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El MAIZ se declara socialista y quiere nueva Constitución
Nace Movimiento Amplio de Izquierda
El 22 de mayo hizo su estreno el Movimiento Amplio de Izquierda (MAIZ), nueva organización político-social que busca expresar una alternativa al proyecto del gran capital, representado en el plano electoral desde 1990 por los cuatro gobiernos de la Concertación y la actual administración de centro-derecha.
Un variado conjunto de más de 400 mujeres y hombres participaron el 21 y 22 de mayo en un debate democrático que tuvo como punto de reunión la emblemática Escuela de Artes y Oficios de la Universidad de Santiago. El Movimiento incluye entre sus fundadores una variada expresión de organizaciones y personas, entre las cuales están la Izquierda Cristiana, Acción Socialista Allendista, Partido Socialista Allendista, Movimiento Nueva Izquierda, Urracas de Emaús, Asamblea Democrática, grupo de reflexión Esopo, Comité de Iniciativas por Más Izquierda -iniciador de este proceso de convergencia- y colectivos ambientalistas, feministas y juveniles. Entre sus dirigentes están el ex candidato presidencial Jorge Arrate, el ex ministro de Salvador Allende, Pedro Felipe Ramírez y el diputado Sergio Aguiló.
Se hicieron presentes en el encuentro delegaciones de las regiones de Iquique, Atacama, Valparaíso, O’Higgins, Bío Bío, La Araucanía y Los Ríos. También asistieron, entre muchos dirigentes sindicales, profesionales, intelectuales, pobladores, trabajadores y activistas de derechos humanos, el director de Punto Final, Manuel Cabieses, el ex diputado Bosco Parra, Faride Zerán, Premio Nacional de Periodismo, la escritora Diamela Eltit y los cineastas Miguel Littin y Sergio Trabucco.
Jornada inaugural
En la inauguración, en el Aula Magna de la Usach, el ex candidato presidencial de la Izquierda, Jorge Arrate, dijo, refiriéndose a la hegemonía del modelo neoliberal en los planos económico, social y cultural: “No queremos que la vida tenga que organizarse sólo de este modo. Queremos crecimiento para que haya más igualdad y un desarrollo que nos permita ser más libres”. Arrate esbozó algunos elementos de identidad de la Izquierda chilena y puso como ejemplo la oposición ciudadana a las centrales hidroeléctricas en Aysén. Recordó al respecto que el presidente Piñera está a favor de HidroAysén, y que la Concertación no tiene opinión única, porque dos de sus ex presidentes de la República (Frei y Lagos) están también a favor del proyecto y otros dos no se han pronunciado. “En la Izquierda no hay nadie a favor de HidroAysén”, enfatizó.
En la misma línea de argumentación recordó que tampoco la Izquierda está por la energía nuclear, ni hay en ésta personas que se opongan a una mayor autonomía de las regiones o a terminar con la discriminación por orientación sexual. “Queremos una Izquierda que ponga el acento en lo que nos une y que sea capaz de dialogar sobre sus diferencias”, dijo Arrate, llamando a establecer formas fructíferas de convivencia entre agrupaciones y personas de distinto origen político.
Respecto al tema generacional aconsejó: “Los viejos liderazgos no deben cerrar el paso a los nuevos líderes, con una permanente voluntad de todos por superar las discriminaciones existentes en nuestra sociedad”. El discurso de Arrate concluyó invitando “a ver la política de forma distinta”, subrayando que lo peor que puede ocurrirle a la Izquierda es dejar de luchar por los ideales de justicia social y económica y la expansión de las libertades públicas.
Luego de Arrate entregaron sus testimonios dos representantes de regiones: Jorge Bascuñán, de Iquique, quien dijo: “Estamos para quedarnos, aunque ello nos signifique esperar largo tiempo y superar muchos inconvenientes”. Jorge Melo, de Valdivia, agregó: “Llegamos para sumar y multiplicar, no para dividir o restar”.
Debate sobre
el nuevo proyecto
En las veinte comisiones de trabajo destacó el animado debate para modelar los lineamientos programáticos y orgánicos de esta nueva fuerza político-social. Resaltó la presencia de gran número de jóvenes que ven una oportunidad para canalizar sus inquietudes políticas, muy distantes de los partidos políticos existentes.
Por amplia mayoría se decidió convertirse en un movimiento en que se expresen, sin perder su identidad original, personas, fuerzas políticas y agrupaciones sociales. La nueva organización se declara socialista, anticapitalista, antiimperialista y en favor de la unidad e integración latinoamericana. Expresa su voluntad de modificar el patrón productivo del país y se compromete a luchar por la construcción de un proyecto económico, social y cultural alternativo al capitalista existente.
