Edición 684 - Desde el 1 al 14 de mayo de 2009
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Una histórica Asamblea de Periodistas de Izquierda

Allende
y la prensa

Hace 38 años -los días 9, 10 y 11 de abril de 1971- se celebró en Santiago la Primera Asamblea Nacional de Periodistas de Izquierda, que inauguró el presidente Salvador Allende. Este evento demostró la maduración de un pensamiento revolucionario entre los periodistas chilenos. Eran numerosos los que comprendieron la necesidad de participar en forma activa, junto a los trabajadores, en el proceso de cambios sociales que se iniciaba con el gobierno de Allende. En la asamblea tomaron parte 320 delegados -en representación de 640 periodistas de todo el país-, militantes de partidos de la Unidad Popular, del MIR e independientes de Izquierda. La reunión recibió también la adhesión de un importante grupo de periodistas democratacristianos. La delegación más numerosa fue de los periodistas de la empresa El Mercurio. Eliana Cea de Figueroa, reportera del vespertino La Segunda, había triunfado poco antes en una elección complementaria del Consejo Regional Santiago-Maule del Colegio de Periodistas, en representación de la Izquierda. Ella fue elegida presidenta de esta asamblea, que se realizó en la Sala de la Reforma, de la Facultad de Ciencias y Artes Musicales de la Universidad de Chile.
En la inauguración hablaron el presidente de la República, Dr. Salvador Allende antecedido por el presidente y el secretario de la comisión organizadora, Manuel Cabieses Donoso, director de Punto Final, y Felidor Contreras Muñoz, reportero del diario El Siglo. Allende se refirió a los problemas que afrontaba su gobierno en el campo de las comunicaciones (que hoy se repiten en países como Venezuela, Bolivia o Ecuador).
Explicando el origen de la asamblea, Cabieses señaló la preocupación de los periodistas de Izquierda ante las debilidades que se observaban para encarar la ofensiva ideológica reaccionaria contra el gobierno de la UP. “No es un fenómeno nuevo -dijo- que la burguesía y el imperialismo asuman en el plano ideológico y en la utilización de los medios de comunicación de masas, las posiciones insolentes e insidiosas que venimos observando en la prensa reaccionaria local y en la prensa internacional controlada por el imperialismo. Esa agresividad irá creciendo a medida que el gobierno que encabeza el compañero Salvador Allende vaya avanzando en la construcción del socialismo. Mientras más duro se golpee a la burguesía y al imperialismo, mientras más acorralados se sientan en lo político, más feroz y encarnizada se hará la lucha ideológica. Se trata, en definitiva, de la lucha de clases que ha desatado la acción de contenido y potencial revolucionario del gobierno de la UP, y que se proyecta en el terreno ideológico con toda la violencia de una pelea a muerte. Los periodistas que quieren servir esa causa revolucionaria saben que no son ellos los que van a transformar la sociedad. Esa misión corresponde a los hombres y mujeres organizados en clases y cuya lucha constituye el motor de la historia. Es por eso que los periodistas de Izquierda sabemos que nuestra misión fundamental es sumarnos a la voz de aquellos que no tienen expresión en los medios de comunicación. Para cumplir ese papel en forma eficaz no hay otro camino que ligarse a los intereses y a la lucha del pueblo que hoy marcha firme, sereno, pero decidido, hacia el socialismo”.

