Michelle Bachelet juega los descuentos
El canto del cisne
del 21 de mayo
MICHELLE Bachelet y Soledad Alvear: se puso difícil la sucesión presidencial que esperaba la senadora democratacristiana
Mucho antes de lo que se esperaba, el Mensaje al Congreso Pleno que entregará el 21 de mayo la presidenta Michelle Bachelet tendrá el amargo sabor de la despedida. Ello, porque más allá de las metas cumplidas o no en el período 2007-2008, lo que concentrará la atención ciudadana en los próximos meses será de nuevo el enfrentamiento electoral por el control municipal, paso previo y decisivo para los comicios que el próximo año renovarán el Parlamento y elegirán al quinto mandatario en el período de democracia restringida de la post dictadura militar.
De hecho, faltando casi cinco meses para las elecciones municipales y más de un año y medio para las presidenciales, el debate político se ha concentrado en ambos acontecimientos, como si de modo casi inconsciente se quisiera cambiar lo antes posible el actual gobierno.
Hasta ahora, la administración de Michelle Bachelet no ha conseguido satisfacer las expectativas que generó la llegada a La Moneda de la primera mujer presidenta de la República en la historia de Chile. Sólo una reforma previsional -que aún no se pone en marcha- y el fortalecimiento de la enseñanza prebásica, aparecen como logros sustanciosos de su mandato. El resto ha sido conducir al país lo más prolijamente posible en un tramo lleno de borrascas y sacudones, en una especie de paréntesis entre el gobierno del presidente Ricardo Lagos y quien llegue a palacio en el año 2010.
El bacheletismo que se identificó como el “gobierno ciudadano”, quedó en el recuerdo de una efímera ilusión. Hoy, la presidenta Bachelet viaja a regiones casi a escondidas, eludiendo no sólo a la prensa que habitualmente cubre sus actividades, sino también a quienes fueron sus electores. Su agenda diaria es casi un secreto de Estado, que sus asesores cambian constantemente para evitar manifestaciones en su contra.
Desconfianza, falta de autoridad y decisión, desprolijidad, descoordinación casi permanente y mucha improvisación, son algunas de las críticas principales que ensombrecen su gestión. No obstante, como si la gente quisiera proteger aquel halo de esperanzas que ella encarnó, la sigue respaldando en las encuestas de opinión, donde se mantiene por sobre el 45%. La culpa de las deficiencias de su gobierno no es de ella, se afirma, es de quienes la rodean y mal aconsejan; en suma, de los políticos ambiciosos y corruptos, hacia los cuales también apuntan las mediciones de opinión.
Lo que hasta hace algunos meses eran susurros de pasillo, hoy se dice a través de la prensa. El diputado Jorge Burgos, vicepresidente del PDC, lo expresó sin tapujos en el vespertino La Segunda, al formular una pregunta a José Miguel Insulza: “Suele decirse en las cinco manzanas del centro que pasará mucho tiempo para que una mujer vuelva a ser presidenta…”.
MEDIDAS ECONÓMICAS
Los tropiezos del gobierno de Michelle Bachelet son casi cotidianos. Desde el manejo de la “revolución de los pingüinos”, en los inicios de su mandato, hasta sus alarmantes anuncios de que un río de lava podría borrar el poblado de Chaitén; desde la incapacidad para arreglar el Transantiago, a la inauguración de un hospital “trucho” en Curepto; desde la tozudez en mantener a la ex ministra de Educación, Yasna Provoste, hasta el nombramiento de una sucesora que tiene sus raíces en el sector privado de la enseñanza superior; en fin, suman y siguen los intentos de apagar los incendios con parafina.
A la percepción de que la corrupción aumenta, al igual que la delincuencia, y que se deterioran las prestaciones de los servicios de educación y salud, se suman los cada vez peores rendimientos de la economía y la sensación de los trabajadores de que éste es también un gobierno más cercano al empresariado que a la gente de a pie. La presidenta Bachelet no ha querido escuchar las críticas -que provienen de casi todos los sectores- a la conducción económica del ministro de Hacienda, Andrés Velasco. Ha insistido en mantener la regla de oro de los “equilibrios macroeconómicos” y muy poco ha hecho para disminuir la cada vez mayor brecha entre ricos y pobres.
