Edición 561 - Desde el 23 de enero al 4 de marzo de 2004
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Para un ardiente verano
El condón salvador


Jaime Lorca está comprometido en la lucha contra el VIH-sida, divulgando los riesgos de la enfermedad, enseñando a prevenirla, apoyando a quienes viven el duelo tras la muerte de un familiar. Cada día de Jaime está completamente ocupado. Da charlas en Santiago, en Valparaíso, va donde lo llamen y por las tardes, trabaja en el centro de documentación de la Corporación Sida Acción: allí ayuda a los estudiantes, desde básicos a universitarios, a encontrar información para sus tareas, investigaciones o tesis sobre el VIH.
Jaime, además, lleva en su sangre el virus del sida. Nadie lo pensaría al ver a este hombre saludable, como tantos otros que recorren las calles de Santiago cumpliendo con el trabajo cotidiano. Por eso, el luchador que es Jaime Lorca ha dedicado el tiempo que le quede de vida a prevenir, desinteresadamente, a los demás, para que no sufran lo que a él le ha tocado vivir.
Mientras tanto, en otro plano del mismo tema, tres canales de televisión decidieron no transmitir los spots de la Sexta Campaña Nacional de Prevención del Sida, iniciada el Día Mundial del Sida por el Ministerio de Salud. Los medios censores fueron el Canal 13 de la Pontificia Universidad Católica de Santiago, UCV-TV de la Universidad Católica de Valparaíso y Megavisión, del ultraconservador empresario Ricardo Claro.
En una acción paralela, la iglesia católica desató una crítica dura y fustigante contra la “inmoralidad de la campaña” y la ineficiencia del condón. El gobierno, por su lado salió a defender enérgicamente los spots censurados. Similares reacciones se registraban en diversas organizaciones sociales sensibles a los avance del VIH-sida.
Frente a los argumentos del clero sobre la inseguridad en el uso del condón, el ministro de Salud, Pedro García, señaló que “los estudios científicos que están a la vista a nivel universal demuestran que el preservativo tiene efectividad”. Además, en la página web de la cartera se incluyeron numerosos estudios que avalan esa afirmación. El secretario de Estado añadió “esto no quita que el que no quiera usar condón se cuide teniendo pareja única”.
García subrayó que la labor del Ministerio no es dictar pautas morales a la ciudadanía sobre cómo debe ser su vida sexual, sino evitar la propagación del VIH. Respecto de las críticas clericales puntualizó que “no todos los chilenos son católicos o no todos los católicos, necesariamente, se ajustan a los criterios de la Iglesia”.
En torno al aumento de la cifra de contagios precisó que aunque se ha registrado un crecimiento, ha sido menor al que se preveía y en ello han influido las campañas anteriores. Lo importante es lograr que esta patología quede estacionaria. Advirtió, además, que se trata de una enfermedad que tiene mucho que ver con los hábitos de las personas.
Al respecto, el ministro subrayó que “la gente sabe lo que es el sida, cómo se contagia y cómo se previene. Sin embargo, mucha gente no cambia su manera de proceder y por eso, se llama a una introspección, a ver cómo está procediendo”.
Rechazó las cifras manejadas por la iglesia que establecen un 80% de seguridad al usar el condón, señalando, en cambio, que la protección está entre 95 y cien por ciento.
Desde otra faceta de la polémica, el presidente del Partido Socialista, Gonzalo Martner, puntualizó que “es increíble que algunos canales, por conseguir rating vendan sexo y, sin embargo, se opongan a una campaña para evitar que jóvenes, mujeres, niños y cualquier ciudadano pueda morir”.

