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Chávez afronta
PROCESO VENEZOLANO
SE JUEGA SU DESTINO
En
Venezuela habrá un referéndum -el domingo 15 de agosto-
para confirmar o revocar el período presidencial de Hugo Rafael
Chávez Frías, a casi dos años del término
de su mandato. El Consejo Nacional Electoral (CNE) creó un escenario
que tomó de sorpresa a tirios y troyanos, al decidir que había
firmas suficientes, equivalentes al 20% del padrón electoral, para
convocar a una consulta popular que deberá responder Sí
o No, según cómo se formule la pregunta.
El debate político en Venezuela dio un viraje cual calcetín
vuelto al revés. Estados Unidos y la llamada “comunidad internacional”
expresaron su alegría, sin ocultar tampoco su sorpresa, porque
esperaban lo contrario, dijo el vicepresidente José Vicente Rangel.
El referéndum -sin embargo- es una conquista democrática
del pueblo venezolano estipulada en el artículo 72 de la Constitución.
“Todos los cargos y magistraturas de elección popular son
revocables”, señala la carta fundamental, “transcurrida
la mitad del período para el cual fue elegido el funcionario o
funcionaria…”. El período del presidente Chávez
expira el 19 de agosto de 2006.
¿QUE PODRIA OCURRIR?
El referéndum ahora es el centro de la discusión
y del trabajo político en Venezuela, en una campaña electoral
por el “todo o nada”. En los próximos sesenta días
se juega el futuro del proceso de transformaciones sociales y económicas
impulsado con ingresos provenientes del petróleo.
Si Chávez gana el plebiscito, puede terminar su mandato. Si lo
pierde, hay dos posibilidades: si los resultados del referéndum
se conocen a más tardar el 19 de agosto, debería haber una
nueva elección, donde todavía no está del todo claro
si Chávez puede competir. El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ)
deberá entregar en estos días un veredicto que probablemente
resolverá afirmativamente el vacío legal.
Si los resultados del referéndum se conocen después del
19 de agosto, actúa otra disposición constitucional, para
los casos en que el presidente deba abandonar el cargo faltando menos
de dos años para el fin de su período. En este escenario,
quien está llamado por la Constitución a completar el resto
del mandato es el vicepresidente, cargo que hoy ocupa José Vicente
Rangel. Como el vicepresidente no es elegido sino designado por el presidente,
Chávez podría designar en el cargo a otra figura política
y aguardar las elecciones generales del 2006.
PREGUNTAS SIN RESPUESTA
El chavismo también hizo sus propios “reparos”
de firmas para revocar el mandato a diputados de la oposición o
a ex legisladores propios que “saltaron la talanquera” (o
“se dieron vuelta la chaqueta”). El Comando Ayacucho, coalición
de las agrupaciones políticas chavistas que dirigió la recolección
de esas firmas, hizo revocables a nueve diputados que deberán enfrentar
su propio referéndum.
La contraparte del Comando Ayacucho fue Súmate, una empresa privada
extranjera al servicio de la llamada Coordinadora Democrática (CD),
que recolectó las firmas para “revocar” al presidente.
Súmate está financiada por el National Edowment Development
(NED), un fondo del gobierno de Estados Unidos a través del Departamento
de Estado. En el trabajo de Súmate campearon el fraude, la participación
de difuntos y la clonación de cédulas de identidad de manera
escandalosa. Un “detalle” que dejó muchas preguntas
sin respuesta entre los partidarios del gobierno.
La magnitud del fraude electoral, denunciado sistemáticamente por
los dirigentes del chavismo en los pocos medios de comunicación
afines al gobierno, contribuyó al desconcierto de los partidarios
del gobierno cuando el 3 de junio el CNE anunció oficialmente que
había firmas suficientes para convocar al referéndum. Incluso
predomina el apellido “revocatorio” que impuso la oposición,
aunque lo más seguro es que sea “reafirmatorio”, dado
el apoyo popular al presidente Chávez en un país que tiene
81% de excluidos y donde la población recién comienza a
interesarse en la política.
