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Mujeres quieren
partido propio
Autor: PATRICIA BRAVO BERLI
Daniela Andrade Zubia, activista del movimiento feminista.
Las mujeres hicieron su marcha el Día Internacional de la Mujer para exigir libertades y derechos, negándose así a ser instrumentalizadas por dirigentes de la CUT, la Concertación y el Juntos Podemos, que convocaron por su cuenta a otra manifestación.
La Coordinadora 8 de Marzo fue la encargada de articular a numerosas organizaciones, redes y grupos de mujeres y feministas que participaron en la marcha que partió en la Estación Central y culminó en el monumento Mujeres en la Memoria (Metro Los Héroes), levantado en recuerdo de las víctimas de la dictadura militar. Con fuerza, decisión y espíritu unitario, las mujeres se proponen ahora crear su propio partido político. Y eso durante el actual gobierno, porque aunque no se han propuesto plazos perentorios esperan participar con candidatas propias en las próximas elecciones.
Así lo anunció a PF Daniela Andrade Zubia, coordinadora del Equipo Mujer y Derechos Humanos de Amnistía Internacional Chile, quien trabaja activamente con el movimiento de mujeres en la Articulación Feminista “Por la Libertad de Decidir” y coordina
la comunidad virtual con
perspectiva de género “La Ciudad de las Diosas” (www.laciudaddelasdiosas.blogspot.com/ laciudaddelasdiosas@gmail.com).
Daniela se formó en administración pública en la Universidad de Santiago, hizo un diplomado en estudios políticos en la Universidad de Chile y se especializó en temas de género en la Universidad Complutense de Madrid. Trabajó ocho años en diversos proyectos de investigación sobre la mujer en Africa y de regreso al país, entre otras actividades, asesoró el proyecto de igualdad en el acceso de la educación “Desde la cuna al mundo” durante el gobierno de Michelle Bachelet.
¿Qué proyecciones tiene la articulación que se plasmó en la Coordinadora 8 de Marzo?
“Las organizaciones de mujeres siempre hemos estado coordinadas, pero hace dos años creamos la Articulación Feminista ‘Por el Derecho a Decidir’. Tenemos un blog, un grupo Face y constantemente estamos comunicando lo que ocurre en el acontecer nacional e internacional. Realizamos ‘conversatorios’ mensuales en La Morada sobre aborto, educación para la libertad y otros temas. Esta es también una forma de ejercer ciudadanía. Y como ocurre en países de Europa, queremos constituirnos como partido político. Aunque no nos gusta mucho esta estructura que viene del esquema patriarcal, creemos que para ejercer influencia dentro del sistema hay que estar en el sistema”.
Muchas integrantes de este movimiento son o eran militantes de partidos...
“Exacto, muchas derivamos de distintos partidos. Pero durante los veinte años de gobierno de la Concertación no hubo democracia ni en la casa ni en el país. Creo que es bueno para la Concertación aprender de la experiencia. Algo pasó y la gente no está contenta. Tampoco lo estamos nosotras. Tuvimos veinte años de gobierno de la Concertación y me apena que en cuanto a ciudadanía nosotras, y la población en general, no tengamos voz. Solamente nos expresamos a través del sufragio. Nos falta diálogo, opinión, participación. Queremos desligarnos del ‘papá partido político’ que nos subyuga y buscar nuestra propia democracia. Una muestra de eso es lo que pasó el 8 de marzo”.
¿Han avanzado algunas definiciones básicas sobre el partido político que quieren fundar?
“Queremos trabajar en distintas áreas, pero lo primero es fortalecernos como movimiento de mujeres y feministas. Por eso el 8 de marzo llamamos a una movilización que no era de la Concertación, ni del bloque neoliberal -que también se cruza con la Concertación-, ni de partido político alguno. Queremos aplicar más teoría, nos preocupa el medioambiente y todo lo que está a nuestro alrededor. Queremos una sociedad más íntegra e igualitaria, dentro de la diversidad. Nos interesan nuevos modelos que no parten del pater de la antigüedad grecolatina y de otros tipos de familia. Durante este gobierno continuaremos luchando y visibilizando nuestros derechos... Estamos cansadas de que nos utilicen”.
“Vacaciones” posparto
¿Con el proyecto de modificación del período posnatal el gobierno de Piñera está cumpliendo su promesa?
“No, porque solamente se extiende a seis meses para una parte de las mujeres trabajadoras que tienen contrato a plazo fijo (25 a 30 por ciento). ¡Ni en letra chica se incorpora a más mujeres! La ministra del Trabajo, Evelyn Matthei, dijo ‘qué empresario va a querer contratar a una mujer que tiene siete meses y medio de vacaciones”. ¡Vacaciones! El trabajo doméstico no está dentro de lo formal y, por tanto, no es considerado trabajo.
