Puntualiza Lautaro Carmona
El PC sigue en la oposición
“Algunos han querido hacer una caricatura, en el sentido que porque vamos a conversar con la presidenta de la República, hemos dejado de ser oposición. Se equivocan: no somos gobierno, no hemos pedido ser gobierno y los pasos de convergencia no comprometen nuestra independencia. Somos oposición; porque este cuarto gobierno concertacionista sigue profundizando su compromiso con las políticas neoliberales establecidas bajo dictadura”. Así de enfático es el secretario general del Partido Comunista de Chile, Lautaro Carmona Soto. Rechaza cualquier duda en torno al acuerdo de complementariedad a que llegó el PC, a comienzos de marzo, con los partidos de la Concertación para la elección de alcaldes en octubre. Es un “pacto por omisión”.
El acuerdo incluye pedir al gobierno suma urgencia para el proyecto que propone reformar el sistema electoral, introduciendo un mecanismo de compensación para que los partidos con un cinco por ciento de votación o más, y que no estén representados en el Parlamento, al menos tengan derecho a elegir cinco parlamentarios. “La convergencia, o apoyar la aprobación de una ley que termine con la exclusión, no es una concesión al PC -señala el dirigente-. Es una obligación para quien diga que tiene una conciencia democrática”.
Poner fin al sistema electoral binominal fue una de las condiciones que puso el Partido Comunista para votar por Michelle Bachelet en la segunda vuelta de la elección presidencial. Pero una primera propuesta de reemplazarlo por un sistema proporcional representativo “se encontró con una oposición estremecedora de los parlamentarios de la Concertación -con honrosas omisiones de quienes tienen altísimas votaciones para ser electos-, porque no estaban dispuestos a que se les modificara el sistema o el tamaño del distrito que consideran propio”, dice. La fórmula consensuada entre la coalición de gobierno y el PC mantiene el sistema binominal, pero rompe la exclusión mediante la compensación. “Por primera vez encontramos una posición común en el conjunto de los partidos de la Concertación”, observa el dirigente comunista. Sin embargo, agrega que esta reforma constitucional requiere quórum calificado para ser aprobada, “lo que es cada vez más difícil de lograr porque hay parlamentarios de la Concertación desaforados, y otros casos complejos”. En la derecha, Renovación Nacional firmó inicialmente un documento de acuerdo, pero después ha dado señales contradictorias.
¿Aún tienen esperanzas en los parlamentarios de derecha?
“Nunca hay que perder las esperanzas, aunque deben ser proporcionales a los esfuerzos. Parece un milagro que Evo Morales sea presidente de Bolivia, pero se logró a base de la lucha del pueblo boliviano. Análogamente, parecerá un milagro el día que cambiemos el sistema electoral y terminemos con la Constitución de Pinochet, pero será resultado de la lucha del pueblo. No dejamos de gestionar, de actuar, de participar en reuniones bilaterales y de entregar información pública para que nunca se dé como argumento que tal o cual parlamentario votó en contra porque estaba desinformado. La idea es que el proyecto se vote en los primeros días de abril. Creemos que es hora de sincerar posiciones y de asumirlas frente al país. Y si el resultado es negativo, habrá que pasar la cuenta en la batalla municipal. Hay otra razón legislativa para apurar la votación: cuando se rechaza un proyecto, hay que esperar un año para reponerlo. Y como las elecciones parlamentarias son en diciembre del próximo año, no es aconsejable volver a debatir esto más allá de abril de 2009”.
LA BATALLA ELECTORAL
El secretario general del PC explica que “la batalla electoral municipal puede ser un mecanismo para presionar por la reforma del sistema electoral”. Si se suman los votos de la Concertación y la Izquierda en la elección anterior, se podría desalojar a la derecha de algunos municipios, como Concepción, Santiago, Viña del Mar, La Florida y Puente Alto, entre otros. “El acuerdo logrado expresa la voluntad política de usar las elecciones municipales como un mecanismo casi plebiscitario de construcción de opinión pública, de expresión de una corriente democratizadora que haga converger esfuerzos en un espacio acotado y enfrentar en forma común la elección de varios alcaldes”, dice Lautaro Carmona.
Uno de los riesgos es que se debilite la acción del PC como oposición…
“El acuerdo no compromete la identidad ni las diferencias que existen entre la Izquierda y la Concertación. No compromete, por ejemplo, nuestra posición crítica al gobierno por su carácter neoliberal, más allá de las personas.