Ceguera eclesiastica

La arremetida de la Iglesia se dirigió en forma certera al condón, al que presagió las penas del infierno. Estigmatizó al humilde adminículo como si fuera un modernizado hijo de Lucifer, mezcla de herético, brujo e impío. Más de algún cura quisiera verlo en manos del Santo Oficio para luego lanzarlo a la hoguera. De hecho, técnicamente ya lo hicieron.
Son más importantes para la institución religiosa sus valores éticos y morales que el padecimiento de quienes día a día sufren la discriminación, el abandono, el desprecio de sus semejantes.
En entrevista a un periódico de la VIII Región, Antonio Moreno, el arzobispo Opus Dei de Concepción, cual cruzado e inquisidor, considera la campaña del sida como una amenaza al bien del hombre y no duda en calificar los spots de inmorales y atentatorios contra los valores éticos.
Según el arzobispo el enfoque de los spots “es una campaña desmoralizadora, porque presenta como equiparables situaciones que carecen de moral y, además, los métodos de prevención que promueven son inmorales”.
Añade que “aunque fuese seguro en un 100%, el preservativo es inmoral, y entrar en un terreno reñido con la moral significa que se van a generar nuevos problemas. Eso es lo que vemos hoy en la sociedad, esta campaña desmoralizadora ha producido violencia en la juventud y una corrupción generalizada. Esto se debe a que se abandonan los principios morales”.

A detener el sida

La descalificación del condón que hizo a su vez la Comisión de Bioética de la Conferencia Episcopal, al señalar que tiene una efectividad del 80%, fue desmentida rápidamente. Los expertos destacaron que a nivel internacional existen más de 400 estudios que lo respaldan.
“Nuestra posición es sanitaria, no valórica”, afirmó un grupo de especialistas de la salud que quiso “aclarar versiones incorrectas y peligrosas” difundidas por el Episcopado sobre el condón. “Existe amplia evidencia de que es efectivo en un 90%”.
La doctora Cecilia Sepúlveda, inmunóloga de dilatada experiencia en el trabajo con pacientes con VIH, señaló: “Nosotros no estamos por defender el condón, sino por impedir que la epidemia del VIH-sida continúe avanzando, y dentro de las medidas que deben considerarse está el uso del condón para la población que tiene una vida sexual activa”.
Junto a la doctora Sepúlveda estaban el decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, Jorge Las Heras; el director de la Escuela de Salud Pública, Giorgio Solimano; el presidente de la Sociedad Chilena de Salubridad, Manuel Ipinza, y el representante en Chile de la OPS/OMS, Henry Jouval.
Los especialistas puntualizaron que “existe amplia evidencia científica de que el condón impide el paso de agentes infecciosos como el VIH, cuando es usado correctamente, y que las investigaciones más recientes muestran que es efectivo en un 90%”. Coincidieron, además, en la necesidad de elaborar programas intensivos de prevención de sida que se mantengan en el tiempo, con campañas de comunicación y actividades continuas en todo el país. Destacaron que no es posible pretender que la gente elimine de su vida la sexualidad, porque es parte de su salud, “lo que hay que hacer es decirle cómo hacerlo mejor”.
En cuanto al uso del condón, el representante de la OPS/OMS precisó que “sigue siendo uno de los elementos esenciales y fundamentales en la prevención”.
Jorge Las Heras, por su parte, criticó al Ministerio de Salud por permitir que grupos valóricos o económicos tomen decisiones sanitarias. “En Chile, la gente debe informarse por sobre todas las cosas y es nuestra responsabilidad darle a la juventud la mayor cantidad de información (...) Si no, se crea la falsa sensación de que el sida está curado, pero sabemos que eso no es cierto”, subrayó. Junto con destacar la validez del condón como medida preventiva, lamentó que el debate se haya centrado en éste, en circunstancias que el tema realmente significativo lo constituyen “los miles de personas infectadas en nuestro país, los miles que han muerto y los jóvenes que pueden infectarse y morir”.
Según Henry Jouval, la discusión sobre el uso del condón y la negativa de algunos medios a transmitir la campaña antisida es un tema antiguo y repetido en muchos otros países. Por eso, como OMS “nuestra posición está dentro de un marco sanitario epidemiológico y no valórico”, apuntó.

