Edición 672 - Desde el 10 al 23 de octubre de 2008
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Ha nacido un
nuevo Ecuador

 

El contundente respaldo que recibió la nueva Constitución ecuatoriana en el referéndum del domingo 28 de septiembre, certifica el inicio de un proceso transformador hacia la construcción de un modelo más justo y equitativo, denominado aquí socialismo del siglo XXI.
“Ha nacido un nuevo Ecuador”, fueron las primeras palabras del presidente Rafael Correa, tras conocer la aplastante votación de respaldo a su proyecto de cambio reflejado en la nueva Carta Magna. Se trata no sólo de un sí a la legislación elaborada por la Asamblea Constituyente, sino también de la ratificación y apoyo a la gestión durante veinte meses del mandatario y su gobierno.
La Carta Política no es otra cosa que el resultado de una lucha por reclamos acumulados durante años y que se transformaron en votos en noviembre de 2006, con la elección del economista Rafael Correa como jefe de Estado. Su victoria en las urnas reflejó el desprecio de la mayoría al modelo neoliberal que trajo más pobreza, violencia, injusticias y fraude bancario, de 1999-2000, y la desaparición de los ahorros de miles de ecuatorianos. Según estimaciones, las pérdidas por estas crisis superan los ocho mil millones de dólares.
Para Correa, la Constitución signi-fica un deber ineludible de todos los interesados en acabar con la desigualdad, la miseria y el neoliberalismo.
La propuesta del gobierno es simple: avanzar hacia una sociedad sin pobres, de propietarios, con desarrollo equitativo, una sociedad con mayor justicia, y eso está reflejado en la nueva ley. Por ello el respaldo de casi el 64 por ciento de la ciudadanía: demostró que hay un optimismo contundente en cada rincón de la patria hacia la revolución ciudadana iniciada en enero de 2007.
El pueblo no se dejó convencer y dio “un sí contundente, lleno de esperanza” a la Carta Magna que establece la implementación de un modelo de economía solidaria y profundamente humanista. La victoria constituye asimismo un respaldo a la gestión del gobierno que, en veinte meses, ha mostrado un cambio total, es decir un giro de 180 grados en el comportamiento, en la ética.
De esta forma, se consolida un proceso de paz que busca afianzar la transformación de un país rico en recursos naturales pero con una pobreza que supera el 60 por ciento de sus trece millones de habitante.
Tras este triunfo, el mandatario llamó a los ecuatorianos a trabajar juntos para llevar adelante este proyecto de cambio, “porque es un proceso de todo un pueblo”, aseveró. “Los que se creyeron dueños de este país, perdieron, pero tienen las puertas abiertas al diálogo”, enfatizó al recalcar que conversará sólo con una oposición seria, no con la que durante la campaña electoral mintió e intentó con el engaño manipular a los ciudadanos.

La transición

Con la proclamación oficial del resultado del referéndum, se inicia el denominado período de transición, consistente en implementar leyes que faciliten el cumplimiento de los 444 artículos de la legislación aprobada. Tal misión estará a cargo de una Comisión Legislativa, la cual será integrada por miembros de la Asamblea Constituyente que durante ocho meses elaboró la Carta Magna.
Fernando Cordero, presidente de la Constituyente, explicó que la Asamblea se reunirá a mediados de octubre para designar a los integrantes de la comisión, la cual asumirá la función parlamentaria hasta la elección de los miembros de la nueva Asamblea Nacional (Parlamento), prevista en principio para febrero próximo.
Una de las principales tareas de la Comisión Legislativa será la elección de los miembros de la nueva Corte Nacional Electoral, la cual estará compuesta por “los más destacados ecuatorianos, que no deben pertenecer a partido político alguno”, destacó. Cordero señaló que esa corte electoral preparará los comicios de presidente y vicepresidente de la República, diputados, prefectos, alcaldes y concejales municipales, que se celebrarían en febrero. En esas elecciones podrán participar como candidatos las actuales autoridades del país, incluido el presidente Rafael Correa. En caso de ganar la jefatura del Estado el próximo año, tendrá otra y última posibilidad de reelección.
Se prevé asimismo que la comisión apruebe nueve leyes, entre las cuales aparecen la Minera, la de Seguridad Financiera, Electoral, de la Función Judicial, del Consejo Nacional de la Judicatura y del Consejo de Participación Ciudadana, de Derechos de la Naturaleza y la reforma a la nueva Ley de Tránsito.
De manera paralela, se ejecutarán acciones en materia laboral y empresarial que faciliten el paso del modelo neoliberal a otro de economía social solidaria, en el cual el Estado se erige como ente regulador del mercado y el individuo deja de ser una mercancía.
La nueva Constitución ecuatoriana determina asimismo que “los recursos naturales no renovables son propiedad inalienable, imprescriptible e inembargable del Estado”, el cual garantizará los mecanismos de producción, consumo y uso de ellos. Esa disposición obliga al gobierno a cerrar contratos de prestación de servicios con las empresas petroleras extranjeras y transnacionales con inversiones en este país andino. Se impone igualmente una transformación en la minería: desde inicios de este año se revirtieron al Estado más de cuatro mil concesiones de explotación de recursos naturales.
En el aspecto político, la aprobación de la nueva Constitución consolida en Ecuador el cambio de época que vive América Latina, con gobiernos progresistas en Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua: se fortalece la tendencia de Izquierda en la región, cuya mayoría de naciones comienza a mirar hacia el sur y no al norte imperial.
El recién concluido encuentro en Manaos, Brasil, entre los mandatarios Luiz Inacio Lula da Silva, Hugo Chávez, Evo Morales y Rafael Correa, certifica la decisión de avanzar hacia proyectos conjuntos que impulsen la integración latinoamericana

LEOVANI GARCIA (*)
 (*) Periodista, corresponsal de Prensa Latina en Quito.

 

(Publicado en Punto Final, edición Nº 672, 10 de octubre, 2008)