A nivel de concejales vamos a competir en todo Chile, cada cual llevará su lista. A nivel de alcaldes, competiremos en la mayoría de las comunas del país, pero en una cantidad determinada nos omitiremos mutuamente para desplazar a la derecha y favorecer la elección de un alcalde alternativo”.
¿Aún no se determina en cuántos y en cuáles municipios operará el acuerdo?
“Será aproximadamente en 20 ó 22 comunas, donde habrá una compensación proporcional. Como partido tuvimos el 5% ó 6% de los votos en las últimas elecciones municipales y como Izquierda, 9,2%. La Concertación logró alrededor del 40%, de modo que la compensación no podrá ser de igual a igual. Las comunas serán aquellas donde la Izquierda tiene un grado de influencia importante. No pedimos un regalo”.
¿Cuándo se decidirá esto?
“El 28 de mayo comenzará la implementación, cuando termine el proceso de legalización de los partidos. Se elegirá a los candidatos, que ojalá den el ancho que se requiere, porque sabemos que los electores no son militantes. La Concertación todavía no ha agotado el debate interno. Podríamos convenir en una omisión que favorezca la recuperación de la alcaldía de Santiago para la Concertación, pero aún no definen la persona o partido al que le corresponde esa comuna”.
¿Cuáles son las expectativas del PC en la elección de alcaldes, como resultado de este acuerdo?
“La Izquierda, a lo menos, debiera tener alcaldes en diez municipios, algunos con una dimensión mayor, como Estación Central, donde esperamos un acuerdo a favor de la Izquierda. Allí hay un buen trabajo de Hugo Gutiérrez, concejal y abogado de derechos humanos. Por la fuerza que hemos alcanzado y porque sabemos que es factible, esperamos que la Concertación también privilegie una candidatura nuestra en Pedro Aguirre Cerda, donde Claudina Núñez fue concejal y casi resultó electa alcaldesa”.
Actualmente el PC tiene cuatro alcaldes, en Diego de Almagro, Canela, La Ligua y Til Til.
¿Se plantean postular un candidato presidencial propio?
“Pienso que sí. En el último congreso del partido nos propusimos crear una correlación para disputar un gobierno democrático y de justicia social. Para eso hay que instalar en el debate ideológico, en las propuestas y en las mentes un proyecto de sociedad que sea representado en una candidatura presidencial. Esa representación tiene que alcanzar la mayor amplitud. Para ganar un gobierno hay que juntar más fuerzas que las reunidas hasta ahora, acogiendo una mayor diversidad de sectores que no están agrupados pero que quieren hacerlo”.
OTRO JUNTOS PODEMOS
Estos avances y el reciente acuerdo del PC con la Concertación, ¿ha producido cierto distanciamiento de algunos sectores de Izquierda que se agruparon en el Juntos Podemos?
“Con el Partido Humanista hubo un distanciamiento debido a las diferentes posiciones que tuvo cada partido en la segunda vuelta de la elección presidencial. Sin embargo, la fuerza de los hechos, la perseverancia de una política, la necesidad de las transformaciones que nos demandan los importantes cambios que se ven en América Latina y el Caribe, han hecho que cada partido haga un proceso de reflexión. Y vamos a encontrarnos nuevamente en una articulación con la Izquierda Cristiana -que se está legalizando y con la que hemos hecho este proceso-, el Partido Humanista y otros sectores. Esta articulación funcionará legalmente en la próxima elección como referente de la Izquierda. También tenemos conversaciones con el Movimiento Nueva Izquierda. No sé si el nuevo referente se llamará Juntos Podemos Más o tendrá otro nombre, pero lo que vale es su esencia: la propuesta programática, la unidad más amplia como necesidad y no como opción, y la idea de caminar con responsabilidad política generando condiciones para construir proyectos de sociedad que en algún momento disputen la posibilidad de gobernar el país”.
Estas articulaciones generalmente han tenido carácter electoral. Por otro lado, una crítica recurrente es que muchos esfuerzos unitarios han quedado a medio camino o no logran proyectarse más allá debido a la influencia del PC. Por ser el partido más fuerte, trata de liderar e imponer muchas cosas que conspiran contra la unidad.
