|
Si
tiene tarjeta en este banco, lea esto
Mano negra
en los cajeros
del BancoEstado
Cuando Mauricio Quiroz, gobernador de la provincia de Petorca, se acercó
en octubre del año pasado a un cajero de la zona para realizar
un retiro, quedó atónito: “Me habían girado
alrededor de 1 millón 200 mil pesos justo el día después
que me pagaron, lo que ya me parece sospechoso”. Cuando se
dirigió a reclamar al BancoEstado de La Ligua, el agente le aseguró
que el problema se iba a resolver a través de una investigación
interna. En un estado de movimientos de su cuenta corriente
“aparecían claramente cuatro giros en un supermecado de Santiago,
por Redcompra, y dos giros en un cajero automático”.
Quiroz señaló al agente que no podía tratarse
de clonación de tarjeta, ya que la suya nunca la perdió
ni la prestó; tampoco pudieron haberle sacado la clave. “No
me hicieron mayores preguntas, e hice una queja formal. Mi tarjeta
fue bloqueada y me dieron otra”. Antes de 30 días los
recursos fueron restituidos. “Creo que al devolver los recursos
se asume que fue un error del banco. Pero todavía no tengo
una respuesta definitiva de por qué sucedió esto”.
El gobernador agrega que la prontitud con que le respondieron contribuyó
a que se tranquilizara: “En el intertanto, me dieron una línea
de crédito para seguir cumpliendo mis compromisos financieros”.
Por ello no solicitó formalmente un documento donde se le
explicara qué pasó, y el banco, por su parte, tampoco
dio una explicación. “Me parece raro que esto esté
sucediendo con un número importante de personas que conozco”.
En lo anterior concuerda personal de la Brigada de Delitos Económicos
de Investigaciones (Bridec), que señala que este delito
partió hace dos años y va en aumento. “Se han producido
alrededor de 200 denuncias al año, de las cuales el 90% pertenece
a clientes del BancoEstado. Este problema ha afectado incluso a funcionarios
de Investigaciones, Carabineros, de justicia y de gobierno.
Estamos hablando de desfalcos de un mínimo de 50 millones de pesos
anuales”.
Por otra parte, según la Superintendencia de Bancos e Instituciones
Financieras (SBIF), las tarjetas de débito (aquellas que cuentan
con dinero propio del cliente) emitidas por el BancoEstado son 610.206.
Durante el año 2003, la SBIF recibió 742 reclamos
referidos a sus servicios financieros. Otras fuentes del ámbito
financiero aseguran que “al menos la mitad de esos reclamos
corresponden a desfalco en las cuentas, lo que representa diez veces más
que los reclamos del mismo tipo presentados respecto a los otros
bancos”.
ROBO CON SOBREGIRO
Eugenio Guerrero es uno de los clientes del BancoEstado que presentó
un reclamo a la SBIF. Se enteró en un cajero del shopping
de Tobalaba que una “mano negra” lo había dejado con
cero pesos. La SBIF pidió los antecedentes al BancoEstado,
luego envió una copia de la respuesta del banco a Guerrero,
con fecha 10 de febrero, a la cual accedió PF. Allí se señala:
“Me permito comunicar a usted, que con fecha 4 de febrero se
acreditó en la cuenta del señor Guerrero la suma de
326 mil pesos, valor de los retiros impugnados”.
Y aunque PF insistió en una entrevista con algún personero
del BancoEstado, la institución se limitó a enviarnos
una declaración: “Cuando algún cliente reclama
por un giro realizado a través de equipos electrónicos
que no reconoce como propio, el Banco investiga las transacciones objetadas
y sólo cuando se comprueba que la acción fue fruto de un
acto delictual, sin responsabilidad del afectado, se devuelve el
dinero. El reintegro es debidamente informado al cliente mediante
carta certificada”. Pero Guerrero nunca recibió una explicación
formal del banco que aclarara lo sucedido. Ni una palabra sobre qué
pasó, ni por qué se devolvió el dinero, lo cual es
una constante en los casos investigados por PF.
Cuando Guerrero reclamó, lo primero que le dijeron es que posiblemente
le habían clonado la tarjeta. “Pero era imposible, porque
yo ocupo sólo cajeros del BancoEstado y de ninguna parte me
pueden haber sacado la clave de la tarjeta: no me han robado documentos,
ni billetera, nunca se me ha perdido la tarjeta ni la he prestado”.
El agente le explicó que los dos giros se habían realizado
en cajeros Redbanc el 19 de enero y Guerrero tuvo que llenar un formulario
de reclamo. “El agente me dijo que era un proceso lento, que
demoraría más de un mes y me bloquearon la tarjeta, por
seguridad”.
