libro
Este es el punto donde dejan su firma quienes visitan este sitio.
Ediciones Anteriores
En Quioscos
En esta edición

Editorial
LA CAIDA DEL CONDOR

Juegos olímpicos
No todo lo que
brilla es oro

Excesos y ansiedades
de la economía chilena

Venganza con
careta judicial

Julio Huasi, poeta de mirada triste
Trovador
del pueblo

En edición impresa
Orígenes de la organización terrorista
El nido del Cóndor
 

Historiadora analiza el “alma” de las FF.AA.
Cómo el ejército
se hizo neoliberal

Madre del niño Rodrigo Anfruns busca la verdad
EL AMOR TODO
LO PUEDE

Chilenos en Nicaragua
Retorno con emoción

CARTA ABIERTA AL GOBIERNO
Visita
Portadilla
PUNTO FINAL
Revista quincenal de asuntos políticos, informativos y culturales que publica la Sociedad Editora, Impresora y Distribuidora de Publicaciones y
Videos Punto Final S.A., San Diego 31, oficina 606, Fono-Fax: 6970615,
Casilla 13.954, Santiago 21, Santiago-Chile.

 

 

 

Orígenes de la organización terrorista

El nido del Cóndor


Autor: Manuel Salazar

LA dictadura chilena -que instauró el terrorismo de Estado en 1973- coordinó los servicios de inteligencia del Cono Sur.

Desde mediados de los 60 se prepararon las condiciones para sembrar de dictaduras militares gran parte de América del Sur. Casi tres décadas después de iniciarse una de las épocas más oscuras del Cono Sur, las investigaciones judiciales y una lenta recopilación de testimonios y documentos están consiguiendo recomponer la historia de las violaciones a los derechos humanos cometidas por los gobiernos militares. Hasta ahora, sin embargo, ha resultado difícil precisar la dimensión de los apoyos prestados por las agencias de seguridad y las fuerzas armadas de EE.UU. a esa lucha contra el “marxismo internacional y la subversión comunista”.
Miles de oficiales de los ejércitos latinoamericanos fueron instruidos, desde fines de los años 50, en las escuelas y campos militares que el Pentágono creó para esos fines. Muchos de esos oficiales fueron los encargados de la represión que debutó en Brasil, en 1964, con el golpe de Estado que derribó al gobierno de Joao Goulart y que luego, se extendió por la región.
La dictadura brasileña inaugura una serie de regímenes militares que, invocando la Doctrina de Seguridad Nacional (DSN), asumen el poder con espíritu mesiánico, redentor, de restauración nacional y con la decisión de perdurar indefinidamente. Se establece un nuevo orden basado en el control policial de la población: se reprime la disidencia mediante la tortura, la eliminación física y la implantación de constituciones o actas institucionales hechas a la medida de las fuerzas armadas y de la clase empresarial. Así ocurrió, con diferentes matices pero similar fundamento, en Argentina, Bolivia, Chile, Ecuador, Uruguay y Perú.
En las semanas siguientes a la salida de los tanques a las calles, más de siete mil comunistas brasileños fueron detenidos. Los militares de ese país habían fundado años antes la Escuela Superior de Guerra, cuna de la Doctrina de Seguridad Nacional. Varios de sus oficiales fueron escogidos para acompañar al general George Patton y a su Quinto Ejército, con sede en Italia, durante la segunda guerra mundial. Al regreso, casi todos con grado de coronel o general, viajaron a Estados Unidos a consolidar los fundamentos de la DSN. En la segunda mitad de los años 60, los uniformados cariocas fueron instruidos sobre nuevas técnicas de tortura e interrogatorio, aplicadas por los norteamericanos en Vietnam.
El cardenal Paulo Evaristo Arns, destacado defensor de los derechos humanos en Brasil, declaró a la agencia France Presse: “Brasil aprendió las nuevas torturas de Estados Unidos y enseñó la tortura en Argentina, Uruguay, Chile, Bolivia y Paraguay”.

SERVICIOS TECNICOS

La CIA facilitó la coordinación entre los servicios de inteligencia de la región. Se atribuye a uno de sus agentes haber concertado los primeros encuentros entre oficiales de seguridad argentinos y uruguayos, para discutir la vigilancia de exiliados políticos. La CIA también organizó encuentros entre jefes de los escuadrones de la muerte brasileños y sus colegas argentinos y uruguayos.
La División de Servicios Técnicos de la CIA suministró equipo eléctrico para la tortura a brasileños y uruguayos, e instruyó sobre cuántos voltios podía soportar el cuerpo humano. Los agentes de seguridad latinoamericanos también recibieron formación para (…)

(Lea este artículo completo en la edición impresa de “Punto Final”.
Compre PF, suscríbase a PF)


 

Quincenalmente, los viernes, encontrara la nueva edicion de PF en su quiosco, $800 el ejemplar


 

Volver | Imprimir | Enviar por email

 

[ Chile - Santiago ] Punto Final S.A. San Diego 31, of. 606   |    E-mails: Dirección | Webmaster