Nueva batalla
en el Bío Bío
Autor: CRISTIAN OPASO
En Santa Bárbara
Fundo Los Caciques. Lleva ese nombre por haberse encontrado allí varias tumbas de caciques. Al fondo se ve el “kuel” del cerro Calvario.
Casi inadvertidas para la opinión pública desde 2007 se suceden escaramuzas entre pequeños propietarios campesinos -algunos de origen pehuenche- y vecinos de la zona del interior de Los Angeles, contra una empresa eléctrica ligada a uno de los grupos económicos más poderosos del país. Dada la historia de esa zona y la fuerte resistencia a los anteriores proyectos hidroeléctricos (Pangue y Ralco), el resultado de la batalla es aún incierto y podría cancelarse una megacentral que de construirse violaría acuerdos internacionales además de impactar a la población y a la ya intervenida cuenca.
El proyecto de la empresa eléctrica Colbún, -Central Angostura (el proyecto original, de Endesa, se llamaba Huequecura)-, estaría localizado en la confluencia de los ríos Huequecura y Bío Bío, a unos 20 kilómetros al oriente del pueblo precordillerano de Santa Bárbara. Precisamente es donde se han detectado varios sitios ceremoniales, entre ellos un cerro cónico, una serie de montículos y una antigua cancha de guillatún. Varios de estos montículos serían kueles, montículos funerarios muy comunes en la zona de Lumaco y Purén, según sugieren especialistas, entre ellos el arqueólogo Tom Dillehay y el arquitecto experto en patrimonio, Osvaldo Cáceres. Según este último, el lugar de emplazamiento podría ser un centro ceremonial de grandes proporciones, que demarcaba la frontera del antiguo territorio pehuenche.
Si bien el Consejo de Monumentos Nacionales y la Corporación de Desarrollo Indígena (Conadi) han reconocido parcialmente el valor patrimonial del área y los derechos de los indígenas, otros estamentos gubernamentales actúan de manera opuesta. Al igual que la empresa, aducen que la zona no es pehuenche y que no se violaría ningún tratado internacional, aunque los pehuenches firmantes del acuerdo ante la Organización de Estados Americanos aducen lo contrario.
Dificultades y presiones
El estudio presentado por Colbún ingresó en septiembre de 2008 a su evaluación de impacto ambiental (EIA) ante la Conama de la VIII Región. En diciembre, tras vencer el plazo de participación ciudadana, se emitió un informe de aclaraciones que debió haber sido respondido el 24 de diciembre. Sin embargo, dada la cantidad y tenor de las observaciones, la empresa pidió una extensión del plazo para contestar, que fue fijado para el 28 de marzo.
A pesar de las dificultades “políticas” del proyecto, la situación en el epicentro del conflicto, es decir entre las cerca de cuarenta familias que tendrían que ser erradicadas, es compleja. La desinformación, las presiones y la desesperación por las dificultades económicas, han llevado a que muchas familias apoyen el proyecto, ya sea por creer que su construcción es inevitable, o por ilusionarse con una mejor vida para ellos y sus hijos en las nuevas parcelas y otras migajas que está dispuesta a entregarles la empresa Colbún.
Un alto funcionario de Colbún, en reunión informativa realizada a fines de 2007 ante el consejo municipal de Quilaco, justificó el ingreso ilegal a los predios.
Un año después de la reunión de Quilaco, en una reunión de (…)
(Este artículo se publicó completo en la edición Nº 682 de “Punto Final”, 3 de abril, 2009. Suscríbase a PF)
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