Edición 674 - Desde el 7 al 20 de noviembre de 2008
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MUJER mapuche votando en Ercilla

Aunque históricamente nunca en una elección popular han ocurrido hechos de violencia en territorio mapuche, los organismos de inteligencia y la fuerza pública centraron, el pasado 26 de octubre, su mirada en las comunidades que reclaman sus tierras en Arauco y Malleco, “para evitar que esto pase”, argumentaron. Como nunca antes, Carabineros dispuso un contingente de mil ochocientos oficiales y suboficiales, además de personal de civil y encubierto apostado en todos los centros de votación del territorio, ello ante la posibilidad que ocurrieran “hechos de connotación social como atentados, sabotajes y eventos que alteren el orden público en áreas involucradas en la problemática mapuche”, según palabras de los generales de Carabineros, Mario Bocchi y Carlos Ziemmerman, quien actuó como jefe de plaza. “Tenemos una fuerza importante de nuestro contingente que va a estar abocado a otorgar las facilidades y dar los resguardos para que este acto se realice sin problemas”, dijo Bocchi. El oficial aseguró que contaban con mapas con sectores de alto riesgo. Una de estas áreas fue la comuna de Tirúa, Octava Región, donde comunidades del sector Puerto Choque vienen desarrollando desde comienzos de año un proceso de recuperación territorial duramente reprimido por fuerzas especiales de Carabineros. Otro de los focos correspondió a la comuna de Ercilla, donde se asienta la Comunidad Autónoma de Temucuicui, emblemático bastión del movimiento mapuche y desde hace cinco años territorio literalmente ocupado por efectivos de Carabineros y de Investigaciones.
Según las autoridades, los operativos preventivos buscaban evitar que grupos mapuches radicalizados se trasladasen entre las regiones del Bío Bío y la Araucanía el día de los comicios. El jefe de la 4ª Comisaría de Nueva Imperial, mayor Jorge Aguirre, llegó a reforzar los fuertes controles vehiculares de la ruta que conecta la región de la Araucanía con la costera comuna de Tirúa, obstaculizando el libre tránsito de cientos de personas y vehículos. Su objetivo, declaró a la prensa, era crear una especie de cortafuegos “para impedir el ingreso de grupos con características subversivas desde Arauco”. Efectivos fuertemente armados, con escopetas antimotines, cascos, chalecos antibalas y subametralladoras UZI, se ubicaron durante el día de votación en las rutas para realizar controles a los vehículos que ingresaban a la región, en su mayoría con votantes. Chequeo de documentación personal y registro de patentes de los vehículos catalogados como sospechosos marcaron la jornada. Mientras el personal de Carabineros realizaba los controles de tránsito, efectivos del Gope y del PAE prestaban cobertura con armamento de grueso calibre. Nada quedó al azar. Y es que en los días previos, El Diario Austral de Temuco ya preparaba el ambiente denunciando la existencia de un “grupo armado mapuche, con alta preparación en técnicas de asalto y que ya no le teme a las policías”.
La jornada transcurrió sin mayor novedad, tal como en años anteriores. No se registraron incidentes ni manifestaciones. Por el contrario, durante toda la jornada miles de mapuches acudieron a los locales de votación, incluso de manera entusiasta en comunas donde representan mayoría electoral, como Nueva Imperial y Puerto Saavedra. Un comportamiento cívico ejemplar, de larga data al interior de las comunidades. ¿A qué obedeció entonces la paranoia de las autoridades y del alto mando policial? “Claramente existió una intencionalidad política”, señala a Punto Final el dirigente mapuche Gustavo Quilaqueo. “Un despliegue policial de esa envergadura y el rol jugado por la prensa regional dando cuenta de grupos armados dispuestos a ingresar a la región para realizar supuestos atentados, obedeció sin duda a la intención premeditada de generar un escenario de terror colectivo en los electores: lo mapuche como sinónimo de caos y destrucción”, agrega. “Si antes el discurso del terror tenía como protagonistas a los comunistas y sus ‘oscuras y siniestras intenciones’, como gustaban denunciar las autoridades, hoy los mapuches constituimos el sector a vilipendiar públicamente. Nos resulta sospechoso que los mayores operativos policiales se hayan centrado en comunas donde competían reconocidos candidatos provenientes del movimiento mapuche, como Tirúa y Ercilla”, apunta Quilaqueo, presidente del Partido Mapuche Wallmapuwen.
La lectura del timonel mapuche no es gratuita. Si el objetivo de los operativos era perjudicar electoralmente a candidaturas mapuches emblemáticas, en Tirúa el objetivo pareciera haberse conseguido. Y es que tras tres períodos en el municipio, el destacado dirigente lafkenche Adolfo Millabur Ñancuil cayó de manera inapelable ante el ex concejal independiente José Aniñir Lepicheo, representante de Renovación Nacional. Un duro golpe, reconocen en la Identidad Territorial Lafkenche.

