Edición 679 - Desde el 23 de enero al 5 de marzo de 2009
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Soberanía alimentaria

AlI Rodríguez Araque, ministro venezolano de Economía y Finanzas.


Venezuela ha tomado medidas para resguardar su soberanía alimentaria con la puesta en marcha de un ambicioso plan agrario, industrial y de infraestructura. “La revolución bolivariana puede actuar en ese sentido gracias a las reservas acumuladas mediante una política fiscal que privilegia los intereses del pueblo”, dijo a Punto Final el ministro de Economía y Finanzas venezolano, Alí Rodríguez Araque.
Venezuela dispone de 80 mil millones de dólares de reservas: 40 mil millones en el Banco Central y otros tantos en fondos de desarrollo nacional y regional (ver PF 677).
¿Tiene Venezuela asegurado su futuro alimentario?
“Con las reservas financieras de que disponemos -responde el ministro Alí Rodríguez-, podemos garantizar la alimentación de la población, aunque haciendo algunos ajustes en las importaciones. Sin importar demasiados productos sofisticados, más la producción interna -que se está incrementando- deberíamos asegurar el abastecimiento alimentario.
Venezuela tiene mucha tierra y agua, posee recursos para fertilizar los suelos, tenemos grandes yacimientos de gas natural para producir nitrógeno y una de las minas de fosfato más grandes del mundo, aunque no tenemos potasio. Pero no me extrañaría que las investigaciones geológicas en marcha puedan encontrar potasio en nuestro territorio. O sea, tenemos todas las condiciones para una revolución productiva en el sector agrario”.

La otra economía

Poco se sabe de la economía no petrolera de Venezuela. ¿Cómo se están “sembrando” los petrodólares?
“En primer lugar, estamos ejecutando un amplio plan de desarrollo de la infraestructura. La que recibimos estaba muy deteriorada y era insuficiente. Por ejemplo, existía un solo puente sobre el río Orinoco: se construyó otro que comunica una de las zonas industriales más desarrolladas del país, la región de Guayana, con la zona nororiental, que tiene una gran riqueza petrolera y gasífera. Ahora existe una salida más expedita al Atlántico y también al Caribe.
Además, se está construyendo un tercer puente que impulsará un fuerte desarrollo del suroeste del país, de gran potencial minero (hierro y aluminio). Pero también es importante su potencial ganadero, agrícola, forestal y pesquero. En esa zona se construirá una gran refinería para procesar unos 400 mil barriles de petróleo diarios. Pero además se desarrollarán -ya está aprobado el plan- numerosas actividades agrícolas y pesqueras, buscando un desarrollo integral, acompañado del mejoramiento de las poblaciones y la construcción de nuevas ciudades. Es una región muy despoblada, como ocurre con la mayor parte del territorio, y esto plantea graves problemas de equilibrio territorial. El más grande desafío estratégico del país es la producción de alimentos. Gracias al cuantioso ingreso percibido por el país contamos con capacidad de compra, pero esto no estuvo acompañado de una política agraria que permitiera abastecer a la población y que, por otro lado, generara una demanda interna de bienes y servicios industriales para la producción agropecuaria. Somos un país que se alimenta básicamente con importación de alimentos y se ha creado inflexibilidad del mercado interno, el principal impedimento para el despegue industrial pese al potencial que nos brindan las reservas de hierro y bauxita, la materia prima del aluminio”.

