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JUAN OLIVARES PÉREZ
Numerosos dirigentes sindicales se jugaron la vida en la lucha contra la dictadura. Entre ellos destacan Juan Olivares Pérez y su familia.
Juan Olivares, electromecánico, casado, seis hijos, nació el 21 de enero de 1943 y fue asesinado el 7 de noviembre de 1980. Presidente del sindicato de la Empresa Nacional de Frigoríficos y del Cordón Industrial Estación Central, Olivares fue dirigente provincial de la CUT y del Frente de Trabajadores Revolucionarios (FTR) y miembro del comité central del MIR. Detenido en 1975 y torturado en Villa Grimaldi, fue deportado a Inglaterra.
Cuando el MIR decidió emprender la Operación Retorno, Olivares fue de los primeros en asumir esa responsabilidad voluntaria. Se preparó en Cuba y regresó a Chile en marzo de 1980. Su vida clandestina duró poco. Unos meses después fue detectado por la CNI trabajando como electricista en la Feria Internacional de Santiago (FISA). El 6 de noviembre Olivares y Rubén Orta Jopia -técnico electricista, ex socialista que en La Habana se incorporó al MIR-, fueron detenidos. Sufrieron horribles torturas y al día siguiente sus cuerpos ametrallados aparecieron cerca del cuartel de la CNI junto a una citroneta del año 59.
La versión oficial fue que Olivares y Orta pretendían atentar contra el cuartel. Sus cuerpos presentaban quemaduras, heridas punzantes y numerosos impactos de balas.
Juan Olivares pertenecía a una familia de luchadores sociales. Su hermano Mario, dirigente del sindicato Endesa de la central hidroeléctrica El Toro, fue secuestrado en Los Angeles seis días después del golpe militar. Sus restos aparecieron recién el año 2002. El padre, Vicente Olivares Steves, electricista y violinista de la Sinfónica Nacional, comunista, fue detenido por Carabineros en febrero de 1974. Un mes después su cadáver apareció baleado en un sitio eriazo de la comuna de Estación Central. Un tercer hermano, Alejandro Olivares, fallecido en 2007, tuvo destacada trayectoria en la lucha sindical y política y también fue dirigente del MIR.
Los ocho hermanos Olivares Pérez heredaron las dotes artísticas del padre. Varios -como Juan y Alejandro- cantaban y tocaban guitarra. Fue una familia obrera que gozó de respeto y afecto. Juan, sus hermanos y su padre, dieron ejemplo de consecuencia y valor. Esos rasgos los convirtieron en dirigentes de los trabajadores y en revolucionarios.
Publicado en “Punto Final”, edición Nº 850, 29 de abril 2016
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