Edición 687 - Desde el 12 al 25 de junio de 2009
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Alejandro Navarro Brain

El candidato
que vino del sur


La tercera es la vencida. Dos veces se concertó esta entrevista y dos veces falló el senador y candidato presidencial del Movimiento Amplio Social (MAS), Alejandro Navarro Brain. La primera fue porque tuvo que partir intempestivamente a Valparaíso y la segunda, porque perdió el avión en que se trasladaría de Concepción a Santiago. Finalmente, con excusas, llegó a la tercera cita en la ex sede del Congreso Nacional en Santiago. Dedicó más de una hora a la conversación, con sólo una disimulada mirada al reloj.
El senador Navarro se hace esperar no por soberbia -es extremadamente sencillo-, sino porque parece querer estar en todas. Si siempre se le ha visto inquieto, alerta y movedizo, su actividad es sin duda mayor desde que decidió entrar en la carrera presidencial para 2010, luego de renunciar al Partido Socialista donde militó la mitad de su vida.
Proviene de una familia de trabajadores. El mismo comenzó a trabajar desde niño. Después tuvo que interrumpir estudios universitarios para desempeñarse por algún tiempo como obrero. Al retomar los estudios, en la década del 80, llegó a presidir la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción. Es profesor de filosofía y licenciado en educación. A los 50 años, está casado con la doctora Ana García, tiene cuatro hijos y una conocida trayectoria política. Fue diputado por tres períodos consecutivos y en 2005 llegó al Senado representando a la Región del Bío Bío, con la primera mayoría regional y la segunda mayoría en el país.
Lanzó su campaña presidencial en la Región Metropolitana el 15 y 16 de mayo en las comunas de Recoleta y Pudahuel Sur. De todos los candidatos de dentro y fuera de las coaliciones, es el que tiene menos cobertura en los medios y uno de los más bajos porcentajes en las encuestas nacionales (entre menos de 1 y 2 por ciento). Sabe que escogió un camino difícil como candidato de un partido en formación, que debe reunir 36 mil firmas al 11 de julio para legalizar su constitución. El MAS ya se inscribió en las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá, Antofagasta, Atacama y Aysén con más de 5.500 firmas. Después vendrán la Región Metropolitana, Bío Bío y Magallanes (www.movimientoampliosocial.cl, www.navarro.cl). Navarro sigue adelante, “tratando de demostrar que el mérito es un factor esencial, que puede derrotar los tres ejes tradicionales de la política -el apellido, el dinero y los padrinos- sobre los cuales se ha construido parte importante de la plutocracia nacional”. En el último tiempo han adherido a su candidatura la Fuerza Social y Democrática, Nueva Izquierda y la G-80.

Con tres candidatos presidenciales independientes de la Concertación y con los bajos porcentajes de adhesión que usted está obteniendo en las encuestas, ¿cree que fue acertado lanzar su candidatura para 2010?
“Este no es el proyecto de la candidatura de Alejandro Navarro. Es el proyecto del Movimiento Amplio Social, que busca construir un eje articulador de mayoría ciudadana para gobernar el país. La postulación a la Presidencia de la República no es producto de un suceso, se construye en un proceso. Por tanto, el MAS, con cuatro meses y medio de vida, es una guagüita en el vientre de su madre que antes de nacer cuenta con cinco alcaldes, un candidato presidencial, un partido inscrito en cinco regiones y a punto de inscribirse en otras tres. Lo que hemos construido en tiempo tan breve da cuenta del vigor de nuestra propuesta. El promedio de edad de la comisión política del MAS es 29 años. Su presidente, Felipe Hasbún, egresado de derecho y ex presidente de la Fech, tiene 27 años. El MAS no requiere incorporar jóvenes para mostrar juventud, se compone esencialmente de una generación de jóvenes a la que acompaña un conjunto importante de veteranos de las décadas del 70, 80 y 90. Hemos dado paso a una generación que busca transformaciones revolucionarias de la sociedad chilena, de aquellas que tocan los intereses de los poderosos. Una transformación que no busca consensos, porque esa política se agotó en los tres primeros gobiernos de la Concertación. En educación, en materia tributaria, modernización del Estado, nacionalización del agua, en los temas que afectan intereses de los poderosos, no existe ninguna posibilidad de consenso. Hay que construir mayoría para el cambio de verdad. La reforma constitucional y la Asamblea Constituyente no están en los planes ni de Eduardo Frei Ruiz-Tagle ni de Sebastián Piñera. En definitiva, hemos dado testimonio de coherencia entre el decir y el hacer”.
¿La Concertación no da para más?
“Se agotó políticamente. El Partido Socialista ha dejado de representar los intereses de los trabajadores. Nos salimos de la Concertación y del PS con dolor, después de 26 años de militancia. Un centenar de militantes nos retiramos para constituir el MAS y convocar al mundo popular como eje articulador del progresismo, de la ciudadanía y de la Izquierda. En este breve período las encuestas han mostrado algo muy preciso. Más del 90% de los medios de comunicación están en manos de la derecha. Y han tenido una luna de miel con Marco Enríquez-Ominami. Las encuestas que nosotros tenemos nos señalan que la figura de Marco es importante, pero sigue habiendo una valoración importante para nuestra propuesta. Marco ha encarnado un sentimiento profundo de la sociedad chilena. Nosotros estamos construyendo una propuesta para materializar el sueño de Marco. No sólo aspiramos a crear un suceso el 11 de diciembre de 2009, aspiramos a cambiar profundamente la realidad en Chile, y eso no sucederá sólo con una elección presidencial sino con un proceso histórico de gobierno, para lo cual se requieren mayorías.
Estamos contentos con la respuesta extraordinaria que ha tenido el MAS en todo Chile. Las elecciones son competencia, y Marco ha creado más competencia dentro de la Concertación. El sigue siendo de la Concertación e intenta resolver los problemas dentro de ese conglomerado. Nosotros nos retiramos de la Concertación”.
Usted tiene diferencias importantes con la postura de Enríquez-Ominami.
“Marco nos sorprendió con su 5% de privatización de Codelco. Ni la dictadura lo había planteado. Atreverse a hacer eso es ser tremendamente innovador, pero también es tremendamente peligroso. La flexibilidad laboral también la rechazamos de plano, Chile ya es un país de extrema flexibilidad laboral. Y por cierto, al plantear el desarrollo de energía nuclear en veinte años, Marco recoge la propuesta de la derecha económica, del lobby atómico francés y ruso. No sé si se va a desdecir, pero ‘dime con quién andas y te diré quién eres’. Marco tiene que cuidarse de sus asesores. Está bien la transversalidad, pero el proyecto que queremos construir tiene un sello popular y transformador junto al pueblo. Quedan fuera los que han conspirado para llegar a este estado de cosas. Queremos ser subversivos de verdad. El proyecto del MAS busca empoderar a la ciudadanía, como único factor real de cambio. Lo otro es un discurso que se agotó. Y la Concertación es su expresión más fiel”.

