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Tragedia del pueblo
mapuche en revelador docuemental
Despojo de ayer y hoy
“Que
se vayan, que se vayan los winkas, que se vayan, que se vayan...”.
La anciana repite estas palabras una y otra vez, como si se tratara de
un conjuro, como si tanta insistencia contribuyera a convertir su deseo
en realidad. No hay odio en su rostro pequeño y arrugado, sólo
angustia y un dolor que profundiza aún más los surcos en
su piel.
Su imagen se mezcla con escenas a campo abierto. Grupos de mapuche resisten
con palos y piedras el desalojo de tierras recuperadas. Se enfrentan a
un numeroso contingente de fuerzas especiales de Carabineros, que lanza
bombas lacrimógenas, golpea, dispara, detiene...
Este es un episodio del documental Uxuf Xipay El despojo, de Ceibo Producciones,
que se estrenará en los próximos días en Santiago
(ver recuadro). La producción cinematográfica, dirigida
por Dauno Tótoro y producida por Italo Retamal, entrega una visión
concienzuda y directa de las razones históricas, económico-sociales
y culturales que explican el levantamiento del pueblo mapuche en los últimos
años.
A través de sus protagonistas, el documental examina la cosmovisión
de este pueblo, su arraigo a la tierra, la usurpación y el exterminio
iniciados con la llegada de los conquistadores y extremados por los gobiernos
de la nueva república, las luchas de los años 70 y la posterior
represión, el avance arrollador de las empresas forestales, el
manejo de los gobiernos de la Concertación, las recuperaciones
de tierras con experiencias incipientes de autonomía a través
del control territorial que impulsa la Coordinadora Arauco Malleco (CAM),
la represión, la contraofensiva de los terratenientes, la demonización
de los grupos y dirigentes más decididos, las aberraciones judiciales
y las condenas sin sustento. De esto hablan dirigentes mapuche, jóvenes
y viejos de distintas comunidades, historiadores, abogados, autoridades,
políticos y empresarios forestales instalados en tierras indígenas.
Sin duda, Uxuf Xipay El despojo, desarrollado como un reportaje periodístico
en profundidad, aporta los elementos necesarios para comprender y formarse
una opinión propia de una lucha mañosamente tergiversada
por los grandes medios de comunicación. En conversación
con PF, los realizadores Dauno Tótoro e Italo Retamal hablan sobre
esta experiencia que les ha significado un año de intenso trabajo
y valiosos descubrimientos.
¿Por qué se interesaron por este tema?
D.T.: “El conflicto territorial del pueblo mapuche es hoy la expresión
más evidente de la descomposición de la voluntad del Estado
chileno, como también lo es la salud y la educación. La
actitud del Estado hacia el pueblo mapuche, aunque ha sido un continuo
histórico, está expresando en la actualidad los aspectos
más negativos de la política de desarrollo nacional. Con
una mirada desde el pueblo chileno, el pueblo mapuche -considerado como
parte del mismo Chile- es muy golpeado. Pero también hay otra mirada,
desde el pueblo mapuche -desde un pueblo en sí mismo-, que es completamente
distinta”.
Esa mirada, que es la que ustedes buscan en este documental, muestra algo
muy poco conocido por la mayoría de los chilenos...
D.T.: “Más que poco conocido, es absolutamente obviado, incluso
por los sectores más progresistas de la sociedad nacional. Generalmente
hemos visto a estos sectores, sean organizaciones o individuos, hablando
de los mapuche como de la parte sufriente de Chile. Pero hay una mirada
mucho más profunda. Si uno se para del lado de allá y mira
hacia acá, vemos a un pueblo con una perspectiva de lucha de liberación
nacional. Es muy interesante tratar de entender ese punto de vista, que
está presente no sólo en Chile sino en todos los países
donde existen pueblos originarios, donde ha habido invasión, ocupación
militar y, por lo tanto, usurpación de sus territorios y culturas”.
TRABAJO EN TERRENO
¿Habían tenido alguna relación anterior con la realidad
mapuche o se conectaron a propósito del documental?
D.T.: “Como grupo de trabajo e individualmente trabajábamos
hace tiempo en este tema. En particular, Martín Correa, historiador
que forma parte de la dirección argumental, viene trabajando desde
1986 en torno a la usurpación territorial con muy buenas relaciones
con las comunidades mapuche. Su trabajo ha consistido fundamentalmente
en hacer un seguimiento histórico de los títulos de dominio,
para entregar argumentos legales que avalen las demandas de las comunidades
ante los tribunales y les permitan ganar sus juicios de propiedad en contra
de los usurpadores”.
¿Cómo se desarrolló el trabajo en terreno en torno
al documental?