Recursos de Proteccion

La Corporación de Promoción y Defensa de los Derechos del Pueblo, Codepu, presentó un recurso de protección en favor de la ciudadanía y contra los canales de televisión que se negaron a transmitir los spots de la campaña de prevención contra el VIH-sida.
Señaló la abogada del Codepu, Alejandra Arriaza, “nuestro objetivo es que se respete el derecho a la protección de la salud y a la información. Son derechos humanos garantizados en la Constitución de la República y en tratados internacionales”. Apunta que por desgracia las cifras de contagiados con sida crecen día a día porque el tema no se conversa, ni se discute y existe desconocimiento de las cifras reales en el avance de la enfermedad. Igualmente notoria es la falta de información en cuanto a la importancia de prevenirla.
“El recurso -señala- lo presentamos basándonos en tres garantías constitucionales: protección a la salud, derecho a la información e igualdad ante la ley, garantías consagradas en el artículo 19 de la Constitución. Pensamos que más allá de la línea editorial o política de cada canal, existe un interés superior, que es dar información con el objeto de proteger a la población”.
Puntualiza que éste se encuentra por encima de intereses particulares, puesto que atañe a toda la comunidad. Además, en una sociedad democrática es fundamental que no sólo exista libertad de expresión, sino que los ciudadanos puedan acceder a toda la información que circula, no sólo a la información parcializada que quieren entregar algunos medios. El recurso fue presentado en la Corte de Apelaciones capitalina y ha sido acogido a tramitación.
Según la abogada del Codepu, en definitiva el tribunal podría instruir a los canales que transmitan los spots. “Los tribunales, al aplicar la ley, tienen que velar porque exista efectivamente justicia y no una ley mecánica, que haya un efectivo avance hacia una sociedad más democrática.
Estos spots no agreden, sino que hacen reflexionar, ayudan a la población a tener una sexualidad mucho más madura, más responsable y evitan poner en riesgo la salud de las personas”, observa la profesional, quien considera grave que prácticamente la mitad de los canales de TV se esté restando a una campaña de difusión de protección a la salud.
A su juicio las campañas deberían ser continuas, prolongadas, diversas. No solamente por televisión, también a través del debate, de la conversación, en las universidades, en el lugar de trabajo.
Es indispensable tomar conciencia de que en el país existen 5.362 enfermos con sida y son 5.900 los que viven con VIH asintomático. A ellos hay que añadir una “cifra negra”, que se estima en cerca de 30 mil chilenos contagiados. Los principales afectados son personas de 15 a 49 años. Entre ellos se ha producido un inquietante aumento de casos en mujeres

