Edición 682 - Desde el 3 al 16 de abril de 2009
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Veneno termoeléctrico

 

Nube mortal sobre
Punta de Choros

Autor: ARNALDO PEREZ GUERRA
En Los Choros y Punta de Choros,
Coquimbo

 

 A menos de 70 kilómetros de Coquimbo y La Serena, varios proyectos termoeléctricos amenazan a comunidades de Hornos, Totoralillo, La Higuera, Chungungo, Los Choros y Punta de Choros. Alimentadas principalmente con carbón -y diésel- las termoeléctricas emitirán miles de toneladas diarios de material particulado, dióxido de azufre (SO2) y óxidos de nitrógeno, entre otros contaminantes, en una zona costera que se caracteriza por su abundante camanchaca (neblina costera) que incluso es captada en el mineral El Tofo, para obtener agua. “Tras la puesta en marcha de los proyectos, lo único que recogerán será niebla y lluvia ácida que podría afectar incluso a La Serena y Coquimbo, dependiendo de los vientos”, dice Rosa Rojas, presidenta del Movimiento de Defensa del Medioambiente (Modema). Las termoeléctricas también verterán más de 8 millones y medio de metros cúbicos por día de “agua de enfriamiento”, 6 a 10º Celsius por sobre la temperatura normal del mar. Más de 18 millones de toneladas de cenizas serán depositadas en la zona. “Las emisiones diarias combinadas superan cualquier cálculo: 17,5 toneladas de SO2; 96 toneladas de NO2; 8,7 toneladas de material particulado (MP-10); 4 toneladas de monóxido de carbono (CO)… Sobre el dióxido de carbono (CO2) no hay datos en la Conama ni en la Corema, ni en ninguna parte”, dice el agricultor y buzo de Los Choros, Jan Van Dick.
Al menos cuatro termoeléctricas pretenden instalarse en la zona, a escasos kilómetros de las reservas marinas de las islas Choros y Damas y de Chañaral y la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt. Las termoeléctricas se emplazarán a escasos metros de áreas de manejo y explotación de recursos bentónicos en las caletas de Totoralillo y Chungungo, asignadas a pescadores y buzos mariscadores. “No entendemos que quieran destruir este lugar maravilloso”, dice Rosa Rojas. Es la costa más productiva de la región, con el 60% del total de la producción regional de loco. “Todas las plantas ocuparán agua del mar, rica en huevos y larvas de mariscos y peces, para enfriar sus turbinas. Ningún ser vivo sobrevivirá tras las altas temperaturas, presión hidrodinámica y los químicos. ¿Qué proporción de las larvas y huevos que producen la riqueza del sector será eliminada? Será multiplicar por tres el fenómeno de El Niño, que tiene efectos devastadores en los ecosistemas”, dice Van Dick.
Además, las termoeléctricas utilizarán químicos y pinturas antiincrustantes que, en permanente contacto con el agua de las turbinas puede producir la extinción de plantas y animales. Esa agua se captará y verterá dentro de las áreas de manejo y a pocos kilómetros de las reservas naturales. “No hay planes de mitigación ni de contingencia frente a posibles derrames de petróleo y carbón por el tránsito y recalado de grandes buques”, dice Oscar Avilés, presidente de la asociación gremial de pescadores y concejal DC de La Higuera. En la zona hay guanacos y pumas en peligro. “Es increíble, pero el gobierno tiene en mente instalar termoeléctricas a carbón y diésel en toda la costa: en Caldera, Pan de Azúcar, Los Vilos, Maule, Coronel y Puerto Montt”, dice Rosa Rojas.
Codelco presentó el proyecto Farellones -una inversión de 1.100 millones de dólares para una termoeléctrica que significaría 800 megavatios (MW)-. La Compañía Minera del Pacífico instalará la central Cruz Grande -460 millones de dólares y 300 MW-. Barrick Gold construye, desde octubre de 2008, la central a diésel Punta Colorada, con una inversión de 50 millones de dólares y 32,6 MW. Por último, central Barrancones, de la franco belga Suez Energy, invertirá unos 800 millones de dólares para obtener 600 MW. “Ocuparán toneladas de agua marina con peces, larvas, huevos, plancton y fitoplancton. Nada sobrevivirá. Se afectará a todos los pueblos entre caleta Hornos y Chañaral, que dependen de la agricultura y la extracción de recursos marinos. Las termoeléctricas se emplazarán en las cercanías de reservas naturales. La Reserva Pingüino de Humboldt es la única área silvestre protegida de la provincia del Elqui. Hay especies amenazadas, como el delfín nariz de botella, el chungungo, el yunco y los pingüinos de Humboldt. Aquí está el 80 por ciento de la población de estos pingüinos en el planeta”, dice Jan Van Dick. “Además -agrega-, está el estudio del Western Airborne Contaminants Assessment Project (Wacap) de Estados Unidos, publicado en febrero de 2008. Después de siete años de investigación determinó que los metales pesados producto de centrales termoeléctricas quemando carbón son transportados por aire a grandes distancias, y pueden causar problemas de salud, incluso en el sistema nervioso central. Es muy necesario reducir las emisiones de mercurio, cadmio, plomo, etc., elementos subestimados en las observaciones técnicas respecto de los proyectos termoeléctricos en la zona”, añade.

