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Casi cuatro mil víctimas
de sida en Chile
ENFERMEDAD
sin cura
DOCTORA
Carolina Chahín Ananía: pacientes de VIH en la población
mapuche.
A más de veinte años de descubierta esta patología,
la posibilidad de encontrar cura para el sida es todavía lejana.
La doctora Carolina Chahín Ananía, médico internista
tratante de pacientes con VIH en la IX Región, asevera que “ésta
es una pandemia con la que tenemos que aprender a vivir. Creo que quedará
como una infección endémica. Hay continentes como Africa
en que de cada tres personas, una está contagiada”. El caso
de Chile no es tan dramático, aunque se estima en 32.806 el número
de infectados. Pero ya han muerto tres mil 700 chilenos por esta enfermedad.
En entrevista con PF, la doctora Chahín recordó que son
tres las formas de transmisión: relaciones sexuales desprotegidas;
transfusión de sangre o hemoderivados, o por compartir jeringas;
de forma vertical, también se da de la mujer infectada embarazada
al hijo que espera. Este contagio es absolutamente evitable, ya que si
la madre se trata oportunamente durante la gravidez, hay más de
un 80 por ciento de posibilidades que tenga un bebé sano. Carolina
Chahín relata -orgullosa- que en el Servicio de Salud Araucanía
Sur, el test es gratuito para todas las embarazadas. Si la madre es positiva,
además de tomar la medicación durante el embarazo, al nacer
el niño no puede amamantarlo.
¿Por qué en Africa se permite a una madre infectada el amamantamiento
del bebé?
“El riesgo que tiene un niño africano de morir por una disentería
es mayor que de morir por VIH. En cambio en Chile -a pesar de todo- existe
un buen programa de alimentación complementaria y tenemos opciones
para alimentar a un bebé con sucedáneos de la leche materna.
A través de donaciones, hemos conseguido que los laboratorios y
otros organismos nos compren leche maternizada”.
Aunque hay grandes avances en la industria farmacológica, todavía
la vacuna se ve lejana. La doctora Chahín sostiene que en relación
al VIH, hay muchas drogas nuevas pero aún no existe cura. Reclama
que sólo el sector salud ha tomado el peso a la enfermedad, en
circunstancias que -a su juicio- debería involucrarse el conjunto
de la sociedad. “El sida afecta no sólo la salud del individuo,
también su desarrollo social, económico, la capacidad de
formarse como persona, su desarrollo familiar. Es un quiebre cuando le
dicen que es positivo. Lo que además se acompaña de discriminación
y estigmatización. Porque si tienes cáncer, te apoyan; si
tienes sida, te dejan solo. Por eso, este asunto debería involucrar
a todos los estamentos de la sociedad”. En su región, sólo
el alcalde de Temuco -donde se reportan 150 infectados-, René Saffirio,
se ha comprometido con este problema. “Nos dio recursos para implementar
el Centro de Atención al Paciente con VIH, que da atención
ambulatoria”. Ese espacio -situado en el hospital regional- cuenta
con un médico, sicóloga, nutricionista, asistente social,
consejera, etc. Afirma que han sido vanos los intentos por conseguir apoyo
de otros municipios, porque “lo ideal sería que ese espacio
estuviera a la vuelta de la esquina, donde la gente accediera a examinarse
en forma confidencial y gratuita”.
SILENCIO Y
PREJUICIOS
¿Cómo es tratar a alguien con VIH?
“Es una patología más. Antes, cuando no había
drogas para todos los pacientes, era angustiante porque debíamos
decidir a quienes darle medicamentos y a quienes no, y eso era optar por
la vida o la muerte de algunos. Conlleva una responsabilidad formar un
equipo multidisciplinario que los atienda desde todos los ámbitos,
pero -dentro de todo- los infectados con VIH son privilegiados. Entiendo
que para la gente tengan una connotación especial; para un profesional
del área de salud, no debería”.
¿Por qué no hay más información sobre el sida?
“Porque hay medios que, definitivamente, no han participado en las
campañas oficiales por un supuesto criterio religioso o filosófico.
Hay que ver todo el escándalo por la ‘píldora del
día después’, que está ampliamente aceptada
en países con las mismas condiciones socioeconómicas nuestras.
Parece una aberración que una mujer violada no pueda decidir si
quiere un embarazo fruto de violencia. Es lamentable, porque sabemos que
las campañas tienen impacto. Lo hemos medido y los más receptivos
son los jóvenes. Hoy vemos que la epidemia se ha desplazado a sectores
de mayor edad”.
¿De qué otra manera se hace prevención?
“El Ministerio -a través de Conasida- entrega preservativos
pero no para todos. Se dan a adolescentes, a portadores de VIH y a trabajadoras
sexuales. Para gente no infectada y que no ejerce la prostitución,
no hay. A las prostitutas les dan veinte en cada control, cada tres meses”.
AZOTE DE LOS
MAS POBRES
¿En esta patología incide la clase social? ¿Hay
más pobres infectados?
“Al principio era una epidemia en hombres de los niveles medio-superiores.
Se ha desplazado hacia los sectores más pobres y a las comunas
rurales: los más desprotegidos. En las mujeres, siempre se ha presentado
en los niveles de operarias y en los sectores medio-bajos: dueñas
de casa, estudiantes. Debe estar relacionado con que la mujer no tiene
un rol negociador, somos un ente pasivo en un mundo mandado por hombres.
No hay negociación sexual, normalmente ellas son infectadas por
sus parejas estables”.
¿Por qué el sida es una enfermedad asociada a la pobreza?
¿El que está bien alimentado se enferma menos?
“En todas las enfermedades infecciosas existe una interacción
entre huésped y agente. La vulnerabilidad no es la misma en ciertos
contextos. Un paciente desnutrido es más vulnerable. De hecho,
en Africa, la transmisión del VIH a los niños es mayor porque
hay ciertas carencias nutricionales, déficit de vitamina A, por
ejemplo, que hace más vulnerable a infectarse y transmitir la enfermedad
a los niños”.
¿Por qué existen los prejuicios, si se habla de que se puede
negativizar la enfermedad?
“La enfermedad no se negativiza, llega a niveles indetectables pero
si pudiéramos tomar una muestra de ciertos tejidos, se encontraría
el VIH. Nadie se mejora hoy de sida. A diez años de las terapias
modernas, los estudios demuestran que el tratamiento es de por vida. Aquellos
pacientes que están indetectables y suspenden el tratamiento, en
un tiempo variable, se les empieza a detectar otra vez. Hay casos aislados
que tomaron medicación y después de un tiempo están
indetectables, pero hoy el seguimiento ha permitido demostrar que otra
vez tienen el virus. El sida es una enfermedad crónica.
Hay estudios en prostitutas tailandesas que mostraban una condición
genética que las hacía inmunes al VIH. A un porcentaje de
esa población le falta un gen que sería el receptor del
VIH, por lo tanto, aunque se expusieran al virus no se infectarían.
Pero luego aparecieron casos que sí se contagiaban, así
que la situación sigue siendo poco promisoria.
Volviendo a su pregunta, los miedos y prejuicios se deben a que nos enfrenta
a nuestro comportamiento sexual. Se trata de una enfermedad estigmatizada.
No olvide que los primeros casos fueron en homosexuales en San Francisco,
a fines del 79 y principios de los 80”.
¿Imagino que la discriminación en la población mapuche,
numerosa en su región, será mayor?
“Los mapuche son extremadamente reservados y no hay estudios acabados
y serios. Sería interesante tenerlos. Recién ahora se hará
un estudio sobre sexualidad en esa población”
CANDELA GONCALVES
En Temuco
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