I.R.: “Ha sido un proceso largo de investigación, de conocimiento
y aprendizaje bastante imprevisible. Es un descubrimiento vivir de cerca
esa realidad. Hicimos más de seis viajes a diferentes zonas del
territorio mapuche, estuvimos en zonas muy apartadas. Tuvimos diversas
vivencias, conocimos la miseria que está viviendo este pueblo y
nos tocó ver de muy cerca la represión, cómo los
servicios de inteligencia del Estado controlan el área. Vimos merodeando
a personas de civil, camionetas ‘4 por 4’… Una mañana
estábamos en una fuente de soda entrevistando a un dirigente de
la Coordinadora Arauco Malleco, en un pueblito de la zona de Arauco, cuando
entró un grupo de carabineros que interrumpió la entrevista
con argumentos bien extraños. Dijeron que había olor a marihuana
en el sector. La dueña del local les dijo que no era marihuana,
sino ruda, y que cómo se les ocurría interrumpir a sus clientes...
El entrevistado quedó paralizado: entonces nos enteramos que tenía
dos órdenes de arresto. Tuvimos que salir rápidamente de
allí para no arriesgar su seguridad. Situaciones de ese tipo se
repitieron varias veces”.
D.T.: “Para hacer un trabajo como éste uno tiene que ajustarse
a las reglas de vida de las personas que son los sujetos del documental.
Es preciso entrevistar a personas que están viviendo en una especie
de clandestinidad, seguir sus desplazamientos, ver los esfuerzos que tienen
que realizar en forma permanente -y, además, sin recursos- para
mantener un trabajo de organización de las comunidades, de red
social, bajo constante amenaza de arresto, lo que les significa automáticamente
la aplicación de la Ley Antiterrorista. Por la sola pertenencia
a la Coordinadora, son cinco años y un día de cárcel”.
¿En qué tipo de público pensaron cuando hicieron
el documental?
D.T.: “Nosotros, más que de un documental, hablamos de un
documento. Porque tiene una intención pedagógica no sólo
para el público en general, sino para nosotros mismos. Sentimos
que la cantidad y calidad de información que manejamos respecto
del conflicto entre el pueblo mapuche, por un lado, y el Estado y el empresariado,
por el otro, es muy deficiente. Hay una estigmatización profunda
del movimiento mapuche, una tergiversación de sus aspiraciones.
Por eso, es importantísimo ir a los orígenes del conflicto
y tratar de hacer un análisis global, en la forma más pedagógica
posible, para comprender por qué estamos hoy en esta situación”.
¿Ese es el objetivo de “Uxuf Xipay El despojo”?
D.T.: “Sí, pero no lo planteamos solamente para nosotros,
los winkas, sino para las propias comunidades. Esperamos que el documental
sirva de herramienta de lucha a las organizaciones mapuche, para ir mostrándolo
en las distintas comunidades”.
¿Se plantean ese objetivo debido a la diversidad existente en el
pueblo mapuche? Porque es evidente que hay gente muy clara y decidida
a luchar, y otra más reticente, e incluso en posturas muy diferentes...
D.T.: “Cuando comenzamos a trabajar, nuestra idea era hacer un documental
que mostrara el amplio espectro de organizaciones mapuche y cómo
cada una tendía hacia determinados caminos de solución al
conflicto. Pero en el desarrollo del documental nos dimos cuenta que es
posible reducirse a un abanico más pequeño. Hay gran cantidad
de organizaciones mapuche que podrían ser consideradas ‘integracionistas’.
Buscan amparo al alero de instituciones estatales y de crédito,
tanto de la empresa privada como del Estado, del Banco Mundial o del Banco
Interamericano de Desarrollo. En definitiva, su acción tiende en
el corto, mediano o largo plazo hacia la ‘integración’
del pueblo mapuche a la sociedad chilena. Es la ‘digestión’
del pueblo mapuche en este gran estómago que es Chile. Luego, hay
una organización que se plantea -no sólo en el discurso,
sino que en la práctica- una posición autonomista. Pero
una autonomía que no es utópica...”.
Casi todas las organizaciones hablan de autonomía...
D.T.: “Todas lo hacen, incluso algunas se plantean como buscadoras
de autonomía, pero en su propio discurso lo señalan como
una utopía. Entonces, como no es posible la autonomía, dicen
‘busquemos el mayor grado de autonomía posible’. Es
como ‘justicia en la medida de lo posible’. Sin embargo, lo
que nos llamó la atención en esta otra organización
-la CAM- es que postula la autonomía como una praxis cotidiana,
es decir, invita a practicar la autonomía desde los más
mínimos gestos. Nos pareció sumamente valioso, y también
un ejemplo para el resto de la sociedad chilena respecto de sus reivindicaciones”.
Eso lo hacen en las tierras que van recuperando, ¿no?
