Para no mirarse el ombligo
Autor: LEOPOLDO PULGAR IBARRA
“DICIEMBRE” y la guerra de 2014, con la Cia. Teatro en el Blanco
A veces, el teatro echa miradas significativas al cuerpo social y cultural en busca de la identidad nacional. Lo que no equivale al estéril “mirarse el ombligo”.
Por estos días se están rescatando autores, obras y personajes de la historia de nuestro país más o menos desconocidos, en montajes que tienen un objetivo: conocernos un poco más.
En 1915, Armando Moock (1894-1942) escribió Isabel Sandoval Modas, texto con el que la compañía Geografía Teatral da en el blanco al mostrar un rasgo prototípico del alma chilena: el arribismo social, encarnado en un estudiante de derecho que reniega de su modesta familia para escalar posiciones. Arribismo y ambición que distorsionan o destruyen la autopercepción.
(Teatro el Puente. Parque Forestal s/n. Vi. a do., 20.00. $ 3.000).
A primera hora, en cambio, tiene olor a cosa nueva. Y proviene de un autor y director, Cristián Figueroa, que conoce muy bien el laberinto en que vive la gente de segunda y tercera clase. En el reciente estreno conecta a su personaje de 30 años con la esfera del poder, a través del encuentro romántico con la hija adolescente de un ministro que intentará a toda costa evitar que el episodio afecte su carrera política. La falta de posibilidades de crecimiento, y la rutina que aplasta, motiva a los más jóvenes; la hipocresía social y, sobre todo, la ambición, a los de más edad.
(Lastarria 90. Ju. a sá., 21.50;
do., 18.00. $ 4.000 y $ 2.000).
Política, ficción y folclor
Diciembre entra de lleno al tema político por el ancho canal de la ficción, desde donde se lee y relee la historia oficial. Esta vez, el director y dramaturgo Guillermo Calderón se imagina Chile en guerra con Perú, pero en el año 2014. Y en plena Nochebuena, con dos hermanas junto al hermano soldado que deberá volver al frente de batalla. Hay abrazos, luces de colores y buena comida. Y habría villancicos si no fuera por la ardiente discusión que, sin perder la ironía, surge sobre las falacias de la guerra, el amor filial y a la patria, la traición y la denuncia. Posiciones que van cambiando en la medida en que aflora o se aplasta la conciencia respecto del Chile cotidiano.
(Centro Mori. Constitución 183.
Mi. y ju., 21.00; vi. y sá., 22.30; do., 20.00. $ 6.000 y $ 3.000).
Cada uno por su lado, La madre del cordero y Lira (ambasfuera de cartelera) entran de lleno en la tradición chilena y popular.
La madre…, de Carlos Huaico, basada en la canción de Tito Fernández, El Temucano, narra la conocida historia romántica entre un peón y la hija del patrón. Sin embargo, el montaje nunca cae en la trampa turístico-rural; muestra el ambiente en que viven sus protagonistas (pobreza, agresividad social) y el espíritu aguerrido de gente que enfrenta y supera discriminaciones y dificultades.
En Lira… emergen con fuerza los poetas de la Lira Popular, publicación que circuló entre 1860 y 1910 con décimas, noticias y versos a lo humano y lo divino. Es la “poesía de cordel”: se vendía en la calle, colgada como ropa. También sobresalen cinco artistas, muy conocidos en los campos pero desconocidos en las urbes, marginados por “vulgares” por la literatura oficial. Sus temas (pobreza, angustia creativa, duras diatribas políticas, violencia intrafamiliar) parecen de hoy, más aún por los formatos que se utilizan, décimas rapeadas, entre otros.
Inés revive
en “Valdivia”
El bullado romance que Pedro de Valdivia e Inés de Suárez sostuvieron entre 1540 y 1549 es rescatada en Valdivia por la dramaturga Inés Stranger. La obra no cae en la farándula e ingresa en el laberinto de litigios que acosó al conquistador. Curiosamente, fue declarado inocente por mandar a matar, robar y repartir tierras a su antojo, pero -como siempre la doble moral del poder y de la sociedad- fue condenado por su aventura amorosa: casar a su amante con un capitán. La obra menciona el valor de Inés para defender Santiago, en 1541, y su decisión de asesinar mapuches como escarmiento. Y la reivindica como mujer apasionada, fuerte y delicada, la misma que censuraron moralmente los historiadores (nuevo doble estándar).
(Teatro UC. J. Washington 26. Vi. y sá., 20.00. $ 6.000 y $ 4.000 y $ 3.000).
De alguna manera, Atascados en Salala, de la compañía Ictus,sintetiza una visión sobre el país y sus habitantes. A través de un relato donde lo tragicómico y cotidiano deja espacio a lo absurdo y sorpresivo. En esta historia, personajes y personas parecen estar atascados en tierra de nadie, a solas con sus grandilocuentes obsesiones de poca monta, una situación donde los sueños son más sólidos que la realidad y los personajes soñados ocupan un espacio propio.
(La Comedia. Merced 349.
Ju., vi. y sá., 20.00).
(Publicado en “Punto Final”, edición Nº 686, 29 de mayo, 2009, Suscríbase a PF)
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