Edición 652 - Desde el 23 de noviembre al 6 diciembre de 2007
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Referéndum del 2 de diciembre

Venezuela en el umbral
del socialismo

 

La movilización permanente se ha convertido en el axioma que anima la organización social y el avance político de la revolución bolivariana. Es común observar entre los venezolanos y venezolanas afines al proceso de cambios una disposición casi inagotable a canalizar respuestas a las amenazas veladas del imperio y contrarestar las embestidas de la oposición local. Ahora está en juego el referendúm del 2 de diciembre sobre reformas constitucionales.
La muy agitada dinámica no le permite a muchos asimilar las variadas y abundantes iniciativas que se registran para la implementación de políticas públicas gubernamentales, así como de experiencias particulares nacidas en las comunidades. Se trata de una rebelión de los pobres que no admite el estancamiento de sus aguas. La administración de varios frentes abiertos al mismo tiempo es habitual entre quienes ya se han acostumbrado a no estar quietos. La praxis transformadora se ha vuelto instrumento de profundización del proceso: “los seres humanos al hacer, se hacen”.
El presidente Chávez ofreció guiar al país por los derroteros del socialismo si las mayorías le acompañaban en las elecciones de diciembre de 2006. Así resultó ser, y como es costumbre en quien cumple sus promesas, así se ha venido haciendo a lo largo del presente año. La transición al socialismo, aunque es proceso de denso fluir, necesariamente supone una sacudida inicial, acciones radicales, abruptos golpes de timón cuidando que la nave no naufrague ni termine a la deriva.
Por antonomasia, Venezuela es centro del interés mundial. Particularmente este año ha sido “noticioso”. Desde la renacionalización telefónica hasta el “incidente” con el monarca español, el proyecto bolivariano siempre tiene algo que contar, o siempre es víctima de los fuegos de los centros de poder imperial. ¿Por qué no se aquieta? pudiera parafrasear quien ignora que las revoluciones son hijas del amor y la utopía alcanzable, que animan el desplazamiento y la búsqueda. No se aquieta el deseo de las multitudes en pos de su realización integral y la igualdad. El goteo permanente es tanto una estrategia como una forma de vida, de sobrevivencia, de la revolución, así ha venido siendo y así ha de continuar.

¿DE DONDE SE VIENE, HACIA DONDE SE VA?

Se viene de la construcción contrahegemónica, y se busca el socialismo sin atajos revolucionarios ni acortamientos históricos. En tal sentido, se ha promovido una extendida política de redistribución del ingreso nacional. Para 2008 se ha destinado a la inversión social más del 50% del presupuesto.
Se ha avanzado en la disminución de la pobreza: 98 de cada 100 personas comen tres veces al día. De igual manera, ha aparecido el ahorro entre los estratos C, D y E de la población, al tiempo que el índice de consumo socialmente necesario de los sectores históricamente excluidos se ha incrementado drásticamente. Todo ello, producto de una extendida campaña de financiamiento a los pobres, de la implementación de un sistema de capacitación para el trabajo, de la rearticulación de un nuevo tejido productivo estatal-popular, del incremento de la participación productiva (cogestión, empresas recuperadas, cooperativas. Empresas de producción y propiedad social, sindicatos, consejos de trabajadores…). Venezuela posee el mayor salario de Latinoamérica y ha profundizado una agresiva reforma agraria reasignando latifundios recuperados a colectivos humanos y no a particulares.
La mayoría de los logros gubernamentales han cristalizado a instancias del protagonismo del pueblo organizado, cada vez más consciente y movilizado. El poder popular se cuela por todas las rendijas: diagnósticos y presupuestos participativos; planificación centralizada y democrática; asambleas de ciudadanos(as) y sectoriales; comités bolivarianos, mesas técnicas; consejos comunales; consejos locales de planificación pública; diagnósticos y presupuestos participativos; gestión comunal de proyectos; contraloría social de la acción pública y de la propia acción ciudadana; gabinetes móviles; misiones sociales, etc.

