Punto Final, Nº834 – Desde el 7 al 20 de agosto de 2015.
Documento sin título
Buscar
Ultima Editorial

Homenaje

Carta al director
Ediciones Anteriores.
En Quioscos
Archivo Histórico
Acto Miguel Enríquez
Discursos:
- Carmen Castillo
- Melissa Sepulveda
- Lorenza Soto
- Felipe Quezada
- Coordinadora Arauco-Malleco
- Movimiento de Pobladores Ukamau
Regalo

Memoria y resistencia mapuche

“Malla Malla Pewenche”

 

En ocasiones caminamos, y retrocedemos una infinidad; otras, en cambio, nos mantenemos quietos y avanzamos. En la cordillera mapuche pewenche del Cajón del Queuco, en Alto Bío Bío, se avanza en quietud. Sumergidos entre montañas límpidas no dinamitadas y ríos cristalinos no apresados, llegamos a un lugar donde el inicio del día lo marca el silbido de la tetera al fuego que despierta el canto del gallo. Allí, reconocemos el estigma que portamos por vivir bajo el sesgo occidental: una inquietud que busca la inmediatez de las cosas.
En las comunidades pewenches no hay prisas, las cosas simplemente pasan, pasan y vuelven. No se hacen ejercicios de paciencia, porque la vida es y sigue siendo entre gritos, conversaciones y silencios. Los animales crecen libres y pastan a su antojo hasta que son sacrificados. Los ciclos vitales son respetados. Y la tierra, el mapu, no es explotada, sino un elemento sagrado al que proteger.
Pero no todo es serenidad en el Cajón del Queuco. A veces, la inquietud occidental invade la quietud mapuche imponiendo su voluntad dominadora. Los tentáculos de este enorme cefalópodo se extienden por los territorios para acallar las identidades e imponer un modo de vida que, en nombre del progreso, fracciona y debilita lo que desde siglos camina por otros lares. Y cuando esto sucede, el choque de culturas es inevitable, produciendo dos realidades: asimilación y resistencia. Los que optan por la primera tienen la ayuda del gobierno; aquellos que deciden resistir son señalados, perseguidos y allanados en sus territorios y hogares. La comunidad Malla Malla es un ejemplo de resistencia y, por ende, son perseguidos y sus casas allanadas.
Durante la mal llamada “Pacificación de la Araucanía”, el Estado chileno desplazó a la fuerza a las comunidades mapuches que habitaban a orillas del río Queuco hacia las zonas menos fértiles en lo alto de la cordillera, donde las condiciones eran extremas y la supervivencia costosa. Con las tierras despobladas de sus legítimos habitantes, el aparato estatal dividió en lotes el territorio que antes había sido comunitario, facilitando, mediante la venta a particulares, el asentamiento de colonos. Este fue el modo que se encontró para controlar la zona, pensando, quizás, en futuras inversiones. A estas reducciones a las cuales sus gentes habían sido arrinconadas se les confirió un reconocimiento legal con lo que se conoce como títulos de merced, que no fueron más que una validación legal del expolio.

RECUPERACION DE TERRITORIOS
En el año 2000, estas comunidades originarias, cansadas de las difíciles condiciones de vida a las que se vieron sometidas, decidieron iniciar un proceso de recuperación de los territorios ancestrales de los cuales sus abuelos habían sido expulsados. El éxito de esta acción se debe al método utilizado: la ocupación de tierras. Como cuentan los propios comuneros de Malla Malla, bajaron con sus cosas, se instalaron en la tierra, tomaron mate, cocinaron y fueron construyendo sus rucas. “La primera noche amanecimos mojaditos”, cuenta a sus 84 años Carmen Rosa Martínez. Para las leyes del Estado chileno, se trató de una ocupación ilegal. Desde entonces, como medio de control y detención del avance de la recuperación territorial, se instaló un puesto de carabineros en la zona.
Hoy, quince años después, este proceso de recuperación continúa. Han conseguido métodos de autonomía mediante el cultivo, la cría de animales y la apicultura; pero ni el capital teórico ni los capitalistas prácticos soportan la paz, por eso cuando reconoce resistencias intenta acabar con ellas. Los gobiernos mal llamados democráticos desestabilizan las comunidades mapuches a través de la relocalización, la asimilación y la aculturación, valiéndose para ello de diferentes métodos: permitiendo la intrusión de alcohol y droga, ofreciendo proyectos que compran voluntades, utilizando a organismos mediadores como la Conadi y, cuando lo consideran necesario, utilizando la represión policial.
En julio de 2013 la comunidad Malla Malla fue objeto de una grave violación de los derechos humanos. Carabineros acordonaron la zona, sitiando el Cajón del Queuco crearon una especie de estado de sitio en la zona. El acceso fue restringido a toda persona ajena, incluida la prensa. Esto permitió la acción indiscriminada por parte de los efectivos policiales, que allanaron las casas, tiraron lacrimógenas, denigraron la integridad de niños, mujeres y ancianos, algunos de los cuales huyeron a los cerros y estuvieron escondidos varios días. Siete de ellos fueron detenidos, entre ellos una madre en periodo lactante y un anciano asmático y diabético que sufrieron condiciones denigrantes durante su detención, sin acceso a baño ni agua; una comunera fue obligada a desnudarse y permanecer durante horas en esta situación, constituyendo este hecho un ejemplo de tortura sexual, como explica detalladamente el reciente informe de los derechos humanos elaborado por la Misión de Observadores de la Casa Memoria José Domingo Cañas.

