Edición 567 - Desde el 14 al 27 de mayo de 2004
Inicio | Traduccón | Favoritos | Recomendar Página | Cartas al Director |
Buscar
Buscar con Google

Libro de Visitas
Firma el libro de visitas Firmar el Libro
Este es el punto donde dejan su firma quienes visitan este sitio.
Ediciones Anteriores
En Quioscos
En esta edición
Bush pretende extrangular a Cuba
La píldora
del cardenal
El reino de la
desigualdad
Los medios
y su teoría del caos
Gobierno y empresa
a partir de un confite
Anuncio de una catástrofe
La nueva democracia
viene desde abajo
Francisco Melo:
¡¿Qué diiiice?!
Venezuela
Colombia exporta
Paramilitares
Guerra biológica
EE.UU. experimentó
con sus ciudadanos
Visita

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Francisco Melo:

¡¿Qué diiiice?!


Tener que desdoblarse es una obligación ineludible que vive el actor Francisco Melo. En la teleserie Los Pincheira utiliza su fina cuerda de comediante en su rol de Abukasem, un comerciante árabe de hablar y gestos exagerados que ha puesto de moda expresiones como el efusivo ‘¡correcto!’ y un sorprendido ‘¡¿qué dice?!’. Ya resulta familiar verlo con la famosa peluca crespa, andar con un rosario en las manos, no perder de vista su emporio, fumar tabaco dulce (no opio, como se pudiera pensar) en reuniones familiares y ejercer con mano dura e intolerancia el cuidado de su familia, la que se rige por códigos estrictos y conservadores.
Pero a partir del 20 de mayo (Sala Lastarria 90), en la obra teatral Psychosis 4:48, deberá asumir el rol de un psiquiatra que trata de salvar la vida a una mujer que quiere suicidarse, e intenta entender sus puntos de vista. Un texto que parece reflejar la historia de Sarah Kane, la autora, que se mató cuando apenas tenía 28 años de edad. En este caso, es el drama el perfil del personaje de Melo y de la obra, muy cerca del territorio de la tragedia contemporánea. Nada para la risa.
La versatilidad y madurez escénica de Melo -ya cumplió 38 años- ha llevado a ampliar sus alternativas: junto a otros hombres, conversará sobre mujeres en el programa de TVN Nosotros que las queremos tanto, y como si le quedara mucho tiempo entre grabaciones, ensayos y pilotos, manifestará su opción social siendo voluntario del Hogar de Cristo.
Pero que nadie piense que Melo quiera posar de santito. Separado con hijos, y vuelto a separar, cree saber lo que es abandonar y ser abandonado. Por tanto, sufrir y hacer sufrir. Otras dimensiones de la comedia y del drama humano, y de lo que está viviendo en el set y sobre el escenario.

A LA HORA SEÑALADA

Psychosis 4:48 es la obra póstuma de Sarah Kane, un texto que a Melo le llega como una propuesta íntima, intensa y profunda. “Es un enigma por resolver; el texto de mayor complejidad de Sarah Kane”, dice el actor. Muy distinto a Devastados, de la misma autora y que también dirigió Alfredo Castro. Este montaje, y otros que se caracterizan por la extrema violencia física, moral y verbal, es genuino representante del movimiento contracultural inglés In yer face, que expone con fuerza y recursos provocativos y perturbadores el punto de vista de los seres marginados en las sociedades opulentas.
Psychosis 4:48 es un título que alude a la hora en que hay más suicidios en Inglaterra; también coincide con el momento de mayor lucidez de los pacientes siquiátricos, luego de pasado el efecto de los fármacos ingeridos en la noche.
En la obra, paciente y siquiatra confrontan sus puntos de vista. Ella (Claudia di Girólamo) decidió su muerte; él, trata de salvarla y entender por qué piensa y siente de ese modo. En ese duelo sin banderas de rendición, uno y otro, a su turno, se impone o es avasallado. Dice Melo: “Hay entre ellos una confrontación feroz, una lucha de poderes, entre la teoría de él y la filosofía de ella en defensa de su dolor. Además, la relación de siquiatra y paciente transita por lugares bastante peligrosos. Todos hemos vivido alguna vez una terapia y sabemos que nos podemos confundir”.
No pocos piensan que Sarah Kane lanza su proclama de vida a través del personaje femenino de la obra. El suicidio de la dramaturga no fue un simulacro fallido, sino una decisión radical, sin vuelta: ingirió decenas de fármacos surtidos, además de cortarse las venas y ahorcarse.
¿Para el siquiatra es un desafío personal salvarle la vida?
“No hay un desafío. Más bien hay un médico que siente el agobio de su profesión, que a lo mejor no supo usar las armas que tenía para salvar una vida. O que no fue efectivo. Pero, por otro lado, se puede decir que quizás era ese el camino que ella debía recorrer. Tal vez su tendencia suicida no era una patología, sino una filosofía de vida. En ese planteamiento está la genialidad de Sarah Kane”.
¿El suicidio como expresión de una filosofía de vida autodestructiva?
“Exactamente. Sarah critica a la sociedad y al mundo al hacer que un personaje diga ‘este mundo no es el que yo quisiera para vivir’ o ‘nací en la época equivocada’ o ‘en el cuerpo equivocado’. Son planteamientos morales, éticos y críticos frente a la situación actual. En Devastados se hacía una crítica a la guerra, se habla del amor. Los conceptos filosóficos que plantean las obras de Sarah hablan de su juventud, cuyo historial es bastante atormentado, en un medio bastante reprimido. Ella era hija de un sacerdote anglicano, un padre represor y dogmático. Todo eso lo vomita en sus obras. Sarah Kane hace una crítica a los tiempos que está viviendo y propone personajes que habitan un mundo que no les pertenece, que no les acomoda. Son críticos frente a la sociedad, pero más importante es que se sienten ajenos a la vida que les toca vivir. Por eso se transforman en bichos raros”.