PUNTO DE NO RETORNO

Habiéndose avanzado en la agenda social, política, cultural y económica; habiéndose trascendido la etapa paliativa, de carácter asistencialista de los primeros años de inexperiencia y luego, la etapa de asentamiento estructurante de los últimos cuatro años, se emprende la marcha en aras de profundizar los programas gubernamentales de corte socialista, la instauración de nuevas relaciones sociales y de producción, la elevación de la conciencia ciudadana, la satisfacción de sus necesidades reales, la irrupción plena de la participación protagónica. Se avanza hacia el rediseño de un Estado que procure soluciones, dejando de ser parte del problema; hacia la adopción de un nuevo marco jurídico, entre otras medidas, para conforman el cuerpo central de la transición al socialismo.
Se aspira a seguir realizando todo ello como un proceso y pacíficamente. Se sabe que con la mera modificación de la base jurídica no se da forma a una nueva sociedad. Los contratos sociales demandan voluntad política y consenso para materializarse. La modificación constitucional es un paso necesario para la revolución bolivariana, si realmente aspira a volverse socialista. Forma parte de lo que pudiéramos denominar su evolución natural, no el fin en sí mismo, pero sí una condición significativamente importante. En este marco, cabría interrogarnos, ¿están maduras las condiciones en Venezuela para el socialismo?
Ni el debate desplegado en torno al proyecto de reforma, ni el triunfo electoral de la opción socialista en el referéndum del 2 de diciembre próximo, ni su derrota, darán cuenta de ello. Tan sólo los resultados de la hechura societal nos lo podrán decir. Tengo la percepción de que se ha activado un mecanismo que ha venido adquiriendo vida propia. De los episodios precedentes, de los propios errores cometidos y de las omisiones, también de los aciertos, se ha aprendido. El carácter experimental que asume el proyecto emancipador posibilita y potencia los aprendizajes.
Con la experimentación se ha avanzado y se aspira alcanzar un punto de desarrollo superior, a la luz de la puesta en ejecución de la citada reforma. Veamos:
El proyecto de reforma constitucional reconoce la propiedad social sobre los medios de producción, también la privada. En el caso de los medios de producción sociales, no sólo el Estado los administra sino también las propias comunidades organizadas. Hasta ahora las comunidades se han venido organizando en cooperativa, las cuales reciben de parte del Estado apoyo técnico, capacitación y educación, financiamiento, asistencia, asignación de activos, en muchos casos títulos de propiedad de tierras desafectadas del latifundio. Ahora se busca otorgarles la propiedad de empresas generadoras de bienes o servicios, como valor agregado a la producción de materias primas.
De forma simultánea, las comunidades han venido articulando iniciativas que propenden a la gestación del poder popular. Véanse los consejos y bancos comunales.
Si una comunidad, a través de sus consejos comunales y la agregación de éstos en comunas socialistas, recibe en propiedad un activo, supongamos, una planta procesadora de algún alimento, ¿qué hará con los excedentes? Respuesta fácil: redistribuirlos en la propia comuna por vía de la determinación de necesidades priorizadas a través del método del presupuesto participativo. En este caso, la población no debe esperar a que el Estado destine recursos para solucionar sus problemas, encamina sus propias acciones en paralelo a la actuación pública, asumiendo su papel de máxima corresponsabilidad.
Queda claro entonces el carácter progresivo de todo proceso de empoderamiento. Hacer realidad la muy manoseada consigna “todo el poder para el pueblo” supone una agenda educativa previa. Con todos estos años de siembra bolivariana se ha configurado un escenario propicio para emprender un raudo y firme salto adelante. En nuestro caso, la experiencia ha demostrado que se precisa ir despacio cuando se tiene prisa. No obstante, la hipotética no aprobación del proyecto de reforma constitucional tras la consulta del 2 de diciembre, independientemente de las justificaciones de campaña, significa la no preparación de las condiciones objetivas y subjetivas para dar el empuje socialista, en consecuencia, amerita su traslación a futuros escenarios.