En los debates hubo consenso en la crítica a las prácticas de los partidos tradicionales, en especial a los vicios caudillistas, de clientelismo y a la manipulación de la base militante, el distanciamiento de los intereses del pueblo, el parlamentarismo y las prácticas cupulares que terminan por alejar a los partidos de la vida cotidiana de ciudadanos y ciudadanas.
Los asistentes se comprometieron a participar de manera activa en las organizaciones sociales, populares y ciudadanas; fundiéndose con ellas en las luchas por hacer de Chile un país más justo en lo económico y social y más democrático en lo político, poniendo el acento en las acciones destinadas a incrementar la participación ciudadana mediante formas de democracia directa y movilización social.
El MAIZ ratificó como dirección provisoria al mismo equipo que preparó el Encuentro y acordó complementar ese consejo nacional con representantes de regiones y de colectivos sociales que se sientan interpretados por sus propuestas. La directiva provisoria tiene la misión de organizar y dirigir la nueva fuerza hasta su primer congreso, en el que se fijará su línea política de largo plazo y se elegirá su dirección. No se contempla por ahora la inscripción legal del nuevo referente.
Otros acuerdos
El Movimiento Amplio de Izquierda hace suya la demanda por una nueva Constitución Política, aprobada por una Asamblea Constituyente y un plebiscito, basada en el respeto a los derechos humanos en su sentido más amplio e inclusivo, que reconozca la condición de Chile como un Estado descentralizado y plurinacional, que tenga como principal misión el bienestar de la ciudadanía.
Entre los temas que concitaron mayor acuerdo están: reforma tributaria, defensa de la educación y salud públicas, luchar para eliminar las desigualdades y discriminaciones, nuevo Código del Trabajo, mejoramiento de la calidad de vida de la población, derecho a la vivienda, defensa del medioambiente y oposición a la destrucción de los ecosistemas y apoyo al desarrollo de fuentes no contaminantes de energía, etc.
El nuevo Movimiento se declara comprometido con el proceso de descentralización en la medida que el centralismo constituye también una forma de discriminación, e impide un desenvolvimiento armónico y equilibrado que posibilite a todos los beneficios del desarrollo. El conglomerado es partidario de la constitución de gobiernos regionales autónomos. También hubo pronunciamientos sobre el derecho de los pueblos originarios a preservar sus formas de vida tradicionales, lengua y cultura; así como sobre la urgencia de impulsar el respeto a la diversidad cultural y el estímulo a la creación artística. De manera especial se aprobó librar una campaña contra la homofobia y proponer una legislación para terminar con las discriminaciones en ese plano.
Hubo consenso en la necesidad de combatir la concentración económica y el predominio de las transnacionales en el sistema productivo; así como en la importancia de recuperar para beneficio del conjunto del pueblo bienes naturales patrimoniales, que pertenecen a todos los chilenos y chilenas, como el cobre, agua y los recursos pesqueros y forestales.
En el plano político la discusión derivó hacia una crítica a las debilidades de la democracia en Chile y hubo acuerdo sobre la necesidad de impulsar la participación popular y fortalecer las organizaciones sociales y culturales.
Muy vinculado a este proceso de recuperación de la vida social y comunitaria, se acordó una política permanente de formación de los miembros del MAIZ y la fundación de un Centro de Estudios e Investigación de Demandas Sociales. En la misma línea se decidió crear un medio de comunicación escrito y organizar una red de medios digitales para difundir las ideas, propuestas y actividades de la nueva organización.
Al cierre, en nombre de los invitados especiales, habló el dirigente de los trabajadores contratistas del cobre, Cristián Cuevas. En su saludo dijo que la unidad de la Izquierda no es fácil y que no basta con un encuentro. “Hay que desarrollar -dijo- un trabajo constante muy apegado a los territorios, despojándose de pequeñeces y mirando siempre los intereses del pueblo”. Agregó que separados no podemos resolver los problemas. Debemos asumir el descontento social, las luchas de los trabajadores y la defensa de los derechos ciudadanos: “Invito a los presentes a construir una nueva mayoría popular que recupere lo mejor de nuestro pasado político y que abra nuevos espacios simbólicos para la Izquierda, vinculados a los movimientos sociales, como los que se han expresado en la calle contra las hidroeléctricas, por la educación pública o por la defensa de los derechos de la población de Magallanes”, concluyó.
(Publicado en “Punto Final” edición Nº 734, 27 de mayo, 2011)
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