Edición 693 - Desde el 4 al 17 de septiembrel de 2009
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Mujeres de Calama contra el machismo


Autor: ARNALDO PEREZ GUERRA
En Calama

Red de Mujeres El Loa desafía el machismo y la violencia.

Calama concentra la mayor cantidad de denuncias de maltrato y violencia intrafamiliar en el país. Al vergonzoso récord se agrega que no hay adecuada fiscalización o seguimiento de las denuncias. Según organizaciones de mujeres, las casas de acogida o instancias de rehabilitación son insuficientes, y la violencia en los hogares se ha transformado en un círculo vicioso que se traspasa de generación en generación. Según el Servicio Nacional de la Mujer (Sernam), los agresores mayoritariamente son las parejas de las mujeres, y no las ex parejas como en otras zonas del país. La dependencia económica y sicológica, el miedo y los prejuicios siguen siendo obstáculo para que muchas denuncien. Según Carabineros, en el primer semestre de 2009 hubo 1.125 denuncias en Calama.
“Una mujer agredida tarda siete años en denunciar que vive violencia. Si aumentan las denuncias es que las mujeres agredidas se están atreviendo. La violencia contra la mujer no puede examinarse como un hecho aislado de carácter privado. Es un grave problema social, reconocido como uno de los núcleos duros que impide a la mujer el ejercicio y goce de sus derechos. Subyacen creencias que están en la base de la ideología patriarcal, que se expresa en la subordinación de la mujer al dominio y control masculino. Muchas mujeres están permeadas por estas creencias. Se encuentran impedidas de tomar conciencia sobre su realidad”, dice Johana Torres, directora regional del Sernam.
Según el Juzgado de Familia de Calama, en 2006 ingresaron 634 casos de violencia. En lo que va de 2009, ya se registran 370 casos. También ingresan causas a la Fiscalía Regional. En la región, sólo hay tres Centros de la Mujer: en Antofagasta, Calama y Tocopilla. A fines de abril, Telsa Figueroa, de 44 años, fue decapitada por su esposo, un trabajador contratista, en la población René Schneider. Se convirtió en una de las mujeres mártires de Calama, reavivando el repudio contra el femicidio y la violencia sexista. Según el Sernam, en la Región de Antofagasta en 2005 se efectuaron 1.887 denuncias, mientras en 2008 éstas aumentaron a 3.671 casos. Un incremento de 95 por ciento.
Para la Red de Mujeres El Loa la situación es gravísima, pues “sólo el 35% de las denuncias presentadas en tribunales y policías se investigan o se hace un seguimiento. En la Provincia de Tocopilla apenas se investiga un 5 por ciento. La violencia dejó de ser un tema entre cuatro paredes, afecta a la sociedad”, dice María Robles, presidenta de la Red de Mujeres El Loa. “Hay una sensación de que los agresores quedan en la impunidad. Muchas veces las autoridades no conocen la problemática, por ende no hay soluciones”, agrega Marcela Toledo.
Según la última Encuesta Nacional de Victimización por Violencia Intrafamiliar y Delitos Sexuales, el 72,3 por ciento de los niños, el 35,7 de las mujeres y el 19,8 por ciento de los adultos mayores, ha sufrido violencia. En Calama las cifras son peores.

