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Sergio
Aguiló (PS):
Para el PS es
“Bachelet sí o sí”
“La desigualdad es el gran talón de Aquiles de Chile. Este
‘gigante’ que algunos ven como un tigre asiático, tiene
una base feble”, afirma el diputado socialista Sergio Aguiló
Melo. Por eso piensa en cambios, en volver a un Estado de bienestar, pero
del siglo XXI. Por eso es uno de los once miembros del comité central
del PS que crearon la corriente de reflexión Opción Socialista,
con el propósito de retomar las viejas banderas de equidad y justicia
social. Ese podría ser un camino para agrupar a una “Izquierda
plural” y generar un programa que haga suyo Michelle Bachelet, a
quien ve en la primera vuelta de la elección presidencial, lo quieran
o no los socios de la Concertación. De todo esto habló Aguiló
con PF.
El gobierno y los empresarios se vieron muy contentos con la última
cifra de crecimiento de la economía, que en abril llegó
a 5%. Sin embargo, la gente no se conmueve con este tipo de noticias,
ya no cree que eso beneficiará a todos.
“En Chile está empezando a emerger una realidad muy elocuente.
Un país puede crecer a un 5 ó 5,5 por ciento -lo que se
estima para este año y el próximo- y, sin embargo, tener
una determinada distribución del ingreso que hace que ese crecimiento
termine concentrado en el 10% de la población de más altos
ingresos, mientras la población restante percibe de manera muy
marginal -o casi no percibe- beneficios para su calidad de vida. El malestar
de la sociedad chilena, producto de esta desigualdad brutal, lejos de
disminuir con las tasas de crecimiento actual puede, incluso, acrecentarse
en algún momento. La percepción del gobierno y de los empresarios
es que entramos en un período de vacas gordas, no sólo por
el crecimiento de la economía sino también por la mejora
significativa del precio del cobre. Sin embargo, este período no
se expresa en la casa ni en la vida cotidiana del 80 ó 90 por ciento
de los chilenos. Y esto no significa que el crecimiento sea malo -siempre
es bueno-, sino que la economía está creciendo dentro de
un modelo de desarrollo concentrador y desigual. Lo que tenemos que demostrar
quienes creemos en una alternativa distinta, es que se puede crecer con
un modelo diferente, o por lo menos con cambios significativos respecto
del actual. O sea, que nuestra producción puede diversificarse
y que es posible aumentar el empleo, la productividad del trabajo, los
salarios, la recaudación tributaria y la red de protección
social, manteniendo el crecimiento”.
Esos cambios tendrían que ser profundos. ¿Está hablando
de un modelo distinto al neoliberal?
“Cuando hablo de un nuevo modelo de desarrollo no estoy pensando
en un cambio en la base capitalista de la organización de la economía.
En el interior del sistema capitalista -tomando en cuenta la experiencia
del siglo XX y parte del XIX-, hay dos corrientes muy diferentes.
Una es la sociedad y el Estado de bienestar, como existen en los países
nórdicos de Europa, en España de los últimos años
o en Costa Rica, dentro de América Latina. Su característica
principal es que la producción de bienes y servicios básicos
está en manos de capitalistas privados, pero hay reglas muy rigurosas
de respeto al trabajo, una red de protección estatal en salud,
educación y previsión social que entrega esos servicios
en forma gratuita -o casi- al cien por ciento de la población,
de modo que aún en períodos de crisis la gente tiene esas
coberturas. El Estado genera políticas de diversificación
de la producción y subsidia a la micro y pequeña empresa.
La otra corriente es la alternativa neoliberal, que conocemos.
Cuando hablo de cambios no pienso en volver a la situación de los
60 o comienzos de los 70. Hablo de un cambio que no necesariamente saca
a Chile de la globalización, sino que lo hace participar asociado
con sus iguales de América Latina y le da un rol más relevante
al Estado, aumentando la recaudación del 18 por ciento del ingreso
nacional actual al 25 ó 30 por ciento. Esto permitiría al
Estado hacerse cargo de toda la educación superior -al menos de
los jóvenes provenientes de familias de bajos ingresos- o de la
salud, entre otras cosas.
