Edición 563 - Desde el 19 de marzo al 1 de abril de 2004
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Balance de la huelga  
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Trabajadores de Johnson’s

Balance de la huelga

EN el Sindicato Nº 2 de Johnson’s: de izquierda a derecha, Víctor Antiao, Mauricio Olate, Néstor Rojas y Walter Céspedes.

El 11 de marzo, después de 35 días en que fue ignorada por la prensa y TV, terminó la huelga de los trabajadores de Johnson’s. Juan Oyarce, presidente del Sindicato Nº 2, admite que el resultado no fue el que esperaban. “Quedamos muy por debajo de las expectativas que nos habíamos hecho”, dice Oyarce. “Pero al menos conseguimos que la empresa echara pie atrás en su intención de rebajar en 50% los aguinaldos”.
Mauricio Olate, director nacional del sindicato, agrega: “Logramos mantener el contrato colectivo anterior y que no nos quitaran el vestuario de trabajo ni nos rebajaran, como se intentó, en 15% los salarios. Además, los trabajadores participaremos del 10% de las utilidades de la empresa y nos darán un préstamo, pagadero en nueve cuotas sin intereses. Asimismo, se repartirán 80 millones de pesos como bono de término de conflicto entre los que participamos en la huelga”.
Ambos dirigentes coinciden en que otro aspecto importante es que “la gente le perdió el miedo a la huelga. En 33 años, este sindicato nunca había ido a la huelga. A ningún trabajador le gusta hacerlo, sin duda. Pero el conflicto se afrontó con unidad y mucha combatividad”.
Johnson’s (ver PF 562) pertenece al holding Eccsa del grupo Calderón Crispín S.A., de los hermanos Calderón (también dueños de Ripley), con un capital declarado de 86 mil 115 millones de pesos. Este grupo está en vías de expansión a Argentina.
Se calcula que la empresa perdió 600 millones de pesos por la huelga, ya que ocurrió en plena temporada de venta de artículos escolares.

BALANCE DE LA HUELGA

Víctor Antiao, director sindical de la zona sur, asevera que el principal logro de la huelga fue que se instaló como ícono para otras empresas del comercio: “Hay muchos trabajadores que se desempeñan en iguales condiciones que nosotros, es decir, tienen empleadores que obligan a las mujeres a mostrar sus carteras al salir, no se respeta la vieja ley de la silla, los servicios higiénicos son insalubres, hay mala ventilación, los trabajadores comen su almuerzo en baños o pasillos y la mayoría trabaja más de doce horas. Por eso, nuestra demanda de ocho horas es una demanda que involucra a Johnson’s, pero es sentida por todos los trabajadores del comercio, entre ellos los de Falabella y Ripley”, sostiene.
Juan Oyarce señala que aunque otras negociaciones colectivas fueron mejores en lo económico, nunca antes se tocó el tema del trato a los trabajadores. La empresa prefería pagar multas antes que respetar a los trabajadores. “Con este apretón que le dimos, la empresa va a tener que pensarlo antes de atropellar a la gente. Los trabajadores comprendieron que la dignidad es un valor más importante que el dinero”, señala el dirigente.
Para Néstor Rojas la conclusión es que se puede generar un movimiento desde Arica a Punta Arenas: “Uno de nuestros temores era si la gente iba a responder frente a una situación que nos perjudicaba y a una política que intentaba aniquilar la organización sindical. El resultado nos deja contentos, sorprendidos y orgullosos del nivel de compromiso alcanzado y por los contactos generados con otras organizaciones sociales”, afirma y menciona el apoyo de los sindicatos Petrox, Orlandini, Vapores Industriales, conductores del Metro y panificadores.
Juan Oyarce toma la palabra: “Creo que esta huelga es un ejemplo para los empresarios que hacen lo que se les antoja con los trabajadores. Sin ir más lejos, en Hites siempre que intentaban formar sindicato los despedían. Hace catorce años que volvimos a la democracia y se dice que Chile es un país exitoso, pero vivir no significa simplemente comer”.
Víctor Antiao agrega que el fortalecimiento del sindicato fue importante. Los trabajadores mantuvieron el movimiento con iniciativas propias. “Eso es novedoso para un sindicato que nunca había estado en huelga y que tiene muchas filiales en provincias. No conocíamos una huelga, y al final quedamos con una sensación de unión y fuerza que la empresa no puede desconocer”, dice el dirigente que trabaja en Temuco.
Mauricio Olate agrega que estos trabajadores han ganado en conciencia: “Ahora sabemos que donde haya una huelga, va a haber trabajadores de Johnson’s apoyándola, porque se generó una mística solidaria. El 13 de marzo volvimos a trabajar, y entramos a las tiendas todos juntos, tomados de las manos. Estamos contentos a pesar de lo difícil que se nos hizo, porque enfrentamos a la empresa, a carabineros y a las inspecciones del Trabajo”, sostiene el dirigente.