Amenaza a una
forma de vida

Punta de Choros y Los Choros viven de los recursos marinos, las aceitunas y el turismo. El Modema agrupa a comuneros, buzos, pescadores, agricultores, operadores turísticos y crianceros de cabras. Se oponen a la instalación de las termoeléctricas que, aseguran, acabarán con su forma de vida y originarán una irreversible contaminación ambiental en la zona. “Las autoridades no tienen aprobada una planificación territorial, una zonificación. La Corema ya aprobó el proyecto de Punta Colorada, de la Barrick, que se conectará al Sistema Interconectado Central. Los proyectos de Codelco y del Grupo Suez se ubicarían en la costa de Totoralillo”, dice Rosa Rojas.
Para el gobierno sólo importa que Barrick, Suez, Codelco y CMP conformen un “parque energético” que -se dice-, junto al proyecto eólico de Canela, convertirán a Coquimbo en zona generadora de energía. “¿A qué costo? El daño por contaminación y los riegos en salud serán mucho mayores que cualquier beneficio”, dice Rosa Rojas.
Científicos y biólogos han advertido a las autoridades que las zonas donde se construirán las termoeléctricas son fuente de alimento de las especies que habitan las reservas. Hay peligro de extinción y de derrames. Jan Van Dick, dice: “Creamos el Modema para proteger nuestra calidad de vida, salud y futuro; y para resguardar, además, nuestros lugares de trabajo y recursos marinos y terrestres. Los Choros es un pequeño oasis, donde hay una quebrada con un río subterráneo, olivos y huertos regados con agua de pozo. Tengo un huerto con trescientos olivos. Soy pescador artesanal y buzo. La quebrada desemboca en un humedal, hoy afectado por la sequía, donde anidan aves migratorias que morirán por la contaminación del borde costero. Es insólito que Chile realice proyectos de esta envergadura. Ya hay poblados declarados zona saturada de contaminantes, como Huasco o Tocopilla, donde la gente muere por el veneno de las termoeléctricas. Se sacrifican zonas completas por el afán de lucro de grandes empresas”.

Alimentos del mar

Toda la región costera es rica en materia larval, por el fenómeno de surgencia -agua de gran profundidad que emerge con nutrientes y oxígeno-. “Eso explica la existencia de locos, lapas, jaibas, piures, machas, almejas, picorocos. Si las termoeléctricas entran en operación, se acabará la productividad de la zona. Incluso los cultivos de aceitunas corren peligro, pues las emisiones de material particulado, cenizas, etc., de cada termoeléctrica será enorme: más de diez toneladas diarias de contaminantes”, dice Rosa Rojas. “Son empresas prepotentes que creen que pueden pisotear a la gente. Expertos en dividir, sembrar discordia, manipular. Saben a quién pagar para asegurarse un apoyo vital. Pensaron que se iban a encontrar a pescadores de mala muerte y crianceros muertos de hambre, a pobladores ignorantes y agricultores desinteresados, pero les salió el tiro por la culata. Ahora despertó el mundo científico pues, además, la zona es un corredor de ballenas”, agrega Van Dick.
La Conaf, que administra la Reserva Pingüino de Humboldt, cuestionó (…)

 

(Este artículo se publicó completo en la edición Nº 682 de “Punto Final”, 3 de abril de 2009. Suscríbase a PF