Creo que no hay posibilidad de cumplir la gran promesa de crecer con equidad
-que hizo el presidente Ricardo Lagos cuando era candidato-, sin un Estado
de bienestar”.
EQUIDAD... O CRISIS
Para la derecha, el Estado de bienestar es una experiencia que fracasó.
“Acabo de conocer una discusión interesantísima que
tuvo lugar el año pasado entre Tony Blair, Lionel Jospin y el primer
ministro alemán, en el seno de la socialdemocracia internacional.
Era una discusión entre la llamada ‘tercera vía’
-que propicia Blair junto con un sector del partido socialista alemán-,
y la alternativa de modernizar y poner al día la gran tesis del
Estado de bienestar, planteada por el francés Jospin y otro importante
sector del socialismo alemán encabezado -cosa curiosa- por un ex
ministro de Hacienda. Es una discusión plenamente actual. En la
socialdemocracia internacional ganó con mucha fuerza la tesis de
que no sólo es posible, sino que es obligatorio optar por una reactualización
del Estado de bienestar, si no queremos entrar en una crisis profunda
de nuestras democracias. La tesis era: si no tenemos la posibilidad de
demostrar a todos los ciudadanos de nuestros países que el crecimiento
económico llega como bienestar hasta la última familia,
dentro de poco tendremos la institucionalidad democrática en crisis.
Esto reafirma la idea de un Estado fuerte encargado de generar condiciones
de equidad, justicia social y protección social. La tercera vía,
como postura intermedia, ha sido un fracaso en Inglaterra y eso ha llevado
a Tony Blair a establecer esta alianza espúrea con lo más
reaccionario del establishment norteamericano y a participar en la política
imperialista de agresión a Iraq, incluso al margen de la institucionalidad
de Naciones Unidas”.
Estas ideas también están presentes en Opción Socialista.
¿Por qué se creó esta corriente?
“Por dos razones, pero quiero aclarar que es una corriente de reflexión
y no orgánica. En nuestro partido ha sido tradicional construir
corrientes orgánicas que, a medida que el tiempo pasa, se transforman
en corrientes sin pensamiento, sin propuestas, de administración
de cuotas de poder interno. ¡Nada más lejos de nuestro interés!
Queremos generar un espacio en el partido para que se vuelvan a discutir
estas cosas: básicamente, se trata de volver a discutir temas que
nunca debieron dejar de ser centrales para el PS, como la suerte de los
trabajadores, de los más vulnerables y desposeídos en una
sociedad capitalista tan antagónica como ésta, administrada
por un modelo neoliberal. Sabemos que Chile es uno de los países
con peor distribución del ingreso en el mundo. Y si nacimos como
partido para luchar por la justicia social, por la igualdad de oportunidades,
por el ensanchamiento de las libertades... ¡cómo no luchar
por la igualdad! Ese es nuestro propósito”.
“ME CONSIDERO SOCIALDEMOCRATA”
¿Esto implica ponerse, de frentón, más a la Izquierda
dentro de la Concentración?
“Sin duda, esto de ‘Izquierda’ y de ‘derecha’
es relativo. Yo me considero un socialdemócrata. En la época
en que empecé a militar, declararse socialdemócrata era...”.
...Vergonzoso?
“Desde luego. Era más bien una descalificación que
a uno le propinaba un tercero cuando lo encontraba muy ‘amarillo’.
Hoy, si tomamos en serio las cosas, declararse socialdemócrata
dentro de la Concertación -y tratar de serlo- es extremismo. En
ese sentido, estaríamos en la Izquierda de la Concertación...
No sé si del país... porque también está la
Izquierda que llamamos extraparlamentaria. Pero lo que nos interesa, sin
romper la Concertación, es generar en el país una Izquierda
plural. Estas ideas de equidad y justicia social, de igualdad entre los
hombres, en derechos y oportunidades, son de la Izquierda. Se han buscado
caminos diversos dentro de la Izquierda, pero siempre sobre la base de
esos valores fundamentales. Por lo tanto, es muy importante construir
una Izquierda plural. Eso supone, por parte de los socialistas que estamos
en la Concertación, una mayor autonomía, al menos para criticar
aquellos aspectos de la administración neoliberal que más
golpean a los trabajadores. Pero con la misma franqueza quiero decir que
esto también supone que la Izquierda extraparlamentaria -sobre
todo, ciertos sectores- abandone conceptos que la hacen poco creíble.
