Edición 705 - desde el 19 marzo al 1 de abril de 2010
Inicio |   Favoritos | Recomendar Página | Cartas al Director |
Documento sin título
Buscar
última Editorial
Carta al director
Ediciones Anteriores.
En Quioscos
Archivo Histórico
Publicidad del Estado

El fallo de la Fiscalia

Regalo
En esta edición

La tempestad social que se aproxima

La Corte Suprema
ante la demanda
de Punto Final

Piñera dobló su fortuna en un mes

Hoy como ayer
Cuba ayuda
a Chile

La llamarada del septiembre venezolano

En edición impresa

El asesinato de los
Vergara Toledo

Evocando
a Gustavo Becerra

Errores básicos del sistema cubano

¿Qué pasó
en Chile?

Héroes

La televisión
guiando
al pueblo

Visita

Evocando
a Gustavo Becerra

Hace algunas semanas, la prensa chilena anunció en algunas modestas líneas la muerte de nuestro compositor Gustavo Becerra-Schmidt, Premio Nacional de Arte, ocurrida el domingo 3 de enero de 2010. Gustavo nos dejó cuando tenía 84 años.
La manera como fue presentado en la prensa nacional el deceso de Gustavo Becerra no es necesariamente algo de lo cual podamos estar orgullosos. En efecto, se trataba de un músico chileno importante, excepcional. Su trabajo de compositor, su legado pedagógico y su producción universitaria, testimonian a un hombre de inteligencia y formación extraordinarias.
Tuve el honor de conocer a Gustavo Becerra a partir del año 1978, cuando yo todavía era estudiante en el Conservatorio Tchaikovski, en Moscú. Desde esa fecha, tuve el privilegio de compartir, reír, discutir, aprender con el maestro, en innumerables ocasiones y encuentros. Juntos participamos en varias manifestaciones culturales en Alemania, Polonia y Francia. Tuve, además, la suerte de ser el destinatario de algunas de sus obras para violonchelo (el Concierto, para chelo y orquesta, la Tercera Partita, para chelo solo y la Cuarta Sonata, para chelo y piano). Y en varias ocasiones fui invitado por la Universidad de Oldenburgo a participar en las ceremonias organizadas para celebrar su cumpleaños.
Entre los discípulos más destacados de Gustavo Becerra podemos citar, sin ninguna duda, a Sergio Ortega, Luis Advis, Sergio García y Melikof Karajan, entre otros.
El maestro Becerra era una persona erudita e informada, con una verdadera reflexión de profesor universitario. Sus comentarios siempre eran argumentados, fundamentados, profundos. Gustavo era un músico serio, trabajador e innovador.
Una de las más bellas cualidades de su personalidad, y que yo nunca olvidaré, era su sentido del humor. La última vez que pude verlo a pesar que ya había perdido la voz y que el diálogo era por definición más difícil, pudimos reírnos bastante y guardo de ese momento un recuerdo inolvidable.
Gustavo Becerra-Schmidt merece más atención y comentarios relevantes en nuestro medio. Gustavo fue un intelectual chileno de primera clase y un gran humanista. Pienso que nuestro fallecido escritor Volodia Teitelboim no hubiera dejado pasar la ocasión para rendirle el homenaje que este artista chileno merecía. No quisiera hacer referencia a los famosos dichos nacionales “Nadie es profeta en su tierra” o “El pago de Chile”, pero de alguna manera, lo que ha acontecido con Gustavo Becerra los justifica plenamente. Es cierto que en esta época en que para muchos sólo el dinero cuenta, la obra de un gran músico progresista pierde legibilidad y trascendencia. Pienso que no faltarán ocasiones para volver a evocar la memoria y la obra de este gran musico.

EDUARDO VALENZUELA BEJAS
Músico

(Publicado en Punto Final, edición Nº 705, 19 de marzo, 2010)
Suscríbase a PF
punto@interaccess.cl