Punto Final, Nº815 – Desde el 17 al 30 de octubre de 2014.
Documento sin título
Buscar
Ultimo Editorial

Homenaje

Carta al director
Ediciones Anteriores.
En Quioscos
Archivo Histórico
Acto Miguel Enríquez
Discursos:
- Carmen Castillo
- Melissa Sepulveda
- Lorenza Soto
- Felipe Quezada
- Coordinadora Arauco-Malleco
- Movimiento de Pobladores Ukamau
Regalo

Presidente de la FEC:

La sociedad por la que luchamos es la misma que quería el MIR

 

Felipe Quezada, presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción (FEC), dijo:
“Nos hacemos presentes en este acto para ofrecer nuestro homenaje a Miguel Enríquez, cuando se cumplen 40 años de su muerte en combate.
Para nosotros, es vital no sólo rescatar su consecuencia, sino además su legado político a la Izquierda revolucionaria chilena y latinoamericana.
El principal acierto de Miguel y el MIR fue haber utilizado el marxismo no como dogma, sino como una herramienta para analizar las condiciones objetivas y subjetivas de su tiempo, y así plantear una estrategia y una táctica acordes al objetivo de derrotar a la burguesía y crear, como se dijo entonces, ‘órganos del poder proletario, cuya tarea sería construir el socialismo y extinguir gradualmente el Estado hasta llegar a la sociedad sin clases’.
Hoy, muchos intentan relativizar ideas y conceptos como revolución, socialismo y comunismo, pintándolos con un barniz de progresismo y moderación.
La revolución no es otra cosa que la transformación radical de las estructuras sociales y económicas. De acuerdo a lo que expresaba Miguel, esto ‘nunca será con el consentimiento de las clases dominantes’, por lo cual no puede caber dentro de reformas legales consensuadas en el Parlamento o el Ejecutivo.
En relación a la lucha electoral, Miguel en una entrevista planteaba: ‘Dar en ese plano las batallas políticas es darlas en territorio enemigo, es consumirse orgánica y políticamente en un camino infructuoso y ya fracasado, es afirmar la institucionalidad y es, por último, domesticar a las masas, creándoles falsas ilusiones y enseñándoles a esperar todo de una ley y un orden que, en realidad, aseguran su explotación’.
El paso de los años no le ha quitado actualidad a estas sentencias, como vemos reflejado tras las aventuras electorales de ciertos sectores.
Sabemos que nuestras organizaciones políticas son pequeñas y carentes de inserción real en las masas, por lo cual la tarea inmediata, lejos de distracciones electorales, debe ser la creación de un movimiento popular con perspectiva clasista, el cual permita la acumulación de una fuerza social revolucionaria con la intención de superar el actual estado de latencia del pueblo.
También sabemos que éste es un largo camino, pero creemos que la institucionalización de la Izquierda en el marco del Estado burgués es y será inútil para la constitución de un sujeto social y político que pueda impulsar las transformaciones que el pueblo necesita.
Respecto de la educación superior, que es nuestra problemática central como organización, consideramos que las propuestas del gobierno no solo asisten como reformas que no son estructurales, sino que agudizan su principal crisis, la segregación del conocimiento. La supuesta gratuidad esconde que no serán los jóvenes de sectores populares los que podrán acceder a la educación gratuita, ya que ellos se encuentran en las instituciones privadas más precarizadas, que por cierto no están acreditadas.
El sentido de lo público se levanta como el gran argumento para justificar el traspaso de recursos del Estado a manos de privados. Queremos ser claros: lo público no tiene cabida en el ámbito privado. Lo público solo puede ser posible si es concebido como proyecto educativo para el conjunto del pueblo y si se logra la estatización de todas las instituciones de educación superior.
Por otra parte, creemos estar frente a un punto de inflexión del movimiento estudiantil.
Frente a la ofensiva reformista de la clase política, varias organizaciones que se reivindican de Izquierda y/o de revolucionarias -haciendo alusión directa o indirecta al legado de Miguel y el MIR-, han cedido la iniciativa política y han moderado sus demandas.
Esto no es casual. Detrás de ello, vemos un proyecto político que no aspira al socialismo, ni tampoco una táctica que rompa con la conciliación de clases. Se trata de la versión actual de lo que Miguel criticaba como ‘reformismo’.
Una lectura revolucionaria y una acción consecuente implican rechazar de plano concesiones a nuestras demandas centrales, y poner en claro que nuestros objetivos estratégicos no se agotan en reformas o leyes constitucionales. Por eso, frente a la ambigüedad que han demostrado muchos dirigentes estudiantiles, reiteramos que nuestra apuesta es la estatización total de la educación, como piso para poner fin al mercado educativo y para colocar en el centro de los problemas el carácter de clase del Estado.
Finalmente, reivindicar al MIR y particularmente a Miguel, es hacerse cargo del proyecto histórico de la clase trabajadora. Es por eso que hacemos un llamado hoy, a organizarse y prepararse para luchar, porque sabemos que solo en la medida en que logremos constituir un movimiento estudiantil popular, organizado desde cada espacio local, podremos proyectar la lucha por la educación y, entonces, lo que es más importante, la lucha por la sociedad que queremos, que es la misma sociedad que los compañeros del MIR, desde su secretario general hasta sus bases, lucharon por crear en nuestro país”.

(Publicado en “Punto Final”, edición Nº 815, 17 de octubre, 2014)
revistapuntofinal@movistar.cl
www.puntofinal.la
www.pf-memoriahistorica.org
¡¡Suscríbase a PF!!

 


 

 

 

 

 

Punto Final
Translation

Google Translate

En esta edición

¿Con o sin las fuerzas armadas?

Patricio Aylwin: mito y realidad

La tramposa reforma del sistema político

Reforma con miedo a la huelga

A desbordar el Proceso Constituyente

En edición impresa

Contradicciones de un arrepentido

Camioneros en la represión

Venezuela bajo asedio

Esa sonrisita…

Desastres en la ciudad neoliberal

Partidos en la Izquierda

Visita