Edición 704 - del 5 al 18 de marzo de 2010
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La misión del nuevo canciller

 

Alfredo Moreno Charme, 53 años, casado, cuatro hijos, ingeniero civil industrial de la Universidad Católica, MBA de la Universidad de Chicago y hasta ahora uno de los ejecutivos más cotizados del país, vinculado estrechamente al grupo económico de la familia Del Río -propietarios de Sodimac y Falabella, entre otras sociedades- fue designado por Sebastián Piñera como canciller de su gobierno, encargado de pavimentar el camino para un nuevo intento de un sector de empresarios chilenos por instalarse, consolidarse y extenderse en los principales mercados de América del Sur.
En sus primeras declaraciones, Moreno dijo que el presidente electo le había solicitado que se preocupara de modo prioritario de las relaciones con los países vecinos, para conseguir que los tratados económicos se tradujeran en réditos constantes y sonantes.
Al revisar el currículum de Moreno Charme, no se encuentra ningún antecedente académico ni tampoco experiencia laboral que permitan atribuirle capacidades adecuadas para el cargo de canciller, de acuerdo a los patrones habituales empleados para esa designación. En cambio, es posible reconocer en la trayectoria de Moreno a una amplia y estrecha red de contactos en los ámbitos empresariales que mantienen intereses económicos en diversos países del continente y que, además, en la última década vienen preparándose para renovar sus esfuerzos y saltar hacia los mercados de otras regiones del planeta.

El negocio
del retail

Hasta su nombramiento, Moreno era miembro del directorio del holding conformado por Falabella y Sodimac -perteneciente en su mayoría a las familias Solari y Del Río-, transformado desde su fusión en la principal industria del retail de América Latina, con intereses en Colombia, Brasil, Perú y Argentina. Ya a fines de 2007, Juan Andrés Camus, socio fundador y presidente del fondo de inversión Celfín Capital, afirmó que la industria del retail chileno tendría su mayor impulso a partir de las inversiones efectuadas en Perú, Colombia y Brasil.
“Las economías de estos países han alcanzado gran estabilidad y cifras fiscales que las van acercando al rating de Investment Grade, lo cual abrirá los mercados a nuevas inversiones en los próximos años, reducirá los costos de financiamiento y estabilizará su crecimiento. Adicionalmente, cuentan con poblaciones de mayor tamaño que la chilena, un bajo desarrollo de la industria del retail fuera de las principales ciudades y una baja penetración del crédito a personas. Por ejemplo, Chile cuenta con una tarjeta de crédito (tanto comercial como bancaria) por habitante, mientras en Perú esta cifra alcanza apenas 0,15 tarjetas por habitante. Igualmente, el actual tamaño de las tiendas para el mejoramiento del hogar en Perú y Colombia llega a 1,6% y 1,8% del PIB, respectivamente, muy por debajo del 4,1% para Chile. Esta cifra llega a apenas 0,8% en Argentina”.
El análisis de Camus, publicado en Qué Pasa (N° 1911, del 23/11/2007), parece una profecía cumplida. Incluso poco después, el dueño de esa revista así como de los diarios La Tercera y La Cuarta y de otros medios de comunicación, el empresario Alvaro Saieh, adquirió la cadena de supermercados Unimarc, sumándose a los zares del retail: Cencosud, Falabella, D&S hoy WalMart, Sodimac, Ripley, La Polar y Paris. Por esos días, además, en todos los ámbitos financieros se comentaba la fusión de Falabella y D&S (hoy Wal Mart) que los transformaría en un megagigante del rubro y en la tan soñada primera transnacional chilena, iniciativa que fue abortada por la Comisión Antimonopolios.
Falabella terminó fusionándose con el grupo Del Río; la familia Ibáñez, propietaria de D&S, vendió parte de sus acciones y se asoció con la transnacional estadounidense Wal Mart; Horst Paulmann, dueño de París y Cencosud (supermercados Jumbo, Santa Isabel, Easy, entre otros) optó por extenderse al rubro inmobiliario, construyendo el mayor complejo comercial del país y la torre más alta del continente; y los otros un poco más pequeños, como Ripley, la Polar y Johnson’s, también movieron sus piezas preparándose para el asalto a los mercados de los países vecinos.