“El PC es el partido de la infinita paciencia unitaria, que en ocasiones ha sido capaz de poner en segundo plano legítimos intereses en beneficio de una potenciación unitaria que favorezca al pueblo. El ejemplo irrebatible es la construcción de la Unidad Popular y el papel que el PC jugó en el gobierno del presidente Salvador Allende. En las construcciones actuales, el PC debe seguir cultivando un sano y transparente intercambio en el cual la unidad es un factor primordial. Pero no puede hacerlo aceptando el chantaje o con inhibiciones, sino con mucha franqueza. Esto no significa que no debamos combatir toda manifestación de sectarismo, de dogmatismo, de posición ganada per se, tanto en la construcción de alianzas como en las temáticas que tenemos que integrar en nuestras cabezas. Esta será parte eterna de la batalla de ideas entre nosotros”.
MOVILIZACIÓN Y LUCHA POPULAR
¿Cómo vienen las luchas sociales este año?
“Hay un tema muy importante. Las articulaciones y los referentes con los que nos hermanamos en las luchas electorales -lo digo autocríticamente- no siempre se plantean una política dirigida hacia el mundo social y sindical. Un desafío muy fuerte será acrecentar la capacidad para tener mayor incidencia en el movimiento social y sindical, tanto desde el punto de vista de su organización y de sus plataformas de lucha como de sus propias luchas. Esto, en un año en que no habrá otro idioma que no sea el de un pueblo en movilización y lucha para oponerse a medidas que serán muy mezquinas, en un cuadro de crisis económica que golpeará duramente al movimiento popular. Tendremos un 2008 de mucha conflictividad. Por ejemplo, este año corresponde discutir el salario mínimo y después del debate del año pasado, no me cabe duda que la raya partirá del salario ético señalado por la Iglesia Católica. Eso generará una confrontación grande con los empresarios… y las políticas de la Concertación siempre terminan poniéndose al lado de los empresarios”
PATRICIA BRAVO
“El Siglo en Huelga”
Hay un punto delicado y oscuro que siembra dudas respecto a la consecuencia del PC, es el problema con los trabajadores del semanario El Siglo. Llevan meses en huelga denunciando bajos salarios y prácticas antisindicales, fueron despedidos y expulsados del partido. Pero ellos siguen sintiéndose comunistas y publican El Siglo en Huelga. ¿Cuál es su opinión?
“Las personas que puedan sentirse involucradas en esta situación tienen todas las posibilidades y espacios para exponer su visión. Yo tengo una coherencia ética desde el punto de vista de militante comunista. Creo que entre nosotros ‘para vencer hay que convencer’. El Siglo nació en 1940 -tiene casi setenta años- y es primera vez que tiene un sindicato. Curiosamente se formó una vez que se produjo una diferencia en un núcleo de compañeros frente a definiciones relacionadas tanto con el contenido del periódico como con la estabilidad en esa tarea”.
¿Por qué estabilidad? ¿Se habló de despidos?
“No. Dije ‘tarea’, porque El Siglo se precia de haber formado muchos periodistas. Esa oportunidad ha estado abierta a numerosos militantes. Sería muy malo presentar un debate que represente diferencias políticas para tratar temas políticos o un debate que represente resguardos de exclusividad desde el punto de vista de espacio de tarea política a propósito de conflictividades de sindicatos, de reivindicaciones de remuneraciones”.
¿Podría ser más claro?
“Podría ser más claro si viéramos esto como una relación entre una empresa y un grupo de trabajadores. Pero no es la parte que a mí me toca. Yo soy dirigente del Partido Comunista, y si vamos a simular que hay una empresa, le toca a otros compañeros. Desde la dirección del partido, no hay un mal tratamiento para los trabajadores, ni inconsecuencia en el trato a los sindicatos. Eso es insostenible en el PC. Hay opciones voluntarias, proyectos políticos. Creo, y ellos lo saben, que debiéramos buscar soluciones inteligentes, respetuosas. Si alguien piensa que el respeto está determinado por el monto económico, le va a costar sostenerse después en otras situaciones. Muchos hemos hecho opciones, renunciando a determinadas cosas. Yo podría ejercer mi profesión -cientista político- y tendría treinta años de ejercicio. Pero hice otra opción, y no se lo voy a cobrar a nadie. Al optar, uno sabe que está entrando a El Siglo y no a Televisión Nacional ni a El Mercurio. Lo otro es un poco esquizofrénico, no sé dónde se quiere llegar. No quiero descalificar a nadie. Pienso que la inteligencia va a dar la sabiduría necesaria para encontrar soluciones que espero estén más cerca que lejos”
(Publicado en la edición Nª 658 de Punto Final, 21 de marzo, 2008) |