Punto Final, Nº 738 – Edición desde el 22 de julio al 4 de agosto de 2011.
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Alfredo Vielma, 17 años, vocero estudiantil:

 “La educación es un derecho social”

Inserto en una frenética dinámica de reuniones y acciones callejeras, el vocero electo de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES), Alfredo Vielma Vidal (17), tiene poco tiempo para compartir con sus padres y tres hermanos en su hogar de Maipú.
Vielma, estudiante del Liceo Amunátegui, eligió este colegio por su historia de organización y prestigio docente. Autodefine su posición como “radical” y afín a las ideas revolucionarias de América Latina. Aunque no milita en un partido, forma parte de un proyecto de educación popular en la Escuela Libre de El Bosque.
Se involucró en el movimiento estudiantil en 2008, dos años después de la “revolución pingüina”. Participó en asambleas, consejos de curso y se fogueó en una toma, desde la que inició junto a otros la reconstrucción de la ACES. Fruto de un gran esfuerzo y sin el apoyo de partidos, levantaron lo que él llama “La Asamblea” en cerca de cien colegios. En 2010 se convirtió en vocero político de ACES y desde 2011 es vocero público.

¿Es comparable el actual movimiento secundario con los “pingüinos” de 2006?
“Se asemeja por su carácter estudiantil y por sus demandas, pero el movimiento actual entiende el problema de la educación asociado a otros asuntos político-sociales y económicos. Hemos madurado y ahora atribuimos su origen al modelo económico que nos rige y al lucro en la educación. Hay gente que gana con la educación, hay gente que paga por ella y hay también quienes no tienen educación, porque no tienen dinero para pagarla. La principal diferencia entre estos dos movimientos se refiere a cómo concebimos la lucha estudiantil. Junto con nuestra demanda de mejor educación proponemos asuntos de fondo, como una renacionalización del cobre para obtener los recursos que nos permitan financiar un nuevo modelo educativo.
A pesar de estar vetado y silenciado por los medios de comunicación tradicionales, el actual es un movimiento más masivo que el de 2006, con casi 500 tomas de colegios, 500 mil estudiantes paralizados y acciones callejeras que han congregado hasta 200 mil personas en la Alameda.
Escuchamos al ministro Lavín referirse a nosotros como “ultraizquierda”. Nos acusa de ser un movimiento político. Le contestamos que la política es sana, que permite establecer debates y significa un avance dentro de la mente de las personas y poner en cuestión ciertos modelos establecidos.
Buscamos también que la ciudadanía sepa que somos dueños del 40% del cobre del mundo y que Chile es el principal exportador mundial. Tres grandes empresas privadas se llevan las utilidades por el 70% del mineral y la nación recibe apenas del restante 30%, todavía en manos de Codelco. La nacionalización de este recurso podría ayudarnos no sólo a financiar la educación, sino también la salud, la vivienda y a mejorar el salario mínimo”.

