Astrolabio
Mapuches:
el precio
de la paz
“Para la selección de sus miembros se requieren individuos
equilibrados, disciplinados de gran capacidad operativa, en permanente disponibilidad y capaces de realizar diferentes funciones para intervenir de manera rápida y exitosa”. (Sitio web del GOPE)-
“Autopsia revela que comunero muerto recibió disparo por la espalda”.
(“El Diario Austral”, Temuco, 13 de agosto 2009).
Elaboraba un izquierdómetro cuando me enteré de que el joven weichafe (guerrero) mapuche Jaime Facundo Mendoza Collío, de 24 años, fue muerto por una bala de pistola 9 milímetros -que entró por la espalda y salió por el tórax- disparada por un suboficial del Grupo de Operaciones Policiales Especiales (GOPE) del Cuerpo de Carabineros de Chile. Un comunero vecino declaró a reporteros de TV que vio cómo un grupo de unos ocho muchachos con boleadoras y hondas era perseguido por unos quince carabineros que les hacían disparos: “Era una tormenta harto grande la que traía Carabineros”, dice el testigo, “todos disparaban”. Después supo que uno de los jóvenes quedó tendido en tierra. El video está en YouTube(1).
El GOPE es una unidad de elite de corte militar; son comandos. Se los compara a los navy seal, grupo de operaciones especiales de la Armada de Estados Unidos. Los miembros del GOPE tienen entrenamiento y experiencia en combate anti-delincuencia de alta peligrosidad y antiterrorismo. Fue creado el 7 de junio de 1979. Muy apropiados, como se aprecia, para reprimir las acciones y movilizaciones sociales por los derechos ancestrales del pueblo mapuche. Hay que felicitar por su tino al ministro del Interior, Edmundo Pérez Yoma, y a su equipo. Y también al ministro de Defensa, Francisco Vidal, de cuyo Ministerio dependen, y quien, 48 horas antes del asesinato de Jaime Facundo Mendoza Collío, había visitado, precisamente, sus instalaciones: “El ministro de Defensa Nacional, Francisco Vidal Salinas, acompañado del general Director de Carabineros, Eduardo Gordon, visitó (…) al Grupo de Operaciones Policiales Especiales (GOPE), donde presenció una muestra del equipamiento y armamento que utilizan los más de 260 carabineros del GOPE a lo largo del país...” (Sitio web Ministerio de Defensa).
Sin dudas, este gobierno acaba de reprobar no sólo el izquierdómetro, sino también el democratómetro. Y la nota roja está escrita con tinta color sangre mapuche. De no renunciar los ministros involucrados y la línea de mando por sobre el autor del disparo (reparación política), y de no ser disuelto el GOPE (reparación histórica), todo el gobierno y la Concertación, así como sus aliados, serán cómplices de este crimen. Y cualquier pacto “por omisión” lo será en la práctica “por traición”.
¿Por qué disolver el GOPE completo si sólo uno mató al joven weichafe? Porque, según el sitio web de Carabineros, fue creado “con la finalidad de poder (…) dar respuesta ante situaciones complejas que se comenzaron a gestar a nivel nacional en la década de los 80”. Aquellas “situaciones complejas” eran ni más ni menos que la lucha contra la dictadura. Los comandos del GOPE enviados a reprimir al pueblo mapuche fueron creados por Augusto Pinochet para reprimir la resistencia.
Asegura la web de Carabineros que los GOPE “combinan velocidad y prudencia con maestría técnica y sobre todo mucho valor para cumplir arriesgadas misiones”. Agrega que son entrenados en “armamento y técnicas de tiro” y en “contraguerrillas (operaciones en cordillera, tiradores escogidos)”.
El suboficial que mató al joven Mendoza Collío, ¿lo hizo con “velocidad y prudencia”? Se supone que, dado su entrenamiento, un “tirador escogido” es capaz de darse cuenta si está disparando contra un joven en retirada, que le da la espalda armado sólo con hondas, o sobre un adversario que lo enfrenta de igual a igual; y que -aún en este último caso- es capaz de discernir hacia dónde dirige el disparo y con qué finalidad: sólo herir para un efecto disuasivo o matar para aniquilar.
Este asesinato no es novedad. Los mapuches fueron víctimas de una ocupación militar (fines del siglo XIX) que usó métodos atroces (como clavar mujeres en la pica). Hoy lo son de una violencia estructural que los condenó al minifundio y la pobreza (s. XX). Los culcules y cultrunes de un pueblo oprimido que ejerce hoy el derecho sagrado a la rebelión, gritan con Isaías: “¿Con qué derecho aplastan a mi pueblo y trituran el rostro de los pobres?” (3:15). “¡Él esperó de ellos equidad, y hay efusión de sangre; esperó justicia, y hay gritos de angustia!...” (5:7). Los cinco millones de hectáreas usurpadas (territorio de las paces de Quilín) valdrían hoy 20 mil millones de dólares, a precio de mercado. Por ahí debiera comenzar el diálogo. Más una indemnización moral por daños y perjuicios… Reparación política, histórica, económica y moral: el precio de la paz
(1) http://www.youtube.com/watch?v=Gi-L87kZ3v4
JUAN JORGE FAUNDES
(Publicado en “Punto Final”, edición Nº 692, 21 de agosto, 2009, Suscríbase a PF, punto@interaccess.cl)
|