Nadie puede construir hoy una Izquierda plural persiguiendo la instauración
del socialismo. Alguien podría hacerlo como un saludo a la bandera
-no sé a qué bandera en este caso- pero a comienzos del
siglo XXI pretender alcanzar igualdad y justicia social construyendo el
socialismo, es una tesis superada por la historia”.
¿Qué debería plantearse esa Izquierda plural?
“Tenemos que ir construyendo un camino, con mucho respeto, entre
quienes están fuera de la Concertación y quienes estamos
dentro. Creemos que es posible un modelo de desarrollo alternativo que
dé más seguridad y garantías a la mayoría
de la población, haciendo que las ventajas del desarrollo y del
crecimiento lleguen a todos. Eso es posible sobre la base de una Izquierda
plural fuerte y que no sólo esté constituida por partidos
políticos, sino también por aquellas organizaciones o movimientos
donde están hoy las fuerzas de Izquierda. La CUT, las organizaciones
de mujeres, ambientales y ecologistas pueden estar detrás de un
programa que se fundamente en los valores que hemos mencionado. Sería
un gran movimiento sociopolítico”.
Para Carlos Altamirano, la “vanguardia” de hoy está
más en estos movimientos sociales que en los partidos políticos.
“Si uno analiza cómo efectivamente han ocurrido las cosas,
con un espíritu historiográfico, tiene que concordar con
el compañero Altamirano que las principales peleas por la igualdad
y la justicia social han tenido como protagonistas a los movimientos sociales”.
MICHELLE BACHELET
“SI O SI”
Este remezón que propone Opción Socialista dentro del PS
y la intención de dar forma a una “Izquierda plural”
se da en un contexto preelectoral . En cierta forma, ¿obedece a
la intención de aunar fuerzas detrás de una candidatura
presidencial de Michelle Bachelet que enfrente a Lavín?
“La Concertación tiene varios precandidatos. La única
manera de resolver, es que haya una primaria amplia, donde todo el pueblo
-excluyendo a los militantes de derecha- se pronuncie sobre quién
debe ser el candidato de esta alianza”.
Sobre eso no hay acuerdo en la Concertación...
“Pero ése es el punto de vista nuestro. Tiene dos ventajas:
que no sea una cúpula la que resuelva un tema tan importante y
que, por primera vez, en torno a la primaria la Concertación tenga
una discusión de fondo sobre qué tipo de país queremos
y para dónde vamos. La única discusión de ‘fondo-fondo’
que ha tenido la Concertación fue en el período previo al
plebiscito de 1988. Después... hemos administrado el sistema neoliberal
(avanzando en algunos aspectos, lo cual me alegra). Si hacemos esa discusión
y Michelle Bachelet es una de las candidatas, ella puede conectarse -dada
su trayectoria y su historia, sería muy natural- con las tradiciones
más progresistas de la mayoría del pueblo chileno. En ese
sentido, sería lógico que buena parte de la Concertación,
pero también buena parte de la Izquierda no concertacionista, votara
por Michelle a condición de que construyamos un programa que exprese
nítidamente estas banderas progresistas de justicia social y de
cambio, en la dirección de alcanzar una sociedad más igualitaria.
Si no fuera así, si se impusiera un candidato por parte de un sector
de la Concertación, negándose a las primarias, creo que
habría la posibilidad que un sector de la Concertación no
siga a ese candidato impuesto por un mecanismo no democrático.
En ese sentido, a lo mejor los caminos de la vida hacen que los sectores
progresistas se encuentren en un espacio distinto”.
Es decir, ustedes seguirán sí o sí con su candidata...