Fin del lucro

Hay un gobierno partidario del liberalismo económico, ¿cree posible un diálogo?
“Este gobierno tiene que escuchar a los estudiantes. Somos parte de la sociedad y somos una mayoría. El ministro Lavín vendió sus acciones en la Universidad del Desarrollo y ahora tiene sus intereses en un grupo de constructoras. Piñera era dueño de Chilevisión, Colo Colo y LAN Chile, grupos empresariales que están involucrados directamente con el gobierno. No esperamos mucho de ellos”.
¿Qué esperan en lo inmediato y qué buscan en el largo plazo?
“Somos un movimiento social auxiliar a la principal fuerza que son los trabajadores, es decir nuestros padres. Antes de recuperar la educación tenemos que implantar un modelo político participativo, integrador y equitativo. Chile puede ser una sociedad más justa y ello pasa por instalar formas de democracia directa. Los pueblos deben decidir por sí mismos qué van a hacer con sus gobiernos y sus recursos naturales.
Queremos una sociedad más equitativa y planteamos la recuperación de la educación como un derecho social integral, pluricultural, equitativo, no clasista ni racista. Buscamos que todos los colegios vuelvan a manos de un Estado que deje de cumplir un rol subsidiario y garantice una buena educación gratuita para todos. Queremos que liceos y universidades vuelvan al sector público y que termine el lucro. Mientras no tengamos garantizada una educación gratuita y de calidad, no vamos a deponer las movilizaciones”.
Ustedes dicen que el ministro Lavín no es interlocutor válido...
“El interlocutor válido en este caso debe ser el Estado, representado por el Ejecutivo, en última instancia, el presidente de la República. Nosotros queremos dialogar con Piñera directamente”.
Igual que en 2006, el gobierno quiere llevar una propuesta al Congreso Nacional, mediante un proyecto de ley. ¿Creen que ese sea un espacio adecuado para un debate?
“No es un buen lugar, por el sistema binominal y por una clase política que no es proclive al pueblo. Los políticos tradicionales de la Concertación, de la derecha y el Partido Comunista, que dice pertenecer al pueblo, no lo han demostrado con sus actos. No creemos que al pasarse la pelota entre el Ejecutivo y el Congreso podamos encontrar una solución”.
Existe un gobierno que tiene una posición diametralmente opuesta a la de ustedes y un Congreso que no los representa. ¿Con quién negociarán una salida?
“Chile vive una crisis política que se expresa en dos bandos en el Congreso que no debaten temas que sean de interés para el pueblo. Pensamos que este es el comienzo de un cambio estructural en la sociedad. Los estudiantes muchas veces han tomado sobre sí el rol de iniciar la concientización social.
Los estudiantes estamos creando el contexto adecuado para una Asamblea Constituyente. Recién cuando tengamos una Constitución creada por el pueblo, podremos generar educación, vivienda y salud gratuitas y de calidad. Los países que han logrado implantar asambleas constituyentes en Latinoamérica han tenido contextos políticos y sociales creados de manera previa”.
¿Tienen una coordinación permanente con el movimiento estudiantil universitario, el Colegio de Profesores y los rectores de universidades tradicionales?
“Actuamos con los otros actores de la educación y también con los trabajadores. La Confederación de Empleados Particulares de Chile (CEPCH), por ejemplo, ha sido un férreo bastión para defender la educación en conjunto con nosotros; lo mismo los obreros del Sindicato de Trabajadores del Cobre (Siteco) -subcontratados del cobre-, que como nosotros defienden el cobre y el fin del lucro en la educación. También tenemos estrecho contacto con el Sindicato Unico de Trabajadores de la Educación (Sute). Existe un alto grado de acuerdo en las ideas y en la movilización con los estudiantes de la educación superior pública y privada. Destaco el trabajo con estudiantes de la Universidad Tecnológica Metropolitana (Utem), la Universidad Academia de Humanismo Cristiano y la Universidad Central”.

Apoyo de los padres

Nombras sólo algunos actores del movimiento por la educación. ¿Qué pasa con los otros?
“Con la Confech, que agrupa a estudiantes de las universidades del Consejo de Rectores y públicas, nos coordinamos especialmente en las movilizaciones callejeras. En el caso del Colegio de Profesores y la Central Unitaria de Trabajadores vemos en ellos las intenciones de los partidos políticos tradicionales que buscan usufructuar de la lucha social para beneficio propio. En la ACES rechazamos la intervención de los partidos tradicionales y esto nos ha traído problemas. Consideramos que la lucha social es quien debe defender especialmente los intereses de los grupos sociales”.
¿Se sienten respaldados por sus padres?
“Es muy alentador ver a padres y apoderados organizados en asambleas para apoyarnos, donando alimentos o útiles de aseo para sostener nuestra resistencia. Pero también hay padres que tienen un bajo nivel de comprensión sobre nuestro movimiento. El apoyo de nuestros padres y de la sociedad es crucial para sostenernos”.
¿Hay temor en los adultos por la radicalidad de este movimiento?
“La generación de nuestros padres tiene el estigma de una dictadura que arrasó con los movimientos sociales. Es comprensible ese temor. Pero debemos actuar y asumir nuestra responsabilidad con el conjunto de la sociedad. Llamamos a nuestros padres a superar el miedo y a afrontar estas movilizaciones con alegría y fuerza, para que algún día tengamos una sociedad más justa”.