TEATRO Y SOCIEDAD

Todavía se dice que el teatro refleja los tiempos que se viven, ¿lo cree?
“Si no pasa a nivel consciente pasa a nivel inconsciente. Mal que mal, uno carga las historias que corresponden a la identidad de la sociedad en que se vive. El autor es una víctima de la sociedad. Y los actores también. Aunque uno no lo quiera, es intérprete de la sociedad en que está viviendo”.
¿Le resulta difícil o fácil entender el punto de vista radical de Sarah Kane?
“Se da más de lo que uno piensa. A mí me resulta interesante plantearme como actor frente a situaciones tan límites y extremas en torno a la violencia, al amor, a temas éticos, a la crítica a la sociedad. Porque de pronto uno los intuye y somos un poco cobardes. Como actor, exponer el tema es muy satisfactorio y engrandecedor”.
¿Se ha sentido extranjero en esta sociedad?
“Sí, hay etapas en la vida en que uno toma decisiones que se enfrentan a lo que es la normalidad. Decidí ser actor en una familia en que esa alternativa era muy ajena. También es interesante ver cómo el resto valora estas ‘lanzadas al vacío’, y da más angustia. Son feroces los niveles de represión que llevamos todos, por vivir en este país: a nivel afectivo, en la familia, a nivel político, en la historia, en lo vocacional. En ese sentido me he sentido extranjero. Pero no soy tan radical, no he pensado en el suicidio... Pero sí logro entender el proceso de Sarah Kane. Las pasiones son atractivas... A veces prefiero quedar enojado para siempre con alguien, con ideas de venganza. Es agotador... Pero he sabido reconocerlo, aceptarlo y cargarlo”.

¿FARANDULA?

Si todo resulta bien, en el segundo semestre de este año, Pancho Melo debutará en una programa de conversación en TVN: Nosotros que las queremos tanto. “Un club de Tobi para hablar sobre mujeres”, dice el actor.
¿No le preocupa que se transforme en otro programa de farándula?
“No, porque no está planteado así. Nos obligamos a discutir seriamente sobre matrimonio, sexualidad, experiencias personales, mujeres sometidas a los procesos de belleza...”.
¿No le incomoda, no le incomodará?
“Para nada porque uno sabe hasta donde puede hablar. Aunque es un riesgo”.
¿Va a hablar de su vida íntima?
“No, porque no es una entrevista a mí. Sí puedo hablar de una experiencia personal, de vida, y a mí no me importa que se sepa. Pero sin usar la vida privada como trampolín para una vida pública”.
¿Se usa demasiado eso?
“Evidente. Y es muy patético cuando la vida privada sirve para estar en la portada de los diarios. Me parece más interesante que a uno lo valoren por lo que hace y no por la vida que lleva”.
¿Va a cualquier programa a que le invitan?
“A veces he dicho que no. He ido cuando hay que hacer promoción a las teleseries. Pero nunca me he sentido traicionando mis valores éticos”.
Ha comentado su separación de Amparo Noguera...
“Quise plantear una experiencia personal respecto del dolor luego de una pérdida. Una experiencia que no había sufrido en mi vida, que a lo mejor la vuelvo a experimentar más adelante. Fue una pérdida muy fuerte”.
También ha hecho sufrir...
“Sí, claro, pero yo no lo había experimentado. No quise exponer mi vida privada ni dije ‘quiero hablar sobre la separación de la Amparo’, no era mi interés. Se dio dentro de una entrevista que pretendía promover la teleserie Los Pincheira. Quise ser honesto frente a esa experiencia y no ocultarla cuando me preguntaron. ¿Y cómo salió? Ahí a uno se le va de las manos”.
¿Se puso de acuerdo con Amparo para hablar o no hablar del tema?
“No, no, no, para nada. Fue una decisión personal”.
¿Hubo recriminaciones?
“No, no. Eso tiene que ver sólo conmigo. No me siento con la obligación de pedirle permiso a nadie, porque hablo de una experiencia muy personal, de un dolor privado mío, provocado por distintos agentes, claro, que me pareció válido exponer cuando me preguntaron. En lugar de decir, ‘no, yo no hablo de eso’, hablé a partir de mi dolor”.
¿Y cuál es la diferencia con los que usan lo personal como trampolín para la fama?
“A mí me entrevistan por mi trabajo y no por mi vida privada. Y soy valorado más por mi honestidad que por dejar mal parada a la Amparo, o hablar de peleas y cahuines”