AMENAZAS DE TRANSNACIONALES
Lo que esconde esta situación, tal y como afirman algunas de las voces de la comunidad, es la amenaza de proyectos transnacionales mineros e hidroeléctricos. Las consecuencias de la instalación de estos megaproyectos se pueden observar a pocos kilómetros, en la zona del río Bío Bío donde las comunidades fueron desplazadas y muchos de sus territorios inundados, incluyendo lugares sagrados, para la construcción de las represas de Ralco y Pangue, hidroeléctricas transnacionales de capital español (Endesa) e italiano (Enel). Esto supuso el desplazamiento de muchas familias pewenches, a pesar del amplio apoyo internacional. Las megainversiones tienen prisa, les urge construir sus represas, sin remordimiento que sea justo allí, donde todo mora tranquilo, donde no se explota ni aniquila, donde cada elemento del entorno simplemente es y cumple su función.
En febrero tuvimos ocasión de convivir durante dos semanas con la familia del lonko Segundo Suárez, y conocer la realidad pasada y presente de la comunidad Malla Malla. De ahí, y a petición suya, surge el documental “Malla Malla Pewenche. Memoria y resistencia mapuche”. En mayo volvimos a la comunidad a mostrar el trabajo, y días después asistimos a la presentación del informe de los derechos humanos en Ralco. Durante esta emotiva reunión, el lonko Segundo Suárez llamó a la unidad a todos los lonkos del Alto Bío Bío para caminar juntos en la lucha contra los futuros proyectos de grandes empresas hidroeléctricas y mineras, motivo de fondo de la violación de los derechos humanos en la zona, y recalcó la intención de la comunidad de presentar una querella contra el Estado por el allanamiento a la comunidad en 2013, señalando que no piden una indemnización económica sino que se haga justicia. Estas palabras se vieron respaldadas por las intervenciones de otros comuneros. Al finalizar dicho acto, se proyectó el documental realizado por Vocesenlucha,(de acceso libre en www.vocesenlucha.com), donde algunos de los afectados exponen su realidad, como el sorprendente hecho de que con más de 120 niños y niñas en edad escolar no cuenten con un colegio en la comunidad.

EJEMPLO DE LUCHA
Malla Malla es un ejemplo de la lucha por la memoria y la resistencia del pueblo mapuche que no cede a los mecanismos que tiene el Estado, en connivencia con los grandes intereses nacionales y transnacionales, para manipular y desestructurar a las comunidades; y a pesar de haber vivido situaciones difíciles, continúan protegiendo su territorio y reconstruyendo su cosmovisión, ese espacio sagrado de quietud en el que el tiempo se detiene entre cordilleras y ríos, entre mate y pan amasado, entre chanchos y pewenes, entre ngen y newen, entre ngillatum y choique purrún, entre marrichiweu y diez veces venceremos.
Pero estos hijos bastardos que componen el capital rompen el decurso de los procesos y alimentan la impaciencia y la ansiedad que desde este estado de paralización entra a engrosar las venas del miedo a morir. Primero, sugieren que se les deje el territorio que compraron a no sé quién, y que los pewenches recuperaron allá por el año 2000. Segundo, negociar una relocalización “a un lugar paradisiaco” -rodeado de forestales, pinos y eucaliptos-, donde prometen el oro y el moro y luego si te he visto no me acuerdo. Tercero, desestabilizan la zona introduciendo alcohol, tabaco, droga y vicios enemigos del colectivo. Cuarto, identifican a los sujetos más débiles para entrenarlos en el ritmo frenético de occidente, e ir restando cultura e identidad desde la asimilación. Quinto, controlan por la fuerza el territorio pidiendo al señor Estado que les devuelva los favores que le concedieron cuando éste lo necesitaba para ganar en las urnas. Sexto, allanan las casas de aquellos que tan dignamente defienden su territorio -que no propiedad- que es el de toda la comunidad. Séptimo, matan por “error”, por encargo y en defensa de sus multimillonarios intereses.
Pero hay quienes han trascendido el miedo y le plantan cara a estos demonios, son los cona y los weichafe, soldados y guerreros que no se dejan vencer ni convencer, y que quieren salvar ese estado de quietud que permite avanzar al margen del tiempo que marcan los relojes que lucen los magnates del mundo, indicándoles que en el próximo minuto tienen que tener más

VANESSA PEREA y RAUL GARCIA
vocesenlucha.com

(Publicado en “Punto Final”, edición Nº 834, 7 de agosto, 2015)

revistapuntofinal@movistar.cl
www.puntofinal.la
www.pf-memoriahistorica.org
¡¡Suscríbase a PF!!

 

 

 

Punto Final
Translation

Google Translate

En esta edición

Vivir con honor o morir callado

Las redes que encubren crímenes de la dictadura

Tras la puerta del cónclave

Nueva Mayoría fue cooptada por el empresariado

Explotación sexual de niños en Chile

En edición impresa

Justicia desnuda a la “familia militar”

Bautismo de sangre de la Nueva Mayoría

Otra historia de amor

“Malla Malla Pewenche”

La memoria crepitante de Virginia Vidal

Victoria del pueblo

Visita
s Punto Final
Translation

Google Translate

En esta edición

Vivir con honor o morir callado

Las redes que encubren crímenes de la dictadura

Tras la puerta del cónclave

Nueva Mayoría fue cooptada por el empresariado

Explotación sexual de niños en Chile

En edición impresa

Justicia desnuda a la “familia militar”

Bautismo de sangre de la Nueva Mayoría

Otra historia de amor

“Malla Malla Pewenche”

La memoria crepitante de Virginia Vidal

Victoria del pueblo

Visita