Gremios al ataque

Además de la coyuntura electoral municipal, el incremento de los efectivos policiales en Wallmapu coincidió con el llamado de poderosos gremios de empresarios al gobierno a actuar con mayor dureza contra las comunidades movilizadas. Alfredo Ovalle, presidente de la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC) y los representantes de las seis ramas de la organización sesionaron la semana previa a los comicios en Temuco. Ovalle reconoció que se trasladaron hasta la región para analizar en conjunto la situación a raíz de los diversos hechos de violencia que se han producido y para ejercer cierta presión. También comprometieron su apoyo para exigir al gobierno que se tomen medidas para evitar nuevas ocupaciones de fundos, así como intensificar las investigaciones para que los culpables de atentados a bienes privados sean sancionados con todo el rigor de la ley. El presidente de la CPC sostuvo que las acciones mapuches desincentivaban las inversiones en la región. Una muestra de ello, a su juicio, serían los datos que maneja el Banco Central respecto de la nula inversión extranjera en La Araucanía en los últimos cuatro años. “Esta es una región que venía creciendo a tasas muy importantes hasta fines de la década de los 90 y hoy vemos que gracias a este tema, que es de terrorismo, eso se ha frenado”, argumentó por su parte Luis Schmidt, presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura. A juicio de ambos empresarios, esta situación se agudizaría aún más con la crisis económica mundial, que ha traído bajos precios para los alimentos y altos costos en los insumos, lo que reduce las ganancias. Una lección básica de economía, a su juicio.

Más mapuches detenidos

Si el día de las elecciones el llamado a la mano dura de los gremios tuvo tintes de acción preventiva, tras los comicios se desató la verdadera cacería. Bien lo averiguaron el pasado 30 de octubre los comuneros José Huenuche Reimán (32) y Fernando Millacheo Marín (21). Cuando se desplazaban por la ruta que une la comuna de Cañete con Contulmo, los dos jóvenes integrantes de la Coordinadora Arauco-Malleco (CAM) fueron detenidos por el equipo de inteligencia policial de la prefectura Arauco. Ambos, según el Ministerio Público, estarían vinculados a hechos de violencia en la Octava y Novena regiones. Los comuneros viajaban en el automóvil de la directora del Museo Mapuche de Cañete, Juana Paillalef Carinao. José Huenuche, un destacado miembro de la organización autonomista, era requerido por la justicia militar ya que se le sindica como dueño del fusil M-16 encontrado en una vivienda en las cercanías de la comunidad Juana Millahual, de Contulmo, tras un operativo realizado el año 2007 y que los mapuches denuncian como un montaje. El segundo comunero, miembro de la comunidad de Chequenco, en Ercilla, es acusado de participar en la quema de un camión forestal en la localidad de Pidima, Novena Región, hecho acontecido el pasado 26 de abril.
El nombre de Huenuche Reimán figuraba en las carpetas del Ministerio Público desde el año 2005, desde el juicio por asociación ilícita terrorista contra la CAM en el que sus miembros fueron finalmente absueltos, entre ellos, Patricia Troncoso. En esa oportunidad, el Ministerio Público expuso que en 2002 Huenuche, por entonces alumno de la carrera de auditoría de la Universidad de Concepción, administraba el sitio web de la CAM. Si bien la Fiscalía no logró acreditar la acusación, en la lista de mapuches a capturar pasó a ocupar un lugar de privilegio. Tras su detención, Huenuche fue remitido a la cárcel de Lebu y, más tarde, al penal El Manzano de Concepción, donde fue puesto a disposición de la Fiscalía militar.
Fernando Millacheo, por su parte, tras una breve audiencia de control de detención en el Juzgado de Garantía de Cañete, fue trasladado hasta el tribunal de Collipulli, decretándose su prisión preventiva en la cárcel local. Millacheo se sumó de esta forma a otros cinco comuneros ya encarcelados por la misma causa: José Pedro Millacheo Ñanco, Luis Hernán Millacheo Ñanco, José Guillermo Millacheo Marín, Andrés Alejandro Licán Licán y Juan Bernardo Licán Melinao. Los también procesados Leonardo Patricio Licán Ñanco y Juan Martín Toro Ñanco, se encuentran en libertad con medidas cautelares.

PEDRO CAYUQUEO

 

(Publicado en “Punto Final”, edición Nº 674, 7 de noviembre, 2008)