Pero no era tan lento. El 22 de enero hizo el reclamo y el 4 de febrero
le habían regresado los dineros. Y a pesar de la tranquilidad
por la devolución, se abrieron una serie de dudas. Guerrero se
cuestionó cómo comprobaron que él no había
hecho los retiros: “Aparte del formulario, no me preguntaron nada
más, nadie se acercó, ni me llamó, ni me preguntó.
Me devolvieron la plata sin mayor trámite”. Más raro
aún cuando la SBIF, señala que “hasta que el titular
no da aviso de un problema, las compras o giros a través de
tarjeta son responsabilidad del titular”.
Otra cosa extraña es que a Guerrero le birlaron 326 mil pesos
en un día, en circunstancias que los cajeros permiten
girar un total de 200 mil diarios. Para el personal de la Bridec, no deja
de ser sorprendente. “No hemos tenido este tipo de casos; nos parece
muy raro”. Además, cuando a Guerrero le reingresaron
sus fondos, se acordó que en la chequera electrónica asociada
a su tarjeta, le quedaban ocho mil pesos. Se acercó nuevamente
al banco y sorpresa: los ocho mil pesos también habían
sido girados el mismo día de los giros brujos. “Ahora
estoy en proceso de cambiarme de banco porque después de esto,
es obvio que éste no da confianza”.
118 GIROS BRUJOS
Pero si el caso de Guerrero era raro, lo ocurrido con el concejal
DC de Quillota, Eduardo Ibarra, es insólito. El 22 de septiembre
del año pasado, mientras revisaba su cartola del cajero automático
en la sucursal Quillota del BancoEstado, se encontró
con un desfalco de 4 millones 150 mil pesos a través de 118 giros
realizados durante agosto en Santiago y Concepción. “En
el banco lo primero que me dijeron es que la tarjeta posiblemente fue
clonada. Me preguntaron si alguien más usaba mi tarjeta, pero
resulta que no: siempre sigo las recomendaciones de uso dadas por
el banco, guardo celosamente la clave, y utilizo el cajero
automático cuando está vacío. Tampoco me han
robado los documentos, así que no había ninguna posibilidad
que me copiaran la clave”.
En los casos investigados por PF, lo primero que señala el
banco, es la clonación de tarjetas. Para clonar una tarjeta,
según personal de la Bridec, “es preciso tener la clave
y el código del titular. Luego, con cualquier tarjeta bancaria,
hacen una copia con una máquina especial que tiene en blanco
la banda magnética. Posteriormente, con otra máquina le
imprimen a la banda los códigos asociados a una clave y luego la
utilizan en cualquier cajero”. La Bridec agrega que en
los casos que han llegado a término, “hemos comprobado que
se trataba de clonación de tarjetas. Alguien en el cajero
había copiado la clave”. Pero sin clave, no puede haber
clonación, y según el testimonio de nuestros entrevistados,
es prácticamente imposible que se las hayan copiado.
Luego de la denuncia al banco, al concejal de Quillota le bloquearon
la tarjeta. Así y todo, los giros brujos continuaron: “el
24, 26 y 29 de septiembre me hicieron cuatro nuevos giros, por un monto
de 240 mil pesos”. Indignado, Ibarra concurrió nuevamente
al banco, donde concordaron en que no podía ser. Pero era. “Me
dijeron que me quedara tranquilo y que se haría una investigación”.
Pero el concejal prefirió retirar 800 mil pesos que quedaban en
su cuenta, dejando un saldo de poco más de tres mil pesos. De ellos,
el 2 de octubre, le birlaron 2 mil. La Bridec tampoco ha tenido un caso
como este: “Es sumamente extraño que se siga girando dinero
aunque la tarjeta esté bloqueada”. Ibarra señala que
“por lo menos una vez que bloquearon la tarjeta y siguieron sacando
plata, se hizo evidente que no era yo”.
Posteriormente, el 6 de octubre, el agente de la sucursal de Quillota
le garantizó al concejal Ibarra que el problema estaba resuelto.
Además le anticipó un millón de pesos y le señaló
que pronto serían restituidos sus dineros. Debido a compromisos
financieros, el concejal depositó en su cuenta 237.448 pesos.
Sin embargo, el 10 de octubre se percató que la “mano
negra” había atacado de nuevo: había realizado dos
giros más.
A mediados de octubre le llegó una carta del banco: “me avisaban
que me habían depositado 4.209.248 pesos, monto por giros
que habían comprobado que yo no había realizado y me explicaban
que debido a un error administrativo, le habían asignado a otra
tarjeta el acceso a mi cuenta”. Pero nunca recibió una explicación
de cómo una vez que su tarjeta estaba bloqueada le siguieron
haciendos giros: “Además, el banco tenía la información
de quién era el que me había sacado la plata, pero a mí
no se me informó quién era, si se habían contactado
con él, o si lo habían demandado”.