Lucha anticapitalista

Chile vive en el contexto del capitalismo y de la globalización, de tratados de libre comercio que establecen compromisos con terceros país. ¿Serán posibles estos cambios en contra de esos poderes?
“Sabemos que estos poderes imperialistas no van a aceptar pasivamente este proceso de desarrollo económico de interés nacional, pero en Sudamérica hay experiencias como en Bolivia, Venezuela o Ecuador, que han renacionalizado recursos naturales en beneficio de la sociedad. Si en estos países fue posible, ¿por qué no podremos nosotros? En Grecia, a raíz de la crisis económica,  se han generado comunidades autónomas. Son el más claro ejemplo de que podemos desembarcarnos del capitalismo y plantear nuevos modelos económico-sociales”.
¿Cómo ven los movimientos sociales contra las termoeléctricas o HidroAysén?
“Existe convergencia entre el movimiento ecologista y el estudiantil. La demanda por energía limpia es en realidad una acusación contra el modelo económico. El movimiento estudiantil también reacciona contra ese modelo, para terminar con la ganancia desmedida y el lucro de los empresarios de la educación. De la misma manera se inserta el escándalo de La Polar, que tiene que ver con sacar dinero a los deudores con repactaciones fraudulentas. Nuestro interés común radica en terminar con el poder de unos pocos por acumular riqueza en desmedro de los demás”.
¿Cree que los endeudados se van a movilizar contra el sistema?
“Que se movilicen estos adultos es en parte nuestra responsabilidad. Estamos generando conciencia a través del ejemplo. Así como ahora logramos congregar a 200 mil personas, si hubiera más conciencia en la sociedad podrían juntarse 500 mil o un millón”.

Condiciones
para negociar

La derecha dice que detrás de este movimiento está el PC, porque algunos de sus dirigentes son de esa filiación.
“Este movimiento es de la sociedad completa. Gajardo puede sentarse en una mesa de diálogo con Lavín y sin embargo no puede hacer que desaparezcan las movilizaciones. Desmentimos la participación de partidos tradicionales en este movimiento.
Luego de meses de movilizaciones, hemos superado el desgaste con más movilizaciones y nuevas tomas. Cada vez se suman más estudiantes. La comunidad está solidarizando con nosotros, nos anima y entrega recursos”.
¿Cuál es la condición mínima para deponer este movimiento?
“El mínimo es que se nos garantice el derecho a educación gratuita y de calidad, lo que significa la estatización de todas las universidades, liceos y colegios, incluyendo las universidades y establecimientos particulares”.
El gobierno ha dicho que el movimiento estudiantil aumenta la delincuencia.
“Tratan de criminalizar al movimiento estudiantil. Dicen que hay delincuentes entre los estudiantes y nosotros hablamos de autodefensa. Nos defendemos de los golpes, del ‘guanaco’, del gas lacrimógeno, de los insultos, y malos tratos que reciben nuestras compañeras y compañeros al ser detenidos. No somos delincuentes, somos luchadores sociales.
Carabineros nos acusa de violentistas; nosotros decimos que son ellos los que usan primero la violencia contra nosotros y los llamamos a recapacitar y apoyarnos en su condición de padres, apoderados o familiares de estudiantes. Que recuerden que ellos también estudiaron en deplorables condiciones. Muchos dicen que están de acuerdo con nuestra causa…”

RUBEN ANDINO MALDONADO

 

Publicado en “Punto Final”, edición Nº 738, 22 de julio, 2011
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