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Queremos encontrarnos
con el pueblo chileno
Se ha
frustrado una visita a Chile organizada por la Fundación Oceana
hace varios meses, por la campaña de odio desatada por sectores
que siempre actúan en contra de la amistad entre los pueblos de
América Latina.
La reivindicación marítima es una demanda que siempre ha
sido sustentada por el pueblo boliviano. Inicialmente, no estaba prevista
en el diálogo que iba a realizarse como parte de la invitación
que recibí. La actualización de este reclamo se da en el
contexto del proceso de integración latinoamericano; éste
es la razón por la que los mandatarios de algunas naciones de nuestra
región, y otras personalidades internacionales, expresaron no solamente
su apoyo a nuestra reivindicación, sino su disposición a
participar en la búsqueda de soluciones a un problema que es más
que centenario.
Conociendo las susceptibilidades que despierta este tema y con el propósito
de aclarar nuestra posición y la justicia de esta reclamación,
reiteré mi disposición a visitar Santiago de Chile en la
fecha prevista por la invitación que me hicieron Oceana y el Observatorio
Latinoamericano de Conflictos Ambientales (Olca). Sin embargo, unas horas
antes de embarcarme, recibí un fax del anfitrión que me
solicitaba suspender el viaje, dada la atmósfera que se había
creado en esa ciudad.
Debo destacar que, casi simultáneamente, recibí una invitación
de Fuerza Social y Democrática, instándome a realizar el
viaje bajo la responsabilidad de esa agrupación política.
He agradecido el gesto, pero consideré que debía atender,
antes que nada, el criterio de quienes me invitaron inicialmente.
Quiero puntualizar, en primer lugar, que era propósito inicial
de mi visita afianzar lazos de hermandad con organizaciones sociales de
Chile que, desde tiempo atrás, nos han expresado su interés
por conocer el proceso que vive Bolivia. Mostrar allí que, como
representante de los pueblos originarios, luchamos por decir, hacer y
vivir en condiciones de igualdad con todos los seres humanos, poniendo
en evidencia la discriminación que sufrimos en todos nuestros actos.
Asumo el compromiso de establecer esos contactos en un futuro próximo.
En segundo lugar, me parece importante hacer conocer, ahora, la visión
que tenemos aquí con relación a la reivindicación
marítima de Bolivia.
El tratado de 1904 fue impuesto a nuestro país en condiciones adversas
a cualquier reclamación boliviana. El gobierno de entonces aceptó
una compensación monetaria destinada a una construcción
ferroviaria, que no podía compensar el daño estructural
que se nos había hecho. Basta comparar este tratado con el firmado
entre Chile y Perú, en 1922, para ver la magnitud de las imposiciones
que nos hizo el gobierno chileno.
Desde entonces, la reclamación de Bolivia ha estado presente en
las relaciones entre nuestros países, sin que se haya modificado
ni una sola palabra de aquel tratado. Es más: en la década
de los 60, las relaciones diplomáticas entre Chile y Bolivia quedaron
suspendidas, por la falta de disposición de La Moneda a tratar
el aprovechamiento de las aguas del río Lauca, en los términos
que corresponden a dos países vecinos. Aún hoy, está
pendiente otro hecho: el aprovechamiento de las aguas del Silala que,
según el derecho internacional, corresponden a la soberanía
boliviana.
Nos preguntamos los bolivianos: ¿No hay razones suficientes para
reclamar la revisión del tratado de 1904? Es más: Chile
trató, por todos los medios, de rectificar un tratado con Argentina
en relación al canal Beagle, cuestión que se resolvió
con una mediación internacional. Otros grandes problemas limítrofes
en todo el mundo han sido revisados, sobre todo cuando los tratados han
sido impuestos por la fuerza.
Estamos convencidos que la mediterraneidad de Bolivia, provocada por la
invasión que sufrimos en 1879, es un factor de importancia en la
situación de empobrecimiento y atraso de Bolivia. Estamos sometidos
a la voluntad de otro país en nuestro comercio internacional. No
tenemos ninguna posibilidad de crear condiciones de mejoramiento en las
relaciones económicas con el resto del mundo.
En el proceso de integración, que estamos transitando con muchas
dificultades los países de Sudamérica, la persistencia de
esa injusticia se agrega a otros obstáculos que la dificultan.
El comercio de Bolivia es factor dinamizador de la economía del
norte chileno, la que estará siempre restringida por las malas
relaciones entre nuestros países. Debemos destrabar estos obstáculos
para avanzar hacia el objetivo de la integración.
Compañeros y amigos: reitero mi disposición a visitarlos
en un futuro próximo. Fuerza Social y Democrática me ha
reiterado su invitación, con el apoyo de nuestros amigos de la
Corporación Representa. En el MAS estamos considerando esta posibilidad
y les haremos conocer nuestra decisión en el menor tiempo posible.
Un abrazo de hermano latinoamericano,
Evo Morales Ayma
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