Reforma Constitucional
con voto popular

¿Cuáles son los tres puntos más importantes de su programa en lo político, económico y social?
“En lo político, reforma constitucional y Asamblea Constituyente. También, democracia y autonomía en las regiones, con elección directa de intendentes y gobernadores, y referendo revocatorio a nivel de presidente de la República, diputados, senadores, alcaldes y concejales. Hacer una reforma constitucional en Chile es un desafío enorme. La transición sólo terminará cuando se haga una reforma constitucional basada en el sufragio popular. La transición no se termina con uno, dos o tres diputados comunistas en el Congreso. Tampoco se termina la exclusión, ni menos el sistema binominal. Por el contrario, se consolida. Ya se escuchó a Pablo Longueira arengar en el Senado que el sistema binominal vino para quedarse, porque incluye a los excluidos. En mi opinión, es una situación grave. Por eso no suscribimos ese pacto.
Trabajaremos por terminar con la exclusión mediante una reforma constitucional profunda, y por avanzar hacia un sistema que termine con la ‘monarquía’ presidencial y el sistema binominal que ha favorecido a la derecha y a la Concertación. Todo esto deriva de una Constitución capaz de acoger y dar espacio a la ciudadanía”.
¿Y en lo económico y social?
“Hay que reforzar y revisar el estatuto tributario del país. Es posible avanzar hacia la diferenciación del IVA en los productos de la canasta básica, que son de consumo masivo en los sectores populares, y compensar la menor recaudación del Estado con impuestos a las grandes empresas. Planteamos generar un royalty minero como corresponde, porque nos hemos conformado con un impuesto específico a la minería de 3%, que es insignificante. En Australia, Canadá y Estados Unidos el royalty fluctúa entre 14 y 24%. Al corregir eso, entre otras medidas sociales podremos financiar la educación superior, que actualmente es particular pagada en un 70%, una situación insostenible de acuerdo a los parámetros de excelencia internacionales.
Además, nos proponemos reformar estructuralmente la legislación laboral y el sistema previsional. Estoy por la creación de una AFP estatal solidaria, con representación de los trabajadores y con inversiones en Chile. Y por un trato especial para los 320 mil chilenos que han perdido más del 50% de sus ahorros previsionales y que están en condiciones de jubilar en los próximos cinco a diez años.
Asimismo, se necesita revisar a fondo el tamaño y el rol Estado. Queremos un Estado más poderoso, regulador de la economía y con capacidad para generar inversiones productivas en materias especiales, como lo hizo la Corfo en la década del 50 en zonas deprimidas y de alta productividad. Es el caso de Arauco, donde los sectores pesquero, forestal y carbonífero no generarán más empleo si no hay intervención estatal. Se necesita un nuevo modelo económico-productivo para el país. La fórmula es más Estado y menos mercado”.

