Edición 564 - Desde el 02 15 de abril de 2004
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Reacomodos en la derecha

Se reagrupan
los liberales

SERGIO Onofre
Jarpa: sus herederos en
RN todavía tienen poder.

Andrés Allamand ha debido redoblar sus visitas al gimnasio. Dice que es para relajarse, pero el ya veterano rugbista sabe que necesita tonificar su musculatura y despejar su mente para sostener los duros combates que está enfrentando. La arena política es para gente ruda y el ex diputado ya tiene la piel curtida y llena de cicatrices obtenidas en mil batallas, la primera de las cuales acometió a fines de 1971, cuando el Partido Nacional (PN) le pidió que trabajara por Sergio Diez en la elección complementaria de un diputado por Linares, donde el candidato de la derecha se impuso en enero de 1972 con el 58% de los votos.
Hoy, 32 años después, vuelven a encontrarse en una contienda electoral, pero esta vez asumida en la propia casa, en la tienda que los cobija desde fines de los años 80, cuando fue creada Renovación Nacional que heredó a muchos de los militantes del desaparecido PN.
Sergio Diez pertenece a aquella generación de políticos que acunaron a Andrés Allamand, donde también figuran Pedro Ibáñez, Sergio Onofre Jarpa, Francisco Bulnes y Víctor García Garcena, entre muchos otros. Ellos fueron la savia ideológica y la praxis partidaria de la cual se nutrió el más prometedor heredero de la derecha republicana.


SERGIO Diez: resucitó por obra y gracia de Piñera.

Esta vez, a los 48 años de edad, Allamand optó otra vez por desempolvar su armadura de cruzado y levantarse en contra de la hegemonía de la UDI, que amenaza con sepultar el proyecto de una derecha liberal y moderna, necesaria según él para darle un soporte realista a la Alianza por Chile y a su intento de llevar a Joaquín Lavín a La Moneda.
Allamand y sus aliados saben que la UDI, por sí sola, no consigue más del 20 ó 25% de los votos y que para ganar las elecciones presidenciales del 2005 se requiere el 50% más uno. Creen también que el populismo, recurso tan usado por los gremialistas, es peligroso a la hora de captar sufragios y más aún al gobernar, y que el único camino seguro es una coalición amplia, diversa, que vaya desde el centro-centro hacia la derecha, ojalá entusiasmando a independientes y electores marginales, muchos de ellos desencantados y/o aburridos de la Concertación.

La quinta columna

El proyecto que encarnó originariamente la denominada “Patrulla juvenil”, dirigida por Allamand, Sebastián Piñera, Alberto Espina y Evelyn Matthei, ha sido torpedeado durante más de una década por los operadores de los poderes fácticos, entendidos éstos como algunos grupos empresariales, sectores de las Fuerzas Armadas nostálgicos de Pinochet, fracciones ultraconservadoras de la Iglesia Católica y el diario El Mercurio, al cual se sumó en los últimos años Copesa, la empresa propietaria del diario La Tercera y la revista Qué Pasa.
Los duros episodios vividos por Allamand y Piñera, principalmente, son ya legendarios: la grabación de una conversación telefónica (realizada por oficiales de ejército) difundida por Ricardo Claro en Megavisión; las acusaciones de Francisco Javier Cuadra de consumo de cocaína en el Congreso; el multimillonario apoyo a Carlos Bombal para evitar que Allamand llegara al Senado; el reemplazo de Piñera por un ex almirante para la senaturía por Valparaíso, son los más conocidos. Pero ha habido otros, varios otros, mantenidos en reserva hasta hoy por los afectados.
El último fue articulado por Patricio Cordero, el brazo derecho de Joaquín Lavín en los municipios de Las Condes y Santiago, a quien el supernumerario del Opus Dei conoce desde inicios de los años 80, cuando compartían la casa de huéspedes de la Universidad de Concepción, hasta donde habían sido llevados por Jaime Guzmán para intentar robustecer las entonces reducidas fuerzas del naciente gremialismo en la región del Bio Bío.
La presencia de los poderes fácticos se hizo fuerte a su vez en las propias filas de RN, principalmente entre algunos diputados y senadores que, desde mediados de la década de los 90, se resisten a acatar los acuerdos tomados en las instancias regulares del partido. Entre los senadores hace de cabeza Sergio Romero y tras él se alinean Mario Ríos, José García Ruminot y, ocasionalmente, el mismo Alberto Espina. El diputado Alberto Cardemil, por su parte, dirige a los disidentes de RN en la Cámara Baja, donde se ordenan Pedro Alvarez Salamanca, Germán Becker, Mario Bertolino Rendic, René Manuel García, Pablo Galilea y Carlos Kutchel.
Romero y Cardemil, muy cercanos a Sergio Onofre Jarpa y a los núcleos más conservadores de la vieja derecha terrateniente, son los que operan, primero, a través de radio Agricultura (Romero fue director de la emisora) y más tarde con El Mercurio y Copesa. Ellos representan a los últimos resabios de los dueños de fundo que lucharon contra la reforma agraria y que, por estos tiempos, se encuentran ocasionalmente en los rodeos y fiestas huasas, donde la estrella principal sigue siendo Agustín Edwards, el poderoso dueño de El Mercurio y figura emblemática de los criadores de caballos chilenos.

