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Los cuentos de la cuenta
La cuenta pública de la presidenta Bachelet es una retahíla de cifras y detalles sobre esto, lo otro y lo de más allá. Muchas cosas, pero que no dan una idea general de lo realizado. Una chuña de informaciones, algunas importantes y otras menores. Hay cosas hechas, otras a medio hacer, proyectos recién presentados y otros que se van a presentar.
Dice por ejemplo: “…mañana enviaré a este Congreso un proyecto de ley específico que fortalecerá las universidades estatales, dotándolas de un nuevo marco regulatorio”. Pero, ¿esta señora está terminando o comenzando el periodo presidencial? Sobre la pesca dice que enviará un nuevo proyecto de ley. Sacó grandes aplausos, porque la Ley de Pesca es una vergüenza. Pero no explicó qué planteará el proyecto.
La cuenta empieza por la educación y me voy extender un poquito en esto. Dice la presidenta que se eliminará el CAE (Crédito con Aval del Estado) para reemplazarlo por una entidad estatal; y que en 2018 la gratuidad alcanzará al 60% de los estudiantes más vulnerables. Pero las deudas siguen aumentando. Ví en la tele una marcha de estudiantes, unos dicen que deben 10 millones de pesos, otros 20 millones, una niña 30 millones. Pobrecitos, los bellacos banqueros encontraron la manera de controlar al pueblo, y sobre todo a la juventud: mediante las deudas.
Qué humillaciones, qué tristezas, qué vergüenzas tienen que pasar nuestros universitarios. Su ilusión es que les condonen la deuda y así librar de amenazas a los bienes de sus padres. Pero la ministra de Educación dice que no se puede porque costaría 8.260 millones de dólares.
Patricio Medina, presidente de la Federación de Estudiantes de la Usach, afirma que “hay más de 600 mil estudiantes endeudados que no pueden pagar”.
En el presupuesto nacional de 2016, a Educación le asignaron 8.755.935 millones de pesos, y por cierto a Defensa 1.666.908 millones menos que a Educación. Pero, ¿y la plata de Codelco? Aportó al Fisco 999 millones de dólares en 2016. El 80% fue para las fuerzas armadas, o sea 799 millones de dólares. Redondeemos a 800 millones de dólares para facilitar los cálculos. Si se destinan esos 800 millones de dólares anualmente al CAE, en 10 años estaría todo cubierto. ¿Y los milicos? Que hagan un pequeño sacrificio para ayudar a los estudiantes. Los valores del CAE están muy inflados, seguro que es menos, esto habría que estudiarlo. Además, hay otros recursos: las empresas transnacionales del cobre ganan miles de millones de dólares anuales, pagan una miseria de impuestos y a veces nada, porque declaran pérdidas. Pues que paguen más impuestos como todas las empresas cupríferas del mundo. Trump no va a mandar sus tropas a Chile por eso.
En materia de pensiones, la presidenta Bachelet anunció que en julio enviará el proyecto para reforzar el pilar contributivo del sistema, que establecerá una nueva cotización de 5% con cargo al empleador. Proyectos y más proyectos, como si le quedaran años de mandato.
Sobre los pueblos indígenas también habló. Dijo: “Debemos asumir que las medidas de reconocimiento y desarrollo aplicadas hasta ahora, han sido insuficientes, y eso significa una sola cosa: debemos actuar distinto.
Es tiempo de actuar a través del diálogo sereno y permanente, porque hay una legítima diversidad de intereses en juego. Es hora de terminar con un conflicto que ha durado casi 500 años. Una división y un rezago incubados por siglos requieren tiempo para ser superados, pero es urgente partir hoy. Por eso, presentaré en los próximos días mi respuesta a las propuestas de la Comisión Araucanía mediante un plan integral”.
Esta parece la primera -y única- autocrítica en toda la cuenta presidencial. ¿No habría sido mejor partir ayer o anteayer abordando el problema?
Y algo muy simple pero terrible, aunque apenas esbozado por la presidenta: anunció que Codelco prepara la primera explotación pública del litio, en asociación con el sector privado. ¡Ay, dios mío! Nos va a pasar lo mismo que con el cobre: se lo va a apropiar la empresa privada.
Y termina con la eterna cursilería de esta señora y sus asesores:
“Les pido a todos, sin distinción, unidad; esa unidad sin la cual la fuerza de Chile se diluye. La (unidad) que nace del diálogo de las diferencias, la que nace de las identidades de cada uno, la que nace de escuchar al otro. La que nace del amor por la patria común… Los invito a continuar la historia que juntos hemos puesto en movimiento. Los invito a seguir empujando nuestro progreso, porque vamos por buen camino”.
Esto parece ser un llamado a la Democracia Cristiana para que no se pase a la vereda de enfrente. Sin embargo esa unidad está definitivamente rota.
Margarita Labarca Goddard
(Publicado en “Punto Final”, edición Nº 877, 9 de junio 2017).
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