Raúl Reyes, comandante de las FARC-EP
Entrevista en las montañas
EL comandante de las FARC-EP, Raúl Reyes, entrevistado por el director de “Punto Final”.
Primero fue un viaje en avión, desde el aeropuerto de Bogotá hasta la pista de aterrizaje de San Vicente del Caguán, una pequeña población saturada de motos -el principal vehículo de transporte del lugar- con dos hoteles, mejor dicho pensiones, abarrotados de periodistas que cubrían las conversaciones de las FARC con el gobierno (entonces era presidente Pastrana) bajo la atenta mirada de observadores extranjeros. Lo más difícil fue escabullir el celoso control de los otros periodistas para salir, una madrugada, en un taxi que, dando saltos y barquinazos por un camino de tierra, nos llevó al fotógrafo Federico Vergara y a mí hasta los Llanos del Yaire, a unos 90 kilómetros de San Vicente. Allí tuvimos que esperar el resto del día y toda la noche en un hospedaje para campesinos y camioneros. Con el canto del gallo del día siguiente, vinieron a despertarnos. Había llegado el comandante y nos esperaba en un manchón de bosque, frente a la hostería.
Allí estaba Raúl Reyes, miembro desde hacía 18 años del secretariado de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), la organización guerrillera más importante de Colombia -aunque no la única, porque también existe el Ejército de Liberación Nacional (ELN) de inspiración guevarista-. Las FARC-EP se definen como marxistas-leninistas y bolivarianas.
A sus 49 años, Raúl Reyes lucía barba entrecana, correcto uniforme verde oliva, fusil, pistola automática y una linterna -auxiliar inseparable en las noches de la selva-. De baja estatura, de ademanes tranquilos y voz pausada, el comandante Raúl Reyes sabía bastante de Chile, de la historia del movimiento obrero, de la elección de Allende y el golpe militar.
Encargado de las relaciones internacionales de las FARC-EP, se incorporó a la guerrilla en 1980. Hasta entonces se llamaba Luis Edgar Devia y era un técnico en la trasnacional Nestlé. Además, era dirigente sindical y comunista. Lo primero -su trabajo en Nestlé- no era ningún delito, pero en cambio sí lo segundo. En Colombia asesinan cada año a decenas de dirigentes sindicales, periodistas, abogados, defensores de los derechos humanos, etc., sobre todo si son comunistas… o se sospecha que lo son. En los últimos 21 años, 2.515 sindicalistas han sido asesinados en Colombia (ver PF 653).
Raúl Reyes nos dijo que para ese año, 1999, las FARC-EP contaban con siete bloques, que agrupaban a sesenta frentes guerrilleros. “Tenemos mucho apoyo -dijo- en la gente y presencia en unos mil de los 1.170 municipios del país. Un bloque -explicó- es la coordinadora de varios frentes; dirige el trabajo político-militar, organizativo, educativo, propagandístico (las FARC tienen varias emisoras). Esa es la tarea del estado mayor del bloque, que cuenta a su vez con la asesoría directa de miembros del secretariado”.
Aunque las FARC surgieron en 1964 como “brazo armado” del Partido Comunista, el PC ya no aparecía dirigiéndolas en 1999. “Lo que sucede -nos explicó Raúl Reyes- es que el PC ha sufrido una merma muy grande, no sólo en su militancia sino también en sus propuestas, en su iniciativa política, su liderazgo en la Izquierda. Entretanto, las FARC han logrado llenar todos esos espacios y llegar a nuevos sectores. En la práctica las FARC es un partido comunista; se orienta por los principios del marxismo-leninismo pero no los considera un dogma sino una guía para el desarrollo de la actividad revolucionaria. Las FARC, además, se nutren del pensamiento del Libertador Simón Bolívar. Somos bolivarianos…La conducción del proceso revolucionario -armado y político- la tiene la dirección de las FARC-EP”.
El año en que lo entrevistamos en los Llanos del Yaire, el comandante Raúl Reyes afirmó que los asesores policiales y militares norteamericanos del gobierno colombiano “ya son más de mil”. Se dice –agregó- “que asesoran la lucha contra el narcotráfico pero es una inmensa mentira. Han venido a asesorar la lucha contra el movimiento guerrillero revolucionario. Han dotado al ejército de muchos aviones, helicópteros, modernos sistemas de comunicaciones, detectores, etc.”.
La conversación amplia y distendida con el comandante Raúl Reyes, bajo la sombra de un árbol y la mirada alerta de cinco escoltas -entre ellos una mujer- mimetizados en el bosquecillo, concluyó con un saludo manuscrito para los chilenos. Poco tiempo después, en una de sus numerosas giras internacionales -en que burlaba de ida y vuelta todos los controles fronterizos de Colombia-, Reyes estuvo en Chile y sostuvo entrevistas con funcionarios de gobierno y dirigentes políticos. Nosotros no lo vimos. Preferimos quedarnos con la imagen del guerrillero. Una imagen que estará siempre viva en nuestra memoria
MANUEL CABIESES DONOSO
(Ver entrevista en PF N° 458,
del 12 de noviembre de 1999).
(Publicado en Punto Final Nº 657, 7 de marzo, 2008)
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