CALDO DE CULTIVO DEL FRAUDE
La precariedad del registro ciudadano que existe en Venezuela
lo ha puesto por años al servicio del fraude electoral, en un país
donde los presidentes se eligieron durante cuarenta años en un
ambiente de indiferencia con un promedio de abstención mayor al
60%. Obtener cédula de identidad en este país todavía
es una pesadilla que insume largos y fastidiosos trámites, al igual
que el certificado de nacimiento u otros papeles. No existe un registro
informatizado del ciudadano que cruce información tributaria y
de identidad, como en otros países de la región. Esta falencia
es un caldo de cultivo para el fraude y, a la vez, un desafío a
los derechos ciudadanos.
El gobierno puso en marcha un criticado sistema de cedulación rápida,
que entrega documentos de identidad en pocos minutos en domicilios y centros
de trabajo, revelando que puede ser remozada la anquilosada maquinaria
burocrática manual de la Organización Nacional de Identificación
y Extranjería (Onidex), adscrita al Ministerio del Interior.
El CNE está importando maquinaria electrónica para utilizar
en el referéndum de agosto, pero muchos opositores, entre ellos
Américo Martín, están clamando por una votación
manual. Sin embargo, la electrónica tampoco garantiza transparencia,
debido a los miles de funcionarios contrarios al proceso político
que laboran en el CNE, cuyo rol fue clave en el suministro de datos e
identidades que sirvió de materia prima al monumental fraude de
Súmate. Su sistema on line, vía Internet, producía
cédulas clonadas con la velocidad de una máquina de palomitas
de maíz.
El CNE no sólo es una repartición pública, también
es un poder del Estado, el poder electoral, de acuerdo a la Constitución.
Su conducción está a cargo de cinco “rectores”,
tres afines al gobierno y dos a la CD. Su presidente, Francisco Carrasquero,
hace mayoría con Oscar Bataglini y Jorge Rodríguez, quien
generalmente oficia como portavoz. La CD tiene allí a Ezequiel
Zamora, vicepresidente, y Sobelia Mejía. Sus diferencias de opinión
son públicas y a menudo se ventilan por la prensa.
DESCONCIERTO INICIAL
El
desenlace de los “reparos”, es decir, el reconocimiento de
las firmas suficientes para convocar el referéndum, motivó
discusiones en el seno del CNE durante varios días. Finalmente,
la impresión general es que predominó la tesis de hacer
un poco la vista gorda ante varias decenas de miles de firmas en aras
de la tranquilidad del país, la salida democrática y las
presiones encubiertas o no, de la OEA, Estados Unidos, Brasil y España.
El referéndum, en sí mismo, es una conquista democrática
que lleva a la oposición al terreno que siempre quiso el gobierno,
el de la confrontación electoral. Será la octava vez que
Chávez se mide en las urnas, directa o indirectamente. De cualquier
manera, siguen adelante las investigaciones para establecer la presencia
de difuntos y de ciudadanos clonados en el proceso de reparo de firmas.
Pero está claro que no afectarán la tendencia anunciada
por el CNE.
Nunca en América Latina duró tanto -cinco años y
medio a la fecha del referéndum- un gobierno empeñado en
reformas sociales y políticas a favor de los pobres y elegido democráticamente,
de acuerdo a las normas más ortodoxas de la democracia representativa
que dice promover EE.UU. No duraron tanto los gobiernos de Jacobo Arbenz,
en Guatemala -sólo por intentar una reforma agraria- ni el de Salvador
Allende, veinte años después, en Chile. También se
desmoronó la revolución sandinista en Nicaragua, que ganó
por las armas y se ratificó en elecciones en la era de Reagan.
FALENCIAS DEL LIDERAZGO
La salida democrática no fue prevista a tiempo
por la conducción intermedia del proceso en Venezuela, pese a que
Chávez manifestó que le gustaría que hubiera referéndum
“para volver a derrotarlos por nockaut”, en el programa de
radio y TV “Aló, presidente” del 24 de mayo. El 27
publicó un artículo de su puño y letra en The Washington
Post, cuando se hallaba en la Cumbre de Guadalajara, donde probablemente
recibió las presiones del español José Luis Rodríguez
Zapatero y del brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, que integra
el grupo de “países amigos”, donde también está
EE.UU.