Una de sus últimas iniciativas a este respecto, la comisión de 48 miembros denominada Consejo de Equidad y Trabajo, concluyó su tarea con recomendaciones cosméticas. Quien la presidió, el economista Patricio Meller, resumió sus frustraciones en una entrevista al diario La Nación: “En el debate se planteó la falta de diálogo y confianza al interior de la empresa, porque estamos anclados en desconfianzas mutuas y ya es hora de que eso se vaya superando. Para eso se necesita gente con otra visión, personas enfocadas al siglo XXI, no mirando hacia atrás. A lo mejor hay que cambiar a los interlocutores, modernizarlos. O sea… No, prefiero no decirlo, porque puede ser muy ofensivo”, explicó Meller, agregando que la viabilidad de sus propuestas “es cero”.
En resumen, mucho maquillaje, bonos y más bonos, pero de reformas profundas, nada. Así se pretende mantener la tan cacareada gobernabilidad, la paz social que exigen los grupos económicos y el capital financiero transnacional; es decir, la quietud de los cementerios.
El estancamiento de la economía, que ha llevado a Chile a ubicarse en los últimos lugares del índice de crecimiento en el continente, está inquietando a los empresarios de todos los tamaños. Las críticas apuntan a la incapacidad del Ministerio de Hacienda para elaborar un marco adecuado para el desarrollo, pese a que las arcas fiscales están más llenas que nunca en la historia del país.
Se espera que en su penúltimo mensaje al Congreso, el 21 de mayo, la presidenta Bachelet anuncie un paquete de medidas económicas y se atreva a dar un salto cualitativo en el rumbo de su gobierno para recuperar el terreno perdido. De igual modo, algunos todavía confían en que la mandataria será capaz de otorgar un papel más protagónico a los trabajadores, sobre todo en lo que a negociación colectiva se refiere.
REPUNTA EL JUNTOS PODEMOS
Un dato que trajo la última encuesta Adimark prendió luces rojas en algunos partidos. El apoyo a la Concertación sólo llegó al 20%, al 15% a la Alianza derechista y al 13% al Juntos Podemos Más, aunque este último prácticamente fue desarticulado después de las últimas elecciones presidenciales. Sólo ahora el Partido Comunista ha anunciado que se propone reconstruir ese pacto con el Partido Humanista y la Izquierda Cristiana. Lo que señalan las encuestas, ¿será sólo otra cifra indicativa del descontento o marca una tendencia de los electores hacia la Izquierda? Sólo se sabrá en las futuras consultas ciudadanas. Entretanto, el PC, los humanistas y la renaciente IC están listos para poner en práctica un pacto por omisión con los partidos de la Concertación, para intentar recuperar en octubre las alcaldías de algunas comunas emblemáticas.
El pacto por omisión permitiría derrotar a la derecha en Santiago, La Florida, Viña del Mar, Estación Central, Melipilla, Independencia, Villa Alemana, La Calera y varias otras comunas, sentando las bases de una probable asociación similar para las elecciones parlamentarias. De ser así, las elecciones municipales y parlamentaria podrían tener el carácter de plebiscitos destinados a cambiar el sistema binominal y democratizar el sistema político.
LOS NERVIOS DE SOLEDAD ALVEAR
El oficialismo sigue sufriendo mermas significativas. Hace unos días renunciaron al PDC dos abogados destacados -Hernán Bosselin y Ramón Briones-, que se destacaron en los últimos 25 años por sus críticas a los grupos económicos y a la inequidad del modelo neoliberal puesto en marcha por la dictadura militar y perfeccionado por la Concertación. Ambos, junto a otros setenta militantes, se sumaron al Movimiento Social Cristiano que está formando el senador Adolfo Zaldívar y que pretende recuperar lo que, según ellos, serían los verdaderos valores del humanismo cristiano.
La partida de este nuevo grupo de “colorines” coincidió con una significativa caída de la precandidatura presidencial de la senadora Soledad Alvear. Jorge Burgos, Hosaín Sabag, Sergio Micco, Claudio Huepe y Ximena Rincón, integrantes de la actual directiva, se manifestaron partidarios de que la nominación del abanderado DC a La Moneda se haga después de las elecciones municipales de octubre; en tanto, los parlamentarios Jorge Pizarro, Roberto León, Moisés Valenzuela y Gonzalo Duarte quieren hacerlo a como dé lugar en la junta nacional que el PDC tiene programada para fines de junio.
