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Venezuela
Colombia exporta
Paramilitares
El vicepresidente venezolano, José Vicente Rangel, emplazó
al Grupo de Países Amigos de Venezuela -entre los que se cuenta
Chile- a rechazar categóricamente la presencia de 130 paramilitares
colombianos en territorio venezolano. Esos mercenarios, en combinación
con otros golpistas locales, pretendían crear el caos, mediante
atentados, sabotaje y asaltos a cuarteles militares. El plan buscaba desestabilizar
mediante la violencia al gobierno de presidente Hugo Chávez.
No se descarta que otros grupos de infiltrados a través de la frontera
colombiana todavía estén ocultos en territorio venezolano.
Cincuenta y seis paramilitares colombianos fueron capturados en una hacienda
en El Hatillo, cerca de Caracas. Alrededor de ochenta alcanzaron a huir.
La hacienda donde se entrenaban pertenece al cubano-venezolano Robert
Alonso, dirigente de la Coordinadora Democrática, coalición
opositora al gobierno de Chávez. Un paramilitar prófugo,
detenido en Barinas, portaba un carnet del Departamento de Administración
y Seguridad (DAS), policía política colombiana, y otro documento
que lo acreditaba como reservista del ejército de ese país.
También fue detenido un coronel de la Guardia Nacional venezolana,
Orlando Castro, que abastecía de comida y uniformes a los paramilitares
que se entrenaban en la finca de El Hatillo. Los detenidos vestían
trajes de camuflaje con brazaletes blancos y la bandera tricolor venezolana.
PREPARABAN EL CAOS
El grupo colombiano planificaba asaltar el destacamento Nº 51 de
la Guardia Nacional, situado en El Paraíso, un barrio de Caracas.
A partir de esa acción iniciarían una escalada de violencia.
Un detenido dijo que otros 1.500 hombres entrenados en Colombia estaban
listos para participar en el plan, cuyo fin último era el derrocamiento
del gobierno de Chávez.
El ministro de Defensa venezolano, general Jorge Luis García Carneiro,
informó que los servicios de seguridad venían trabajando
informes que daban cuenta del ingreso al país de grupos paramilitares
colombianos. El plan para crear caos y violencia estaba articulado con
sectores golpistas de la oposición venezolana. En la Coordinadora
Democrática hay un grupo influyente que es contrario al referéndum
y a las elecciones municipales del próximo 1º de agosto. Ese
sector -con vínculos en Estados Unidos y Colombia- calcula que
el gobierno de Chávez ganará el referéndum y las
elecciones e intenta interrumpir ese proceso mediante la violencia.
ESTABA ANUNCIADO
La introducción de paramilitares, explosivos y armamento desde
Colombia, cuyo gobierno es hostil a Chávez, era estimada posible
por dirigentes venezolanos. Por ejemplo, Guillermo García Ponce,
director del diario Vea, entrevistado por Punto Final (Nº 565) señaló
que el Plan Colombia, financiado y asesorado por Estados Unidos, “en
realidad está dirigido contra Venezuela... Todo hace prever que
la frontera colombiana será utilizada para presionar a Venezuela
mediante la infiltración de paramilitares y armamento. No sería
nada de raro que uno de los últimos recursos de los sectores que
quieren derrocar a Chávez -con ayuda de EE.UU.- sea sembrar la
guerra sucia en Venezuela. La oposición interna no tiene como hacerlo,
pero podría intentarlo si infiltra a tre mil o cuatro mil paramilitares,
armamento y explosivos para volcarlos al sabotaje y atentados, sobre todo
en la zona petrolera del Zulia”.
El vaticinio de García Ponce, ex dirigente comunista, se cumplió
rigurosamente.
“AMIGOS” DE VENEZUELA
Dirigiéndose al Grupo de Países Amigos de Venezuela (Chile,
Brasil, España, México, Portugal y Estados Unidos), el vicepresidente
Rangel los exhortó a condenar la presencia de los paramilitares
colombianos: “¿Son amigos o no son amigos de Venezuela? Porque
la amistad no es retórica, es algo de fondo. En el momento en que
ustedes asumieron la responsabilidad de ser amigos de Venezuela, deben
ser amigos en las buenas y en las malas. A nosotros se nos ha planteado
algo sumamente grave con la presencia de los paramilitares colombianos
y ustedes, representantes de países amigos -y no quiero entrecomillar
el término amigos-, están obligados en este momento a condenar
y rechazar la participación de una fuerza extraña en la
vida nacional”.
La detención de los paramilitares colombianos tensionó la
situación política en Venezuela y sus relaciones con el
país vecino. La atención en Venezuela estaba volcada a la
revalidación de firmas que fueron objetadas por el Consejo Nacional
Electoral. Estas son necesarias para convocar a un referéndum revocatorio
del mandato de presidente Chávez, que solicitaba la Coordinadora
Democrática, a fines de mayo. Por otra parte, las fuerzas políticas
están dedicadas a las elecciones de gobernadores, alcaldes y legisladores
estaduales del 1º de agosto. Sin embargo, ha quedado al descubierto
que sectores de la oposición no han renunciado a usar las formas
más extremas de violencia para derrocar al presidente Chávez
PEDRO FERNANDEZ
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