Los observadores internacionales piensan que Lula creyó indispensable
abrir el cauce del referéndum en Venezuela para aliviar la tensión
en el país y dar un tapaboca al cerco internacional. El mayor desafío
ahora es ganarlo. Hoy toda la comunidad internacional celebra la decisión
de Venezuela. Los diarios venezolanos especularon sobre una supuesta renuencia
de Lula a reunirse con Chávez en Guadalajara. Pero la prensa miente
cotidianamente y todavía hay una minoría que sigue creyéndole,
aunque la circulación y el rating descienden cada día.
La salida del referéndum era conocida, pero los líderes
de opinión del chavismo continuaban negándola por radio,
TV y prensa, en lugar de rescatarla como conquista democrática
de la Constitución bolivariana, el libro más leído,
un texto que en Venezuela muchos ciudadanos llevan consigo en una versión
de bolsillo. El desconcierto que produjo el anuncio del CNE del 3 de junio
provocó una concentración espontánea de partidarios
de Chávez en las cercanías del palacio de Miraflores, mientras
el presidente se hallaba en Barinas, a unos 500 kilómetros de Caracas.
La CD infiltró entre los manifestantes un escuadrón terrorista
que cometió desmanes e incendió vehículos frente
al diario El Nacional, Radio Caracas TV y la Alcaldía Mayor, a
cargo de Alfredo Peña, ex ministro de Información y ahora
feroz enemigo de Chávez. Estas acciones violentas fabricadas por
los sectores más afiebrados de la oposición y que se atribuyen
siempre a los partidarios de Chávez, tienen su mayor efecto mediático
en el exterior. El jefe del Estado regresó por la tarde a Caracas,
habló al país por televisión desde su oficina y más
tarde salió a la calle para hablar a sus partidarios. Entonces
comenzó la nueva etapa conocida ahora como “Batalla de Santa
Inés”.
¿QUE ES LA OPOSICION?
La fracción democrática -o negociadora-
de la oposición adquirió definitivamente el mayor peso -o
hegemonía- en el seno de la CD. El conglomerado opositor no descarta
que sea el vicepresidente quien termine el período de Chávez,
según especulaciones de Alberto Quiroz Corradi, principal negociador
de la salida democrática vía referéndum, después
de los fracasos del golpe de 2002, la huelga patronal-petrolera de diciembre
de 2002 y enero de 2003, la llamada “guarimba” de febrero
de 2004 y la presencia de los paramilitares colombianos -los “paracos”-
descubiertos el 9 de mayo cerca de Caracas, y de quienes poco se ha vuelto
a hablar en las últimas semanas.
Quiroz Corradi vetó los nombres de José Vicente Rangel y
de Alí Rodríguez Araque, presidente de Petróleos
de Venezuela S.A. (Pdvsa), como posibles vicepresidentes a cargo de la
primera magistratura, en una entrevista en las páginas dominicales
de El Nacional, periódico de que fue director. En cinco años
y tres meses de gobierno, Chávez tuvo otros dos vicepresidentes:
la universitaria Adina Bastidas y el ex militar Diosdado Cabello.
El diario El Nacional también comenzó a morigerar el lenguaje
golpista adquirido después de la ruptura con Chávez de Miguel
Henrique Otero, su dueño. El nuevo escenario político constituye
una severa derrota para las fuerzas más oscuras de la oposición,
incluyendo ese diario.
DEMOCRATAS DE NUEVO CUÑO
Hoy todos los líderes opositores de Venezuela
se suben al carro de la democracia, incluidos los golpistas. En una concentración
realizada el sábado 5 de junio, la derecha exhibió a sus
figura. Henry Ramos Allup, jefe del partido Acción Democrática,
encaró a sus colegas desestabilizadores: “Hemos derrotado
a los guarimberos que nos decían criptochavistas porque querían
la violencia…, dijo. También a los que de mala fe sembraron
el pesimismo y llevaron mucha agua al molino del discurso oficialista”,
agregó.
AD es el único partido de oposición que salió fortalecido,
al igual que figuras individuales, como el “independiente”
Quiroz Corradi y Felipe Mujica, presidente del Movimiento al Socialismo
(MAS), principales negociadores de la Coordinadora Democrática
con el gobierno.
La CD es un conglomerado de organizaciones viejas y nuevas, tales como
AD, el partido Social Cristiano Copei -francamente extinguido-, el MAS
(Movimiento al Socialismo, disidencia PC), la Alianza Bravo Pueblo -desprendimiento
de AD que dirige Antonio Ledezma-, Primero Justicia -una suerte de Patria
y Libertad- e innumerables personalidades sueltas, como los ex izquierdistas
Pompeyo Márquez, Pablo Medina, Américo Martín y otros.