apoyos SOLIDARIOS

Durante la huelga recibieron nutrido apoyo, entre los que destaca uno del sindicato de costureras Uauy, que en una carta escrita a mano llama a terminar con los abusos de los empresarios y manda a los huelguistas seis kilos de arroz, cinco salsas de tomate y tres paquetes de fideos. Víctor Antiao destaca la solidaridad de los gremios del comercio: “Se creó un lazo de compromiso con trabajadores de Almacenes París, Ripley, Falabella, Sodimac, Banco del Desarrollo, Banco de Chile, Las Brisas y Santa Isabel. Es una prueba que la unión de los trabajadores puede dar frutos”, afirma.
Rojas, por su parte, sostiene que la conducción de Izquierda de esta huelga lo lleva a reflexionar: “Nosotros pensamos que la política nunca debió desaparecer de la mente de las personas. Siempre hay que ser partícipes de la decisiones que se toman en el gobierno y el Congreso. Si la gente no se involucra políticamente, nunca vamos a tener amparo suficiente para exigir nuestros derechos. En este conflicto le dijimos a nuestros asociados que pensaran muy bien antes de dar el voto, que vean los proyectos e identifiquen a las personas porque después, hay que pasar la cuenta. Si hay personas del mundo progresista que tienen un proyecto y lo explican a la comunidad, hay que elegirlos.
Nos quedó claro que hay que elegir nuevos políticos. No es la política la que está sucia. Son los politiqueros los que han producido desencanto a la juventud, y el empresariado saca su tajada. Por eso, mientras no tengamos conciencia política vamos a estar inmersos en una situación en que no nos damos cuenta que somos esclavos de nuestras deudas. Los trabajadores tenemos que unirnos con nuestra propia clase, para que las organizaciones perduren en el tiempo. Para ello, debemos fortalecer la conciencia de Izquierda y de lucha”.
Néstor Rojas reflexiona: “Una preocupación, como dirigente sindical, es el futuro de nuestra organización. Esta no es la primera vez que la empresa quiere destruir el sindicato. El año 93 quiso sacar a 150 socios, porque habían formado una filial. En el 97 nos sacó más de 400 afiliados.
Más tarde, con la creación de los Mega Johnson’s, la empresa dispuso de mil trabajadores sin posibilidad de negociar. Las prácticas antisindicales siempre han existido. El riesgo del despido es permanente”.
Por su parte, Olate dice que “en esta huelga partimos con mucho temor y en el camino nos dimos cuenta que nuestra gente era capaz. Las mujeres estaban en primera línea exigiendo sus derechos y hubo tres compañeros que en Rancagua hicieron una huelga de hambre en la Catedral. A nuestros compañeros jóvenes les costaba comprender qué es un sindicato y cómo se iniciaba una huelga. Hubo jóvenes que recién estaban participando en el mundo del trabajo. Supieron que en 1970 los trabajadores se unieron y eligieron un presidente de la República y que eso puede suceder otra vez”

Luis Klener HernAndez

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