Candidatura de mayorías

Sus planteamientos tienen mucha semejanza con el programa de Jorge Arrate. ¿Por qué no hubo acuerdo para presentar una sola candidatura?
“Aunque parece que en diplomacia y en política decir la verdad es condenarse, en mi opinión el acuerdo político presidencial entre Jorge Arrate y el Partido Comunista se gestó antes de la renuncia de Arrate al Partido Socialista. Culminó un proceso político legítimo, que no cuestiono, pero el MAS planteaba que el candidato presidencial debía surgir de una primaria ciudadana en la Izquierda. Si decimos que la Concertación no escucha a la ciudadanía, la fórmula para elegir al candidato presidencial de la Izquierda no puede ser una reunión resolutiva de las directivas de partidos de Izquierda. Consultar a la ciudadanía es el único modo de legitimar una candidatura de mayorías. Ese fue el punto de discrepancia con el Juntos Podemos”.
Pero se hizo un proceso de asambleas para elegir al candidato…
“Seamos francos. Los que participaron eran los militantes de la Juventud Comunista y de los partidos Comunista y Humanista. En mi región se reunieron sólo los militantes, no convocaron a la ciudadanía. La decisión ya estaba tomada. Y como ya sabíamos el resultado, al MAS le pareció un poquito absurdo participar. Pero seguimos planteando que si Arrate marca 9% en las encuestas y Navarro se queda pegado en el 2%, apoyaremos a Arrate. Pero si es al revés, pedimos reciprocidad.
Necesitamos una Izquierda capaz de romper la barrera de los dos dígitos, de desafiar a la Concertación y obligarla a que al momento de negociar lo haga con el progresismo y no con Renovación Nacional. Eso es una candidatura de mayorías. De aquí al 11 de septiembre es posible que haya un candidato único del progresismo y la Izquierda. Tengo la mejor opinión de Jorge Arrate, creo que es un gran intelectual y ha actuado con mucha consecuencia. Hoy tenemos una diferencia política legítima sobre cómo definir el liderazgo de este proceso”.
¿Cómo le ha ido al MAS con la recolección de firmas?
“La ley de partidos políticos de Pinochet exige 36 mil firmas notariadas para un candidato independiente o, como partido político, 36 mil firmas en las regiones donde se ha constituido como tal. El MAS optó por la vía de constituirse como partido nacional, porque éste no es sólo un proyecto presidencial. Nos hemos constituido en cinco regiones y tenemos las firmas necesarias en las regiones del Bío Bío, donde llevamos cerca de 9.000, y Magallanes. Ahora estamos trabajando intensamente en la Región Metropolitana. Los chilenos son desconfiados por naturaleza, no les gusta firmar nada, y menos ante notario. Entonces, convencer que esta es la única manera de derrotar el duopolio del poder se convierte en una verdadera cacería”.
¿En qué están las conversaciones pa-ra acordar una lista parlamentaria unitaria?
“La ley electoral de Pinochet obliga a los partidos a llevar candidatos en la mayoría de los distritos para obtener el 5% de la votación nacional -o cuatro diputados electos-, como requisito para seguir existiendo legalmente. Por tanto, el MAS está por la unidad más amplia de los sectores alternativos a la Concertación y a la derecha para lograr ese 5%. Hay conversaciones con el PRI (Partido Regionalista de los Independientes), el equipo de Marco Enríquez-Ominami y el Partido Humanista. Además, estamos muy contentos porque en este proceso el MAS inició conversaciones con la Nueva Izquierda, la G-80, y Fuerza Social y Democrática, y creemos que vamos a concretar un trabajo muy importante para la confección de la lista parlamentaria y la construcción de una alternativa”.
 Usted plantea democratizar la propiedad de los medios de comunicación. ¿Cómo lograrlo?
“Los gobiernos de la Concertación han sido permanentemente chantajeados por una prensa mayoritariamente de derecha. Hay que fortalecer y generar medios de prensa regionales libres, autónomos e independientes, con el aporte de recursos estatales descentralizados. Y estoy por legislar para evitar la concentración de la propiedad de los medios, de modo que nadie pueda tener más del 30% de un medio de comunicación. El pluralismo y el acceso a los medios son derechos que deben estar plenamente resguardados”.
 ¿Qué propone en materia de energía? Usted rechaza el proyecto Hidroaysén y el desarrollo de la energía nuclear.
“Soy partidario de la geotermia, de las energías alternativas. Hidroaysén no es un proyecto necesario para Chile y significa una pérdida patrimonial irrecuperable. No abandono la idea de tener energía limpia, económica y al alcance de la mano proveniente de Bolivia. Lo hemos dicho: Bolivia tiene derecho a acceder al mar y Chile debe buscar la mejor fórmula, sin tocar por ahora el tema de la soberanía para que lo resuelvan las generaciones posteriores, cuando el concepto de soberanía cambie radicalmente en el planeta. Si bien no se trata de un trueque, saldar con Bolivia la deuda histórica de 130 años genera condiciones especiales para que Chile acceda a gas barato y limpio, en vez de atravesar el océano para importarlo de Indonesia”

PATRICIA BRAVO

(Publicado en “Punto Final”, edición Nº 687, 12 de junio, 2009. Suscríbase a PF)