Edición 567 - Desde el 14 al 27 de mayo de 2004
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Venezuela

Colombia exporta
Paramilitares

El vicepresidente venezolano, José Vicente Rangel, emplazó al Grupo de Países Amigos de Venezuela -entre los que se cuenta Chile- a rechazar categóricamente la presencia de 130 paramilitares colombianos en territorio venezolano. Esos mercenarios, en combinación con otros golpistas locales, pretendían crear el caos, mediante atentados, sabotaje y asaltos a cuarteles militares. El plan buscaba desestabilizar mediante la violencia al gobierno de presidente Hugo Chávez.
No se descarta que otros grupos de infiltrados a través de la frontera colombiana todavía estén ocultos en territorio venezolano.
Cincuenta y seis paramilitares colombianos fueron capturados en una hacienda en El Hatillo, cerca de Caracas. Alrededor de ochenta alcanzaron a huir. La hacienda donde se entrenaban pertenece al cubano-venezolano Robert Alonso, dirigente de la Coordinadora Democrática, coalición opositora al gobierno de Chávez. Un paramilitar prófugo, detenido en Barinas, portaba un carnet del Departamento de Administración y Seguridad (DAS), policía política colombiana, y otro documento que lo acreditaba como reservista del ejército de ese país.
También fue detenido un coronel de la Guardia Nacional venezolana, Orlando Castro, que abastecía de comida y uniformes a los paramilitares que se entrenaban en la finca de El Hatillo. Los detenidos vestían trajes de camuflaje con brazaletes blancos y la bandera tricolor venezolana.

PREPARABAN EL CAOS

El grupo colombiano planificaba asaltar el destacamento Nº 51 de la Guardia Nacional, situado en El Paraíso, un barrio de Caracas. A partir de esa acción iniciarían una escalada de violencia. Un detenido dijo que otros 1.500 hombres entrenados en Colombia estaban listos para participar en el plan, cuyo fin último era el derrocamiento del gobierno de Chávez.
El ministro de Defensa venezolano, general Jorge Luis García Carneiro, informó que los servicios de seguridad venían trabajando informes que daban cuenta del ingreso al país de grupos paramilitares colombianos. El plan para crear caos y violencia estaba articulado con sectores golpistas de la oposición venezolana. En la Coordinadora Democrática hay un grupo influyente que es contrario al referéndum y a las elecciones municipales del próximo 1º de agosto. Ese sector -con vínculos en Estados Unidos y Colombia- calcula que el gobierno de Chávez ganará el referéndum y las elecciones e intenta interrumpir ese proceso mediante la violencia.

ESTABA ANUNCIADO

La introducción de paramilitares, explosivos y armamento desde Colombia, cuyo gobierno es hostil a Chávez, era estimada posible por dirigentes venezolanos. Por ejemplo, Guillermo García Ponce, director del diario Vea, entrevistado por Punto Final (Nº 565) señaló que el Plan Colombia, financiado y asesorado por Estados Unidos, “en realidad está dirigido contra Venezuela... Todo hace prever que la frontera colombiana será utilizada para presionar a Venezuela mediante la infiltración de paramilitares y armamento. No sería nada de raro que uno de los últimos recursos de los sectores que quieren derrocar a Chávez -con ayuda de EE.UU.- sea sembrar la guerra sucia en Venezuela. La oposición interna no tiene como hacerlo, pero podría intentarlo si infiltra a tre mil o cuatro mil paramilitares, armamento y explosivos para volcarlos al sabotaje y atentados, sobre todo en la zona petrolera del Zulia”.
El vaticinio de García Ponce, ex dirigente comunista, se cumplió rigurosamente.

“AMIGOS” DE VENEZUELA

Dirigiéndose al Grupo de Países Amigos de Venezuela (Chile, Brasil, España, México, Portugal y Estados Unidos), el vicepresidente Rangel los exhortó a condenar la presencia de los paramilitares colombianos: “¿Son amigos o no son amigos de Venezuela? Porque la amistad no es retórica, es algo de fondo. En el momento en que ustedes asumieron la responsabilidad de ser amigos de Venezuela, deben ser amigos en las buenas y en las malas. A nosotros se nos ha planteado algo sumamente grave con la presencia de los paramilitares colombianos y ustedes, representantes de países amigos -y no quiero entrecomillar el término amigos-, están obligados en este momento a condenar y rechazar la participación de una fuerza extraña en la vida nacional”.
La detención de los paramilitares colombianos tensionó la situación política en Venezuela y sus relaciones con el país vecino. La atención en Venezuela estaba volcada a la revalidación de firmas que fueron objetadas por el Consejo Nacional Electoral. Estas son necesarias para convocar a un referéndum revocatorio del mandato de presidente Chávez, que solicitaba la Coordinadora Democrática, a fines de mayo. Por otra parte, las fuerzas políticas están dedicadas a las elecciones de gobernadores, alcaldes y legisladores estaduales del 1º de agosto. Sin embargo, ha quedado al descubierto que sectores de la oposición no han renunciado a usar las formas más extremas de violencia para derrocar al presidente Chávez


PEDRO FERNANDEZ

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