LOS ELEMENTOS SUSTANTIVAMENTE SOCIALISTAS DE LA REFORMA CONSTITUCIONAL

Resulta relevante caracterizar el conjunto de rasgos constitutivos del proyecto de reforma que prefiguran la arquitectura socialista, al tenor de la especificidad venezolana.
• Concretar el poder popular supone el otorgamiento de rango constitucional al nuevo poder emergente, reconociéndose los consejos del pueblo, las comunas, etc.; la transferencia de competencia de gestión pública directamente a las comunidades, sin mediación de autoridades locales o regionales; la recolocación de la toma de decisiones, ahora centrada en la población y no en intermediarios o representantes.
• Fortalecer al Estado y hacerlo eficiente para delegar poder a la ciudadanía. Significa refundar instituciones públicas basándose en la satisfacción de las necesidades de la población, sin que se derive en un control totalitario de la sociedad por parte de nomenclatura alguna. En Venezuela nunca antes ha existido un Estado que se coloque del lado de las mayorías, que asuma la eficiencia como un paradigma de bienestar para la población.
• Ampliar los derechos humanos y las garantías sociales ya consagrados en la Constitución vigente es la reducción de la jornada laboral a 6 horas diarias y la humanización del trabajo; la postulación paritaria de género para cargos de elección pública; la seguridad social para los trabajadores informales o no dependientes, incluidos los promotores culturales; la protección del hogar, declarado como vivienda principal; el reconocimiento de la interculturalidad y la diversidad étnica con valoración de las raíces indígenas, europeas y africanas, etc.
• Dar forma al modelo económico socialista, a instancias del reconocimiento de un régimen de propiedad mixto, implica la construcción de un nuevo tejido productivo; el fomento de empresas de producción y propiedad social orientadas al desarrollo humano integral; el combate a la concentración y centralización de la propiedad vía prohibición expresa de monopolios y latifundios; la reserva exclusiva, en manos del Estado, de la exploración y explotación de todos los tipos de hidrocarburos; la planificación democrática de la sociedad; el manejo autónomo de las reservas internacionales excedentarias, etc.
• Finalmente hay que diseñar una nueva geometría del poder, la cual supone un enfoque eco-socialista y la identificación por parte de la propia gente de los ámbitos geográficos para la mejor participación política, social, cultural y económica.

OPOSICION: ENTRE EL “GOLPE SUAVE” Y LA PARTICIPACION ELECTORAL

La oposición venezolana está nuevamente dividida en al menos dos posiciones: ir a votar el 2 de diciembre o abstenerse. La campaña emprendida por quienes aceptan las reglas democráticas se orienta a la satanización del proyecto de reforma, deformando los contenidos de ésta e intentando sembrar temores entre la población. Sus alegatos más recurrentes se basan en proyectar mentiras: la propiedad privada desaparecerá una vez afianzado el “sistema comunista bolivariano”, la reelección presidencial continua supone un mandato indefinido de Hugo Chávez al frente de la Presidencia de la República.
Un escenario muy probable está asociado a la posibilidad de que se registre, como en similares eventos electorales no presidenciales del pasado, una alta abstención, lo cual refuerza la pretensión deslegitimadora del gobierno y favorece planes desestabilizadores.
Estos sectores se pasean por otros escenarios, como auspiciar un “golpe suave”. Como se sabe, este tipo de guerra asimétrica se fundamenta mediante la utilización de técnicas donde se armonizan variados métodos de lucha, encubiertos en la no violencia. (Véanse los ejemplos de Ucrania y Georgia en 2004 y 2003, respectivamente).
Se trata de una suerte de prolongación del formato desarrollado en los meses y semanas previas al golpe de Estado de 2002 en Venezuela. En la actualidad, los procedimientos de desestabilización han seguido las mismas pautas. Esto es: fijación de matrices de opinión basadas en el descrédito de las instituciones públicas, planes de desabastecimiento, operaciones de incremento del dólar paralelo, intentos de paralización del transporte público, sabotajes de servicios, exaltación de los prejuicios anticomunistas, denuncia de violación de libertades -de expresión y manifestación-, fomento de conflictos, cortes, tomas y movilizaciones en las calles, rumores de posibles alzamientos militares, etc.
La táctica del “golpe suave”, bajo el disfraz de la no violencia, no se esboza en la destrucción de fuerzas encontradas, empleando procedimientos militares. Por el contrario, se plantea mediante la neutralización política y/o psicológica, lo cual es equivalente -en un momento crítico de ingobernabilidad- al efecto derivado de una guerra de desgaste. El fin último: alentar un pronunciamiento militar o animar una intervención de fuerzas extranjeras.
No cabe duda que lo que está en juego el 2 de diciembre en este nueva coyuntura de la revolución bolivariana está asociado a la posibilidad cierta de que la misma prosiga su avance en los ritmos y con la velocidad que le es propia, o se detenga, o peor aún, retroceda. Pero la atrofia no es común en los adolecentes que se han alimentado bien y asumen un esquema de vida disciplinado.
Es innegable que presenciamos la mayoría de edad de un proceso emancipatorio, el venezolano, y ello se asocia a la cristalización de un nuevo pacto social inspirado en el socialismo. No cabe duda, por estos días, que derrotar al socialismo del siglo XXI es la máxima prioridad del capitalismo global

HAIMAN EL TROUDI (*)
En Caracas

(*) Ingeniero y escritor venezolano (37 años). Ha ocupado diversos cargos en el gobierno del presidente Chávez. Es investigador del Centro Internacional Miranda y autor de varios ensayos sobre el socialismo del siglo XXI.

 

(Publicado en “Punto Final” Nº 652, 23 de noviembre 2007)

 

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