Edición 684 - Desde el 1 al 14 de mayo de 2009
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COMERCIANTE de los carros verdes, en el centro de La Serena.

 

Minería, industria y construcción son los sectores que han generado más desempleo en la IV Región. Más de quince mil personas quedaron cesantes en el primer semestre de 2009. La minería es el sector más golpeado por la crisis (1.500 despidos y 6.900 pirquineros sin trabajo, pues el precio del cobre está muy bajo). Subsisten minas grandes como Vale, Pelambres, Carmen de Andacollo y El Romeral. Pero las mineras continuarán despidiendo y cerrando yacimientos. 600 trabajadores de Minera Punitaqui, que anunció la quiebra, están cesantes. Pirquineros de Ovalle, Andacollo, Illapel, Punitaqui, La Higuera y Combarbalá se han “reconvertido” del cobre al oro.
Para Oriel Cisternas, del Sindicato de Pirquineros de Río Hurtado, “muchas medidas gubernamentales han llegado tarde. Hoy sólo está trabajando el diez por ciento, o menos, de los pirquineros”. En Limarí y Choapa, los pirquineros cortaron las rutas de acceso a Panulcillo y el cruce Conchalí. “Exigimos baja de tarifas en los fletes de material a la planta de Catemu, en el seguro de acopio y en el precio de los ácidos”, dice el dirigente Hugo González. Marta Olivares, de la Asociación Minera de Salamanca, agrega: “Con todos los descuentos de Enami, trabajamos por nada”.
En 2007 Teck Cominco -de capitales canadienses-, compró la mina Carmen, de Andacollo. En el valle de Cochiguaz, vecinos y comuneros denuncian que en terrenos agrícolas la minera posee también derechos de explotación subterránea. Hace poco, Teck reconoció que ilegalmente sacaba agua del estero El Cepo y anunció que para aumentar su producción de cobre en 70 por ciento, necesita aún más agua. La cuenca Culebrón, que abastece a pequeños y medianos agricultores, sufrirá una notoria baja de su caudal.
La minera ya contaminó Chepiquilla, en Andacollo, y a pesar de los niveles de polución, no ha sido declarada zona saturada y las autoridades siguen aprobando la ampliación de sus operaciones, al efecto Teck consiguió que comuneros le arrendaran pasos de servidumbre. Otro proyecto, Yanira Milena, cerca de Cochiguaz, pertenece a Pan Pacific Copper -de capitales japoneses-. Operará donde nace el río Elqui, en Alcohuaz. Por su parte Barrick Gold logró hacer aprobar una termoeléctrica en Punta Colorada, sin mayor trámite. Los vecinos de La Higuera sólo supieron cuando ya se había otorgado la resolución de calificación ambiental. En Andacollo, un proyecto de Minera Dayton fue calificado favorablemente por Corema. Todos estos proyectos termoeléctricos y mineros han despertado la oposición de pescadores y agricultores.

Artesanos y comerciantes

Según el alcalde de La Serena, Raúl Saldívar (PS), se destinarán 368 millones para proyectos de las micro y pequeñas empresas. Un subsidio reactivará los proyectos inmobiliarios -1.524 viviendas- en La Serena, Coquimbo y Ovalle, que paralizaron por la crisis. Se abrirán, dice, unos dos mil puestos de trabajo: seis proyectos en La Serena, cuatro en Coquimbo y uno en Ovalle darán empleo por diez meses. Pero las cifras de cesantía superan el 8 por ciento. Aumenta el desempleo entre jóvenes y mujeres. “Si ya hay un alza en la desocupación en este período, en que la región está en plenas faenas agrícolas y turismo, en invierno superará los dos dígitos”, dice Luis Vega, ex candidato a alcalde. “Las cifras oficiales ocultan una cesantía que supera el 13 por ciento”, asegura.
Comerciantes de los “carros verdes”, en el centro de La Serena, viven en la incertidumbre. La dirigenta Erika Campos, dice: “Somos 400 personas que dependemos de la venta de ropas y objetos de uso diario y bisutería. Somos una red activa de la economía local. Nos oponemos al plan del alcalde para erradicarnos a un terreno de superficie insuficiente, en condiciones de hacinamiento, donde no venderemos nada”. El 80 por ciento de los que laboran en los carros verdes son jefas de hogar y adultos mayores. No tienen un millón y medio de pesos para los “carros pilotos” aprobados en 2005. No se oponen al hermoseamiento de la ciudad, pero sí a la propuesta municipal que significa agrupar a 50 carros en un lugar “inviable”. Luego del traslado de los carros verdes desde calle Cienfuegos, en el centro de La Serena, sus ventas disminuyeron en 50%. El lugar propuesto por el municipio, en la calle Cienfuegos con Eduardo de la Barra, no es idóneo. “Quieren encerrarnos en un terreno privado, donde tendremos que pagar un millón ochocientos mil pesos mensuales entre los 54 dueños de carros. Reunimos más de 15 mil firmas de apoyo. Damos vida a la calle”, dice Erika Campos.
Ya se iniciaron las obras de remodelación en el centro de La Serena, que incluyen inversiones en calle Cantournet, el frontis de la Recova -donde se retiró la feria de artesanos-; también en las calles Cienfuegos y O’Higgins. Invertirán 1.795 millones de pesos para convertir Cienfuegos en paseo peatonal. Jacob Muñoz, dirigente de los artesanos, trabaja hace 25 años en orfebrería: “Luchamos por la dignidad de nuestro gremio. De parte de las autoridades no hay reconocimiento a nuestra labor. No se nos reconoce como trabajadores ni como creadores. El alcalde Raúl Saldívar es un pequeño dictador. En La Serena, dos metros cuadrados para un artesano cuestan un millón de pesos mensuales. Sólo grandes comerciantes que traen manufacturas extranjeras pueden arrendar a ese precio”, agrega. Treinta y dos artesanos fueron expulsados de la Recova. La alcaldía pretende llevarlos al Parque Pedro de Valdivia, un lugar “que no tiene luz, vigilancia, nada. Nos expulsan por presión de los comerciantes establecidos de la Recova. Antes de ser elegido, Saldívar conversó con nosotros. Pero ahora se olvidó de sus promesas”, reclama.
Alfonso González, locatario del centro de La Serena, vende muebles que él mismo fabrica y participa en los intentos de unidad de la Izquierda. En La Serena, en la práctica, se han ido vinculando quienes luchan contra el modelo: “Como locatario reivindico la tradición del comerciante. Mi padre y mi abuelo se iniciaron vendiendo telas en las salitreras. Hoy los locatarios olvidan su origen. No son solidarios con los carros verdes y los artesanos. El alcalde Saldívar quiere transformar La Serena en una ciudad más elitista de lo que ya es, con paseos peatonales, pubs y malls. En el centro aún quedan unos 50 pequeños locales que desea eliminar”, afirma González.