D.T.: “Exactamente. Practican la autonomía recuperando territorio,
implementando el control territorial, realizando producción agrícola...
Y todo esto en forma organizada en la comunidad. Y, por supuesto, gravemente
mordisqueados y atacados por las autoridades, la policía y, sobre
todo, por el poder judicial, que en este momento es la principal herramienta
del Estado para intentar detener esta experiencia autonómica...”.
I.R.: “...Además de los grupos paramilitares ilegales, como
el ‘Comando Hernán Trizano’, organizado por empresarios
y ex agentes de la CNI”.
PRE-JUICIO Y SOLEDAD
DEL PUEBLO MAPUCHE
¿Cuáles son sus impresiones de los últimos sucesos
en torno al juicio masivo contra 18 dirigentes mapuche por asociación
ilícita terrorista? Los procesados han renunciado a la defensa
y han logrado varias postergaciones del inicio del juicio (ver recuadro).
I.R.: “La situación es bien complicada, porque están
pidiendo 25 años de prisión para esos dirigentes. Pero también
percibimos, y así lo han hecho saber los abogados, que lo que están
enjuiciando es el hecho de ‘ser mapuche’ más que acciones
determinadas. Nos preocupa, porque hay una enorme persecución policial-judicial
contra un pueblo que lucha por sobrevivir y por vivir dignamente”.
Es una lucha que parece darse en forma muy aislada y solitaria en cuanto
a apoyo del resto de la sociedad, ¿no?
D.T.: “En el tribunal entrevistamos a José Llanquileo y a
José Huenchunao -dos de los procesados- y dijeron algo muy importante:
que el pre-juicio mediático ya los ha condenado. Por lo tanto,
lo que esperan los acusadores es ratificar ese pre-juicio a través
de un juicio en los tribunales. O sea, por medio de El Mercurio y otros
medios de prensa ya están condenados por ‘asociación
ilícita terrorista’, lo que significa 10, 15 ó 25
años de prisión, a pesar que ellos son werkenes de su pueblo.
Es decir, son voceros de la voluntad política de un pueblo que
busca mejores condiciones de vida a través de la liberación.
Al sentir que han sido condenados previamente, lo que ellos están
haciendo -algo heroico, que puede ser considerado como un sacrificio humano-
es llevar a los tribunales el planteamiento político que ha impulsado
a las comunidades a tomar esta vía. Son personas que están
dando la cara, están poniendo su cuerpo y están ‘pagando
el pato’ por una organización bastante más grande,
porque la Coordinadora no son las 18 o cien personas que están
siendo procesadas, sino que es una multitud de comunidades organizadas
que trabajan en la construcción de autonomía territorial.
Estas personas son acusadas de acciones como quemas de camiones o fundos,
pero lo más increíble es que muchas de ellas han sido acusadas
de hechos que ocurrieron cuando ya estaban presas. A José Llanquileo
lo acusan de la quema de un camión que sucedió cuando él
llevaba cinco meses en la cárcel. Sin embargo, el pre-juicio mediático
ha sido tan fuerte y ha tenido tal impacto en la sociedad nacional que
hoy no existe ningún estrato u organización de la sociedad
civil que pueda levantarse y dar apoyo -no solamente solidario, sino que
de compañero a compañero- al pueblo mapuche. Nosotros, como
pueblo, también estamos súper mediatizados. Y eso es terrible,
porque ellos irán a la cárcel a ‘pagar el pato’...
por todos nosotros, en definitiva”.
I.T.: “Algo más: el conflicto mapuche también tiene
que ver con cómo se están devastando las riquezas naturales
y el medio ambiente en nuestro país. Nosotros constatamos en terreno,
y lo mostramos en el documental, cómo las empresas forestales están
haciendo pedazos los bosques y contaminando las aguas donde viven los
mapuche”.
D.T.: “Eso también está ligado con otra cosa... Uno
comete un error cuando mira con compasión o con simpatía
el conflicto mapuche como algo externo, ajeno a uno. Independientemente
de que el pueblo mapuche sea un pueblo en sí mismo, lo que le pasa
y está sufriendo el pueblo mapuche es lo mismo que está
sufriendo el pueblo chileno. Son los mismos enemigos. Por lo tanto, debería
existir naturalmente un sentimiento de alianza. El pueblo chileno que
debe levantarse naturalmente contra el sistema, las transnacionales y
el modelo de desarrollo, se enfrenta a los mismos monstruos que el pueblo
mapuche. Nuestro documental muestra cómo el pueblo mapuche está
organizándose para una lucha que es la misma que tenemos que dar
todos los demás. Y va adelante de nosotros”
PATRICIA BRAVO
Estreno de “Uxuf Xipay”
La invitación es abierta: el martes 6 de abril, a las 18 horas,
se estrena Uxuf Xipay El despojo en el Cine Arte Alameda (Alameda 139).
