Allende llega
al teatro
AUTOR: LEOPOLDO PULGAR IBARRA
“Allende, un acontecimiento teatral”, de la compañía Teatro Kapital.
Llama la atención la juventud del elenco de Allende, un acontecimiento teatral. También que valore la figura y la palabra del presidente Allende, aunque apenas supieron de la última etapa de la dictadura militar. Tal vez por eso fue fácil que aceptaran la propuesta de Iván Insunza (25, actor, músico, profesor), director de la compañía Teatro Kapital (Ante la ley, 2007, Premio “Eugenio Guzmán” y Suspendidas, 2008, Mejor Montaje y Mejor Dirección, FTSUR), para realizar un testimonio documental sobre la figura histórica de Salvador Allende y la vigencia de su palabra. “Discursos, informaciones de prensa, poemas y canciones se articulan para traer a nuestros días el fugaz sueño que vivió Chile”, revela Insunza. Es decir, presentar la palabra de Allende como una propuesta ideológica, política y social, incluso con vigencia en el Chile de hoy. El resto lo hace el arte teatral y su capacidad para proponer desde la vitalidad escénica una reflexión activa sobre nuestro país. Simultáneamente, la obra indaga en el carácter de una puesta en escena a partir de textos de teoría teatral. Un guiño al oficio escénico.
Experiencia política
y escénica
El teatro político y la búsqueda de nuevas formas teatrales definen a la compañía Teatro Kapital. Dice Insunza: “La intención era construir un montaje a partir del carácter ‘performativo’ del teatro, es decir, aquello que se resuelve en la obra misma y no en la representación de una ficción. Definimos un tema y una mirada (la figura de Allende y lo que representa su palabra) y luego trabajamos formalmente. Actores y actrices no dejan de ser ellos mismos en ningún momento, están en un estado de actuación relativa. Algo así… creo”.
¿Cómo se trabaja?
“Con simpleza. Los lugares de cada situación escénica se encuentran en la memoria, en la imaginación, en el inconsciente. Pero la obra tiene una estructura clara. Creo que es un buen cruce entre la maravillosa libertad de trabajar desde la autoría escénica y la posibilidad de ir normando cada parte. En definitiva, el juego es entretenido si las cosas emanan de la escena y no son caprichos con pretensiones posmodernistas”.
Hay música, canto, coreografías…
“Sí, se debe a mi interés por lo ‘performativo’ y mi gusto y curiosidad por el teatro político. Importa la realidad misma de la obra, de los actores, del espacio y tiempo reales”.
Palabra y discurso
¿Qué valor tiene el discurso político?
“Si entendemos el lenguaje como elemento de construcción de realidad, la mejor manera de entender otros momentos históricos es abordando la palabra de esos momentos. Pienso que no hay otro modo de entrar en Allende. Esto nos permite mirar de otra forma nuestra realidad actual y contrastarla con la idea de país que en algún momento se forjó”.
La palabra, ¿seducción o dominación?
“Es un arma de doble filo. Sería ingenuo pensar, sobre todo hoy cuando se hace política desde la demagogia, que la palabra es el reflejo puro de ciertas convicciones. Sin embargo, creo que los discursos de Allende son la poetización de cosas que mostraron su carácter material, su realización posible”.
¿Exalta o critica a Allende?
“Es un homenaje, pero además una visión crítica de ese país imaginado del que ya no queda casi nada. Allende encarnó un sueño, la ilusión de crear las condiciones materiales para la construcción de una sociedad que hoy casi ha perdido sentido, sólo casi… Por eso creemos necesario recordar lo que Chile pudo alcanzar y que fue destruido”.
¿Cuál discurso le impresionó más?
“El que pronunció en Naciones Unidas. Allí Allende presenta un país tan distinto del que hoy conocemos que resulta irónico”.
La obra usa citas de teoría teatral…
“Pienso que el proyecto país que se articula en los discursos de Allende se funda en la necesidad de crear, a través del trabajo, las condiciones para un nuevo modo de relaciones sociales. Por otro lado, los textos de teoría incorporados dan cuenta de ciertos aspectos de lo teatral que no siempre han sido considerados. Se exalta aquello que es esencial en el teatro: la presencia, la necesidad de construir en cada ocasión, en cada acontecimiento teatral. Es posible entender la creación escénica en paralelo a la creación social. Son juegos de relaciones. El teatro es el ensayo de lo que podría ser”.
¿Qué relación tiene el elenco con el discurso político?
“No sé. Los convoqué sabiendo que algo les produce la figura de Allende y que comparten las inquietudes por ciertos cambios en nuestro modelo social… pero cada uno desde lugares muy distintos. Creo que a los jóvenes nos atrae la figura de Allende porque fue el ‘último’ en muchos aspectos… Se dice que la juventud no tiene referentes… Claro, los han matado a todos”.
(Publicado en Punto Final, edición Nº 693, del 4 al 17 de septiembre de 2009. Suscríbase a PF.
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