El mito de la objetividad

Más adelante se refirió a los mitos y falsos valores del dominio ideológico burgués en la sociedad chilena. El mito más corriente en la actividad periodística, añadió, es el de la objetividad. “Los grandes industriales de la noticia, los que manejan la información como un producto más en la cadena de sus grandes negocios, han conseguido en gran medida crear un tipo de periodista a la medida de los intereses capitalistas… Se ha querido convertir al periodista en un espejo que refleja pero que no se pronuncia. Esta ‘objetividad’ que ha engendrado un periodista que elude admitir su estado de alienación, es la que aprovechan los industriales de la información para amasar grandes fortunas”, agregó el director de PF.
Luego de reseñar diversos ejemplos de cómo la prensa reaccionaria tergiversaba la verdad abusando de la libertad de expresión que garantizaba el gobierno del presidente Allende, Manuel Cabieses añadió: “Esos monopolios de la información, a través de los cuales se forman la conciencia, la concepción del mundo y los hábitos y costumbres de nuestro pueblo, temen que los periodistas, junto con el resto de los trabajadores de los medios de comunicación pasen a ocupar organizadamente su puesto en el seno de la clase trabajadora. Les espanta que los periodistas volvamos la mirada a los ejemplos que pueden servirnos de guía y estímulo, a un Camilo Henríquez ayudando desde su trinchera a despuntar la aurora de la independencia de Chile, a un maestro de periodistas revolucionarios como Luis Emilio Recabarren, sembrando el país de diarios obreros y a través de ellos la conciencia antioligárquica y antiimperialista, a un camarada periodista como Elmo Catalán, llevando hasta el más alto escalón su consecuencia revolucionaria, entregando su vida generosa a la revolución latinoamericana que plantearon a nuestra generación hombres héroes como el Che Guevara”.
Por su parte, en su discurso Felidor Contreras se refirió al rol de los periodistas revolucionarios en ese período que vivía Chile: “En primer lugar, apoyar al gobierno de la UP: salirle al paso a los complotadores, a los sediciosos… Nuestro quehacer viene a fortalecer los principios éticos del periodismo, que establecen que la libertad de prensa es el derecho del pueblo a estar veraz, leal y oportunamente informado… Creemos que por sobre el falso gremialismo, preconizado por los sectores empresariales, deben primar los intereses superiores de clase, que se traducen en la defensa de nuestro gobierno. En este terreno la Asamblea debe condenar en la forma más enérgica a los delincuentes del periodismo, a los traficantes de la sedición, a los vendepatria…”. Contreras terminó haciendo un llamado a la unidad “que hará posible las transformaciones que nuestro país necesita para su desarrollo. La unidad hizo posible esta Asamblea y será también la unidad de campesinos, estudiantes, pobladores, pequeños y medianos comerciantes e industriales la que nos dará la victoria final y hará realidad el viejo sueño de hacer de Chile un país socialista”.

Allende y la libertad de prensa

El presidente Allende inició su discurso destacando la importancia de la Asamblea de Periodistas de Izquierda. “Poco hay que agregar -dijo- a las intervenciones profundas, de gran contenido y justa interpretación de la realidad del proceso que vive Chile, y del trabajo de ustedes en la sociedad burguesa, después de las palabras de mis amigos y compañeros Manuel Cabieses y Felidor Contreras. De todas maneras es justo reafirmar, como todos sabemos perfectamente bien, que los medios de comunicación de masas en esta sociedad constituyen ventajas materiales para aquellos que son -y con razón se les ha llamado así- los industriales de la noticia. Sabemos, entonces, cuán duro y difícil es para el periodista que tiene un pensamiento revolucionario, que tiene una ideología, tener que trabajar y verse limitado en las posibilidades de exponer sus ideas en empresas cuya actitud está destinada a defender los privilegios de unos pocos y a negar el derecho de los más. Y también, lamentablemente, muchas veces, a negar la necesidad imperiosa que Chile alcance los contornos de un país independiente en lo económico y plenamente soberano en lo político. Por eso es que también me parece justo señalar que el objetivismo como tal, no puede existir si pensamos que en esta sociedad burguesa hay y tiene que haber un enfrentamiento entre grupos y sectores, entre clases sociales. Y que son las clases minoritarias que han detentado el poder, que han comprado el poder, que defienden sus granjerías y privilegios, las dueñas de los medios de prensa y de información. Por eso es necesario insistir también en que el periodista de Izquierda tiene que sentirse cada vez más comprometido con la lucha del pueblo, más comprometido con la gran batalla de Chile”.