“Soy de los que piensa que si Michelle Bachelet no concurre a una
primaria, porque ‘otros’ en la Concertación lo impidieron,
ella tiene que estar en la primera vuelta de la elección presidencial,
aunque se presenten dos candidatos de la Concertación. Así
de claro”.
¿El PS estaría en esa postura?
“No creo que el conjunto, pero una amplia mayoría sí
estaría”.
¿Se podría quebrar la Concertación?
“No, no, pero vienen momentos de definiciones. Obviamente, el PS
se va a preguntar de aquí a la próxima elección presidencial...
‘Bueno, estamos creciendo al 5%, aumentó el precio del cobre,
Chile es un país más rico, ¿cómo llega eso
a las familias de pobladores de Curepto, a los trabajadores pesqueros,
al 80% de los chilenos? ¿De qué manera hacemos cambios significativos
a este modelo para que, ahora sí, el crecimiento sea con igualdad?’.
Planteará aspectos programáticos, pero al mismo tiempo dirá
que para llevar adelante esas ideas tiene una candidata, ¡y que
sea el pueblo quien decida!”
PATRICIA BRAVO
“No le creo a ‘La Tercera’”
En la investigación de irregularidades en el MOP se han denunciado
filtraciones de la jueza Gloria Ana Chevesich y presiones que podrían
venir del gobierno. Es otro tema asociado con corrupción que afecta
la imagen de la Concertación. Se supone que hubo derivación
de fondos a la campaña electoral de la Concertación, pero
nada se dice abiertamente... ¿Qué opina el diputado Aguiló
del manejo del gobierno y los partidos en este trance?
“Soy de los que cree que los tribunales deben operar con independencia
y libertad absolutas. Lo hemos dicho en relación con el tema de
derechos humanos y es válido para todo. No creo que se hayan usado
platas del MOP para beneficio político, a partir del conocimiento
que tengo de la gente involucrada, pero están los tribunales de
justicia para aclararlo. Lo que sí tengo claro es que al diario
La Tercera, que se ha basado en las ‘filtraciones’, no le
voy a creer. Si la versión viene de ahí, para mí
es muy oscuro...”.
¿Por qué?
“No es una acusación al voleo contra la prensa, sino contra
La Tercera. Y así se lo he dicho a periodistas de ese diario, algo
que un político no suele hacer porque después no lo nombran
nunca más... ¡me da exactamente lo mismo!
En una época La Tercera fue vocera de la Dina, después de
la CNI y, luego, de las más oscuras intenciones de los sectores
ultra reaccionarios. De manera que yo-no-le-creo-a-La Tercera. Distinto
es que un tribunal competente, en sus distintas instancias, determine
que hubo ilícitos, en cuyo caso hay que sancionar a los responsables,
cualquiera sea el ilícito cometido o el cargo que los imputados
ocupen. Pero no voy a emitir un juicio categórico a partir de lo
que informe La Tercera. Aparte de ser contradictorio con mis principios,
sería una ingenuidad. Y en éso no pienso caer”
Cómo enfrentar la desigualdad
Para Sergio Aguiló, lo primero que habría que hacer es
que la recaudación de impuestos aumente de aquí al 2010
del 18 al 25% del PIB, por medio de una reforma tributaria. Propone tres
mecanismos: cobrar un royalty a la gran minería por el doble de
lo propuesto por el gobierno (o sea, 6%); aumentar el impuesto a las utilidades
de las empresas de 17 a 22% -aun así, asegura, sería uno
de los más bajos de América Latina y del mundo- y terminar
con las exenciones tributarias que hacen que el actual 17% sea una ficción.
“Con ese aumento del ingreso fiscal al 25%, el Estado puede garantizar
la atención en salud en el sector público no sólo
de las 56 enfermedades que contempla el Plan Auge, sino de todas las enfermedades”,
afirma el parlamentario. Pero, además, asegura que se podría
garantizar un salario mínimo de subsistencia a las personas desempleadas.
También alcanzaría para garantizar estudios superiores gratuitos
a los estudiantes del primer y segundo quintil más pobre que hayan
superado las pruebas de selección”
(Revista "Punto Final", edición Nº 570, 25 de junio,
2004, págs. 4-5)
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