Cumbre Continental Indígena en Perú
En defensa de la
Madre Tierra
Luego de cinco días de extensos debates sobre los problemas y perspectivas de los pueblos originarios, cerca de 6.500 delegados e integrantes de las organizaciones indígenas de 22 países reunidos en Puno, Perú, clausuraron la IV Cumbre Continental de Pueblos y Nacionalidades Indígenas del Abya Yala, que culminó con la emisión de la Declaración de Mama Quta Titikaka (del Lago Titicaca) que contiene los acuerdos de 68 mesas de trabajo.
El documento final proclamó al movimiento y la cosmovisión indígena como “una alternativa frente a la civilización de la muerte”, y recoge las “raíces de espiritualidad y cercanía de la Madre Tierra”. Se subraya “la necesidad de continuar la lucha indígena mediante su unión internacional”. En esa perspectiva, durante la Cumbre se hicieron enlaces con la Conferencia de las Naciones sin Estado de Europa a fin de establecer a futuro una alianza estratégica con los pueblos de Abya Yala, vocablo kuna que significa “tierra madura” o “tierra floreciente”, nombre que asignan los indígenas al continente.
Miguel Palacín, coordinador de la Cumbre, señaló “que la unión de los pueblos indígenas a nivel mundial es un paso natural que debe darse”, aunque en la cita no hubo una idea concreta de cómo avanzar hacia ese objetivo. La cumbre también acordó constituir “un Tribunal de Justicia Climática que juzgue a las empresas transnacionales y los gobiernos cómplices que depredan la naturaleza, saquean los bienes naturales y vulneran los derechos”. En las sesiones los delegados fustigaron al modelo liberal, al que culparon de la expoliación de los recursos naturales en los territorios indígenas, aunque hay diferencias sobre cómo tratar el problema.
Sobre cómo afrontar a las transnacionales surgieron voces que iban desde su expulsión, por el saqueo provocado en las comunidades indígenas, hasta la necesidad de llegar al diálogo y negociaciones para permitirles una actividad equilibrada que no perjudique el modo de vida indígena ni el medioambiente. Los delegados plantearon igualmente el establecimiento de Estados plurinacionales, entendidos como el reconocimiento de la autonomía y derechos ancestrales de los pueblos indígenas, donde puedan desarrollar sus culturas y diversidad. Palacín, representante además de la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI), subrayó que ese Estado plurinacional “no debe significar separatismos”. Naciones Unidas calcula que en América Latina hay cuarenta millones de indígenas, el 10 por ciento de su población.
Expulsar a las transnacionales
Uno de los líderes de organizaciones indígenas de Colombia, Luis Fernando Arias, abogó por sacar a las transnacionales de las tierras indígenas “porque han depredado nuestros territorios”. No obstante, dijo estar consciente de que esta postura significa entrar en confrontación no solamente con las transnacionales “sino con los Estados que de alguna manera coadyuvan a que esas empresas se apropien de recursos de nuestros territorios”. Destacó que ésta es una pelea de largo aliento, que no es fácil, pero que no se va a lograr con una declaración de esta Cumbre, pues más bien se “necesitará de la convocatoria a los pueblos y masas a movilizaciones para reivindicar nuestros derechos”.
Por su parte, la dirigenta indígena guatemalteca Matilde de León declaró -más conciliadora- que se podría llegar a acuerdos y permitir a las empresas cierto nivel de actividad, “siempre que aporten dinero para el desarrollo de las comunidades y de los países, preservando el medioambiente”. Sin embargo, señaló que las transnacionales “se quieren llevar todas nuestras riquezas y se niegan a dejar un centavo en Guatemala”, por lo que abogó porque haya equilibrio y respeto a la identidad de las comunidades.
