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“Hansel y Gretel”
Opera para niños
LA compañía La Diva en “Hansel y Gretel”, con la dirección de Gerardo Wistuba.
Fue una experiencia muy poco habitual: un centenar de niños disfrutaban de una función de Hansel y Gretel, pero en formato de ópera. Detrás de esta experiencia aparece Gerardo Wistuba, barítono, actor, profesor de canto y de actuación para cantantes líricos. También ha dirigido otras cinco producciones independientes, entre las cuales destaca Acis y Galatea, de Händel.
Dice Wistuba: “La ópera para niños es un formato relativamente nuevo en Chile, aunque en 1966 Jorge Peña Hen estrenó una versión de La Cenicienta”. Recuerda también a Hanns Stein y sus versiones de Bastián y Bastiana de Mozart (2003), y Brundibar de Hans Krasa (2009).
Actualmente la compañía La Diva -que dirige Wistuba-, fundada hace seis años, es la única compañía independiente que se dedica a este género. En 2005 inauguró el programa El Pequeño Municipal, con una versión de La flauta mágica, de Mozart.
Opera chilena
Junto con afirmar que la ópera para niños equivale a una oportunidad para desarrollar en ellos un lenguaje que combina lo musical, escénico y educativo, Gerardo Wistuba agrega que, a partir de allí, es posible “mirar la ópera desde lo chileno. Hacer propuestas estéticas propias y no asumir las grandes obras como piezas de museo que se deben copiar y pegar en las voces de los cantantes”. Y concluye: “No por poseer mayores habilidades tecnológicas los niños pierden los instintos básicos del ser humano, ni la sensibilidad para gozar las historias universales y la música”.
¿Puede ser masiva la ópera para niños?
“La principal dificultad para que esto ocurra es la falta de medios de difusión y distribución, porque la actitud de los niños siempre es curiosa y atenta, a tal punto que terminan cantando alguna melodía o emulando a los personajes. Incluso los más pícaros imitan las voces impostadas de los cantantes, en tono de broma. Nunca he creído ni defendido que el arte sea para unos pocos. Sería como decir que las matemáticas es una disciplina privativa de las elites”.
¿Por qué “Hansel y Gretel”?
“Simplemente por la belleza de su música y por ser de las pocas óperas compuestas para niños”.
¿Es necesario montar títulos conocidos?
“Siempre se reflexiona antes de elegir una obra. Pero en el caso de las adaptaciones de óperas para niños, pienso que se privilegian aquellas que son atractivas para ellos, ya sea por su historia o por su música. No tengo antecedentes de producciones nacionales con historias de nuestro país. En este momento se está componiendo en España la partitura de un texto mío que ganó premio como mejor aporte dramatúrgico en un ‘festín’ de hace veinte años”.
Cambios y posibilidades
¿Por qué se cambió la historia de Hansel y Gretel?
“Hansel y Gretel, un cuento de la tradición oral del centro de Europa, habla del hambre y la eutanasia, realidades que vivieron muchos niños en ese continente desde la Edad Media hasta la revolución industrial. Los hermanos Grimm le dieron forma al texto. Al ser un cuento de tradición oral, es posible una reinterpretación. Adelheid Wette, esposa de Humperdinck, realizó el guión para la ópera y se inspiró en la versión de los Grimm, pero les dio otro perfil a los personajes. Aquí los niños viven con su madre y no con su madrastra; su padre fabrica escobas y bebe. Hansel no deja un rastro para regresar a casa. Creo que así la obra se hace más eficiente escénica y musicalmente. A mi juicio, Wette agrega a la historia los valores cristianos y de la posrevolución industrial de la cultura alemana protestante, relacionados con el amor a Dios y la devoción al trabajo. Nosotros acortamos la obra para ponerla en un contexto mucho más cercano a la mentalidad chilena”.
¿Qué rol tienen el canto, la actuación y el texto?
“Son soportes de la obra. El término melodrama está muy manido y mal entendido. Melodrama quiere decir drama en melodía. Eso es la ópera. Como dice Paul Henry Lang, la ópera no es ‘teatro con música’, sino ‘teatro en música’, porque la dramaturgia de la obra y de los personajes está dibujada en las líneas melódicas, en las armonías y los ritmos. De allí la importancia de que los cantantes en la ópera deban actuar y no limitarse a cantar melodías sin verdad actoral. En nuestro caso estamos haciendo un cuento en música, Hansel y Gretel, cantando un cuento dehadas. Por eso nuestra obra apela a la gracia y frescura de voces jóvenes”
(Centro de Extensión UC. Alameda 390.
F: 354 6507. Sá. 16.00; do., 12.00.
$ 3.000 y $1.500).
LEOPOLDO PULGAR IBARRA
(Publicado en “Punto Final”, edición Nº 731, 15 de abril, 2011)
punto@tutopia.com
www.puntofinal.la
www.pf-memoriahistorica.org
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Punto Final
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