Mientras duró el problema, Eduardo Ibarra envió varias
cartas de reclamo al BancoEstado, a las cuales tuvo acceso PF. La
última, con fecha 16 de octubre, señala que había
perdido igual, porque “el total del monto reclamado asciende
a 4.449.250 pesos. Por lo tanto, queda pendiente una diferencia
de 240.002 pesos”. El Banco le señaló que tenía
que demostrar que él no había girado ese dinero: “Yo
puedo comprobar si he depositado o girado, con el comprobante del
cajero. Pero no le puedo demostrar que no he girado. Pero como las
cifras eran grandes, comparado con los 240 mil pesos faltantes, yo quedé
contento con lo que me devolvieron, aunque no cien por ciento conforme”,
dice Ibarra.
La SBIF señala que “tratándose de un hecho delictual,
corresponde que sean los tribunales quienes los conozcan, investiguen
y resuelvan”. Y aunque en la declaración enviada el
BancoEstado señala que “hemos denunciado sistemáticamente
a la justicia los casos que afectan a nuestros clientes”, esto
no concuerda con lo señalado por el concejal de Quillota:
“Yo les dije en las cartas, y en persona, que no bastaba con una
investigación interna, porque aquí había un delito
y el banco no hizo una denuncia a la justicia. Yo mismo fui
a Investigaciones e hice la denuncia: lo menos que se debía
hacer, porque alguien estaba robando”. La versión
de Ibarra concuerda con la de la Bridec: “Las denuncias sobre robos
de cajeros del BancoEstado han sido realizadas por particulares y
no por el banco”.
Debido a que a Ibarra se le restituyeron prontamente sus fondos, no continuó
con la denuncia en Investigaciones. La Bridec señala que esto es
muy común, pero que no es lo mejor. “Son muy pocas las investigaciones
que llegan a fin. El hecho de que el BancoEstado devuelva el dinero en
corto tiempo es un arma de doble filo. Cuando eso sucede, la gente no
continúa con la denuncia, lo que complica que llevemos la
investigación a término”.
NO HAY PRIMERA
SIN SEGUNDA
Pero en el caso de Judith Gutiérrez la devolución no fue
tan expedita. Se demoró alrededor de un mes. Pero eso fue la primera
vez. En esa ocasión, octubre del 2002, 200 mil pesos de la cuenta
corriente y 500 mil de la de ahorro fue el resultado de dos giros brujos
de la “mano negra”. La noticia la recibió en un cajero
de Vicuña Mackenna cerca de Avenida Matta. Su marido, Valentín
Marchant, señala que “le vaciaron las dos cuentas. Pero lo
raro es que estas cuentas no estaban asociadas”, es decir,
no tenían la misma clave. Otra extraña y desconocida
circunstancia, según la Bridec.
Posteriormente, el Banco le envió una carta, el 28 de octubre,
a la que accedió PF. Señala: “En relación con
el reclamo a esta unidad, le informamos que con fecha 25 de octubre de
2002, se abonó a su cuenta corriente la suma de 200 mil
pesos y 500 mil pesos a su cuenta de ahorro”.
Pero no hay primera sin segunda. En febrero de este año, nuevamente
la “mano negra” se metió a la cuenta de Judith
Gutiérrez. En esta ocasión, sólo dos días
después del reclamo, el 4 de febrero, los fondos fueron restituidos
por el Banco, según una carta del 9 del mismo mes que dice:
“En respuesta a la presentación que efectuara al Banco,
comunico que se abonó a su cuenta la suma de 263.276 pesos”.
De los porqué, que pasó, nuevamente ni una palabra. Comparando
los dos casos, Valentín Marchant indica que “la primera vez
fue muy difícil convencer al Banco que mi señora no había
hecho los retiros. Hubo una larga y complicada tramitación. Pero
en la segunda oportunidad, se transformó en un mero trámite.
Fue muy expedito el procedimiento, demoró dos días.
El Banco ha variado de criterio, parece que esto se transformó
en un hecho rutinario”.
Otro punto que llamó la atención de Marchant es que
en la segunda ocasión, notó que quien hizo la sustracción
primero acumuló el dinero en una sola cuenta y después,
sustrajo el monto total. “Ese detalle, además de que en ninguno
de los dos casos hubo pérdida de tarjeta, robo de documentos
o similar, sumado al silencio del Banco, puede tener dos interpretaciones:
una, que el Banco está investigando. O segundo, que aquí
hay una banda que cuenta con la colaboración de funcionarios
del Banco”. Según los antecedentes reunidos, es una
duda más que razonable
JIMMY ALEXIS QUINTANA
Volver | Imprimir
| Enviar
por email |