La
Torre de
Papel
La voz única del “big brother”
Autor: Paulus
Sebastián Piñera: nuevo dueño de
Chilevisión
El libre mercado deviene en concentración de mercado.
Lo que sucede en todos los sectores de la economía
ocurre también en los medios de comunicación,
los que también están inspirados por los mismos
objetivos que mueven al resto de las industrias. La maximización
de las ganancias es, tal como en los supermercados, las farmacias,
las telecomunicaciones o en la banca -todos sectores con la
propiedad muy concentrada- también el fin último
de la industria mediática.
Hubo ciertos consensos normativos que rigieron los medios
de comunicación durante buena parte del siglo XX, que
dieron origen a la teoría de la responsabilidad social.
Se trataba de un compromiso privado y de propiedad concentrada
-adoptado por el sistema norteamericano hacia mediados de
la década de los cincuenta- con el cual, al aceptar
la libertad de expresión bajo la teoría de la
prensa libre y privada, asumían también una
responsabilidad ante la sociedad que evitaba cualquier censura
y regulación por parte de los gobiernos. Y al hablar
de libertad de prensa y responsabilidad social, se entendía,
entre otros varios aspectos -no sólo respecto a la
exhibición de pornografía y extrema violencia-
la representación a través de estos medios de
todas las sensibilidades sociales o políticas. Debían
ser, en otras palabras, pluralistas. O de lo contrario, vulneraban
la libertad de expresión, principio y fin que los inspiraba.
Bajo esta teoría, la industria mediática no
es una mera institución económica con fines
de lucro, sino un organismo de representación social
con responsabilidad hacia la sociedad en su conjunto: su cometido
es informar objetivamente. Bajo esta ética, podríamos
agregar que son organizaciones para el cambio social.
EL MERCADO DE
LA INFORMACION
Al observar lo que tenemos, podemos afirmar, sin la menor
duda, que hoy son otra cosa. Se trata de empresas con intenciones
de lucro, cuya gestión apunta a la maximización
de sus utilidades. Como todas las empresas, buscan ser competitivas
y eficientes, ampliar sus mercados y ser rentables para sus
accionistas.
La mercantilización de todos los aspectos de la sociedad
chilena también ha permeado sus medios. Este es uno
de los aspectos del deterioro informativo, que lleva a convertir
la información en un producto más que ha de
publicitarse, lo que genera ese tipo de medios -hoy generalizado-
denominados “prensa amarilla”. Aquí el
criterio del espectáculo, que es rentable, prioriza
la información, la que siempre es rentable (mídase
en ventas o rating).
Como si se tratara de cualquier industria, los medios de comunicación
son bienes transables en un mercado bien apetecido por los
grandes grupos económicos. Así tenemos un proceso
de concentración del mercado, el que, en la prensa
escrita, ha llevado a la conformación del famoso duopolio
El Mercurio-Copesa. (.......)
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