En la oposición participan también Bandera Roja, cuyo líder,
Gabriel Puerta, pasó largos años en prisión bajo
los gobiernos de AD y Copei; Causa R, una organización izquierdista
fundada por Alfredo Maneiro, y una larga nómina de proyectos de
partidos y ONGs como Acción Cívica, Un Solo Pueblo, Proyecto
Venezuela, Queremos Elegir, el Frente Institucional Militar -integrado
por los militares disidentes de la Plaza Altamira, que también
tienen una corriente extremista-, y muchas otras agrupaciones.
El sector más radical de la CD está cobijado en el llamado
Bloque Democrático, descaradamente golpista y partidario de la
lucha armada. Su afiliación más “cívica”
es el Partido Laborista, financiado desde Estados Unidos por Lyndon Larouche,
cuya figura local es Alejandro Peña Esclusa.
Henry Ramos Allup nombró públicamente a los perdedores en
esta coyuntura: “Los grandes derrotados son Antonio Ledezma, Salas
Römer y Andrés Velásquez, que se la pasaron hablando
contra los reparos”. Velásquez es un ex dirigente sindical
siderúrgico que emergió en los años 80 con una organización
de Izquierda llamada Causa R. El dirigente AD aseguró que “todo
esto lo hemos hecho sin militares, sin disparar un tiro”, aludiendo
a los numerosos altos oficiales retirados contrarios al proceso que impulsan
las Fuerzas Armadas. “Vencimos a los locos que tenemos en la oposición
que andan buscando guarimbas y paracos (paramilitares colombianos): son
los que llaman a la guerra y cuando uno va al frente no los ve”,
agregó Ramos.
El gobierno aspira a que surja una oposición civilizada, capaz
de batirse en la arena democrática regulada por la Constitución.
El aislamiento de los sectores golpistas es una tarea prioritaria para
los partidarios del gobierno. Pero todavía no existen condiciones
para establecer algún pacto de gobernabilidad a mediano plazo.
También es visible la presión constante de Estados Unidos,
que tiene previsto realizar maniobras navales en la segunda semana de
agosto, para ensayar la “defensa del Canal de Panamá”.
Las operaciones navales norteamericanas explican el interés de
la CD por realizar el referéndum el 8 y no el 15 de agosto.
PRUEBA DE LIDERAZGO
El jefe del Estado puso en estos días a prueba
dos veces su liderazgo; primero el jueves, al hablar en Miraflores, explicó
la nueva situación y convocó a las marchas y concentración
del domingo 6 de junio. Ese día hubo una impresionante multitud,
más de un millón de personas, que fue a escucharlo a la
Av. Bolívar. Gente que también viajó desde el interior
del país comenzó a concentrarse antes de las 10 de la mañana
en varios puntos de Caracas. Luego marchó 10 kilómetros
hasta el lugar de concentración. Chávez comenzó a
hablar a las 15:15, cuando cientos de miles de personas llevaban varias
horas en actividad, en un día destinado al descanso. Su alocución
duró hasta las 5 de la tarde.
El líder venezolano desarmó con elegancia al Comando Ayacucho,
por las críticas a su conducción en la campaña de
los reparos, pero lo hizo sin dolor. El Comando, una suerte de concertación
de organizaciones partidarias que apoyan el proceso, continuará
actuando en la campaña electoral pero con bajo perfil. Chávez
dio un golpe de timón que no provocó traumas políticos
entre sus partidiarios.
El presidente Chávez argumentó que era necesario aprender
de los errores, agradeció el trabajo del Comando Ayacucho e instituyó
un supra comando llamado Maisanta, nombre de un guerrillero que luchó
en Santa Inés, una batalla de las guerras civiles del siglo XIX
en que el caudillo popular Exequiel Zamora derrotó a la oligarquía
con la entonces novedosa táctica de guerra de trincheras. El comando
Maisanta coordinará la campaña y tomará en cuenta
a todas las fuerzas políticas, partidos formales y agrupaciones,
que apoyan el proyecto de revolución bolivariana de Hugo Chávez
ERNESTO CARMONA
En Caracas
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