Santa María de Iquique
Mano británica
EN LA MASACRE
Autor: IVAN LJUBETIC VARGAS
PRESIDENTE José Manuel Balmaceda: los intereses británicos detrás de la contrarrevolución del 91.
Este año se cumple un siglo de la matanza en la Escuela Santa María de Iquique, perpetrada el sábado 21 de diciembre de 1907. Hay un aspecto de esa masacre que no ha sido suficientemente destacado. Es la influencia decisiva que tuvo el imperialismo británico. Sobre este tema, y otros de gran interés, el profesor e historiador Alejandro Soto entrega desconocidos y documentados antecedentes en su libro Influencia británica en el salitre, publicado en 1998.
Corría diciembre de 1907. El 10 de ese mes se había iniciado la huelga de los obreros del salitre de la provincia de Tarapacá. Tanto en Iquique, como en Santiago y en Londres, los empresarios salitreros británicos presionaban para que se aplicara mano dura para sofocar ese justo movimiento reivindicativo.
El cónsul inglés en Iquique convocó al cuerpo consular para que pidiera al intendente que informara si contaba con las tropas necesarias “que tan urgentemente se necesitan, para garantizar las vidas y la propiedad de los extranjeros”. En Santiago, los empresarios salitreros pidieron al encargado de negocios de Gran Bretaña, Edward Rennie, que solicitara al ministro del Interior del presidente Pedro Montt el envío de refuerzos militares a Iquique.
En Londres, personeros de Anthony Gibbs and Sons (rama de la Casa Gibbs, uno de los principales consorcios involucrados en la industria salitrera) y del Comité Permanente del Salitre, con sede en la capital inglesa, presionaron al Foreign Office (Ministerio de Relaciones Exteriores) para que enviara buques de guerra británicos o norteamericanos, porque -señalaron- “queremos recordarles que existe una numerosa colonia británica en Iquique y que se ha invertido un capital británico de millones en esa ciudad y en los distritos salitreros de los cuales Iquique es el puerto principal”. (Carta enviada por Anthony Gibbs and Sons al Foreign Office).
Bajo presión del empresariado del salitre y cuando aún no se conocía la masacre en la Escuela Santa María, el Foreign Office y el Almirantazgo británico resolvieron, el 23 de diciembre de 1907, el envío a Iquique de la nave de guerra Sapho: ancló en ese puerto el 7 de enero de 1908. Según afirmó el cónsul británico en Iquique, el autor material de la masacre, el general Roberto Silva Renard, lamentó que “no hubiese siempre una nave de guerra inglesa en aguas chilenas, para recordarles a sus compatriotas quiénes eran sus verdaderos amigos”.
LAS GARRAS DEL IMPERIALISMO
Aún no finalizaba la Guerra del Salitre (1879-1883) cuando gracias a turbias maniobras, John Thomas North y su socio Robert Harvey se apropiaron de importantes oficinas salitreras. Luego llegó la Casa Gibbs. Las décadas de 1880 y 1890 fueron las más importantes en la expansión británica en el territorio salitrero recién conquistado por Chile en el conflicto bélico contra Perú y Bolivia.
En 1880 los capitales ingleses en Chile alcanzaban a poco más de 7.500.000 libras esterlinas, de las cuales aproximadamente 6 millones correspondían a la deuda pública contratada en Londres y un millón cuatrocientas mil a inversiones directas en ferrocarriles, minas y otras actividades. En 1890, los capitales ingleses alcanzaron a 24 millones de libras esterlinas; 16 millones en inversiones en salitreras, bancos, ferrocarriles, minas, etc., y 8 millones en empréstitos colocados en Gran Bretaña. En 10 años, los británicos más que triplicaron sus inversiones en el país.
En 1878, los británicos producían el 13,5 por ciento del salitre chileno. En 1884, el 20 por ciento y en 1895, alcanzaron al 60 por ciento. Entre 1882 y 1892 se formaron más de treinta sociedades (…)
(Este artículo se publicó completo en la edición impresa de“Punto Final”, Nº 650, 26 de octubre, 2007. Suscríbase a PF)
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