Fideicomiso
“ciego”

Desde el otoño de 2009, Camus y su socio Jorge Errázuriz, propietarios de Celfín Capital, adquirieron mayor relevancia pública cuando Sebastián Piñera decidió confiarles en fideicomiso ciego una parte importante de su patrimonio, además de encargarles la venta de sus acciones en Lan, negociaciones que hasta el cierre de esta edición no concluyen totalmente, pero que en las últimas semanas, incluida la venta de sus acciones en la Clínica Las Condes, han reportado unos US$ 1.300 millones al patrimonio personal del presidente electo.
El retail aparece como la nave insignia de la tan ansiada expansión de los grupos económicos emergentes hacia los países vecinos. En su acometida, estarán acompañados por los bancos de inversión, que lideran Celfín Capital, Moneda Asset y LarraínVial; las grandes sociedades inmobiliarias, encabezadas por Salfacorp, uno de cuyos mayores accionistas sigue siendo Piñera; las tecnologías informáticas, cuyos principales exponentes son Andrés Navarro y sus hermanos; las farmacias; la atención médica; y otros rubros tan diversos como la enseñanza superior, la agroindustria, el agua envasada, el vino y las cervezas.
También se aprestan para el gran salto estratégico los grupos económicos nacionales involucrados en los rubros de la minería, la pesca, la industria forestal, la energía, las telecomunicaciones y los servicios. Muy probablemente, sin embargo, por la magnitud de los recursos involucrados, lo harán asociados con transnacionales de otros continentes.

Preparando
la invasión

La tarea de Alfredo Moreno no es sólo alistar las flotas para la invasión económica de las naciones vecinas, sino transformar también a Chile en un portaaviones financiero que le permita aterrizar y despegar a capitales llegados tanto desde el otro lado del Pacífico como del resto de América del Sur, interesados en saltar hacia las naciones del Oriente.
De allí, entonces, que se espere con creciente expectación la lista de los nuevos embajadores chilenos en países como Argentina, Perú, Colombia, Uruguay, Brasil, Venezuela, Panamá y México, piezas claves de la estrategia comercial que deberá desarrollar el canciller Moreno. Con igual ansiedad se aguardan los nombres que integrarán la plana directiva del Ministerio de RR.EE., en particular de la poderosa Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales, que agrupa los asuntos comerciales bilaterales, multilaterales, latinoamericanos y de promoción y exportación.
Tras conocerse los nombres que integrarán el primer gabinete del gobierno de Piñera, es posible suponer que Moreno coordinará estrechamente su tarea con el ministro de Economía, Juan Andrés Fontaine, de quien claramente dependerán carteras como Minería, Energía, Agricultura, Obras Públicas, Transportes y Telecomunicaciones, Vivienda y Urbanismo y Bienes Nacionales. En cada uno de estos ministerios el presidente electo se preocupó de designar a personas que por su experiencia y vinculaciones comprenderán cabalmente el papel del canciller Moreno. A modo de ejemplo, se puede mencionar a la subsecretaria de Energía, Ximena Bronfman, que hasta ahora había integrado el estudio de abogados de Roberto Guerrero del Río, Carlos Olivos Marchant, Jovino Novoa y Hernán Felipe Errázuriz Correa, ex canciller de la dictadura militar. Ese estudio se ha especializado en reestructuraciones financieras, operaciones crediticias y de fusiones y adquisiciones, como el caso de la OPA de Endesa y Gener, además de la llegada a Chile de la canadiense Hydro Quebec, que pagó más de US$ 1.000 millones por Transelec, la mayor transportadora de energía eléctrica del país.