El diputado Burgos, que estuvo al frente del partido mientras Soledad Alvear visitaba Alemania, fue incluso más allá. A su juicio la designación del candidato democratacristiano debería hacerse en forma directa y no en una junta nacional “a puertas cerradas”. Por su parte, el ex ministro y actual candidato democratacristiano a alcalde de Santiago, Jaime Ravinet, le echó más leña a la hoguera: es partidario de la candidatura de Ricardo Lagos y no cree necesario que la DC esté a cargo del gobierno. Como si esta blasfemia fuera poco, el ex gerente de la anterior campaña presidencial de Soledad Alvear, Juan José Santa Cruz, declaró a Qué Pasa, que “hoy la opción de Alvear es mínima”. Esto fue demasiado para Gutenberg Martínez, esposo de la senadora, quien solicitó de inmediato una reunión a la directiva del PDC para impedir que se propaguen las disidencias.
El diario electrónico del alvearismo -www.cambio21.cl-, salió a apuntalar a la precandidata, afirmando que “la amplia mayoría de los parlamentarios DC es partidaria de proclamar a Alvear en la junta nacional de junio” y que ya se habla de “liderar a la Concertación, probar su llegada a lo largo y profundo del arco iris y sacar al pizarrón a Ricardo Lagos, su principal amenaza en el oficialismo”. El diputado Roberto León se sumó a la defensa pública de Alvear: “La verdad es que da rabia y vergüenza cuando personas de nuestro propio partido, reiteradamente al interior de la DC, le ponen palitos y trabas a las fortalezas de Soledad Alvear... Es indignante y preocupante”, dijo. Añadió que “es impresionante cómo hay un sector muy minoritario pero con una alta resonancia, influencia y llegada en los medios de comunicación de derecha, especialmente los escritos, que está haciendo lo imposible para que la junta del partido no proclame a la senadora Alvear, que es el paso más lógico que deberíamos hacer los dirigentes democratacristianos”.
En una nueva réplica de estos temblores internos de la DC, los ex presidentes Eduardo Frei y Patricio Aylwin también plantearon sus deseos de postergar la nominación del candidato presidencial del PDC.
LAS DUDAS DE LOS CAPITANES
En el área socialdemócrata de la Concertación, tanto José Miguel Insulza como Ricardo Lagos siguen finteando en busca de ampliar los espacios de sus propias candidaturas. A comienzos de mayo se reunieron en forma casi paralela con varios connotados empresarios de la plaza para intercambiar puntos de vista. A diferencia de Soledad Alvear, cuyas mayores preocupaciones son no seguir cayendo en las encuestas y garantizar que su partido conservará, a lo menos, su votación en las elecciones municipales de octubre, tanto Insulza como Lagos se han concentrado en el diseño de las ideas matrices de sus programas para superar el estancamiento de la economía. El primero ha insistido en que se requiere un papel más activo del Estado en la planificación y promoción económica, para lo cual es prioritario inyectar esfuerzos y recursos en la educación tecnológica y científica, así como en la capacitación laboral, que son definidos como ejes del desarrollo.
Lagos, por su parte, ha desplegado poco a poco planes energéticos y de nuevas obras de infraestructura, como bases de un nuevo impulso hacia el progreso. Ambos, sin embargo, han sido extremadamente cautelosos a la hora de emitir juicios más categóricos sobre su disposición a competir en las próximas elecciones presidenciales, limitándose a insistir en que nada se puede decidir hasta conocer los resultados de la jornada municipal del 26 de octubre.
En este escenario todavía no se aprecia el surgimiento desde la Izquierda de una figura que pueda entusiasmar a los cada vez más numerosos simpatizantes del Juntos Podemos. Sin medios de comunicación significativos, estas fuerzas populares -que aparecen atomizadas- tendrán escasas posibilidades de levantar proyectos y liderazgos ante la población. El verdadero potencial del Juntos Podemos está precisamente en la consigna que le da su nombre: la diversidad y acumulación de fuerzas de diversos orígenes. No obstante, carece por ahora de mecanismos que le permitan darse una orgánica que trascienda al PC, PH e IC, y que convierta a ese reconstruido pacto izquierdista en un nuevo frente social y político por los cambios y contra la exclusión. Es probable que los viejos dirigentes de la Izquierda, anclados muchas veces en el pasado, carezcan de la imaginación suficiente para diseñar una estructura de participación política amplia acorde a los tiempos. Como afirma el economista Patricio Meller, ha llegado la hora de dar paso a las nuevas generaciones
MANUEL SALAZAR SALVO
(Publicado en “Punto Final” Nº 662, 16 de mayo, 2008)
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