Sonia Cano


Jaime Lorca

La fidelidad se rompe
más fácil que un condón


Habla Jaime Lorca de la Corporación Sida Acción:
¿Cómo se contagió con el VIH?
“Lo adquirí por relaciones sexuales desprotegidas. Creía que el VIH era una enfermedad de un grupo de gente promiscua, y yo no me sentía con conducta de riesgo. Tenía una vida muy ordenada, con pareja única por más de 20 años. Ni siquiera pensé que me podría pasar. Debo haberlo adquirido entre el 86-88. En ese intertanto no estuvimos juntos y tuve relaciones con otra persona. Cuando me notificaron en el 96, busqué a esa persona. Ya había fallecido de sida”.
Se ve que ya lo asumió, ¿cómo fue su proceso?
“Ahora estoy bien, pero en esa época el sida para mí era una cuestión muy ajena. Por lo tanto, no me preocupaba lo que pasaba con él, ni con los que lo pudieran tener. En el 96, cuando me notifican, había campañas pero yo, instintivamente, cambiaba el canal de TV cuando aparecían. No las miraba y no leía.
Ese proceso fue muy angustiante, muy doloroso, fue una condena a muerte, una muerte inminente. Estuve tratando de preparar un funeral, viendo cómo dejaba a mi familia tranquila y les inventé que tenía un cáncer grave. Con eso me manejé durante mucho tiempo con mi familia. Luego de ese proceso de dolor, de angustia, del Hospital Salvador me mandaron a la Corporación Chilena de Prevención del Sida. Allí un grupo de personas con VIH se juntaba a conversar. Llegué a la Corporación y subí la escala a la rastra y bajé por mis propios pies, porque cuando salí de ahí sabía que no me iba a morir.
Les creí a esas siete personas que estaban bien, que hacía tiempo que sabían que tenían VIH, que conversaban el tema con una naturalidad tremenda. Lloré mientras me hacían preguntas y daban respuestas a mis inquietudes, a mi dolor. Luego empecé a asistir semanalmente a un grupo de conversación y fui aprendiendo sobre el VIH. Ahora trabajo en varios programas en instituciones, entregando información y acompañamiento a personas en crisis de salud. Ahí me toca estar con las familias de personas que podrían morir. En ese evento ayudo a las familias, las preparo para aceptar el duelo”.
¿Cómo percibe la población al VIH?
“Todavía muy ajeno. Se acercan cuando a un amigo o pariente le toca. De lo contrario, ni siquiera quieren tener información. Sin embargo, los estudiantes escogen el tema aunque no está en el currículo de universidades ni institutos. En la educación media a los alumnos también les interesa el VIH. Me sorprende que sean los cabros los que quieren saber, no sus educadores.
Desde el punto de vista de la homosexualidad, creo que le debemos mucho al VIH. Nos ha permitido finalmente hablar de sexualidad. Si se educara desde la escuela básica no sólo sobre sexualidad reproductiva, los que trabajamos en prevención llegaríamos con más facilidad a la gente. Aquí hay una deuda, el Ministerio de Educación debería hacerse cargo de educar a la gente en prevención”.
¿Ha vivido la discriminación?
“Al comienzo había más discriminación en los hospitales. La enfermera se ponía tres guantes y finalmente ni siquiera lo tocaba a uno. Si tenían que tomar una muestra de sangre, había una pelea entre quienes debían tomarla.
Todavía la gente y las familias lo pasan muy mal, porque está lleno de mitos, de falta de información. Lavar la loza con cloro, estar pendientes de desinfectar el baño... que son trabajos inútiles.
Además está la discriminación afectiva. A uno, desde que tiene VIH, le cuesta mucho tener pareja, enganchar con alguien, empezar una relación. Uno tiene que poner el VIH y decirlo, y cuando lo digo me dicen: ‘¡Qué pena que te pase a ti, pero déjame darte un abrazo! Yo a partir de hoy voy a ser tu mejor amigo’, y por supuesto desaparecen para siempre. Esa discriminación es terrible”.
¿Cómo enfrenta el VIH?
“Uno tiene que estar en actividad plena, tiene que estar ocupado. El VIH no sólo es un virus que navega por mi sangre y que se quedó a vivir conmigo, también se aprovecha de mis estados de desánimo para hacer de las suyas y aniquilar mis defensas. Hay que tratar de vivir lo más feliz que se pueda. Después de haber sido notificado del VIH y vivir ese período de duelo que fue muy doloroso, creo que he aprendido a disfrutar de cualquier cosa, de las primeras lluvias de abril, del calorcito de la primavera”.
¿Cómo prevenir mejor?
“Necesitamos que se hable mucho más en la prensa. Que aparezca de manera entretenida, de una manera que a la gente le interese leerlo.
El preservativo es la herramienta más eficaz de prevención. Hay que luchar por este preservativo, porque hoy no es solamente un método anticonceptivo. Es un método de prevención de las enfermedades de transmisión sexual. Tenemos que aprender a cuidar nuestra salud, a mejorar nuestra calidad de vida.
Hago un llamado a los homosexuales a cuidarse y usar el preservativo. La pareja única es super importante. Pero pareja única es una cosa, pareja exclusiva es otra y eso es lo difícil. Se rompe más fácil la fidelidad que un condón. O sea, usa condón, es más difícil que se rompa”
S.C.

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