Edición 686 - Desde el 29 de mayo al 11 de junio de 2009
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Venezuela y Bolivia por
la soberanía energética

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Venezuela y Bolivia por
la soberanía energética

 

Hugo Chávez y Evo Morales impulsan la soberanía energética de América Latina y el Caribe.

El tema energético en América Latina y el Caribe ha sido asunto de discusión y debate durante los últimos años como consecuencia de los cambios políticos que ha experimentado la región, y la voluntad de los nuevos gobiernos de recuperar y concretar la justa distribución de las riquezas naturales para sus pueblos.
Los desafíos para los países de América Latina que impulsan un nuevo modelo socialista, residen en desmontar la “fórmula mágica” del sistema capitalista que fue instaurada durante décadas en nuestras sociedades, mediante gobiernos que propiciaban la riqueza de unos pocos y el empobrecimiento de la mayoría.
Ante esta realidad, han surgido nuevos líderes en Suramérica que han rechazado los viejos modelos y han demostrado con acciones que se puede instaurar un esquema político, económico y social distinto. Las iniciativas de integración energética impulsadas por Venezuela, tales como Petrocaribe, Petroamérica, Petroandina, Petrosur y la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), han expuesto ante el mundo una nueva manera de unir a países que por años estuvieron tan distantes a pesar de su cercanía geográfica.
Un ejemplo de ello lo representa la unión energética que llevan a cabo Bolivia y Venezuela. El primero, posee las reservas gasíferas más grandes de América Latina, alrededor de 55 billones de pies cúbicos, y Venezuela posee las terceras reservas probadas de hidrocarburos en el mundo. La Faja Petrolífera del Orinoco (ubicada en la región centro oriental de Venezuela) que comprende 55 mil 314 kilómetros cuadrados de extensión territorial, posee 130 mil millones de barriles de petróleo en sitio. Al observarlo de esta manera, parece ilógico que la integración de ambos países no se haya iniciado unas décadas atrás.

Recursos naturales para los pueblos

El primero de mayo de 2006, el presidente Evo Morales, al cumplirse 100 días de su gestión de gobierno, realizó un acto en el pozo petrolero de San Alberto, ubicado en la región sureña del Chaco (departamento de Tarija) -que contiene 90% del gas y del petróleo de Bolivia- donde promulgó el decreto supremo 28.701 “Héroes del Chaco”, mediante el cual el Estado boliviano daba por concluida la época de la privatización y capitalización del sector hidrocarburífero, y de esta manera entregaba a los bolivianos la propiedad sobre los hidrocarburos.
Durante el primer gobierno del ex presidente Sánchez de Lozada (agosto de 1993 a agosto de 1997) se promulgó la Ley de Capitalización (marzo de 1994), por la que Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos “prácticamente desapareció y quedó en manos de las multinacionales, que hasta ahora han controlado las riquezas hidrocarburíferas de Bolivia”, explicó el mandatario boliviano durante su intervención en el acto de renacionalización.
“De esta manera, el gobierno cumple el mandato del pueblo, honrando la memoria de los compatriotas que murieron en la guerra de El Chaco y de los mártires de la “guerra del gas” -en alusión a la tragedia de octubre de 2003, cuando 67 ciudadanos murieron por disparos del ejército, durante las manifestaciones que pedían la nacionalización de este recurso-.
En una sesión histórica, el Congreso de Bolivia aprobó los nuevos contratos petroleros, algo que nunca antes había ocurrido. Por primera vez un gobierno ponía en consideración de los representantes nacionales el contenido de acuerdos tan importantes como los aprobados luego de la nacionalización, que permitirían al Estado recuperar 82% de las regalías petroleras y no 50%, como sucedía en el pasado. De esta manera las empresas extranjeras se convertirían en prestadoras de servicios y la propiedad del gas volvería a manos nacionales a través de YPFB.
“Hoy hemos puesto punto final y cerrado un perverso ciclo. Hoy, por fin, hemos enterrado 10 años de un perverso proceso que llamaron apertura petrolera”, así lo señaló el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, durante su intervención en el Acto de Plena Soberanía Petrolera, alusivo a la nacionalización de la Faja Petrolífera del Orinoco y de los convenios de exploración a riesgo y ganancias compartidas, realizado el 1° de mayo de 2007.
En un proceso similar al boliviano, el presidente Chávez explicó que con la apertura petrolera, las empresas transnacionales que llegaron a asentarse en la Faja Petrolífera del Orinoco lograron llevarse todas las ganancias y los dividendos, porque prácticamente no pagaban impuestos.

Recuperación de YPFB

El primer mandatario boliviano recuperó la empresa YPFB -la cual había sido debilitada durante gobiernos anteriores- para que se encargara de retomar las operaciones de toda la cadena productiva de los hidrocarburos, así como de la comercialización, definición de condiciones, volúmenes y precios para las exportaciones y para el mercado interno.
El proceso de nacionalización de los hidrocarburos ha fortalecido a la empresa energética estatal, otorgándole presencia en todos los eslabones de la cadena productiva, aguas arriba y aguas abajo. En este sentido, el Estado ha recuperado aspectos estratégicos en la industria como el transporte, logística, comercialización y derivados, tomando el control de las empresas Chaco, Andina, Transredes, la Compañía Logística de Hidrocarburos Bolivia (CLHB) y posteriormente, AIR BP, comercializadora de combustible para aviación.
La recuperación de la empresa estatal de manos de las multinacionales permite reafirmar los fundamentos con que fue creada en 1936, con un decreto ley que expresa: “Créase una entidad con personería jurídica y autonomía propia, bajo la denominación de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), la cual dependerá únicamente del Poder Ejecutivo por intermedio del Ministerio de Minas y Petróleo”.

PDVSA solidaria
con Bolivia

Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA), mediante su filial PDVSA Bolivia, con sede en La Paz, ha acompañado desde el primer día el proceso de nacionalización boliviano, prestando asesoramiento técnico para la reestructuración de la empresa nacional YPFB, así como para la creación de empresas mixtas que hagan posible el desarrollo de proyectos de exploración y explotación que beneficien a la población boliviana en la profundización de su soberanía energética, y desarrollar la construcción de iniciativas regionales, como instancias de coordinación de políticas energéticas para Latinoamérica. 
Con la filial PDVSA Servicios se firmó un convenio para la operación de un taladro de perforación en el país andino, actividad que se inició con la llegada del taladro venezolano PDV08 a tierras bolivianas en agosto de 2008, y que próximamente estará realizando la primera perforación de un pozo en el campo Víbora para una empresa filial de YPFB, en el departamento de Cochabamba.
Por otra parte, se han llevado a cabo otros avances en el área energética, fundamentalmente en el sector eléctrico, donde en asociación con la Empresa Nacional de Electricidad ENDE, se ha constituido la sociedad de economía mixta ENDE ANDINA S.A.M., para realizar la construcción de una planta termoeléctrica de 100 MW, con la finalidad de suministrar energía eléctrica al sistema interconectado nacional y de esta forma contribuir a atender la demanda interna del pueblo boliviano.
En el marco del Acuerdo de Cooperación Energético de Caracas (ACEC), PDVSA con su presencia en Bolivia ha podido cumplir a cabalidad con el compromiso de suministrar los volúmenes mensuales de diesel acordados, como contribución al abastecimiento de la demanda del mercado interno boliviano y atender los términos determinados en dicho acuerdo.

 

(Publicado en “Punto Final”, edición Nº 686, 29 de mayo, 2009, Suscríbase a PF)