Inserción laboral

En Calama hay un alto índice de jefas de hogar, pero muy pocas disponen de una fuente laboral. “Muchas mujeres han llegado a Calama en busca de oportunidades para ellas y su grupo familiar. No sólo los hombres se desplazan por temas productivos o laborales, las mujeres también. Y no siempre -más bien casi nunca- son bien recibidas o tienen la suerte de encontrar un buen trabajo. Ya es tiempo de decir basta a los maltratos. Las mujeres que trabajamos somos constantemente maltratadas”, dice María Robles.
En la ciudad, las fuentes laborales para la mujer son escasas. “Se dice que por ser una región minera es difícil encontrar trabajo -agrega Robles-, pero es sólo machismo. En Calama hay mucha discriminación”. Señala que el tipo de capacitación que se les imparte es sólo una continuación del rol que desempeñan en el hogar. “Aseo en baños, sirviendo comida, cocinando y atendiendo público. Eso no va acorde al mercado laboral que hay en la región. Inclusive las mujeres que optan a carreras profesionales se ven obligadas a prolongar su rol doméstico”, agrega. Hay empresas que no contratan mujeres, sobre todo en edad reproductiva. “Es una sociedad hipócrita que por un lado estimula la maternidad y por otro la castiga”, señala Robles. “Como Red les planteamos a las mineras Gaby, El Abra, Esperanza y otras, la necesidad de mayor inserción laboral de la mujer. El representante de Minera Esperanza se comprometió y nos dijo: ‘Andamos en busca de mujeres’. ¿Pero qué pasó? Nuestra Red recibió más de 500 currículum y sólo contrataron a una mujer. No hay voluntad ni en las mineras ni en las grandes empresas”, dice Marta Gómez.
“En Calama hay muchos emigrantes, gente de otras regiones y países. Hay trabajo pero precario, y mal remunerado. Y es difícil para quienes son de Calama, pues llegan empresarios con trabajadores de afuera”, agrega Marcela Cutipa, presidenta de la Asociación de Consumidores de El Loa. En cuanto a la inserción laboral femenina, la región es de las más bajas. Persiste la superstición machista de que las mujeres no pueden entrar a faenas mineras o manejar maquinarias.
María Robles vive en la población Alemania. Es de Punitaqui y vivió también en Arica. Señala que en la Red participan más de ochenta mujeres, y en actividades y movilizaciones congregan a 250 o más. “Nos preocupa la salud, la prevención del VIH, la lucha contra la violencia intrafamiliar, la inserción laboral de la mujer, etc. Recolectamos firmas -40 mil- para presionar a las autoridades para que el nuevo hospital tuviera una UCI, y logramos modificar la maqueta. Eso definitivamente nos posesionó en el espacio local. Hoy trabajamos en la inserción laboral femenina que en Calama es la más baja del país. Por prejuicios históricos y culturales, la mujer no accede a trabajos en faenas mineras. Las autoridades no se han hecho cargo. Nos reunimos con ejecutivos de las mineras Gaby, El Tesoro, Esperanza. Se comprometieron a contratar mujeres. Pero aún no sucede”, dice.

Medioambiente y VIH

La Red denunció a la empresa Tratacal S.A., concesionaria de la planta de tratamiento de aguas servidas de Calama. “Durante años la planta provocó malos olores en un importante sector de la ciudad. Eran unas doce mil personas las afectadas. Nos contactamos con la Fiscalía del Medioambiente, que junto a Chile Sustentable nos ayudaron. En un recurso de protección el juez decretó ampliar la planta, arborizar, mitigar los olores, etc.”, dice María Robles. Pero siguen preocupadas del tema, pues en Calama se retiran diariamente entre 90 y 130 toneladas de basura, y hay varios vertederos clandestinos.
La Red de Mujeres El Loa se interesa en capacitar en materia de derechos ciudadanos -específicamente en derechos de la mujer- a sus socias. “Vemos permanentemente dónde insertarnos”, dice Marcela Cutipa. La Red El Loa es parte de la Red de Mujeres del Norte Grande, que comprende desde Putre hasta Taltal. “Realizamos nuestro sexto encuentro en Arica, con autogestión y financiamientos propios. Integramos también el Observatorio de Control Interamericano de Migraciones y el Programa Chile Sustentable. Hemos querido salir de lo local y nacional. También tenemos proyectos con la Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas y del Caribe, y hoy encabezamos la lucha por la reposición del aborto terapéutico”, dice María Robles.
“Para las mujeres ha habido avances con la presidenta Bachelet en materia social, en lo previsional, en temas de salud, en el acceso a esferas que antes estaban vedadas. Pero aún no hemos cambiado la estructura y cimientos de esta sociedad machista y patriarcal. Por eso creemos se debe reponer el aborto terapéutico, que existía en nuestro país. Pese a los avances, sentimos que la derecha sigue gobernando desde la penumbra”, dice (…)

 

(Este artículo se publicó completo en Punto Final, edición Nº 693, del 4 al 17 de septiembre de 2009. Suscríbase a PF.
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