Con la ‘nueva forma de gobernar’ se continúa impulsando el trabajo remunerado para las mujeres, pero como mano de obra barata, no visibilizada y sin derechos. Por otra parte, que el posnatal tenga un tope de 30 UF (alrededor de 650 mil pesos) obliga a las mujeres que ganan más a reducir su sueldo durante ese período. O sea, ni las mujeres de más bajos ingresos, ni las de más altos ingresos, ni las que tienen trabajo informal pueden acceder al posnatal. En ningún caso alcanza a cubrir a todas las mujeres. Es imposible que logren elevar la tasa de fertilidad en el país, como quieren, si no se reconocen derechos básicos. El pre y posnatal no son subsidios ni regalos, como cree el señor Piñera. Son derechos.
Además, Piñera nos pone en una encrucijada como si nosotras tuviéramos que convidar a los padres a participar dentro del proceso de nuestra maternidad, pero se sigue generando un lenguaje sexista. Por ejemplo, solamente las mujeres pueden postular a los hijos a salas cunas. Si la mujer trabaja en la casa y el hombre quisiera ingresar a su hijo a una sala cuna, no puede, no tiene derecho.
El pre y posnatal tienen que ver con el acceso a la salud materna y a la calidad e integralidad de ésta. Se relacionan con los derechos sexuales y reproductivos, que es un problema principal para nosotras. Si no podemos tener control del propio cuerpo, que es la forma de evaluar nuestra posición en el mundo, es difícil ejercer participación política y tener una postura en distintos ámbitos de la vida, incluyendo las relaciones más íntimas. Siempre estaremos bajo un cierto dominio... Por eso también exigimos que se respete nuestro derecho a un aborto libre, legal, seguro y gratuito”.
En los últimos meses de 2010 se presentaron dos proyectos de ley para reponer en el país el aborto terapéutico que existió hasta 1989. ¿Qué destino cree que tendrán?
“Antes que todo, desde el Equipo Mujer y Derechos Humanos de Amnistía Internacional Chile vamos a iniciar una campaña para la despenalización del aborto. Nuestro país, junto con Nicaragua y El Salvador, aplica las mayores penas. Luego seguiremos con una campaña por el aborto en casos de peligro para la vida de la madre, cuando el feto tiene malformaciones incompatibles con la vida y en caso de violación. En todo caso, nosotras estamos por el aborto voluntario, por la libertad de decidir. Es uno de los temas prioritarios que abordaremos este año, un tema difícil en una sociedad no conservadora -entre comillas- como la chilena”.
¿Por qué “entre comillas”?
“La Iglesia Católica tiene mucha influencia, a pesar que desde 1925 Chile es un país laico. Un alto porcentaje de gente se dice católica, pero no practica la religión. Hay un doble estándar. En este país se realizan más de 160 mil abortos clandestinos al año, con gran riesgo para la vida de las mujeres. Es la segunda causa de mortalidad materna.
Dentro del discurso de Piñera está Dios. Cuando habló con el Papa, en Roma, recalcó que su gobierno está ‘por la vida’. ¿La vida de quién? Se subentiende que aludía al aborto. La Iglesia Católica condena el aborto, pero en Chile están muriendo miles de mujeres al año en abortos clandestinos que son parte de un negocio que se realiza con sus vidas. ¡No puede ser que la Iglesia tenga tanto peso! Tiene derecho a voz y voto... ¿Y los ciudadanos no?”.
“No somos señoras de nuestro destino”
Muchas mujeres se la jugaron y participaron en el gobierno de Michelle Bachelet. ¿Se cumplieron las expectativas?
“Que una mujer haya ejercido la Presidencia de la República es un hito histórico. Por primera vez hubo un gobierno paritario, al menos durante un tiempo. Creo que a ella le costó mucho gobernar. El año 2008 le metieron un gol con la píldora del día después a través del Tribunal Constitucional. La ley marco de derechos sexuales y reproductivos, fundamental para nuestro movimiento, está en el Parlamento desde el año 2004...
En el área de participación laboral, hubo un aumento de las salas cuna y jardines infantiles, pero aún no hay corresponsabilidad en el cuidado de los hijos. Se facilitó el acceso de las mujeres al trabajo. Se reconoció que todos los hijos e hijas son iguales ante la ley. La reforma previsional reconoció por primera vez el trabajo doméstico y el de la mujer que trabaja sin contrato formal. También se aprobó la ley sobre igualdad de salarios para mujeres y hombres que desempeñan iguales cargos, aunque todavía hay una brecha de entre el 20 y 40 por ciento. En Chile el acceso de la mujer al (...)
(Este artículo se publicó completo en “Punto Final”, edición Nº 729, 18 de marzo, 2011)
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