Edición 692 - Desde el 21 de agosto al 3 de septiembrel de 2009
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Autor: ARNALDO PEREZ GUERRA
En Coquimbo

Aumenta la cesantía en la región de Coquimbo. La desocupación, según cifras del INE, subió de 8,2% a 9,1%. Son mucho más de diez mil los empleos perdidos en un año. La minería, pesca, servicios y comercio continúan deprimidos. Choapa e Illapel superan los temibles dos dígitos de cesantía. En Coquimbo han aumentado en 22,1% las solicitudes de seguro de cesantía. Según el municipio, en Coquimbo, en lo que va de 2009, han “logrado colocar a 502 mujeres y 844 hombres en nuevos empleos, y potenciado la capacitación y el desarrollo de proyectos productivos”. Pero la industria pesquera ha despedido a más del 10% de sus trabajadores y los programas Proempleo consisten en bonificar al empresario el 40% del sueldo mínimo por cuatro meses, más 50.000 pesos que se le entregan para “capacitar” a quienes contratan.
Lo mismo ocurre con los jóvenes: entre los 25 y los 29 años, el 18,8% está sin trabajo. Según el gobierno regional se asignaron a la región 1.021 cupos de empleo. No son suficientes, dicen las organizaciones indígenas, de mariscadores y mineros de Coquimbo -principalmente los de Minera Tambillos, en huelga desde el 1º de mayo- que han sido golpeados por la cesantía.
Eduardo Vilo es artista visual y lonko de la primera organización indígena de la IV Región, la Agrupación Mapu Ta Nüyün (Tierra de Temblores). En la región hay una Oficina de Asuntos Indígenas y en 2008 se formó la Mesa Indígena Regional. Asistieron autoridades y se invitó a indígenas de las asociaciones Mapu Ta Nüyün, Choyün Mapu, Diaguita Tequirque, Diaguitas Elquinos Llastay, Apachita, y Wetikana. Según el Censo 2002, en la IV Región había 5.194 indígenas reconocidos por la ley. Los de origen diaguita no fueron contabilizados. Tras la encuesta Casen 2006, el número aumentó a 11.137.
“Mapu Ta Nüyün nació en 2002. Hay siete agrupaciones: cuatro en Coquimbo y las otras en La Serena, Vicuña y Ovalle. La mayoría son mapuche, una diaguita, otra aymara y una multiétnica”, dice Vilo. El lonko vive en la población San Juan de Coquimbo, un sector de autoconstrucción: “A fines de los 60 en Coquimbo no había espacio para construir, hubo aluviones en los cerros y mucha gente se trasladó a San Juan. Así nació esta población”.
Con el tiempo, San Juan ha ido creciendo -allí viven unas treinta mil personas- y también sus problemas: la cesantía y la droga. Es una población relativamente nueva pero con cultura propia. “Cuando nació era un sector aislado, con mala conectividad vial, escaso acceso a la salud. Hoy tenemos hasta una posta, aunque las casas se han deteriorado”, dice. Uno de los problemas es la escasa participación vecinal: “A pesar que hay drogadicción y narcotráfico, San Juan aún no es estigmatizada por este problema”, dice. San Juan es una población-dormitorio, con pequeño comercio: “No hay sectores productivos y se nota esa carencia. En las ferias de las pulgas y de abastos, se observa que el poder adquisitivo ha bajado. Algo está pasando, no hay dinero para las compras más mínimas. Se oculta la cesantía. Vemos jóvenes deambulando, marcados por la droga, la falta de estudios y la delincuencia. En las ferias muchos están vendiendo enseres, ropas, etc.”, agrega. Señala que aumentó el número de coleros. “Gente que antes tenía trabajo hoy busca un lugar en las ferias para vender lo que sea. Las autoridades han optado por la represión”, dice.
San Juan y el sector alto de Coquimbo concentran a la mayoría de las personas de origen indígena. “Acá no hay comunidades indígenas ligadas a la tierra. Somos indígenas urbanos. La discriminación ha permitido una relación más cercana entre nosotros. Tenemos los mismos temas, vivimos la discriminación y nos preocupa recuperar nuestra identidad cultural. Nos dicen que aquí vivieron diaguitas y changos, pero en Coquimbo hoy la mayor cantidad de indígenas son mapuches.
Discriminación y cesantía van de la mano. Se piensa en los mapuches como panaderos, obreros de la construcción, pero también hay artistas o profesores. Muchos mapuches que emigraron a Coquimbo están cesantes. Nos invitan para intervenciones ‘folclóricas’, para que los actos ‘se vean bonitos’, pero no hay respeto ni tolerancia. Sólo nos llaman para la foto”, agrega.
Detrás de la Cruz de Coquimbo se esconde otra realidad. A principios de julio, decenas de allegados ocuparon terrenos en La Pampilla. Según el alcalde, Oscar Pereira, esos terrenos fueron hipotecados cuando se inició la construcción del colegio Santa Cecilia. La realidad es que hay una urgente necesidad de viviendas para familias jóvenes que no están inscritas en los sistemas de postulación. Para el Concejo Municipal la única “solución” fue el desalojo. Antes del desalojo, la Dirección de Obras señaló que en los terrenos ocupados no había factibilidad de alcantarillado y algunas de las precarias viviendas se emplazaban en una quebrada.

Desaparecen las machas

Mario Navea, secretario del Sindicato de Macheros de Coquimbo, dice que este año las machas “no se han vendido a buen precio”. En la región hay más de cinco mil pescadores y buzos artesanales. Es una de las principales actividades productivas, hoy en franco retroceso. “Explotamos áreas de manejo al noreste de la bahía. Pero está mala la actividad. No hay machas grandes… Se podría sacar machas más pequeñas pero a la gente les gustan grandes y amarillas. Si hay menos machas hay más cesantía”, dice. Explica que el tranque Puclaro los perjudica: “El agua dulce ayuda a la macha a crecer y a cambiar de color. Pero están el tranque Puclaro y los derrames tóxicos de las mineras. Cuando hay temporales abren las compuertas y provocan que mueran las machas. También hay cerca emisarios de Aguas del Valle. No podemos exportar nuestros productos por la contaminación”, agrega.
El origen de la contaminación de la bahía se explica por los emisarios de Coquimbo y La Serena, las descargas de los drenes de canales de regadío y por la desembocadura del río Elqui. “El problema se agrava porque Coquimbo es una bahía cerrada. Sigue catalogada como bahía B. Como no se mejora el sistema de tratamiento de (…)

(Este Artículo se publicó completo en “Punto Final”, edición Nº 692, 21 de agosto, 2009, Suscríbase a PF, punto@interaccess.cl)

 

FOTO: Bahia de Coquimbo. La industria pesquera ha despedido a más del 10% de sus trabajadores.