La masacre de 1907 en Iquique
CALICHE
sangriento
Autor: IVAN LJUBETIC VARGAS
Hace un siglo, se perpetró en el norte la matanza en la Escuela Santa María de Iquique. ¿Cuál fue la causa? ¿La posición reaccionaria y antipopular del presidente de la República, Pedro Montt, un abogado que se caracterizaba por su “carácter enérgico”, según la historia oficial? ¿Fue una decisión del ministro del Interior, Rafael Sotomayor Gaete, antiguo vecino de Iquique y conocido abogado de los intereses salitreros de Matías Granja, y a quien se atribuye haber dado la orden de abrir fuego a las 15.45 del sábado 21 de diciembre de 1907?
¿Fue el excesivo odio contra los trabajadores que sentía el general Roberto Silva Renard? Su nutrido prontuario da para pensarlo. A poco de iniciarse la guerra civil para derrocar al presidente Balmaceda, siendo miembro del estado mayor de la Guarnición de Santiago se embarcó secretamente hacia el norte y se pasó al ejército contrarrevolucionario que organizaba el militar prusiano Emilio Körner. Ambos militares traicionaron al gobierno, mientras que el ejército se mantuvo leal. Su participación en la guerra civil le valió el ascenso a coronel. En 1903 fue fiscal militar en el proceso seguido a raíz de la masacre perpetrada por el ejército contra los obreros portuarios de Valparaíso. Concluyó que los responsables de ese hecho habían sido... las víctimas. El 17 de septiembre de 1904 encabezó las tropas que masacraron a los huelguistas de la oficina salitrera Chile. Comandó a los militares que el 24 de octubre de 1905 mataron a decenas de manifestantes que en Santiago pedían la eliminación del impuesto a la carne argentina.
¿La responsabilidad de la matanza en la Escuela Santa María la tuvo el intendente Carlos Eastman, que arribó a Iquique el jueves 19 de diciembre? Recibido con júbilo por los huelguistas, lo llevaron en andas hasta la Intendencia y el sábado 21, a las 13.30 horas, firmó la orden de desalojar la Escuela Santa María.
¿La causa de los hechos sangrientos fue la fuerte presión de los agentes del imperialismo británico y de los patrones salitreros de esa misma nacionalidad?
Todos estos personajes tuvieron que ver, y bastante, con los luctuosos acontecimientos de 1907. Pero...
UN CONFLICTO DE CLASES
En la moderna lucha de clases (la que transcurre durante el sistema capitalista), los trabajadores enfrentan a los patrones de tres formas: la lucha económica (su objetivo es alcanzar mejores condiciones de vida y trabajo); la lucha ideológica (el combate contra la propaganda burguesa utilizando las ideas revolucionarias) y la lucha política (tiene por meta el poder político para los trabajadores).
Pues bien, el 10 de diciembre de 1907 se inició la paralización de las oficinas salitreras de la provincia de Tarapacá. Esta huelga respaldaba un pliego de peticiones con moderadas reivindicaciones económico-sociales. Es decir, fue una lucha económica.
¿Por qué un pacífico movimiento rei-vindicativo de los obreros de la pampa culminó en una horrible masacre? ¿Por qué, entre 1903 y 1906, otros cinco conflictos habían sido aplastados también con la máxima violencia reaccionaria: las masacres del 12 de mayo de 1903 contra obreros portuarios de Valparaíso; de 1903 contra mineros del carbón en Coronel; del 17 de septiembre de 1904 contra pampinos de la oficina salitrera Chile; del 24 de octubre de 1905 contra manifestantes en Santiago; del 6 de febrero de 1906 en la Plaza Colón de Antofagasta?
DESARROLLO DEL
MOVIMIENTO OBRERO
Un factor muy importante para que los gobiernos reaccionarios recurrieran al uso de la violencia extrema estuvo en el fortalecimiento del movimiento obrero. Hacia comienzos de los años 90 del siglo XIX, habían llegado a Chile las ideas del Manifiesto del Partido Comunista, de Carlos Marx y Federico Engels, publicado en 1848. Desde entonces, sostiene Hernán Ramírez Necochea, fue “frecuente que se mencionara a Marx y se citaran párrafos del manifiesto comunista”.
Un ejemplo, entre muchos: El 31 de agosto de 1892 el periódico El Pueblo, de Valparaíso, publicó un manifiesto de la Sociedad Marítima de Socorros Mutuos, donde se sostenía: “No olvidéis las palabras del socialista Karl Marx: la gente de trabajo de todas partes del mundo debe ser hermana. Deben hacer causa común con los demás. Ellas tienen un mundo que ganar y sólo las cadenas que perder”.
Por otra parte, el 21 de enero de 1900 se fundó en Iquique la Mancomunal de Obreros de Iquique. Fue la primera organización sindical en Chile. Las mancomunales eran organizaciones territoriales que agrupaban a diferentes gremios obreros. Pronto surgieron otras en Pisagua, Tocopilla, Antofagasta, Taltal, Chañaral, Coquimbo, Valparaíso, Santiago, Coronel, Valdivia y otras ciudades.
El surgimiento de estas organizaciones sindicales clasistas significó un gran salto en la calidad de los movimientos reivindicativos. Además de elevar la organización y unidad de ellos, difundieron y llevaron a la práctica la solidaridad de clase. A la acción organizada de los patrones, respondían con una amplia movilización obrera.
La existencia de las mancomunales creó un serio peligro para la burguesía.
EL ESTADO NO ES NEUTRAL
El Estado no es un ente que está por encima de las clases, de la lucha de clases. Es un instrumento de la minoría explotadora para oprimir a la mayoría, a los trabajadores.
El gobierno de Pedro Montt, como parte de ese Estado burgués, apoyó desde el principio a los patrones.
Otro hecho a tener en cuenta es que los explotadores más importantes del salitre y de los pampinos, eran británicos. Y el imperialismo inglés se jugó defendiendo los intereses de sus conciudadanos. Incluso envió naves de guerra. Presionó para que se utilizara la violencia extrema para poner fin a la pacífica y justa huelga obrera.
Recabarren señaló en enero de 1908: “Emplear la crueldad extrema, infundir terror en el menor tiempo posible, desbaratar toda organización que pueda resistir, he ahí el plan de los burgueses chilenos”.
¿Verdad que esta aseveración de Recabarren nos recuerda la forma en que actuaron los fascistas el 11 de septiembre de 1973?
EL MIEDO BURGUES
Tal vez no se ha dimensionado adecuadamente el peligro que para la burguesía -como clase-, tuvo el movimiento de los pampinos iniciado el 10 de diciembre de 1907, como tampoco se ha prestado la necesaria atención a la gran solidaridad que en Iquique, Antofagasta y en otros puntos del país levantó esa huelga obrera. De las 84 oficinas salitreras que existían en Tarapacá, en que laboraban 43.440 obreros, pararon 76 oficinas con 37.141 trabajadores, cantidad casi igual a la población de Iquique (durante el movimiento, se calcula que más de quince mil pampinos llegaron a ese puerto).
La solidaridad con los trabajadores del salitre fue enorme. En el comité directivo de la huelga participaban trece sindicatos de Iquique. Esas y muchas otras organizaciones prestaron (…)”
(Este artículo se publicó completo en la edición Nº 654 de “Punto Final”, 21 de diciembre, 2007. ¡¡Suscríbase a PF¡¡)
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