Edición 655 - Desde el 11 al 24 de enero de 2008
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Libreta roja
de temporeras


Autor:  LUCIA SEPULVEDA RUIZ

FRANCISCA Rodríguez, dirigenta de Anamuri, muestra la libreta roja. Con ella, Nelly Lazo, coordinadora de Vicuña, María Rivera, de Vallenar, María Cartagena, de Copiapó.

Esta temporada de cosechas en los predios y packings entre la Región del Maule y la de Atacama, temporeras y temporeros llevarán en sus mochilas una libreta roja en la que irán registrando su experiencia laboral. Para generar control social del empresariado, junto a un diagnóstico autoconstruido y aumentar los niveles de conciencia entre los temporeros, la Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas (Anamuri) y el Centro de Estudios para el Desarrollo de la Mujer (Cedem) dieron la partida a esta experiencia piloto. En abril recibirán de vuelta las libretas para analizar la información aportada por hombres y mujeres que trabajan en forma estacional en el campo y que son sometidos a condiciones de superexplotación. Las condiciones del empleo (jornada, condiciones laborales, tipo de contrato), de trabajo (baños, comedores, seguridad laboral, accidentes) y seguridad social (la existencia o no de salas cunas) quedarán retratadas en la libreta roja. Sin embargo, las intoxicaciones y la exposición a plaguicidas no figuran entre las preguntas, quedando implícitas en el rubro seguridad laboral, pese a los frecuentes episodios de ese tipo vividos en el campo.

COMO LIBRETA DEL SEGURO

María Rivera, de Vallenar, recién está asumiendo como coordinadora de las mujeres afiliadas a Anamuri en Alto del Carmen, Maitencillo, Huasco, Freirina (Región de Atacama) y en su propia comuna. En una jornada de capacitación se preparó para explicar a sus compañeras cómo usar la libreta roja, de tamaño similar a la antigua libreta del Seguro Social. En el lanzamiento de esta experiencia piloto, María Rivera explicó a Punto Final: “La libreta es muy importante, es como un diario de vida. Yo soy temporera, trabajo en el predio de los Alvarez y en estos momentos estoy en Vallenar. Pero nosotras cambiamos cada dos meses de predio o de huerto. Y todo quedará registrado en esta libreta. Se va a saber cuánto dura la temporada de la uva, y lo que pasa cuando nos cambiamos a los limones y a las mandarinas. Vamos a anotar los sueldos, y qué contratistas cumplen y cuáles no… Muchas veces tenemos que andar buscándolos para que nos paguen. Ellos viven de nuestro trabajo, y se llevan entre diez y cincuenta por ciento del sueldo del trabajador. Cuando nos contrataba una empresa directamente, nos pagaban 80 pesos por una caja embalada. El contratista nos paga 60 pesos y él se lleva 30. En los limones, se llevan el 50 por ciento y las trabajadoras están mal alimentadas. Las condiciones de trabajo son muy malas. Sólo les dan fideos, tomates, un huevo. Todos los días igual. Cuando hay neblina no se cosecha, y entonces no se gana nada en la mañana, porque se trabaja a trato”.
María Barrientos es presidenta del sindicato de temporeras de Casablanca. “Trabajamos casi todas en la uva. Hay ochenta viñas y nos vamos trasladando de viña en viña. El trabajo directo para la empresa no es tan malo. Pero cuando se trabaja con contratistas, se llevan la mitad de nuestro sueldo”.
La secretaria general de Anamuri, Alicia Muñoz, dijo que el objetivo de la libreta roja es cambiar la situación en el sector que tiene salarios por debajo del mínimo, e involucrar a los ministerios de Salud y Trabajo para que el Estado se haga cargo de la libreta, como ocurre en Argentina.
Anamuri lleva años trabajando el tema, como reconoció Santiago Mancilla, de Salud Ocupacional (Ministerio de Salud), quien recordó que la participación de las asalariadas rurales fue clave en la discusión del reglamento sobre condiciones sanitarias. Los argumentos empresariales eran que en el campo no se necesitaba tener baños, y menos baños diferentes para hombres y mujeres. El funcionario considera fundamental el control social de los trabajadores, porque en el sector salud sólo hay cien fiscalizadores en todo el país. Patricia Silva, directora del Trabajo, coincidió en la importancia de contar con otros ojos fiscalizadores y llamó a ejercer “el derecho a saber” respecto a los riesgos a que están sometidas las temporeras por su exposición a plaguicidas.

UN LOGRO A NIVEL LEGAL

La dirigenta Alicia Muñoz se felicitó por la aprobación en la Cámara de Diputados de la moción que (…)

(Este artículo se publicó completo en la edición Nº 655 de “Punto Final”, 11 de enero, 2008. ¡¡Suscríbase a PF¡¡)

 


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