Millonarias importaciones

¿Cuánto importa Venezuela en alimentos?
 “En términos de divisas, no baja de los 10 mil millones de dólares anuales. Pero existen condiciones para revertir la dependencia de las importaciones. Poseemos un enorme potencial para generar electricidad, hidráulica y térmica, e incluso eólica. Tenemos agua abundante y, lo más importante, una población que ha demostrado creatividad. Sin embargo, no hemos podido alcanzar un desarrollo industrial significativo y somos importadores de productos industriales.
Todo esto ha provocado grandes distorsiones en la economía. Los esquemas de distribución de la renta petrolera han generado, a su vez, lo que podríamos llamar una cultura o mentalidad rentista. Todo esto ha sido un freno al desarrollo de las fuerzas productivas.
En el sector agrícola se han alcanzado logros importantes: de las 700 mil hectáreas a que había quedado reducida la frontera agrícola, estamos llegando a los 2,5 millones de hectáreas. En 2008 alcanzamos excedentes en la producción de arroz y como también aumentamos la capacidad de los silos, contaremos con reservas. Tuvimos suficiente producción de maíz blanco y casi satisfecha la demanda de maíz amarillo. Ha subido significativamente la producción de leche, aunque todavía debemos importar grandes volúmenes. Con el apoyo de Argentina, Cuba y otros países estamos incrementando nuestra productividad por hectárea. En 2008 se obtuvieron hasta 10 toneladas de maíz por hectárea (el promedio nacional era de 4 por hectárea).
Pero quizás el impacto más importante ha sido en el orden social. Los planes de alfabetización, las mejoras en salud, la disminución de la mortalidad infantil y de la mortalidad de la mujer asociada al parto, la reducción de los niveles de pobreza -sobre todo de pobreza extrema-, son el mayor logro de la revolución venezolana. Por supuesto, quedan enormes tareas, como avanzar más enérgicamente en la solución del problema alimentario, que es la base de la prosperidad de cualquier sociedad, a lo que se une el desarrollo industrial que toda revolución agraria provoca”.
¿Venezuela impulsa una revolución agraria-industrial?
“En el orden económico, estamos impulsando una verdadera revolución agraria, condición indispensable para el despegue industrial y para superar la mentalidad del ‘rentismo petrolero’.
Pero lo determinante es la pro-fundización de la conciencia y de la organización del pueblo. Otro factor de importancia es desarrollar en profundidad la conformación de un partido revolucionario, poniendo énfasis en su solidez ideológica. Esos son los grandes pilares que impulsan el proceso revolucionario, colocándolo en su dimensión histórica. Y por supuesto, todo esto en una estrecha relación con otros pueblos, gobiernos y organizaciones amigas”.

Mirada internacional

¿Qué cree que hará Obama como presidente de EE.UU.?
“Es difícil predecirlo. Está bajo fuerte presión, entre aquellos que votaron por el cambio y los dueños del poder real, que no quieren cambio sino arreglos cosméticos. Si accede a los que quieren el cambio, existen altas probabilidades de que lo asesinen o que busquen otra fórmula para deshacerse de él. Si no accede a los cambios, habrá una agudización del conflicto. Tal vez por eso Obama se plantea una especie de gobierno de coalición”.
¿Qué futuro ve a la Alternativa Bolivariana para América Latina y el Caribe (Alba)?
“Con la crisis mundial, el Alba cobra mayor pertinencia y fuerza. En las reuniones que se efectuaron en Caracas, se acordó trabajar en el establecimiento de una zona monetaria con la creación de una unidad de cuenta, que primero será virtual -en principio se llamará sucre- que servirá como medio de pago para las transacciones entre miembros del Alba. Sería un paso importante hacia la unión monetaria a escala regional. Lo cierto es que el dólar ya no puede ser la moneda mundial de referencia. En Asia están trabajando en este mismo sentido. Rusia y otros países actúan en la misma dirección. La Unión Europea, a través de un largo proceso, llegó a la creación del euro. Existe una experiencia, una referencia importante”.
¿Se ha congelado el proyecto del Banco del Sur?
“No es que se haya congelado. Hubo tropiezos que han impedido que marche como se pensaba. Es un proyecto promisorio y muy necesario, pues la integración tiene que dejar de ser un discurso y pasar a hechos concretos, como la integración financiera, que requiere de instrumentos; integración energética; integración física, que llegue a la construcción de autopistas, ferrocarriles, puertos, aeropuertos; y una integración política y cultural. El Banco del Sur, como otras iniciativas, marcha al ritmo de la situación política que se vive en cada país”.

ERNESTO CARMONA
En Caracas
(Publicado en “Punto Final” Nº 679, 23 de enero de 2009)