LEOPOLDO PULGAR I.


Huasos, árabes y transición

Francisco Melo cree que la buena sintonía de Los Pincheira se debe a que al público le gustó ver una teleserie con hombres y mujeres del campo, a caballo, de botas y espuelas, que mezcla aventura y amor, que muestra la trilla y la domadura, con bandidos honestos y éticamente valorables.
El latifundista es súper malo, ¿no ha reclamado la SNA?
“No, quizá conocen a más de un sujeto con esa tipología”.
Es un feudal, con “derecho a pernada” y todo.
“Nadie puede negar que eso existía en Chile: el poder desquiciado de los latifundistas, el uso de la policía, el abuso del poder...”
Pero esa visión es política.
“¿Política? Sí, claro, aunque yo lo veo más como tema cultural: el poder de la Iglesia, el ocultamiento de hechos...”
Abukasem: árabe en ambiente rural...
“Hubo una gran cantidad de inmigrantes árabes, especialmente en Argentina y Brasil. En Chile, muchos se radicaron en Talca. A través de ellos hablamos de la discriminación.
Son discriminados, pero también son discriminadores. Tiene que ver con las marcas que dejó la dominación turca. Son muy apasionados. Y eso se ve en las luchas actuales entre palestinos e israelíes”.
¿Qué piensa de la guerra de Israel contra los palestinos?
“Siento válida la lucha palestina por recuperar su tierra. Me parece muy injusto que a los israelíes, después del holocausto, les hayan dado esos territorios sin importar que allí vivía el pueblo palestino. Y me parece deplorable el muro que están construyendo los israelíes. No tiene nada que ver con la libertad ni la dignidad humana”.
Los judíos sufrieron el genocidio. ¿Israel hace lo mismo?
“No sé si la situación es tan radical. Pero sí es una guerra de altísimo peligro. Luego de las Torres Gemelas la cultura árabe quedó negativamente marcada y se llega a justificar invasiones como la de Iraq. La situación en el Medio Oriente es bastante más compleja y perversa”.
¿Sigue en transición la democracia chilena?
“Ha sido una transición larga, pero positiva. Se han destapado ollas bastante sucias... Pero tengo la sensación de que uno nunca conoce la verdad completa. El tema de la verdad, en mi profesión, es muy potente”.
El teatro es una mentira, se dice...
“Sí, pero se aprende a mentir de verdad. Me agobia tener la sensación de que nunca sabemos la verdad y que las verdades cambian constantemente. Pero es gratificante cuando se destapan ollas sucias”.
¿Hay nueva dramaturgia en Chile?
“Atisbos, grandes vómitos que son válidos. Pero falta bagaje, vida personal, más trabajo y rigurosidad”.
Lo primero que haría si fuera ministro de Cultura....
“Garantizaría lo necesario a los artistas. Yo, por trabajar en TV, me puedo dar el lujo de hacer teatro sin ganar un peso. Instalaría la cultura dentro de las necesidades para el crecimiento del ser humano. Es importante que todos tengamos un buen acceso a una muy buena cultura”

Volver | Imprimir | Enviar por email

 

[ Chile - Santiago ] Punto Final S.A. San Diego 31, of. 606   |    E-mails: Dirección | Webmaster