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Alfredo Joignant:
Nueva Mayoría fue cooptada por el empresariado
Alfredo Joignant Muñoz (51), hijo del dirigente socialista del mismo nombre que ocupó el cargo de director de Investigaciones en el gobierno de Salvador Allende, es sociólogo, cientista político y doctor en ciencia política de la Universidad de París i Panthéon-Sorbonne. Actualmente es profesor en la Universidad Diego Portales y presidente de la Asociación Chilena de Ciencia Política.
Respecto a la actual situación del país, Joignant dice: “Veo en Chile un proceso político complejo, con un presente muy evanescente y dinámico. A partir del movimiento estudiantil, irrumpió una crítica al sistema educacional que escaló hacia el modelo económico, social y constitucional. Es una crítica global y masiva. No le quedó a la elite política más camino que tomar nota. Todavía estamos viviendo bajo la influencia de esas demandas, aunque la elite las traduce a sus propios códigos.
En el contexto de una crítica multidimensional al modelo, irrumpe además lo imprevisto: una crisis de corrupción, que pone en evidencia la relación incestuosa entre dinero y política. Grandes empresas financian campañas electorales mediante una modalidad que constituye un invento chileno: las empresas pueden donar dinero de modo reservado a los candidatos. Junto a este financiamiento legal, aparecieron otras fórmulas de ingreso de dinero a las campañas, que violan la legislación mediante boletas o facturas ‘ideológicamente falsas’.
Estos casos tienen una dimensión política dramática para la Nueva Mayoría (NM), porque el yerno de Pinochet, Julio Ponce Lerou, entregó dinero a candidatos de partidos en los que hay víctimas de la dictadura. Aquí hubo gente de Izquierda que bajó la guardia y aceptó lo inaceptable. Enrique Correa, a través de su empresa Imaginacción, incluso asesora de manera permanente a SQM a cambio de una retribución económica.
Es una arista político-ideológica del modelo, que tiene que ver con la manera como una parte de la izquierda de la NM fue cooptada por el gran empresariado, que por definición es de derecha. Es imposible que esta captura haya sido inocente. Si el empresariado secuestra la política, no lo hace por el bien de la República. La hipótesis del financiamiento desinteresado de la política por empresas es una ilusión”.
IMPROVISACION POLITICA
¿Por qué la crisis estalla ahora?
“Las cifras de la economía chilena fueron excepcionales durante veinte años. Pero nunca estuvo presente antes la lógica redistributiva que hoy inspira a la reforma tributaria, combinada con una recomposición del balance del poder mediante una reforma al sistema electoral binominal. Esta nueva fase es de alta complejidad, porque Chile está viviendo un ciclo económico malo y buena parte de los cambios propuestos están desfinanciados. La reforma tributaria se hizo de modo artesanal, y la reforma educacional, que tiene metas correctas, fue muy improvisada. Vale decir, el programa se ejecutó mal. Se equivocaron cuando no había derecho a equivocarse.
Afortunadamente para los partidos de gobierno, la derecha también está en el suelo y eso impide un derrumbe de la NM, pero no se puede seguir improvisando. En estas circunstancias, el problema debe resolverse con un retorno a la gradualidad”.
¿Cuál es el origen de la improvisación?
“Tiene que ver con la certeza de la victoria electoral y también con una falla seria de los conductores del comando electoral, que son los que salieron en el último cambio de Gabinete. Fallaron además los partidos, que no fueron capaces de contrarrestar el poder de los que actuaron mal en el comando electoral, y después en la primera etapa del gobierno.
Esta clase de problemas no se dieron en los gobiernos previos de la Concertación porque las elecciones se ganaron sin muchas dificultades y los programas propuestos eran menos profundos. Con este programa había que tomarse mucho más en serio el diseño de las políticas a realizar. Esta es una severa falla política”.
¿Los partidos han sido ahora menos responsables?
“Los partidos abandonaron el debate de ideas y se acostumbraron a una forma minimalistas de satisfacción de demandas. En 2011 se abrió una fase de reivindicaciones maximalista, ante la cual había que dar respuestas bien fundadas, aunque no se trataba de resolver al mismo tiempo todas las necesidades insatisfechas.
Había que encontrar un tiempo y un ritmo adecuado a la profundidad de las necesidades de cambio que habían emergido en el contexto de las movilizaciones de 2011, para ajustar las reformas a lo que la política puede lograr en cuatro años. Se perdió eso de vista y recién ahora la presidenta Bachelet y los partidos están experimentando esa urgencia como en un vértigo.
Recién al año y medio este gobierno está ajustando las expectativas con las posibilidades reales de satisfacer las demandas sociales. Todavía hay tiempo para corregir errores. Es fácil reprochar todo a la presidenta, pero también hay irresponsabilidad de los partidos”.
HORA DE SINCERARSE
¿Cómo se pueden corregir estas falencias?
“Hay que explicar de manera pedagógica por qué no se va a cumplir todo lo prometido; pero al mismo tiempo, hay que decir que todo lo prometido se hará. Ese ejercicio de sinceridad pedagógica puede ser una carta de triunfo para la NM. Precisamente porque antes no fueron totalmente sinceros, deben serlo ahora.
No debe haber vergüenza en reconocer que este gobierno no será capaz de satisfacer enteramente demandas como gratuidad en educación superior, porque el dinero no alcanza. Con la misma fuerza hay que decir también que las promesas siguen en pie y que se cumplirán en un plazo más largo de lo que se pensaba”.