A partir de ese día el documental seguirá exhibiéndose
al público en la sala de videos del mismo cine.
Pero, además, estará a disposición de las organizaciones
sociales, sindicatos, universidades, escuelas, etc. que lo soliciten a
Ceibo Producciones. Los realizadores están dispuestos a exhibir
el documental y a dialogar con los espectadores en cualquier lugar donde
se manifieste interés por verlo (contactar a Italo Retamal en los
teléfonos 343 0811 y 09-433 0480). También están
diseñando una ruta para llevarlo a las comunidades mapuche y a
ciudades del sur.
En sus seis años de existencia, Ceibo Producciones ha producido
varios documentales, como El ejército que salió de la selva
(EZLN), Crónicas palestinas: Los caminos de la ira (en el territorio
en conflicto) y Ernesto Cardenal en Chile. Actualmente están realizando
un documental biográfico sobre Miguel Enríquez, que esperan
estrenar este año en que se cumplen 30 años de la muerte
del fundador y dirigente del MIR. Otros proyectos en marcha son un documental
sobre Colonia Dignidad y sobre derechos humanos, desde la mirada de los
hijos de detenidos desaparecidos. Y, paralelamente, Ceibo Producciones
está trabajando hace cinco años en una película de
ficción, El efecto péndulo, basada en el rescate en helicóptero
de cuatro miembros del Frente Patriótico Manuel Rodríguez
de la Cárcel de Alta Seguridad
El juicio más
vergonzoso
Tres veces ha sido suspendida la audiencia de preparación del
juicio oral contra 18 hombres y mujeres mapuche procesados por “asociación
ilícita terrorista” en el Tribunal de Garantía de
Temuco, el juicio político más masivo que se recuerde y
en torno al cual se han denunciado numerosas aberraciones jurídicas.
Son precisamente estas características las que han motivado las
suspensiones. Primero, porque los procesados renunciaron a hacer uso de
su legítimo derecho a la defensa por considerar que ya han sido
condenados y que no existen garantías para un juicio justo. Y luego,
porque solicitaron que se inhabilitara la jueza Isabel Uribe encargada
del tribunal. Como ésta se negó, familiares de los presos
políticos mapuche llegaron hasta la Corte de Apelaciones de Temuco
el pasado 25 de marzo para exigir la inhabilitación de la jueza
por demostrar parcialidad al autorizar la intercepción, en diciembre
de 2002, de los teléfonos de los abogados de la defensa; además,
se ha negado a dar a conocer la identidad de 44 testigos sin rostro, limitando
las posibilidades de la defensa.
El abogado Rodrigo Lillo Vera, jurista y académico, señala
que “la actitud adoptada por los mapuche es comprensible, ya que
desde su detención enfrentan una discriminatoria y agresiva política
del gobierno, que ha vulnerado sus derechos y la garantía de un
debido proceso”.
Los lonkos Pascual Pichún y Aniceto Norín Catrimán,
de la zona de Traiguén, son juzgados por tercera vez, ahora por
“asociación ilícita terrorista”. Y en este emblemático
juicio oral también figuran como imputados los hijos del lonko
de Temulemu, Pascual y Rafael Pichún Collonao de 19 y 20 años.
Ambos fueron condenados, acusados de cometer un incendio. Cumplieron la
pena, pagaron la multa y quedaron en libertad provisional. Pero ésta
fue revocada por el tribunal mixto de Traiguén por no pagar una
indemnización de seis millones de pesos al empresario Juan Agustín
Figueroa.
Flor
Collonao, esposa del lonko Pascual Pichún.
Por la decisión del tribunal ahora se exponen a otros cinco años
de cárcel. Al enterarse de esta resolución, los hermanos
Pichún pasaron a la clandestinidad. En tanto, la familia Pichún
es acosada incluso con uso de helicópteros. Su casa ha sido allanada
siete veces según relató la esposa del lonko Pascual Pichún,
Flor Collonao: “El otro día (11 de marzo) llegaron otra vez
(...) No alcancé a abrir la puerta, y ellos a patadas me desarmaron
la puerta (...) Me tienen traumada a mi niñita, tiene 9 años.
La policía llega diciendo: ‘levántense, mierdas’
(...) Cuando llegó Investigaciones me esposaron, me tiraron como
animal arriba de la camioneta (...) Le dije a la policía que me
tenía sin marido, sin hijos. Mis hijos andan lejos de la casa por
culpa de ustedes, yo no sé cuánto les paga Juan Agustín
Figueroa por venir a molestar. Ahora somos puras mujeres en la casa, les
dije (...) Menos mal que los mapuche somos duros, porque nunca nos van
a matar”
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