Las redes
de Moreno

El nuevo ministro de Relaciones Exteriores estudió en el colegio San Ignacio de Pocuro e ingresó a Ingeniería, en la Universidad Católica, casi junto con la llegada de los militares al poder, en 1973. Tomó algunos cursos sobre negocios en la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas, donde conoció a dos alumnos que hasta hoy son sus grandes amigos: Juan Bilbao Hormaeche, también ex ignaciano, y Francisco Pérez Mackenna. Entre sus más cercanos de entonces también estaba Felipe Larraín, que será el ministro de Hacienda.
Desde antes de egresar de la UC, Moreno, Bilbao y Pérez Mackenna fueron contratados por el entonces grupo Cruzat, uno de los dos más grandes de aquel momento, para que se sumaran a su departamento de estudios instalado en Forestal S.A. De allí, los tres partieron en la primavera de 1980 a Chicago para cursar un MBA. Volvieron en 1982, se incorporaron al cuerpo docente de la Facultad de Economía de la UC y fundaron una consultora para asesorar a las empresas que empezaban a enfrentar la mayor crisis económica de la dictadura militar. Entre sus clientes estuvieron el Citicorp, donde conocieron a Sebastián Piñera, y la muy oficialista Odeplan, conducida por Hernán Büchi.
Bilbao y Pérez ingresaron al Citicorp, donde formaron parte del staff directivo de Sebastián Piñera y establecieron estrechos lazos con ejecutivos que en la actualidad dirigen los principales grupos económicos del país. Entre ellos destacan Oscar Von Chrismar Carvajal, Isidoro Palma Penco, Heriberto Urzúa Sánchez, Patricio Jottar Nasrallah, Patricio Parodi Gil, Manuel José Balbontín, Carlos Alberto Cartoni Zalaquett, Francisco Cuesta, Jaime de la Barra, Mario Mora, Fernando Concha Ureta, Fernando Massú Tare, Eduardo Navarro Beltrán, Felipe Joannon Vergara, Andrés Lehuedé Bromley y Rodrigo Pérez Mackenna.
Bilbao Hormaeche (50 años), es hoy presidente del Consorcio Nacional de Seguros, Consorcio Financiero y Consorcio Seguros Generales. Ha sido director de Empresas Santa Carolina y Pesquera Itata, presidente de Consorcio Nacional de Seguros Vida, AFP Provida, Compensa y BT y filiales; country head del Bankers Trust para Chile; y head of Latin America Merchant Bank para Bankers Trust.
Pérez Mackenna (50 años), es gerente general de Quiñenco, la sociedad que dirige el grupo Luksic. Ha sido director de CCU, Ecusa, Viña San Pedro, Entel, Banco de Chile, director de Provida, de Cía. de Seguros de Vida del Consorcio, Citicorp, Endesa, VTR, Transelec, Icare, Pangue; y vicepresidente de Bankers Trust, entre otros cargos.
El canciller Moreno Charme, en tanto, ha sido director de CMR Falabella y Mall Plaza, vicepresidente de Empresas Dersa; director de Sodimac, Derco, Empresas Conosur, Penta S.A., S.A.C.I. Falabella, CMR Falabella y Mall Plaza; presidente de Telemercados Europa y de Editorial Santiago. También fue presidente de Ladeco, donde estableció vínculos con la familia Del Río; director del Banco de Chile y de Provida; tesorero de la Federación de Criadores de Caballos Chilenos, que preside Agustín Edwards, dueño de El Mercurio; y director de Icare.
A mediados de los 80 y dada la experiencia acumulada en el manejo de empresas de comunicaciones del grupo Cruzat, Moreno creó la Editorial Santiago, dedicada a idear insertos promocionales para diarios y revistas, que en la actualidad opera en diversos países del continente. En esa misma época le compró a la familia Navarro la empresa Telemercados Europa, una firma de reparto de productos a domicilio, que factura cerca de US$ 50 millones al año y tiene una cartera que supera los 20 mil clientes.
Luego se transformó en accionista del Banco de Chile, entidad a la que se vinculó primero como director en representación del Patronato Nacional de la Infancia. Moreno llegó a tener el 1% de la propiedad de ese banco, porcentaje que al ser adquirido por el grupo Luksic significaba unos US$ 12 millones.
Alfredo Moreno encabezó en representación de la familia Del Río la fusión más grande del sector retail, al unirse Sodimac con Falabella; vendió el banco Conosur, también de los Del Río, al BCI; y participó en la creación del nuevo banco Penta, perteneciente Carlos Eugenio Lavín y Carlos Alberto Délano, donde posee el 10% de la propiedad. El nuevo canciller de Chile posee dos fundos en la Región del Maule, uno de los cuales alberga al criadero de caballos Palmas de Peñaflor, con unos 100 ejemplares corraleros. En el otro predio, de unas 600 hectáreas, cultiva viñas, manzanos y perales.
A Moreno Charme se le calcula un patrimonio que supera con holgura los 60 millones  de dólares.

MANUEL SALAZAR SALVO

 

Publicado en Punto Final, edición Nº 704, 5 de marzo, 2010)
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