Pero no se ve un gobierno con ganas de sincerarse...
“El nuevo gabinete ya está muy desgastado, pero se podría empoderar y los partidos también. El problema de fondo radica en que sigue existiendo disonancia entre lo que piensa la elite y la realidad que vive el ciudadano de a pie. Todos creen saber lo que piensa el pueblo, pero el hecho es que la mitad de los chilenos no está votando, pese a que en la pasada elección presidencial la oferta fue completa y hubo candidatos y candidatas presidenciales para todos los gustos.
Podemos deducir que hay un problema que se relaciona con que los chilenos tampoco se interesan por la oferta electoral existente, y eso quiere decir que estamos en presencia de una tendencia abstencionista de largo plazo. El divorcio entre los chilenos y la política no solo se refiere a tomar distancia con la elite, se refiere también a que existen personas que no votarán bajo ninguna circunstancia.
Veo con preocupación cómo en ciertos sectores se está instalando el miedo al cambio, que por ahora está circunscrito a los sectores altos. Si ese miedo entra en sectores medios y populares, la situación cambiará. Se ha expresado en cacerolazos en el barrio alto contra la delincuencia, pero también estuvo en cierta histeria colectiva generada en sectores medios a propósito de la falsedad de que habría un paro bencinero.
Si estas situaciones proliferan, se podría abrir un escenario propicio para un gobierno de derecha. No olvidemos que en la Nueva Mayoría hay un partido de centro, la DC, que experimenta con mayor intensidad la sensación de vértigo producida por la idea de que las reformas van demasiado rápido”.
VIEJOS Y NUEVOS PARTIDOS
¿Cuál sería la fórmula para disminuir el desarraigo de los partidos?
“Los partidos eje de la nueva mayoría son antiguos: el PC tiene cien años, el PS y el PDC andan en los ochenta y el Partido Radical es más que centenario. Todos se formaron en una morfología distinta de la sociedad chilena y ahora experimentan un desajuste en su relación con las nuevas generaciones.
Es difícil que esos partidos históricos, que se formaron en un molde social y cultural completamente distinto, cambien. Como paliativo se podría plantear la pertinencia de un nuevo partido de centro-izquierda, surgido de una fusión del PS y PPD; aunque esta fusión es muy difícil, por la inercia histórica de ambos partidos.
En la derecha, la UDI está experimentando de lleno la crisis de corrupción y RN es un partido tradicional heredero, en parte, de la vieja derecha. Amplitud representa el intento de calzar con un nuevo molde, pero todavía no está identificado con una generación de chilenos de derecha que actúan de un modo distinto. Lo mismo sucede con Evópoli, que comprende que la derecha no puede seguir con el mismo ropaje. Pero, el problema no solo está en el envoltorio, también está en el producto”.
Nuevas fuerzas de Izquierda han aparecido desde 2011…
“El fin del sistema electoral binominal abre posibilidades a nuevos actores. En las elecciones de concejales en Chile, hay un número de cargos a llenar similar al establecido en el sistema electoral que comenzaría a regir dentro de dos años, y se aprecia que la correlación de fuerzas no varía. Siguen siendo los partidos tradicionales los que dominan el espacio local y tengo serias dudas de que partidos nuevos puedan tener éxito. A Giorgio Jackson le fue bien, pero con el apoyo de la Nueva Mayoría, y Gabriel Boric efectivamente ganó solo, pero en un territorio atípico como Magallanes dónde, además, hay un microclima político y una oferta electoral fragmentada.
Todo el mundo habla de nuevo ciclo político, pero ese nuevo ciclo no está claro. Para que exista, debe haber nuevas fuerzas políticas. Creo que estamos en una fase de transición hacia otra cosa, pero también puede suceder que no haya otra cosa y que la inercia se imponga”.
¿Existe la posibilidad de que se recompongan en Chile los tres tercios?
“Nunca he creído en los tres tercios, porque no son tercios perfectos. De hecho, dependiendo de los periodos, el tercio más pequeño era el de la Izquierda y el más grande muchas veces fue la derecha. Todo depende de quiénes encarnen a la Izquierda y a la derecha y de cómo el centro tome forma, en el entendido que la Izquierda y la derecha son bloques ideológicos, y que el centro -en Chile- es solo espacial.
No conozco ideologías de centro. El centro en la práctica son votantes moderados. La DC busca encarnarlo, pero con dificultades; porque su historia política la sitúa más bien en la centroizquierda, y la DC no se irá a la derecha, porque la derecha en Chile es una extrema derecha. La gente de Amplitud intuye también esa realidad y se va al centro”.
¿Qué habilidades tienen los políticos chilenos para asumir nuevas realidades?
“A los dirigentes de partidos históricos es difícil pedirles que rompan moldes. De haber novedades, debieran venir de los jóvenes. A las nuevas generaciones socialistas las veo cambiar con dificultad, y a las nuevas generaciones comunistas las observo pegadas al molde histórico. No se aprecian grandes diferencias entre Camila Vallejo y Gladys Marín. Desde ese punto de vista, soy pesimista. Pero comunistas, socialistas o democratacristianos están demasiado anclados en la sociedad y no van a desaparecer. El PPD ha calado también en el sector más educado y liberal de la sociedad chilena”.
RUBEN ANDINO MALDONADO
(Publicado en “Punto Final”, edición Nº 834, 7 de agosto, 2015)
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