Edición 671 - Desde el 25 de septiembre al 9 de octubre de 2008
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Un “E-Ejército” glorioso

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Un “E-Ejército” glorioso

LA obra de Víctor Montero presenta soldados en cuatro situaciones: guerra del Pacífico, golpe militar del 73, volcán Antuco y vida en el regimiento.

Para el actor y director teatral Víctor Montero, nacido en 1973, el típico ceacheí que abunda por estos días tiene un sentido distinto al que se grita en el partido de fútbol o en las festividades dieciocheras. En realidad, cada una de las letras de la palabra C-H-I-L-E le sirven para titular las obras de su Pentalogía Teatral Fragmentada del Bicentenario, cinco montajes que hablan, obvio, de la historia política y social más reciente de nuestro país.
H-Hiroshima mon amour  fue un comienzo que continuó con L-La oficina, una obra que aborda la iniciativa de inteligencia antisubversiva del primer gobierno concertacionista y que estuvo ligada a graves denuncias por trasgresión de los derechos de las personas. Luego del estreno de E-Ejército vendrán C-Civil, que habla del ciudadano común sobre cuya cabeza recae todo un sistema político y económico, para concluir, en 2010, con I-Indios, una visión sobre los orígenes de los habitantes de Chile.
Dice Montero: “En E-Ejército quiero hablar sobre el ejército chileno y no caer en lo fácil: que son asesinos, ladrones, traidores como Pinochet, cobardes, culpables de miles de detenidos desaparecidos. También quiero llamar la atención en que tenemos una historia plagada de celebraciones en torno a esta institución”.
¿La historia militar es la historia de Chile?
“Creo que la relación con la bota modificó nuestra idiosincrasia. El chileno es súper ondero y le encantan los grandes acontecimientos, sean históricos o deportivos. Con la bota pasa lo mismo: encontramos que Pinochet fue un asesino y que las FF.AA. y Carabineros son responsables del golpe del 73 y de lo que pasó después…, pero muchos lloraron en la calle por la muerte del ‘general del pueblo’, como se le puso a Bernales. Creo que los chilenos somos súper militaristas y nos encantan los uniformes, cualquier uniforme. Incluso las tribus urbanas se uniforman. ¿Chile es un país de poetas? Noooo… Chile es un país de héroes. Está vigente la marca que dejó la guerra del Pacífico y el supuesto triunfo que obtuvo Chile. Lo mismo el chovinismo en torno a la bandera, a la patria, al deber… Uuuuf”.
¿Predomina la crítica sobre estos temas?
“El teatro debe tener una visión crítica desde lo artístico, por tanto, en este montaje expongo una visión poético-ideológica en torno al ejército de Chile y a la ciudadanía, más que enjuiciarlo. Al referirme a los conceptos patria, enemigo, otro diferente, estoy hablando de quiénes somos. ¿Y quiénes somos? Somos un país xenófobo, clasista, homofóbico, donde se desprecia a los pobres, a los indigentes, a los viejos, al extranjero… En ese sentido va el punto de vista crítico”.

Historia oficial y la otra

¿Cómo enfoca los mitos y falacias históricas que enseñan en el colegio?
“Comparto el dolor del chileno promedio, que ve que sus soldados, con una orden, son capaces de hacer cualquier cosa. Incluso irse contra sus hermanos chilenos y/o compañeros de armas, como sucedió respecto de los generales Prats y Schneider… Comparto el dolor de la gente a quien le gusta la institución, pero que también se da cuenta que la guerra del Pacífico fue un negocio de un tercer país, una guerra de mentira en la que se utilizó a Chile para que los empresarios ingleses se quedaran con las salitreras, mientras los muertos y la sangre fueron de chilenos, bolivianos y peruanos. Y en el caso de la guerra interna de la dictadura militar contra los chilenos, sabemos que Estados Unidos puso la plata, como en el paro de los camioneros…”.
¿Cuáles son los temas de E-Ejército?
“Dos soldados de la guerra del Pacífico que andan perdidos en el desierto, arrancando no se sabe de quién o qué, reflexionan en torno a la patria, la bandera, el deber, la doctrina, el heroísmo, la madre… hasta que se encuentran con una cantinera, una especie de maestra que viene a instruir a uno de los soldados en una misión. Luego aparecen tres soldaditos jóvenes: el de la ‘guerra’ del 73, el que murió congelado en Antuco y el del regimiento, en alusión a Soto Tapia y su extraña muerte. Todo en tono metafórico y poético…”.
¿Irónico también?
“No, no, no, doloroso. Tengo mi posición sobre la dictadura militar, pero también un lado que me duele. Me duele nuestra historia, no saber cómo era Chile antes del 70. Antes del juicio está el dolor. Yo nací en 1973… En la película La batalla de Chile veo a obreros que tenían opinión sobre lo que querían como sociedad, mientras que ahora las opiniones se restringen a quién se puso tetas, qué pasó en la teleserie... La dictadura nos hizo perder como nación, además de ser el caldo de cultivo para el sistema económico que tenemos ahora. El golpe mató la noche, el arte, la bohemia… Somos un poco más tristes después de la dictadura”.

LEOPOLDO PULGAR IBARRA
(Publicado en “Punto Final” edición Nº 671, 26 de septiembre, 2008)

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