El hombre que
viene del sur

El viernes 2 de abril Sergio Diez Urzúa cumple 79 años. Su mejor regalo podría ser el regreso a la política a la cabeza de RN, dirigiendo una lista única que reúna y entusiasme a la enorme mayoría del partido. El colaboró en el borrador de la Constitución de 1980 junto a Jaime Guzmán por encargo de la dictadura, brindando aportes sustantivos a los capítulos 1, 2 y 3, donde se establecen las bases de la institucionalidad, los derechos y los deberes de los ciudadanos. Este nieto de colonos españoles que se afincaron en La Araucanía, cultor del derecho y de la filosofía, padre de seis hijos, católico observante, primer candidato presidencial de la derecha después del triunfo del NO en el plebiscito de 1988, reaparece con la intención de transformarse en el gran catalizador de una nueva derecha, más moderna, respetuosa de sus propias normas y estatutos, y con la mente abierta a los cambios que son tan necesarios para el país.
Pese a su entusiasmo, Sergio Diez podría sufrir un traspié en su rumbo hacia la cúpula de RN. El Ministerio del Interior, a través del abogado Francisco Bravo, solicitó al ministro de fuero Juan Guzmán que cite a Diez para que explique un discurso que pronunció ante la Asamblea de Naciones Unidas como embajador de la dictadura y en el que desconoció la desaparición de 119 personas, de la denominada Operación Colombo ejecutada por la Dina en complicidad con los servicios secretos de la dictadura argentina.
El pedido se enmarca en los casos de Carmen Bueno y su pareja, el cineasta Jorge Müller, quienes forman parte de una lista de 119 miristas detenidos desaparecidos. El abogado Bravo también solicitó que concurra a declarar en el mismo caso el ex ministro del Interior y actual senador UDI, Sergio Fernández.
“La intención es que el señor Sergio Diez aclare de una vez por qué, el año 1975, ante la Asamblea de Naciones Unidas, informó que cerca de 70 personas que se encontraban denunciadas como desaparecidas no tenían existencia legal, por qué señaló que otras estaban muertas o en el exilio, y que todas las denuncias de organismos de derechos humanos eran falsas y mal intencionadas”, expresó Bravo.
Andrés Allamand se ha esforzado al máximo en los últimos quince días para evitar la competencia interna en las elecciones del próximo 17 de abril. A través de TVN, aseguró que no había convencido casi a nadie, pero el ex alumno del Liceo Lastarria se siente poseído una vez más por el aliento de los elegidos, por la vitalidad de los que creen que están para las grandes cosas, y es muy probable que en el Consejo General de RN consiga unificar a todas las corrientes de RN, se abrace otra vez con Sebastián Piñera y reinicie, junto a Sergio Diez, el patriarca llegado del sur, la tan esperada reingeniería de su partido y de la Alianza por Chile.

Escollos en el camino

El Mercurio, uno de los poderes fácticos más activos del país, ha encabezado las maniobras para impedir que Sebastián Piñera vuelva a levantar cabeza. Día tras día insiste en calificar a los dirigentes de RN como “lavinistas” y “aliancistas”, en oposición al supuesto “piñerismo”, que buscaría destruir la campaña presidencial del alcalde de Santiago. La semana pasada, los titulares no dejaban duda: “Piñera retoma rol político y da su aval a lista paralela a Torrealba”; “Piñera no se rinde: organiza lista para frenar a Torrealba”; “Piñera recupera el poder dentro de RN”; “Diez y Prokurica se pelean el mando de RN”; “Senador García evalúa su participación en lista de Diez”; “Piñera desafía liderazgo de Allamand”; “Jarpa: con Sergio Diez vamos a volver atrás, hay que poner gente nueva”; “Lavinismo despliega lobby con los candidatos a la presidencia RN”; “El gran ganador. La resurrección de Piñera”.
El lunes 22, sin embargo, El Mercurio dio un brusco giro al titular en la portada de su cuerpo C: “Cita de Allamand y Piñera reordena la Alianza por Chile”. En la tarde, el vespertino La Segunda agregó que “Allamand y Piñera estudian cambiar nombre y logo a RN”, incluyendo una foto donde ambos aparecen casi abrazados y sonrientes.
Pareciera ser que la derecha se está habituando a realizar sus grandes operaciones los fines de semana. Así fue, a comienzos de marzo, la preparación del descabezamiento de Piñera y Pablo Longueira. Y así fue, también, el domingo 21 cuando lograron abuenarse los dos rostros más reconocidos de la derecha liberal, Piñera y Allamand.