Problemas del gobierno popular

Más adelante el presidente Allende describió las características del proceso revolucionario en Chile: “Estamos dando la batalla dentro de los marcos de la democracia burguesa y de las leyes que esta democracia burguesa dictó… Y hay que anotar entonces que nos hemos comprometido a respetar la libertad de información. Hay que entender que nosotros no buscamos el monopolio de la información. Y por lo tanto, la lucha que da el gobierno del pueblo es mucho más difícil que la que han dado otros pueblos, que por los caminos de la insurgencia han alcanzado el gobierno y el poder. Nosotros estamos limitados voluntariamente por los compromisos contraídos y por lo tanto, ustedes saben que otros seguirán contando con sus medios de información, que otros seguirán contando con los medios de difusión que les permitirán llevar, tergiversada, la información e interpretar torcidamente las actitudes del gobierno. Por eso la batalla de ustedes, y nuestra batalla, es mucho más difícil”.
El presidente propuso luego algunas campañas que los medios de Izquierda podían llevar adelante para “doblegar la indiferencia de algunos y la tozudez de otros”. Por ejemplo, todo lo relacionado con la nacionalización del cobre. “Es fundamental -dijo- hacer entender que esta batalla es de Chile y es del pueblo. Y que es una batalla en que debemos estar empeñados todos, porque no hay ninguna posibilidad de romper la dependencia económica e impulsar el desarrollo económico y social de Chile si Chile no es dueño de sus riquezas fundamentales”. También se refirió a diversos problemas que encaraba el gobierno de la UP y que hacían necesario un rol activo de los periodistas de Izquierda. Entre ellos mencionó el ausentismo laboral. “No podemos seguir tolerando el ausentismo -dijo- que en algunas actividades fundamentales de Chile alcalza a la ausencia de obreros y empleados una o dos veces a la semana. Y en algunas empresas llega a niveles increíbles. Cómo no hacer entender que los obreros del cobre también deben trabajar media hora, una hora o dos gratis, voluntariamente, a la semana, porque produciendo más cobre Chile se salvará de la crisis económica a que nos quieren precipitar. Cómo no hacer entender que los trabajadores del cobre no son dueños de las minas del cobre, sino que son dueños en la parte en que ellos forman parte del pueblo, y que por lo tanto estas riquezas son del pueblo de Chile y no podemos tolerar que las presiones impliquen privilegios fundamentales para determinados sectores, mientras miles de chilenos no tienen trabajo, ni un pedazo de pan que llevarse a la boca”.

“El Mercurio” al desnudo

Los periodistas de Izquierda de El Mercurio presentaron a la Asamblea un completo informe sobre el imperio periodístico de Agustín Edwards Eastman, individuo que se convertiría en elemento clave de la conspiración conjunta con Estados Unidos para derrocar al presidente Allende.
El informe señalaba: “En una economía de libre empresa el común de los diarios no pertenecientes a algún partido político consideran que noticia es ‘todo aquellos que vende’, siempre que no lesione los intereses de los grupos económicos que defienden. Más importante es entrevistar a un futbolista que a un Nobel de la Paz. Con el primero se venden más ejemplares. Para El Mercurio, con otra estructura organizativa y un sinnúmero de conexiones internacionales, la venta de más o menos ejemplares no es lo primordial, razón por la que no busca este tipo de noticias, apareciendo ante la opinión pública como un diario serio, ecuánime, objetivo. El Mercurio, ligado a los monopolios económicos más poderosos del país, la mayoría de ellos enlazados con imperios mundiales de la producción, distribución, finanzas y especulación, defiende con sus editoriales y noticias en general todos esos intereses”.
El informe daba a conocer cómo actuaba (y sigue haciéndolo hoy) El Mercurio. Los datos utilizados procedían de Impuestos Internos y de la Superintendencia de Sociedades Anónimas y Bolsas de Comercio. Se mostraba la red de intereses de la empresa de Edwards, que a esa fecha presidía Fernando Léniz Cerda, que más tarde sería ministro de Economía de la dictadura militar y que hoy sigue actuando en los negocios forestales.
El minucioso informe terminaba señalando: “Grupos de trabajadores de El Mercurio, Las Ultimas Noticias y La Segunda, comprendiendo el proceso histórico que vive el país, están luchando en el Comité de la Unidad Popular teniendo como meta final obtener el control total de estos medios de difusión”.
La Asamblea concluyó con una declaración que señalaba los objetivos por los que lucharía una Comisión Nacional Relacionadora de los Periodistas de Izquierda. Quedó constituida por Eduardo Labarca, presidente; Manuel Cabieses, vicepresidente; Luis Muñoz Orellana, secretario general; Roberto Alvarez Miravalles, Jorge Cabello y Dragomir Yankovic.

PEDRO FERNANDEZ

(Publicado en “Punto Final” edición Nº 684, 1º de mayo, 2009. ¡¡Suscríbase a PF!!)