La muerte de
Nelson Gutiérrez
NELSON Gutiérrez.
En Concepción, a la edad de 64 años y víctima de un cáncer hepático, falleció el ex dirigente del MIR Nelson Gutiérrez Yáñez. A sus funerales concurrieron centenares de personas y diversos oradores destacaron su trayectoria, entre ellos el dirigente socialista Edgardo Condeza, los ex militantes del MIR Gastón Muñoz y Ricardo Frödden, Graciela Cruz y la consejera académica de la embajada de Cuba, Olga Fernández, que leyó un mensaje de pesar del Departamento de Relaciones Internacionales del comité central del Partido Comunista de ese país. En él se destacó la trayectoria revolucionaria de “un gran amigo de Cuba durante estos años”. También se dieron a conocer otros mensajes, entre ellos uno del ex secretario general del MIR, Andrés Pascal Allende, que expresaba:
“No he podido acompañarlos personalmente a despedir a Nelson, pero no quisiera estar ausente al menos de palabra y sentimiento.
Siempre que un compañero nos deja, nos entristece. Pero la partida de algunos nos conmociona política y personalmente. Esto ocurre con Nelson.
Compartimos la búsqueda del sueño mirista que no ha muerto, trabajamos juntos en la acumulación de la fuerza social y política que intentó hacer posible ese sueño socialista; juntos sufrimos la persecución dictatorial y combatimos codo a codo y con las armas en la mano, por la libertad; nos unió no sólo el compañerismo, también la amistad; vivimos el distanciamiento y las discrepancias de cómo luchar por ese ideal común que nos ha unido siempre.
Me tranquiliza profundamente, y creo que para Nelson también tuvo igual significado, habernos reencontrado, habernos dado un abrazo, haber compartido el recuerdo con la madurez del tiempo y la fuerza del sentimiento. Así es la vida de los revolucionarios.
Y lo digo, porque hoy despedimos a un verdadero revolucionario, lo que en estos tiempos de escepticismo nacional en la fuerza de la emancipación social es algo excepcional. Un revolucionario que desde joven estudiante sureño abrazó la causa de una patria socialista y nunca la abandonó. Un revolucionario que entendió la política revolucionariamente, es decir, como un compromiso de vida, lo que en estos tiempos en que la política se ha vuelto un negocio personal es sin duda un ejemplo que brilla. Pero, tan importante como eso, es que Nelson fue un político que pensaba, pensaba críticamente, un sociólogo que estudiaba y procuraba comprender la realidad: y en estos tiempos en que la farándula y el corrupto oportunismo domina la política, también es ejemplo que brilla.
Es verdad que fuimos derrotados -creo que temporalmente- en nuestro propósito revolucionario, que la democracia por la que luchamos la traicionaron, la transaron, y la pusieron al servicio del neoliberalismo a cambio de una miserable tajada en la administración del poder oligárquico. Pero Nelson Gutiérrez no participó de esa mascarada, se replegó con dignidad en su querida Concepción, y con su dolorosa enfermedad a cuestas, volvió a sus estudios críticos de la realidad, a compartir su experiencia con las nuevas generaciones, a velar por la continuidad del pensamiento revolucionario.
Qué bueno que tuvo tiempo de ver que esta América Nuestra está nuevamente revuelta, que los vientos de la revolución se extienden por su geografía indígena, mestiza, femenina, proletaria, entre los pobres de siempre, los del campo y la ciudad. Se fue, pero con nueva esperanza revolucionaria. Hasta la vista, compañero de esperanzas”.
Por su parte, el sociólogo brasileño Emir Sader, ex miembro del comité central del MIR, envió un mensaje señalando que “Nelson Gutiérrez fue uno de los mejores dirigentes políticos que he conocido, incluso porque fusionaba, como pocas veces ocurre, la capacidad de dirección política con la formación intelectual que todo dirigente de Izquierda debería tener”.
Trayectoria política
Nelson Gutiérrez Yáñez fue presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción, en la que se graduó de sociólogo. Junto con Luciano Cruz y otros jóvenes se dedicó a organizar el MIR -fundado en 1965 en Santiago- en la actual Región del Bío Bío. Ambos pasaron a integrar la comisión política del MIR, cuando Miguel Enríquez Espinosa fue elegido secretario general de la organización. El golpe militar de 1973 empujó a la clandestinidad a los dirigentes y militantes del MIR. Al año siguiente, el 5 de octubre de 1974, Miguel Enríquez cayó en combate. Fue reemplazado en la secretaría general del MIR por Andrés Pascal Allende.
En octubre de 1975 se produjo un enfrentamiento con la Dina en una parcela de Malloco, donde se ocultaban los dirigentes miristas Andrés Pascal, Nelson Gutiérrez y Dagoberto Pérez. Este último cayó protegiendo la retirada de Pascal y Gutiérrez y de sus compañeras, Mary Ann Beausire y María Elena Bachman. Junto con ellos estaba Paulita, la pequeña hija de Gutiérrez y María Elena. La huida terminó con el asilo de Pascal y Gutiérrez -este último herido a bala- en la embajada de Costa Rica y en la Nunciatura Apostólica, respectivamente, junto con sus compañeras.
Nelson Gutiérrez estuvo exiliado en Suecia y luego en Cuba -donde permaneció la mayor parte del tiempo-, integrando la dirección exterior del MIR.
Padre de tres hijos, Gutiérrez estaba dedicado al comercio de exportación hacia Cuba. Para eso creó en Concepción la empresa Tres Lirios S.A. que exporta productos pesqueros. No obstante, como activo intelectual -autor de numerosos documentos del MIR- seguía trabajando en investigaciones de historia y sociología y preparando un libro junto con otros compañeros.
PEDRO FERNANDEZ
(Publicado en “Punto Final” edición Nº 673, 24 de octubre de 2008)
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