Cesantía y escuela libre

Se anunció que la Secretaría Interministerial de Planificación del Transporte licitará la locomoción colectiva en La Serena, lo que significará menos locomoción y más cesantía. Según la Intendencia, se invertirán 230 mil millones de pesos en obras que incentiven el empleo. Pero hay ejemplos de que los grandes proyectos no benefician a quienes debieran. En 2001 se construyó el embalse Puclaro, inundando los pueblos de Gualliguaica, Punta Azul y La Polvada. Se trasladó a los habitantes a nuevos poblados. Hoy viven a escasos metros del embalse pero no pueden regar sus huertos. Sólo les dieron agua potable. Mendigan un poco de agua a los vecinos del canal de Yungay. Antes trabajaban la agricultura, viñedos y ganadería. Hoy emigran como temporeros de un lugar a otro. En el Valle de Elqui son empresarios viñateros quienes han adquirido las parcelas y comprado los derechos de agua.
Según la Dirección Regional del Trabajo, recientes fiscalizaciones en Monte Patria, Combarbalá y otros pueblos evidenciaron irregularidades: temporeros sin agua potable ni baños, menores trabajando sin autorización notarial. Veinte empresas fueron sancionadas en Limarí por irregularidades en el transporte de temporeros, trabajo nocturno en los packing, extensas jornadas, baños insalubres, etc. “Exportan 190 millones de kilos de uva a costa de la explotación de los temporeros. Algunos laboran más de 15 horas ininterrumpidas”, dice Ingrid Pérez, presidenta de la Agrupación de Temporeras Manos Abierta, de Monte Patria. “Se trata de empresas que están acostumbradas a infringir la ley y a recibir este tipo de sanciones”, dice María Gómez, seremi del Trabajo. Luis Vega, agrega: “Para los jóvenes sólo queda la esquina, no hay expectativas. Ser temporero de la fruta tampoco es solución. Se encubre la alta cesantía. En Vicuña o Limarí, jóvenes y mujeres trabajan la uva algunas semanas y el INE los considera con empleo. Habitualmente no se trabaja todo el mes. Otros cortan porotos o sacan papas por unas semanas. Todas las mañanas se ven las notarías de La Serena llenas de obreros firmando finiquitos, renunciando a sus derechos por una nueva promesa de empleo”. Para Luis Vega, lo más acuciante en La Serena y la región es el trabajo precario: “Es cesantía encubierta. Las autoridades muestran como un logro el auge del turismo. Es el discurso oficial. Sin embargo, tras el turismo está el trabajo precario, inseguro, que se traduce en ganancias para un pequeño grupo. Quienes trabajan haciendo aseo en Las Tacas -balneario de sectores acomodados-, ‘hacen dedo’ a la salida de La Serena para llegar a su trabajo. Laboran para subcontratistas que pagan sueldos míseros”.
Luis Vega participa en la Misión Milagro, iniciativa que gracias a Venezuela devuelve la visión a quienes sufren cataratas, pterigion y otras afecciones oculares. “En La Serena hay graves incumplimientos en las patologías Auge. En Ovalle ni siquiera hay oftalmólogo… La Serena se ha llenado de clínicas. Pero no hay capacidad para resolver los problemas de salud de la población de escasos recursos”.
Daniel Aguilera, secretario general de la Federación de Estudiantes de la Universidad de La Serena (Feuls), participa del movimiento Corriente Alterna, que se formó pues no se sentían representados ni por la Concertación ni por el Juntos Podemos: “Quisimos reestructurar la Feuls y abrir la universidad a la comunidad. Ganamos algunos centros de estudiantes y consejerías. La Federación no tenía legitimidad porque estaba intervenida por los partidos. Incluso el presidente del año pasado se presentó a concejal por la DC y dejó la Federación. Hoy nos estamos vinculando con pobladores, secundarios y defensores del medioambiente”. Según Aguilera, al municipio sólo le preocupa el turismo, dejando en el abandono a los jóvenes: “La pasta base hace tiempo está en las poblaciones, y no se ataca el problema de fondo, que es crear trabajo decente y oportunidades de superación… Eso nos motivó a crear junto al colectivo Canto Libre, la Escuela Libre. Queremos que sea una alternativa al sistema educacional, pues hay jóvenes que desertan y no terminan sus estudios. Le damos un sentido distinto a la educación, con una escuela de saberes y oficios donde todos aprendemos de todo y de todos”.

ARNALDO PEREZ GUERRA
En La Serena

 

(Publicado en “Punto Final” edición Nº 684, 1º de mayo, 2009. ¡¡Suscríbase a PF!!)