“Nosotros no somos el folclor de la democracia. Nosotros somos actores políticos, y como actores políticos estamos viendo que el pensamiento occidental actual, el Estado capitalista, nos ha llevado a la hecatombe mundial”, subrayó por su parte Miguel Palacín, resumiendo la filosofía del encuentro. “Nosotros decimos que hay que detener esta forma de hacer desarrollo y buscar otra, no destruyendo la naturaleza; ésa es nuestra misión”, agregó. “El consumismo convierte a la biodiversidad en materia prima. Esa es la deuda ecológica que mantienen los países y las transnacionales”, agregó Palacín.
Pese a no asistir al evento, la figura del presidente de Bolivia, Evo Morales, primer presidente indígena de Sudamérica, estuvo presente. Morales envió una carta en la que arengó a sus integrantes a pasar “de la rebelión a la revolución” y “a construir la segunda y definitiva independencia”. El canciller peruano, José García Belaúnde, consideró “un poco pasado de época” el llamado del presidente aymara. “El presidente Morales a veces se considera representante no sólo de su pueblo, sino de todos los pueblos indígenas. No sé quién le ha dado ese mandato”, señaló Belaúnde, declaración que fue rechazada por los delegados indígenas que cerraron filas en torno al primer mandatario boliviano.
La antropóloga social italiana Bárbara Trentavizi estimó por su parte que el fortalecimiento indígena comenzó en los 80, cuando se distanció del “indigenismo”, es decir, de la política estatal para integrar a los pueblos originarios al sistema. “Ese concepto comenzó a ser rechazado por los nativos con posiciones propias y sentido autónomo”, dijo. Para molestia de Belaúnde, la Cumbre dio pleno respaldo a la huelga de indígenas amazónicos de Perú, que cumplía 50 días. Los delegados ovacionaron a Alberto Pizango, líder de la movilización, quien estuvo en la clausura, cuando dijo que seguirá la protesta para que el gobierno peruano anule decretos que lesionan sus derechos.
Igidio Naveda, responsable del Programa de Derechos de los Pueblos Indígenas de Oxfam Internacional en Latinoamérica, calcula que el gobierno peruano cedió en los últimos años el 70 por ciento del Amazonas a empresas que extraerán hidrocarburos. Naveda afirma que, aunque en menor medida, Brasil y Ecuador también han entregado porciones de la selva para explotaciones, sin respetar los derechos de las comunidades originarias. La minería, de acuerdo con Oxfam Internacional, hace estragos entre los campesinos de la sierra peruana.
Juicio al Estado chileno
Entre sus principales acuerdos, la Declaración de Mama Quta Titikaka decidió movilizar a las organizaciones en defensa de la lucha de los pueblos indígenas de la Amazonia peruana, y organizar plantones frente a las embajadas de Perú. De acuerdo a la declaratoria indígena, la razón es exigir una solución y no represión para los pobladores originarios. “En esa dirección, las organizaciones indígenas y campesinas de Perú acordamos un inmediato levantamiento nacional de los pueblos del Perú en junio de 2009, por la derogación de los decretos anti indígenas generados por el TLC con EE.UU.”.
Los participantes acordaron además enfrentar la criminalización de las protestas, la militarización, las bases extranjeras, los desplazamientos forzados y genocidios en las comunidades nativas. Se propuso, asimismo, una amplia movilización por la amnistía de los líderes y dirigentes procesados y encarcelados. El texto de las conclusiones prevé respaldar y ampliar las denuncias presentadas ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y el Comité de Erradicación de la Discriminación Racial de la ONU.
Igualmente, se acordó impulsar el juicio internacional a los gobiernos de Colombia, Perú y Chile. Al gobierno de Alvaro Uribe Vélez por el genocidio de los pueblos indígenas colombianos; al Estado chileno por la aplicación de la Ley Antiterrorista, la persecución y judicialización de las demandas del pueblo mapuche, los crímenes de activistas y la creciente milititarización de Wallmapu (país mapuche). En el caso del mandatario peruano, Alan García, la declaración propone un proceso por el autogolpe legislativo con los 102 decretos pro TLC para privatizar los territorios indígenas y por los más de mil líderes perseguidos y enjuiciados.