Recurso desesperado

Un paso en falso dieron los diarios de las empresas El Mercurio y Copesa cuando intentaron crear la falsa imagen de que la Corte de Apelaciones estaba virtualmente empatada para fallar el eventual desafuero de la diputada Pía Guzmán. “Postergación por riesgo de empate”, dijo La Segunda un lunes; “Eventual empate aplazó votación sobre desafuero”, agregó El Mercurio el martes en su portada; “Posible empate atrasa desafuero de diputada”, llegó a decir La Tercera ese mismo día. Nada de eso ocurrió, salvo en la imaginación de aquellos que titularon esas crónicas…
Pero no sólo Pía Guzmán mantiene extremadamente nervioso al duopolio. También la vertical caída de Raúl Alcaíno como posible candidato a suceder a Lavín en la alcaldía de Santiago. A mediados de la semana pasada, el diario de Alvaro Saieh publicó una nota titulada “Surgen dudas sobre fortalezas de Alcaíno para suceder a Lavín”. Simultáneamente, El Mercurio entrevistó a Pedro Sabat, alcalde RN de Ñuñoa, que declaraba: “A Lavín no podría decirle que no”. Bastó eso para que al día siguiente, ambos diarios incluyeran dos crónicas tituladas “Raúl Alcaíno reafirma que él es el candidato de la Alianza por Santiago” y “Alcaíno: Sigo siendo el candidato”, respectivamente.

El gas argentino

La crisis que se instaló durante marzo en los domicilios de la derecha, ha obligado a los editores de los diarios lavinistas a extremar su imaginación para intentar despejar de sus páginas la incómoda situación de su abanderado, que primero anunció su decisión de asumir la conducción de la Alianza y poco días después, al primer embate verbal del ministro José Miguel Insulza, reculó afirmando: “Yo no soy el jefe político de la oposición”. Cotidianamente, los editores reciben instrucciones para darle una manito al candidato. Un solo ejemplo: el viernes 26 de marzo, El Mercurio tituló una de sus páginas políticas: “Lavín inalterable ante ataques y encuestas”. Más le vale, murmuran algunos inquietos representantes de los poderes fácticos.
Así, en este escenario, surgió la posibilidad de que una empresa gasífera argentina se vea obligada a reducir sus envíos de ese recurso a Chile por razones de fuerza mayor. De inmediato, el tema fue ubicado en las portadas, advirtiendo sobre un posible desabastecimiento y llamando la atención sobre una supuesta política energética errónea por parte de los gobiernos de la Concertación. Todas las explicaciones y afirmaciones reiterando que no había riesgos para la población y las industrias consumidoras han sido relegadas a un segundo plano. Tampoco nadie ha dicho que la planificación de nuevas inversiones en el sector quedó en manos de la iniciativa privada tras la venta de las empresas eléctricas estatales, a fines de la década de los 80, en los últimos estertores de la dictadura militar.
Otro intento desesperado por distraer a los lectores lo ofreció el Consejo Nacional del PDC, programado para el fin de semana pasado. No obstante, los demócrata cristianos acudieron cantando y marchando con sus banderas azules. Debatieron los temas agendados, discutieron con pasión, votaron, escucharon el recuento y, unos más contentos que otros, regresaron a sus casas. Colorines y disidentes, chascones y guatones, se estrecharon las manos y acordaron seguir trabajando juntos por el partido. No hubo rostros desencajados, ni insultos ni amenazas. Se ejerció la democracia interna y se respetó la decisión de las bases. Nada más ni nada menos.

¿Schaulsohn o Trivelli?

Jorge Schaulsohn pidió que no se dilate más el nombramiento del candidato de la Concertación por la comuna de Santiago. Marcelo Trivelli, por su parte, dijo que hay plazo hasta fines de abril. Ambos están muy bien situados en las encuestas y en condiciones, cualquiera de ellos, de derrotar a Raúl Alcaíno, el candidato de Lavín. Parece relevante, además, que los negociadores del PS, PPD, PDC y PR, propongan buenos nombres para recuperar la comunas aledañas al centro, como Estación Central, Quinta Normal, Independencia, Recoleta y La Florida, todas actualmente bajo control de la derecha.
Hoy por hoy, posiblemente sea Sebastián Piñera el único político de la Alianza que pueda enfrentar exitosamente al postulante de la coalición gubernamental. Sin embargo, hasta ahora, el empresario ha dicho que “no está en mis planes” aunque -cada vez que puede- hace alarde de sus profundos conocimientos sobre las más variadas instancias del codiciado municipio capitalino. El versátil líder de RN ha dado muestras de que no le cuesta mucho variar sus decisiones y desde hace tiempo tiene en su cabeza diversos proyectos que variarían drásticamente el paisaje urbano del centro de la ciudad. Un río Mapocho navegable, jardines colgantes, barrios universitarios, centros financieros con tecnología de punta, transporte público moderno y eficiente, entre otras iniciativas, podrían transformar a Piñera en el Vicuña Mackenna del siglo XXI y de allí, por qué no, quedar a un paso de La Moneda. Otra alternativa, mencionada en algunos medios de prensa, sería su interés por el cupo senatorial del sector poniente de Santiago, hoy en manos de Jovino Novoa. De producirse ese enfrentamiento, desde ya habría que reservar palco.


MANUEL SALAZAR

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