La resolución final rechaza los tratados de libre comercio con Estados Unidos, Europa, Canadá, China y otros países, como nuevos candados de sometimiento de los pueblos y saqueo de la Madre Tierra.
La cita contó con delegaciones de Africa, Estados Unidos, Canadá, Círculo Polar y otras zonas del mundo, además de unos 500 observadores de diversos movimientos sociales. Los presentes plantearon la construcción de una alternativa de vida frente a la civilización de la muerte “para proyectarnos al futuro con nuestros principios y prácticas de equilibrio entre los hombres, mujeres, Madre Tierra, espiritualidades, culturas y pueblos, que denominamos Buen Vivir/Vivir Bien”.
Tal como ocurre en Bolivia, la IV Cumbre Continental Indígena propuso la construcción de Estados plurinacionales que se fundamenten en el autogobierno, la libre determinación de los pueblos, la reconstitución de los territorios y naciones originarias. Asimismo, los asistentes decidieron una movilización global del 12 al 16 de octubre próximo, en defensa de la Madre Tierra y de los pueblos, contra la mercantilización de la vida (tierras, bosques, agua, mares, agrocombustibles, deuda externa), contaminación (transnacionales extractivas, instituciones financieras internacionales, transgénicos, pesticidas, consumo tóxico) y la criminalización de los movimientos indígenas y sociales.
Se propuso constituir un Tribunal de Justicia Climática que juzgue a las empresas transnacionales y los gobiernos cómplices que depredan la naturaleza, saquean bienes naturales y vulneran derechos, como el primer paso hacia una Corte Internacional sobre Delitos Ambientales. En ese mismo sentido, se pretende organizar, durante la Convención de Cambio Climático de Copenhague en diciembre de 2009, una cumbre alternativa en defensa de la Madre Tierra para presionar por medidas efectivas ante la hecatombe climática, como la consolidación de territorios indígenas, buen vivir y consulta y consentimiento previo, asumidos como estrategias para salvar al planeta.
PEDRO CAYUQUEO
En Puno, Perú
RECUADRO
Catalanes y vascos
en Cumbre Indígena
No sólo mayas, aymaras, mapuches y quechuas estuvieron en la IV Cumbre Continental de Pueblos y Nacionalidades Indígenas. También concurrieron catalanes y vascos para buscar una alianza en defensa de los derechos colectivos. Uno de los invitados fue el catalán Agustí Nicolao Coll, quien ha planteado la Conferencia de las Naciones sin Estado de Europa (Conseu).
Coll señaló que esta agrupación reúne a representantes de Cataluña, Euskadi, Escocia, Bretaña y Kurdistán. “La idea es contemplar alianzas entre los nativos y otros pueblos no indígenas”, argumentó Coll, para quien estos pueblos “forman parte de Estados surgidos de una modernidad homogeneizante”.
El proyecto se inició en el pasado Foro Social Mundial realizado en Belem (Brasil), donde por primera vez se reunieron naciones sin Estado en el denominado Espacio por los Derechos Colectivos de los Pueblos. En dicha instancia participaron delegados del pueblo mapuche. Se acordó crear una alianza internacional que entrará en vigencia en 2010.
En el foro de Belem, los dirigentes indígenas invitaron a Coll a realizar en Puno una mesa temática sobre derechos a la determinación y gobierno propio, por lo que el catalán asistió a la cumbre que reunió junto al lago Titicaca.
El encuentro con los pueblos indígenas de América que comparten una visión en la que el hombre es un elemento de un todo encarnado en la naturaleza, supone una oportunidad para cambiar la visión occidental moderna, señaló Coll
(Publicado en “Punto Final”, edición Nº 687, 12 de junio, 2009. Suscríbase a PF) |